El jefe del gobierno israelí, Benjamín Netanyahu, expresó su oposición al plan rusoestadounidense de paz para Siria. Al hacer uso de la palabra en un meeting reciente de su partido político, el Likud, Netanyahu citó las informaciones difundidas por la BBC de Londres, según las cuales Irán habría sido autorizado a instalar una base militar permanente cerca de Damasco, la capital de la República Árabe Siria.

Israel había ya solicitado que se prohíba la presencia de tropas iraníes a menos de 40 kilómetros de la línea de alto al fuego entre Israel y Siria. Evidentemente, se está dibujando en el horizonte medioriental una nueva geopolítica que seguramente será coprotagonizada por los chiís libaneses, en el que prevalecerá el contrapeso de una nueva geoestrategia y una geoeconomía inédita, en las que descollarán los intereses condominales de Estados Unidos y Rusia.

Ese interés israelí en ocupar un espacio en el trazado de un diseño estabilizador resulta incongruente dado que Tel Aviv respaldaba, hasta este momento de su virtual derrota por la coalición rusosiria, con gran entusiasmo a los yihadistas del Emirato Islámico que intentaron derrocar a las cabezas de los Estados que no son afines al sionismo.

Desde marzo de 2011 los gobiernos de Israel, Arabia Saudí, Francia y Estados Unidos garantizaron a los yijadistas invasores de Siria e Irak el suministro de armas y apoyo aéreo. Irán, por el contrario, contribuyó con las fuerzas de Hezbollah a la derrota del Emirato; y además de las bajas sufridas por la organización política y militar chií de Líbano, un millar de iraníes derramaron su sangre luchando al lado de Siria.

Sería, por tanto, sorprendente que, siendo uno de los perdedores de esta guerra –que ha librado a través de intermediarios–, Israel estuviese en una posición de fuerza y poder que le permita imponer condiciones a la hora del desenlace.

Según varios medios informativos internacionales, el ministro de Defensa de la Federación Rusa, Serguei Choigu, calificó la exigencia israelí de irrealista, dado que el llamado Estado judío ocupa ilegalmente las alturas sirias del monte Yolán.

Estados Unidos y Rusia al parecer se han puesto de acuerdo en el tema de la creación de una zona neutral de 15 kilómetros que vendría a agregarse a la actual línea de demarcación del Golán. El primer ministro Netanyahu afirmó ante su audiencia que el ejército de Israel se reserva el derecho a intervenir en Siria "en función de sus necesidades en el tema de seguridad".