Puede ser calificada como de alta peligrosidad la incursión por vía marítima de un grupo fuertemente armado, que en la madrugada del tres de mayo venía a perpetrar actos de terror y desestabilizar al país, derrocar al gobierno del Presidente Nicolás Maduro, e iniciar una guerra que acabaría con la paz de Venezuela.

Lo que ha pasado es muy grave y debe ser denunciado ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, ante los parlamentos de integración de América Latina y el Caribe, las organizaciones sindicales, gremiales y comunitarias, es urgente que se levante en todo el mundo un amplio movimiento de opinión por la paz y el cese al bloqueo contra la Patria de Simón Bolívar.

La unión cívico – militar se puso de manifiesto, la fortaleza de un pueblo está signada por el grado de conciencia de sus ciudadanos, el profundo sentimiento patriótico –que se ha forjado en años de Revolución Bolivariana- hicieron posible una épica victoria, a partir de ahora está más claro que no hay manera de imponerle a este pueblo una dictadura, ni mucho menos convertir a nuestra nación en una neo-colonia.

Lo que se pudo observar a través de las redes digitales, que en tiempo de pandemia es el medio de comunicación por excelencia, es que la gente común y sencilla está unida a favor de la paz, sabe que los problemas que tenemos los vamos a resolver nosotros mismos, y la mejor demostración de ello, es que hemos logrado contener al Coronavirus, y ayudar a los compatriotas que vuelven a la Patria, no hay obstáculo insalvable para un pueblo valiente.

En estos días, las expresiones de solidaridad no tienen precedente, en horas, los mensajes de los movimientos progresistas del mundo han llegado por miles, es conmovedor sentir como la fraternidad se agiganta, mientras que Chuao se convirtió en historia y símbolo de la conciencia nacional. Pudiera ser que naciera la versión caribeña del himno de los partisanos y que a partir de ahora se cante: ¡Bella Chuao! ¡Bella Chuao! ¡Bella Chuao!...  

La premonitoria frase del Comandante Hugo Chávez retruena en los pueblos y ciudades, en las montañas y en los llanos, en la selva y en el mar: ¡Bastante pueblo hay aquí!