El Parlamento y sus muertos

05/07/2012
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La avalancha (des)informativa deja perplejos a muchos. Incluso los defensores del golpe parlamentario ya no saben dónde están parados. Acusan a la prensa de minimizar el apoyo a  Federico Franco, cuando que otros vemos exactamente lo contrario. Frente a este vendaval quisiera contribuir de alguna manera a que un artículo con apreciaciones a tener en cuenta no se pierda en la marea de la saturación mediática.
 
Me refiero a un texto publicado por estos días en este mismo portal bajo el título de La Patria Sojera y USAID detrás del Golpe de Estado, firmado por el abogado Orlando Castillo (disponible en: http://ea.com.py/la-patria-sojera-y-usaid-detras-del-golpe-de-estado/).
 
En primer término el autor señala que no deja de ser llamativo el golpe contra Lugo, siendo que la gestión de este fue totalmente favorable a la matriz acumulativa y al régimen de propiedad que reina en el país.
 
Posteriormente señala que los procesos de integración (con los muchos reparos que cabe señalar) como el Mercosur no fueron mal vistos por las metrópolis capitalistas en los años 90, por la misma naturaleza de los gobiernos de entonces, pero el recelo comienza a emerger con instituciones como la Unasur y con gobiernos contestatarios a la voluntad expansionista de los mercados centrales.
 
Paraguay es un eslabón geopolítico no menor en la región. Bajo el gobierno de Nicanor Duarte Frutos se permitió el ingreso de tropas norteamericanas con inmunidad absoluta en el territorio y hay razones para suponer que los EE.UU. no se resignarían alegremente que bajo el gobierno de Lugo esos tratados no se hayan prorrogado. Apenas ocurrida la destitución de aquel, el diputado oviedista José López Chávez se mostró deseoso, según manifestó a la 780 AM, de que EE.UU. retome su ayuda con la “misión humanitaria” de ese país a raíz de la “amenaza” boliviana. (Hace tiempo resuenan los cantos de sirena sobre la supuesta intención de Evo Morales de invadir el Paraguay). Misión humanitaria sostenida sugerentemente bajo la tutela de un cuerpo armado. Señaló también que el Pentágono se encuentra analizando el asunto y admitió que hay conversaciones en ese nivel. Hay que destacar que todas estas tratativas se entablaron con un gobierno cuya legitimidad aún está en duda, lo cual nos muestra que en asuntos de esta índole los ideales democráticos y libertarios que profesa el Norte son minucias de segundo orden.
 
En coincidencia con esto, “la Asociación Nacional Republicana (ANR), Partido Colorado, firma un Convenio de Cooperación con el brazo nacional de la USAID, el Centro de Información y Recursos para el Desarrollo (CIRD), que tiene como Gerente de Administración de la Organización a Álvaro Caballero Carrizosa, pariente del precandidato a presidente por Patria Querida, el empresario Miguel Carrizosa, partido que, juntamente con los oviedistas, colorados y liberales, votó por el Golpe Parlamentario. Al frente del CIRD se encuentra Agustín Carrizosa.
 
Este mismo convenio y trabajo se llevó adelante con los demás Partidos Políticos que llevaron adelante el Golpe. La fachada eran charlas con las bases sobre acercamientos políticos, pero en las cúpulas las discusiones habrían girado sobre otras cuestiones”, señala el artículo de referencia.
 
El prontuario de Álvaro Caballero Carrizosa está cuando menos bajo el estigma de la duda.  “Álvaro Caballero Carrizosa fue absuelto en un polémico fallo de la justicia, en la investigación del vaciamiento del Banco Paraguayo Oriental, por medio de la prescripción. Un vaciamiento de unos 135 mil millones de guaraníes, más de 30 millones de dólares al cambio actual”, agrega.
 
Así también señala la paradoja del discurso “soberacionista” del diario ABC Color, que realizó una campaña en duros términos contra la firma del protocolo Ushuaia II, que según el diario delega la soberanía a la interpretación ocurrente de los vecinos sobre qué constituye una ruptura del orden democrático, a partir de la cual se habilita la atribución de sancionar a los países en cuyo seno se tomen atajos para hacerse del poder.
 
Sin embargo, las convicciones patrióticas de este diario no se mostraron como tales cuando se trató el tema de hacer respetar las franjas de seguridad fronteriza y el catastro de tierras, bajo el supuesto de que perjudica el clima de negocios y la seguridad jurídica para las tan mentadas inversiones extranjeras. Las tierras en cuestión debían ser expropiadas, por lo que, considerando que la mayor parte de ellas están destinadas al cultivo de soja transgénica, aparecen directamente afectados los negocios de Monsanto, Cargill, las corporaciones agropecuarias y los capitales de dueños de medios con inversiones en el rubro, lo cual nos muestra que detrás del apoyo de la prensa al golpe había cuestiones más tangibles que la defensa de la institucionalidad y el Estado de derecho.
 
En esta misma dirección, los propietarios rurales “brasiguayos” se alinearon rápidamente con el actual gobierno y viajaron al Brasil para presionar a la presidenta Dilma Rousseff a fin de que valide el irregular proceso destituyente. Tranquilo Favero habría estallado de felicidad, pues hacía poco tiempo se mostró nostálgico de la dictadura de Alfredo Stroessner añorando las épocas de “paz y progreso”. Así también su deseo de tratar a palos a los campesinos se vio retribuido con creces en los trágicos sucesos de Curuguaty.
 
Castillo también pone en contexto la intencionalidad del Parlamento de desviar el foco de su deplorable gestión. En momentos en los que todas las diatribas apuntaban al Congreso por  el intento de ampliación de recursos para operadores políticos de la Justicia Electoral (proyecto vetado por el Ejecutivo) y la negativa de desbloquear las listas sábana, este se erige en el más férreo defensor de la “democracia, la soberanía, la honestidad y el buen desempeño público”. Es decir, exige a otros lo que ni por asomo está dispuesto a cumplir. Ahora pocos recuerdan el juicio a los ministros de la Corte.
 
Por otro lado, al tener en cuenta que los primeros gritos por el juicio político se levantaron desde las carpas del cartismo, no es desdeñable el siguiente señalamiento del mismo autor:
 
“El cierre de filas a favor del golpe de Estado que se concretaría meses después se da con la reunión entre Aldo Zuccolillo y Horacio Cartes, precandidato a presidente por el Partido Colorado. Luego de un mes de constante bombardeo periodístico de ABC y –detrás del mismo– de la prensa nacional, la reunión del 30 de enero de este año marca un hito importante en la consolidación de la desestabilización social. Cartes y Zuccolillo mantienen una reunión, donde el dueño de ABC sostiene su aval y apoyo al precandidato que se encontraría vinculado a varios hechos ilegales que lo llevan a estar en la lista de la DEA. Coincidentemente, tanto Cartes, impulsor del juicio político, al igual que Micheletti en Honduras, son elementos investigados por la DEA”.
 
El júbilo de los ganaderos con la remoción de Lugo, al punto que expresaron su total apoyo a Federico Franco y la suspensión del tractorazo, viene a coincidir raramente con otros hechos. Semanas atrás varios ganaderos, entre ellos el expresidente de la Asociación Rural del Paraguay, Néstor “Tito” Núñez, hijo mimado del diario ABC Color, fueron imputados por el represamiento ilegal de los cursos hídricos en el Chaco que desembocó en una grave inundación en la zona que se cobró al menos con 40.000 damnificados.
 
Que en Paraguay los procesos contra los poderosos queden en la nada no es un hecho novedoso. Pero igual advirtamos, como lo hace el artículo, que el gobierno golpista muy probablemente devolverá el favor a los hacendados con la desestimación de las causas.
 
Tomando prestadas las palabras de Rafael Barrett, cuando se habla de política, o de políticos, en Paraguay, no hace falta echar mano de mucha sociología. La proximidad de las elecciones nacionales y el apetito prebendario y clientelar de los partidos Liberal, Colorado, Unace y, aunque se haga el impoluto, Patria Querida, también viene a aportar algunas luces sobre por qué destituyeron a Lugo quedando tan poco de su mandato y estando las elecciones tan próximas. Pues precisamente por eso: para hacerse de los recursos del Estado y aceitar la maquinaria partidaria, que no se mueve por convicción, sino por angurria. Federico Franco ya está nombrando en puestos clave a sus familiares, reproduciendo a escala nacional lo que hizo en Fernando de la Mora: confundir el patrimonio público con el estrictamente privado.
 
Todo esto desemboca en un mismo nudo, en el que aparecen nuevamente involucrados elementos del Partido Colorado. Las tierras malhabidas de Blas N. Riquelme y una nota del diputado Óscar Tuma intimando al senador Efraín Alegre para que el Congreso intervenga a fin de hacer efectivo el desalojo de Campos Morombí, procedimiento finalmente realizado con las trágicas consecuencias que hicieron de coartada para defenestramiento del presidente Lugo.
 
No es descabellado pensar que la matanza, tanto de los policías como de los campesinos, haya estado planificada por los mismos ideólogos del juicio político, pues a fin de cuentas, como sostuviera Jean Paul Sartre, la guerra siempre la hacen los ricos y en ella van a morir los pobres.
 
Por algún lugar andará Río Tinto, cuyo proyecto de hacerse de la energía paraguaya a un precio irrisorio parecía algo trunco, pero la nueva administración lo reflotó como una de sus primeras medidas. Otros no pueden evitar recordar aquella reunión entre el entonces vicepresidente Federico Franco, militares y otros opositores en la Embajada de EE.UU., bajo el auspicio de la propia titular de la sede diplomática en ese tiempo, Liliana Ayalde, y en la que se habría hablado precisamente de juicio político.
 
Finalmente, EE.UU. vende la imagen de que no le importa mucho su patio trasero. Algunos le creemos, pero el viaje de Cartes, hombre de dudosa reputación y frecuentemente vinculado con negocios ilícitos, a los EE.UU. para reunirse con representantes de autoridades bancarias, según la agenda pública, y el inmediato proyecto de instalar bases militares norteamericanas apenas consumada la destitución de Lugo son curiosas coincidencias. Los escépticos dicen, en cambio, que las coincidencias no existen o, cuando menos, difícilmente son casuales.
 
 
https://www.alainet.org/en/node/159349
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