12 de octubre: pasado, memoria y presente en Argentina

10/10/2011
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Este 12 de octubre se cumplen 519 años desde aquel nefasto día en que los europeos invadieron nuestro continente Abya Yala.
 
En Argentina, en general la clase media en las ciudades y especialmente Buenos Aires, lo usa para salir por unas cortas vacaciones.
 
Aunque no se festeje más como el Día de La Raza, los gobiernos de turno y la iglesia lo toman como un día de “reflexión” y de paso tratar de capitalizarlo políticamente y hablar de la argentinidad. Este Estado y la iglesia, retrógrada como siempre, imponen los valores cristianos como si en argentina existiera una sola cultura, negando la espiritualidad y filosofía de los pueblos originarios. Recordemos que la “Bula Papal” impuesta por el Vaticano mediante el papa Alejandro VI en 1493, por la cual el mismo y en nombre de Dios se apropiaba de este continente y la “entregaba” a los colonizadores “con los naturales adentro que debían ser esclavizados y convertidos”, sigue vigente. Esta Bula Papal nunca fue abolida ni rectificada por la iglesia. Los estados latinoamericanos que se fundaron fue bajo esa premisa de disponer en nombre de Dios de este continente.
 
Otro 12 de octubre sin que las aspiraciones, reclamos y propuestas de los pueblos originarios tengan algún tipo de respuesta por parte del Estado argentino, que a través del gobierno nacional y los gobiernos provinciales,  niega sistemáticamente los derechos ancestrales de los veinte y tanto pueblos que vivimos dentro del estado argentino.
 
En el gobierno de Néstor Kirchner y el último de Cristina Fernández,  que finaliza y que según las encuestas inaugurará otro periodo mas, nunca han tenido una política para los pueblos originarios y de hecho muy rara vez se los menciona. Solo algunas veces para dar a conocer algún plan asistencialista a los cuales apoyamos. Reconocemos que muchos hermanos y hermanas indígenas han recibido sus jubilaciones y otros beneficios sociales como hacia mucho tiempo no se hacía. Lo que seriamente cuestionamos es la falta de voluntad política de un diálogo para hablar de derechos y de políticas como pueblos diferentes que somos y con los cuales el Estado tiene una gran deuda por haber sido el responsable directo del genocidio, del despojo de los territorios ancestrales y la negación de nuestra identidad. Estos temas nunca han estado en la agenda del gobierno nacional ni en los gobiernos provinciales. Ni siquiera han dado respuesta a las propuestas de los pueblos originarios sobre estos temas fundamentales.
 
En estos momentos se habla mucho de la Ley de extranjerización de Tierras propuesta en el Congreso, pero nada de la distribución y uso de la misma. Para los pueblos originarios no hay diferencia entre la posesión de la tierra por parte de la oligarquía tradicional argentina, los grupos financieros sojeros, compañías mineras o los extranjeros –argentinos que han comprado millones de hectáreas en los últimos diez años.
 
Los grupos económico-financieros actúan con total impunidad, y creen que porque tienen títulos de propiedad de las tierras, ya sea porque las heredaron, se las entregaron por colaborar con los militares o los grupos financieros que las han comprado, con tal de conseguir logros económicos, tienen el derecho de hacer lo que quieran con la naturaleza, la biodiversidad y la gente con la cual comparte el planeta. Estos grupos apoderados de la tierra tienen un total irrespeto por el resto de la población. Todo lo contrario a la filosofía de los pueblos originarios quienes decimos que la tierra no nos pertenece, nosotros pertenecemos a ella.
 
El plan estratégico agrícola alimentario elaborado por el gobierno contempla fundamentalmente el aumento de la producción. Esto implica mas contaminación y despojo de las tierras a campesinos y pueblos originarios. Todo esto para poder exportar más (hacer dinero) pero no habla del derecho de los pueblos originarios y campesinos a vivir en ella, el cuidado absoluto de la sagrada salud de la población y el derecho de vivir en paz y armonía disfrutando de la misma.
 
Nada cambia si no hay una política de distribución, uso de la tierra y cuidado del medio ambiente y la salud de la población que están siendo contaminadas con los millones de agrotóxicos que se arrojan encima a la Madre Tierra con una total falta de responsabilidad.
 
Los gobiernos de Kirchner y Fernández inauguraron una política de derechos humanos como ningún otro lo hizo a la cual apoyamos y celebramos el juzgamiento y encarcelamiento de los genocidas represores de la dictadura militar.
 
Se habla mucho de memoria y que los crímenes de lesa humanidad no prescriben. Sin embargo pareciera ser que el genocidio del Estado masacrador argentino en contra de los pueblos originarios, sí ha prescrito porque jamás se lo menciona y menos aun, ha sido reconocido oficialmente. Las masacres, apropiación de nuestros niños, fue un plan sistemático del gobierno de ese entonces y perpetrado por el ejército en la llamada “Campaña del Desierto (Porque ellos no vivían allá, era desierto). Hoy día vemos con mucha preocupación que en un estado democrático, la represión continúa en contra de aquellas comunidades que reclaman sus derechos ancestrales y un cambio de la política de despojo, contaminación y destrucción de la Madre Tierra.
 
Los crímenes de los hermanos indígenas como Chocobar, Calchaquí,  López y  Qom,  que fueron asesinados por terratenientes que se apropiaron de sus tierras continúan impunes. La justicia esta casi totalmente parcializada con los poderosos usurpadores sin que los gobiernos,  ni nacionales ni provinciales,  se pronuncien o tomen medidas al respecto. Ellos no son las únicas victimas pues los compañeros campesinos que luchan por conservar sus territorios también son reprimidos. La represión en las provincias de Formosa, Jujuy, Salta, Neuquén, Tucumán, Santiago del Estero y otras es una constante en la vida diaria.
 
Los dirigentes que se oponen a esas políticas son estigmatizados y desprestigiados. Parecería ser que lo único que importa es ganar elecciones y darles a los gobiernos todo el aval, un cheque en blanco, rogar para que ojalá hagan un buen gobiernos y en cuatro años volvemos a hablar nuevamente para elegir a nuevos gobernantes.
 
Tanto el gobierno de Cristina Fernández (posible ganadora de las elecciones) como los cuatro candidatos que le siguen en las encuestas, no tienen en sus plataformas de gobiernos ningún plan para dar respuesta a las propuestas de los pueblos originarios y menos aun, entablar un diálogo de igual a igual.
 
Personalmente por ser uno de los "viejos" del movimiento de pueblos originarios, me emocionó ir al velorio de Néstor Kirchner en la casa de gobierno y ver tantos jóvenes manifestando sus sentimientos y simpatías con la familia por tan inesperada pérdida. Me trajo a la memoria los años vividos en lo setentas con la Juventud Peronista (que eran uno de los pocos grupos políticos con quienes podíamos hablar de alianzas) Tantos compañeros a los cuales muchos no los volví a ver por ser secuestrados por los grupos parapoliciales peronistas-fascistas y después la dictadura militar. Luego con mucho dolor me fui del país en un largo exilio como tantos otros.
 
Este verano pasado, con mucha decepción volví a ver a estos jóvenes de la Agrupación Campora (con mucha influencia en el gobierno), amedrentando e intimando a los hermanos Qom de la comunidad La Primavera que estaban acampando en la Avenida 9 de julio para que abandonen el lugar pues de esa manera  se desprestigiaba a gobierno nacional y al gobernador feudal de Gildo Infran de Formosa. Luego me enteré que la misma agrupación volvió a hacer el mismo triste papel en Formosa, apoyando al candidato de este señor Infran y en contra del verdadero candidato Qom que ya había sido elegido anteriormente pero que el gobierno le impuso una nueva elección.
 
Pareciera ser a que a estos jóvenes les han dicho que hacer política es convertirse en guardianes, obedecer y sin discutir ni criticar nada,  pues eso es “funcional a la derecha”.
 
Hoy día, el movimiento de los pueblos originarios está desarticulado, un poco por nuestra incapacidad por no poder articular un acuerdo mínimo para fijar objetivos y un plan de acción. La alianza con los sectores oprimidos, campesinos, trabajadores, intelectuales y otros sectores interesados no se está dando como debería ser.
 
El Estado celebra esta atomización nuestra, pero tampoco se queda inactivo y esta promoviendo la división apoyando aquellos hermanos que trabajan en el gobierno con sueldo, viáticos y reuniones en hoteles. Con el dinero del pueblo han construido aparatos que solo sirven a la política del Estado.
 
Los instrumentos internacionales, como el convenio 169 de la OIT, la Declaración Universal de los Derechos de los Pueblos Indígenas que el Estado argentino ha ratificado, en la práctica no se aplican y son violados diariamente. La Constitución misma de la republica argentina no se aplica ni se respeta.
 
Los aparatos oficiales como el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas, INAI, y la Secretaría de Pueblos Originarios de la Secretaria de Medio Ambiente son instrumentos de divisiones y manipulación de las organizaciones e individuos que al recibir sueldos y beneficios económicos se convierten en aliados incondicionales del Estado, con graves perjuicios para nuestros pueblos manejando dinero del Estado pues tratan de deslegitimizar a las organizaciones y comunidades que luchan honestamente en favor de sus pueblos para tener una vida más digna.
 
El próximo gobierno de Cristina Fernández que asumirá por cuatro años y que según las encuestas ganara las elecciones generales, pues se supone que tendrá mayoría absoluta, tendrá la oportunidad histórica de reparar los daños causados por este Estado y las elites expoliadoras. Entablar un diálogo con los pueblos originarios y dar respuestas concretas a sus demandas ancestrales.
 
Pero para los pueblos originarios, no es solo un momento coyuntural por las elecciones que se avecinan. No es ni debe ser un tema que solo nos atañe a nosotros. Debemos hacer alianzas con todos los sectores marginados, empobrecidos y todos aquellos que vean y sientan que es necesario crear otra sociedad. Es necesario transformar esta sociedad a la cual muchos la consideramos obsoleta y que fue fundada hace doscientos con un sistema mercantilista y luego capitalista traídos de Europa. Este sistema perverso de acumulación de riquezas que lo único que promete es el “crecimiento y desarrollo”, trae consigo el desprecio por la vida de los demás y la Madre Tierra. Tiene que dar paso a un modelo de sociedad donde la distribución de las riquezas, el respeto a vida, la diversidad y la vida armoniosa sean respetados y celebrados.
 
¡Es un compromiso con la vida y las próximas generaciones!
 
Nilo Cayuqueo es mapuche de la llamada “Tribu de Coliqueo” en Los Toldos, Provincia  de Buenos Aires. Integra la Comisión mapuche La Azotea, Abya Yala Nexus y Mundo Indígena internacional. Fue fundador y director de la revista Noticias de Abya Yala, Abya Yala News. nilocayu@gmail.com
https://www.alainet.org/en/node/153210
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