Hace 189 años, el Libertador Bolívar, un 7 de diciembre de 1824, desde La Magdalena en Lima, convocó el Congreso Anfictiónico en Panamá a fin de integrar a los países independizados. El sueño de Bolívar no logró su objetivo y al final Estados Unidos indujo a la desunión haciendo a nuestros países obedientes y sumisos a su concepción hegemónica. En la VII Cumbre de las Américas realizado en el Istmo, Obama fue derrotado por un concierto de países de Nuestra América. 

Los días viernes y sábado pasados se reunieron en Panamá los 35 presidentes y jefes de Estado de América y el Caribe constituyéndose el más significativo y complicado encuentro habido en la región en muchos años. Despertó expectativas haciendo que la Cumbre fuera trascendente. Nunca antes se habían reunido tantos países, se ha llevado a cabo en un momento de cambios significativos en la región y la creación del Alba, Unasur, Celac, impensables hace quince años.

Se pensó que la Cumbre estaría centrada en Raúl Castro y Barack Obama. No fue así. La joya de la Cumbre fue la injusta Orden Ejecutiva de Obama acusando a Venezuela de amenazar su seguridad interna y su política exterior. El decreto mereció el rechazo unánime de los países de Nuestra América y provocó la recolección de 11 millones de firmas ¡Obama deroga el decreto ya! desde el Alba hasta el Grupo 77 más China y del Movimiento de los No Alineados expresaron su solidaridad con Venezuela y rechazo al decreto, que el presidente Maduro llevó a Panamá.

La Cumbre mostró una América Latina y El Caribe no precisamente pro norteamericano, se observó un cuerpo continental, un bloque geopolítico propio.

Los Jefes de Gobierno mantuvieron coincidencias políticas e ideológicas, exigieron la supresión del maligno decreto.  Escuchamos los discursos de Castro, Correa, Morales, Maduro, Fernández todos defendieron a Cuba, exigieron a Obama que derogue el decreto contra la Venezuela, defendieron a Bolivia y su legítima de salida al mar, las Malvinas son argentinas.  Pero también se observó la debilidad del Perú y ausencia de Chile que marcaron la diferencia.

Notable el discurso del presidente de Cuba, Raúl Castro, considerado histórico, no solo para las fuerzas progresistas del continente, la misma CNN precisó lo mismo. Cuba fue escuchada en el mundo, la voz del revolucionario mayor que luchó en cientos de batallas contra el imperio exigió a los Estados Unidos respeto a la dignidad y a la soberanía de nuestros pueblos. 

Pero a Panamá también llegaron los terroristas procedentes de Miami a fin de orquestar un plan de ataque contra Venezuela y arribaron las esposas de López y Ledesma que la rancia derecha peruana recibió en Lima.  Al mismo tiempo, representantes de la derecha disfrazados de Organizaciones No Gubernamentales (ONGs) se hicieron presentes para cumplir órdenes determinadas y se obstaculizó el ingreso de movimientos sociales y fuerzas de izquierda de la región en la Cumbre paralela de los Pueblos, realizada en la Universidad de Panamá.

De todo esto, se desprende que en la Cumbre de Panamá, el país del norte, no ha podido recuperar su hegemonía perdida en la región. Su política nefasta contra Venezuela - por el momento - ha comenzado a desandar un nudo central ¿Por cuánto tiempo? La OEA se jugó el todo por el todo y Panamá se convirtió en su tumba definitiva.  La Patria Grande vive otro momento histórico que nada tiene que ver el pasado de sumisión.

Lima, 12 de abril de 2015