La democracia del presidentico colombiano, Iván Duque

31/05/2019
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No sé, si estoy en “aquello” que llaman Democracia o en una “dictadura de voto” Ante ello, señor lector me pregunto:- ¿Quién decide en Colombia?- Bien denso el tema, pues si nos enfrascamos en el concepto de Democracia bueno la primera línea que sale es justamente lo político y ahí se vuelve un enredo el tema. Colombia es tediosa, es sufrible no es el mejor país del mundo. No. Donde desaparecen gente no puede ser el mejor país del mundo, ni el más feliz. Nadie es feliz en un país que agota, inflado por unos, y desarticulado por otros. Que le vaya bien a un sector de la población, no es indicio que esto es un buen vividero, porque tiene un paisaje deslumbrante: una topografía dinámica, ríos, montañas, selva, llanos, sabanas, y todo aquello que empieza a delirar ante las pupilas de un ciudadano. Eso sí, pasamos del delirio urbano al romanticismo agrario. Ahí se transita en contravía del tiempo.

 

Señor lector -  detengamos no solo en  las instituciones del estado, como la fiscalía que dicho de paso el ex-fiscal Néstor Humberto Martínez huyó sin más…Vamos a la presencia del congreso: unos por el tema de la dignidad, la defensa de los derechos y otros, que con desmedida prevalecen  defendiendo un  dispositivo de represión, llamada seguridad democrática. Esta Democracia de bolsillo no la coge ni la bruma. Ante esta catástrofe en el tiempo, Colombia es la repetición de su pasado pérfido y de su presente fracturado. 

 

Preguntémonos:-¿Cómo podemos hablar de Democracia en Colombia?   ¿Será aquella que según los expertos se halla en el voto popular?

 

Yo insisto ¿Será esto democracia con estas pérfidas instituciones?  Empecemos por el presidentico Iván Duque que soportamos: primero le digo a usted, no sé si estamos de acuerdo; pero le expreso es de un insoportable, de un sinuoso- como me dijo alguien que solo ve la punta de su nariz- nuestro presidente - toca guitarra, sale a bailar…, un presidentico que zarandea a una mujer en un set de televisión para demostrar sus dotes de hombre sabelotodo, es un “agua lulo para gobernar”, ni refresca, ni alivia la densidad del tiempo.  Siguiéndole la pista, ahora le ha dado por gritar cuando hace una locución en televisión de perseguir según él; a los asesinos de los líderes, y de perseguir a los alias. Como si gritando y hablando como patrón de finca, el pueblo todo le va a creer. Unos a lo mejor y otros en otra orilla estarán por verse.

 

Usted señor lector me dirá ¡eso es lo de menos! ¡Yo le replico eso es más! El presidentico pasa de  jugar a ser un gobernante de turno a querer delirar como estadista. Mire usted, sus locuciones en televisión son a todo grito, no parece hablando, sino regañando. Eso sí aprende de su mentor, el hombre de la fusta, el caballista y de su congéneres de partido político que habitan de manera sinuosa en el congreso: gritos, improperios, ofensas, algunos con un pasadito bien cuestionable, pero ellos parecieran que gobernar es gritar, ofender y sentenciar con una moral a lo medieval. ¡Qué tiempos en los que estamos! Lea usted la gravísima violación permanente y sistemática de desaparición  de ciudadanos, la continuación de las ejecuciones extrajudiciales, falsos positivos, repoblamiento paramilitar, los nuevos desplazamientos y repoblamiento geográficos, es decir la guerra viva en el amanecer. Sin duda, nuestro presidentico centra su gobernabilidad en omitir las demandas del movimiento indígena, afro, campesino como si ello fuera una respuesta. Eso sí, enreda este presidentico al pueblo con las improntas retóricas, sobre las falsas judicializaciones mediante los organismos del Estado y su endeble política pública que no revierte a la paz, ni a crear escenarios de convivencia en las regiones. ¿Dónde está el presidentico Duque? ¿Para quienes gobiernan?

 

Mire señor lector le cuento- Este presidentico se la pasa de reunión en reunión gremial, solo atisba a anunciar su mágica fórmula de las TIC y los nuevos emprendedores, bajo la falacia que se van a convertir en el gran modelo empresarial. En esas se la pasa. A mí me late que esta “Democracia de voto”- parece instaurada por un régimen militar, -señor lector a veces creo que estoy ante una venta de ilusiones.

 

Me pregunto:- ¿Qué le dice a usted este presidentico que habla como mago dizque de una “economía naranja”?  ¿A ello, usted le llamaría Democracia?

 

Yo le digo- esto va mal, nuestro “señor presidente” como diría una matrona de pueblo, para mí - este presidentico va al despeñadero con sus ínfulas de estadista, que a todo le da un toquecito de perversidad o diría de perfidia democrática- Nuestro presidentico con su palabras de retoricismo vulgar fíjese usted, que esa noción la encontré en el gran Platón, según mi pensar solo atraviesa una verborrea mediática: Habla una cosa y hace otra. En este gobierno, los demonios asechan y aún no se sabe dónde se gesta el infierno…

 

Me pregunto: ¿Esa es la “Democracia que usted, yo queremos”?

 

Maria Fernanda Quintero Alzate 

Memoria -Territorio -Derechos Humanos

Geógrafa Magíster en Colombia

París  III ( IHEAL) Université de la Sorbornn

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