Cúcuta: ¿“antro” de la maldad imperial?

19/02/2015
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Abordar la frontera San Cristóbal - Cúcuta, desconociendo su particularidad socio-histórica y cultural, es a nuestro juicio, un suicidio. Desde 1543, desde el corregimiento de Tunja, y Pamplona en 1552, la hoy Colombia ha aspirado un corredor (espacio vital ) para su comercio intercontinental, para lo cual había que conquistar una salida por el lago de Maracaibo, dada la lejanía por el Magdalena y la dificultad topográfica por el Pacífico. De allí las “fundaciones “ de Mérida en 1558, San Cristóbal en 1561, la Grita en 1576, San Antonio de Gibraltar en 1591 y los pueblos de misiones en el sur del lago de Maracaibo ,a finales del siglo XVIII, en cuyos predios habitaban indígenas de filiación lingüística Chibcha: los Bari. Todo en función de dinamizar el comercio de mercaderías desde y hacia, lo que posteriormente se conocería como la República de Colombia.
 
Con la creación de la Capitanía General de Venezuela en 1777, se inició desde ésta una intensa y sostenida gestión, ya diplomática, ya violenta, o de hermandad histórica, social y cultural, que reclamaba la unidad de sus raíces, pero que en el fondo, reclamaban para sí, un espacio vital que por decisión de España, quedó en el hoy territorio venezolano.
 
Sabemos de las gestiones de anexión realizadas por los santandereanos en 1778, 1780, 1812, 1815 (Bolívar y la Carta de Jamaica ), 1825 ( unidad de San Cristóbal- Cúcuta ), 1830, 1855, 1868 (incursión armada de 400 soldados colombianos para derrocar al gobernador del Zulia Jorge Sutherland ),1901 Carlos Garbiria fue financiado por Colombia para derrocar a Cipriano Castro, en 1917-1926-1928, las petroleras promueven la formación del estado soberano del Zulia, con el territorio del antiguo Virreinato de Santa Fe, dado el temor a que Juan Vicente Gómez, no sirviera a sus intereses neocoloniales.
 
En 1948, tras la muerte de Jorge Eliecer Gaitán, un número importante de colombianos hallarán en Venezuela un refugio seguro, para resguardar su integridad, de los crímenes oligárquicos, que no perdonaban la efervescencia popular, ante el hambre y la miseria a la que le habían sometido, los ricos conservadores. Ello sin mencionar que a partir del alza de los precios del petróleo en la década de los 70 del siglo XX, se inició lo que algunos sociólogos han llamado: la invasión silenciosa; pero igualmente en 2005, políticos venezolanos jugaron a desmembrar la región occidental venezolana, para servir a los intereses de esa rancia y reaccionaria oligarquía colombiana ,con el proyecto denominado rumbo propio, del prófugo de la justicia venezolana, Manuel Rosales, retomado de alguna manera para 2010, por el presidente de la Asamblea Nacional colombiana, señor Armando Benedetti, el cual pedía nuevamente, por la vía diplomática, la anexión o la creación de los municipios binacionales, que a decir del comandante presidente Chávez, no existían en ninguna parte del mundo.
 
Por otro lado, las fronteras y en particular la de San Cristóbal- Cúcuta, es solo de derecho, de hecho no existe. Allí coexisten como un todo socio-histórico y cultural tachirenses y santandereanos, con familias e intereses de uno y otro lado de la línea demarcada como límite fronterizo, incluso con doble cedulación. Recuérdese que en tiempos de Gómez, fueron expulsados un número importante de tachirenses, (20.000 aproximadamente) hacia Cúcuta, donde no solo consiguieron refugio, sino que también formaron familias, que hoy habitan indistintamente de lado y lado de la frontera.
 
No obstante, la intención de la oligarquía colombiana y del imperialismo norteamericano, trasciende la realidad e incita un movimiento secesionista, dirigido a la ampliación de lo que consideran su espacio vital, y de parte de EEUU, la apropiación del petróleo, que como se sabe, posee esta región del occidente venezolano unas reservas certificadas de unos 26.000 millones de barriles petróleo, lo cual la hace mayor que la reserva de: Méjico, Colombia, Ecuador y Argentina.
 
 
En cuanto al contrabando de alimentos, combustible, gas, materiales ferrosos, plástico (estos dos últimos llevados desde Venezuela como chatarra) y otros, tiene su génesis a partir de la ruptura de la gran Colombia en 1830. Desde entonces Colombia (1833) decide colocar una aduana en su territorio, para pechar las mercaderías que salían y entraban por el puerto de Maracaibo, el gobierno de Venezuela haría lo propio, en 1844 (derogada en 1854, tras las presiones de los “zulianos “a partir de 1847 ) en su territorio, incidiendo esta doble tributación en el alza de los productos, y un estimulador del contrabando, hasta nuestros días.
 
En cuanto al petróleo y sus derivados, es una actividad mil millonaria (23.055.000 litros diarios) que involucra un variado número de actores civiles, militares e irregulares en armas o paramilitares y hasta niños en edad escolar, que ha incentivado en estos la deserción escolar, ya que la actividad vinculada al contrabando de extracción, le provee de una manera fácil, un ingreso económico para él y su familia.
 
Los alimentos extraídos, en su mayoría son los subsidiados por el Estado venezolano, con hasta con un 40% de su valor real, contribuye, junto a la gasolina y otros rubros (además de la raspadera de tarjetas de crédito y la venta de billetes de bolívares 100), a mantener a un número no menor de 10 millones de colombianos, que viven de este negocio, según voceros colombianos y venezolanos.
 
Como se puede deducir, Venezuela no solo le ha brindado seguridad, alimentos y solidaridad a los cerca de 5 millones de colombianos (certificados por el Partido Conservador, cuando en carta reciente le solicita al presidente Santos, defienda los derechos de los colombianos que habitan en Venezuela y a quienes el Estado venezolano, responsablemente les ha dado educación, vivienda ,salud, entre otros beneficios negados por la oligarquía y el gobierno de Colombia, a éstos , a los 4.700.000 desplazados y el 32 % de hambrientos, que registran las estadísticas de esta país suramericano), que habitan en nuestro territorio, desde 1948 cuando se inició la migración masiva, tras el asesinato del líder popular Jorge Eliecer Gaitán, también ha sido receptor de unos 5000 paramilitares “desmovilizados “ por el gobierno colombiano y colocados en Venezuela , esperando la orden de atacar el gobierno legítimo del presidente- camarada Maduro , tal como lo hicieron en febrero del año 2014 y denunciado por José Vicente Rangel, reiteradamente.
Es de hacer notar que Venezuela, ha sido usada, por Colombia como una especie de colchón, donde se amortigua la crisis estructural generada por las desigualdades socio-económicas de sus pobladores. Preciso es recordar que el 32 % de la población vive en estado de pobreza, 4.700.000 campesinos fueron desplazados de sus tierras, las cuales suman unas 9.000.000.de hectáreas, para ser entregadas a paramilitares, terratenientes y a las transnacionales, que como la Monsanto, provocan mayor dependencia científica-técnica, contaminación ambiental y pobreza de los pobladores. Se les obliga a los productores a comprar semillas certificadas y se les prohíbe el uso de las nativas , además de estrangular económicamente a los campesinos y grandes productores, que ven perder sus cosechas de papa y cebolla, toda vez que el gobierno promueve un TLC que permite la colocación de estos y otros rubros, a precios inferiores que los colombianos, provocando como ya ha sucedido en Méjico, las migraciones , el hambre y la muerte, intentando pasar al otro lado de la frontera, donde se cuecen todos los planes de limpieza étnica, practicadas en el planeta: EEUU. Sin embargo, el gobierno y la oligarquía, siguen actuando como cabeza de playa de EEUU, aliados de la OTAN y la Alianza del Pacífico, desde donde se pretende socavar la unidad de los pueblos de América en torno a la CELAC. Además de ser refugio de cuanto criminal, y antipatriota venezolano busque refugio en ese país. El caso de Carmona Estanga y el ejecutor del asesinato de Robert Serra, son pruebas más que suficientes.
 
Lejos del acercamiento entre vecinos y miembros del Celac, Colombia sigue mostrando su afección y servidumbre imperial hacia los EEUU, toda vez que en medio de los planes golpistas del fascismo internacional, y de aniquilamiento de nuestra revolución, sale a la defensa del ex presidente Pastrana (utilizado por la Alianza del Pacífico junto a dos, no menos serviles del imperio, como Calderón de Méjico y Piñera de Chile) que en días reciente aceptó convertirse en transmisor del discurso imperial, y multiplicador de sus mentiras contra el gobierno venezolano. Y por si acaso, los “vecinos”, su gobierno y oligarquía, acaban de adquirir un lote de tanques canadienses, los cuales colocarán en la franja fronteriza. Además de los aviones Tucanes, adquiridos por sectores opositores al gobierno venezolano y denunciados por José Vicente Rangel en diciembre de 2014, los cuales pretendían activar este 12 de febrero, para verter todo el odio contra el pueblo venezolano, sin importar edad, ni sexo, después de todo, por los objetivos a ser bombardeados , se corrobora que al fascismo criollo y al imperio nada les duele el país y sus pobladores, nos referimos a los opositores señalados por el presidente Maduro, de estar planificando el magnicidio.
 
Una vez más se cumple lo que ya es del conocimiento del pueblo venezolano: las balas a ser disparadas, no dicen solo para chavistas. Lo que importa es el beneficio, en nuestro caso las reservas de petróleo que posee el país y que EEUU necesita controlar, antes de que Irán les cierre el estrecho de Ormuz, por donde transitan 7 millones de barriles de petróleo por día , hacia Norteamérica, o Rusia desde Crimea, les cierre el Canal de Suez. Por lo antes expuesto, creemos que la postura pro-imperial de Colombia ,es la misma que en su momento asumió Santander contra Bolívar, Uribe contra Chávez, la misma que asumieron en 2001, cuando desde el vecino país se llevaría a cabo el Plan Balboa, para agredir- desde las 7 bases militares norteamericanas, ubicadas en territorio neogranadino- a la Revolución venezolana. En síntesis, para cumplir al lado de estas bases, más los paramilitares desplazados, hacia el territorio venezolano, lo expresado por el senador Paul Coverdell, ideólogo del Plan Colombia: “para controlar Venezuela necesario es militarizar Colombia”.
 
Luis Prieto es antropólogo e historiador zuliano.
 
 
https://www.alainet.org/en/node/167642
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