Polarizada políticamente como al parecer está cada día más Venezuela, la llamada oposición democrática que ojalá lo fuera, no se percató o no quiere enterarse que Nicolás Maduro aseguró ante tres millones de sus partidarios reunidos en Caracas –de acuerdo a fuentes oficiales, “cientos de miles” según agencias internacionales– el miércoles 19, que desea “ir pronto a elecciones para ganar definitivamente” lo que denominó la batalla que han llevado a cabo contra su gobierno.

Las oposiciones venezolanas en las que coexisten partidos de diverso signo, incluidos promotores de la violencia que asignan a jóvenes ajenos a sus filas y pandillas del crimen organizado, como la encabezada por El Jeferson, detenido con armas y explosivos, se movilizaron en varias ciudades con las exigencias: separación de poderes, elecciones anticipadas, liberación de un centenar de políticos presos y apertura de un canal humanitario para aliviar la escasez de alimentos y medicinas.

Elecciones que a pesar de lo dicho por el presidente no generó valoración de los líderes opositores que, por cierto, se disputan la posible candidatura presidencial común, así como las formas y los ritmos para enfrentar a lo que llaman “la dictadura”, a pesar de que el oligopolio mediático venezolano los favorece ilimitadamente, y el trasnacional, incluido el mexicano, reconstruyen los tiempos de la verdad única.

Como bien recordó Diego Osorno en SDP Noticias (5-IV-17): “El conflicto reciente de Venezuela tiene como origen un problema económico. Para tratar de salir de la crisis que enfrenta, el gobierno de Maduro debe establecer diversos contratos petroleros y mineros con empresas trasnacionales –sobre todo rusas–. Sin embargo, la Asamblea Nacional, controlada por la oposición, no le autoriza estas operaciones que darían un respiro económico a su administración. Los chavistas alegan que se trata de un boicot deliberado mientras que los opositores explican que es el procedimiento normal en una democracia”.

Así que “la apertura de un canal humanitario” es un recurso más para combatir a Maduro Moros, llevándose entre las patas las necesidades del país y su población, a la que dedican desde hace meses y para el extranjero la fórmula de la “crisis humanitaria”.

Las elecciones para gobernadores debieron realizarse en diciembre de 2016, pero el Consejo Nacional Electoral las suspendió y aún no fija nueva fecha. Las de alcaldes están previstas para 2017 y las presidenciales se realizarán en diciembre de 2018. Las oposiciones arguyen que los calendarios están determinados por los temores del Partido Socialista de perder.

El hecho es que la movilización de las oposiciones motivó el pronunciamiento presidencial que ignoran y optaron por persistir en las manifestaciones, en la confrontación, entusiasmados como están por el respaldo sin condiciones de los gobiernos de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Paraguay, Perú y Uruguay; con el destacadísimo papel de Luis Almagro como secretario general de la Organización de los Estados Americanos, organismo de triste memoria conocido como ministerio de las colonias por el papel de subordinada al Departamento de Estado de Washington que siempre desempeñó e insiste desempeñar.

Las gigantescas riquezas petroleras localizadas en Venezuela bien valen todo lo anterior y mucho más, pues el país era conocido antes del chavismo como la Venezuela Saudita, por el despilfarro que predominaba en las elites que se daban vida de jeques.

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