Una lectura sobre de los hechos del 30 de septiembre del 2010

Golpe de Estado mediático en Ecuador?

05/07/2011
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
-A +A
La urgencia con la que el Gobierno del Presidente Rafael Correa Delgado ha aceptado lo que los insubordinados del jueves 30 de septiembre exigían es la demostración más concluyente de que no hubo un Golpe de Estado en el Ecuador, sino una expresión violenta de descontento del personal de tropa de la Policía Nacional y de las Fuerzas Armadas por la vigencia de la Ley Orgánica de Servicio Público, que había sido resistida también por los trabajadores organizados del Estado, aprobada la víspera en la Asamblea Nacional con el artificio de un veto presidencial, procedimiento que se ha vuelto usual de los últimos tiempos, para imponer los criterios del Ejecutivo, causando discrepancias también con un buen número de parlamentarios del Bloque gobiernista. En efecto, apenas el 4 de Octubre, esto es 4 días después de los acontecimientos, el Régimen se allanó a la extensión de los beneficios económicos de “promociones, bonos y condecoraciones” para policías y soldados hasta diciembre del 2010, con el compromiso adicional de que en el  2011 esos beneficios serán sustituidos por compensaciones salariales. Algo más, para curarse en sano de potenciales y nuevas manifestaciones de protesta armada han procedido a una revisión retroactiva de remuneraciones, desde enero del 2009, para los rangos de capitanes, mayores, suboficiales primeros y suboficiales mayores de la Policía y las Fuerzas Armadas, atendiendo otra de las demandas de los uniformados.
En la misma línea, destinada a morigerar el clima de tensión creado por la intransigencia verbal del Presidente, el poderoso Secretario Jurídico de la Presidencia, el socialcristiano Alexis Mera, ha dicho que: “El gobierno piensa que los sucesos de la Base Aérea de Quito y los incidentes de la Recoleta no constituyen infracción penal. No tipifican como delito”.[1] Por tanto, mientras se derrumba la hipótesis del Golpe de Estado los únicos chivos expiatorios parecen ser los policías inculpados y algunos miembros de la oposición política al actual Gobierno.
Versiones que se atascan
Sin embargo,  es difícil aceptar que un movimiento de semejante envergadura,  que se extendió como un reguero de pólvora por casi todos los cuarteles, especialmente policiales, en las 24 provincias del País, los mismos que se comunicaban por su sistema de radio institucional, que se tomó los aeropuertos internacionales de Quito y Guayaquil, que obligó a una negociación en la sede del propio Ministerio de Defensa, en la Recoleta, entre el Ministro y los militares irritados por la nueva afectación a sus ingresos; hecho admitido por el titular de esa cartera que ha declarado: “El 30 de septiembre hubo una discusión dura e intensa con los militares”, aunque ahora dice que no hubo una negociación sobre el tema de sus demandas.[2], todo como parte de una jornada trágica y triste que tuvo como epílogo  9 muertos y alrededor de 300 heridos, más las pérdidas económicas correspondientes, y los daños invalorables a la institucionalidad democrática. Un sismo de tal intensidad no  puede explicarse por la versión oficial de la conspiración que olvidando el aforismo de que “una sola chipa puede encender la pradera”, sobrevalora los poderes de Sociedad Patriótica, los hermanos Gutiérrez[3] y algunas otras fuerzas políticas de oposición, que, como es comprensible desde su lógica, trataron de pescar a río revuelto en las tensas horas en que el Presidente de la República permanecía virtualmente inmovilizado por los gendarmes que le impedían salir del Hospital de la Policía, situado junto al Regimiento Quito, en una medida de presión destinada a obligarle a revisar el contenido del veto presidencial.
Esa “detención” y el misterio sobre la posición del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas que, según se sabe ahora, estaban reunidos con el Ministro en la Sala de “Guerra” buscando una salida negociada a sus propias demandas, determinaron que recién a las 11h20 el Jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, General Ernesto González, haga una primera declaración de prensa en el Consejo Nacional Electoral en la que afirma: “Estamos en un Estado de derecho. Estamos subordinados a la máxima autoridad, que es el señor Presidente de la República”.[4] Como, al parecer, esta declaración no se difundió de modo suficiente para aclarar el confuso panorama creado en el País, a las 14h00 se produce una nueva Rueda de Prensa y/o difunden otra vez las declaraciones militares en las que el mismo Jefe del Comando Conjunto reitera que se subordinan al Presidente de la República, pero, advirtiendo que solicitan “encarecidamente que la mencionada Ley ( Orgánica de Servicio Público) sea revisada o dejada sin efecto para que el personal de servidores públicos, militares y policías, no se vean afectados en sus derechos”.
Los militares ignoran la Constitución
Las declaraciones del Jefe Militar, si bien ayudaron a esclarecer el enrarecido ambiente político, eran absolutamente impertinentes y demostraban que los mandos militares seguían actuando según el viejo mandato de las Constituciones de 1979 y 1998 que les convertía en garantes del ordenamiento jurídico y que olvidaban que uno de los cambios esenciales de la Constitución de Montecristi, aprobada en referéndum por el pueblo ecuatoriano, es el que se establece,  en el Artículo 158, que dice:
“Las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional son instrumentos de protección de los derechos, libertadas y garantías de los ciudadanos.
Las Fuerzas Armadas tienen como misión fundamental la defensa de la soberanía y la integridad territorial.
La protección interna y el mantenimiento del orden público son funciones privativas del Estado y responsabilidad de la Policía Nacional.
Las servidoras y servidores de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional se formarán bajo los fundamentos de la democracia y de los derechos humanos, y respetarán la dignidad y los derechos de las personas sin discriminación alguna y con apego irrestricto al ordenamiento jurídico”.
Mandato que se complementa con lo dispuesto en el Artículo 159 que ordena que:
“Las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional serán obedientes y no deliberantes, y cumplirán su misión con estricta sujeción al poder civil y a la Constitución”.
De modo que el Jefe del Comando Conjunto no era el funcionario llamado a esclarecer si estábamos o no en Estado de Derecho y tampoco tenía facultades para solicitar que sea revisada o dejada sin efecto la Ley Orgánica de Servicio Público.
La temeridad del joven Presidente
Tampoco es correcta y admisible la versión, también simplista, que reduce la causalidad a la imprudencia o mejor temeridad del joven Jefe de Estado que fue a meterse en el ojo del huracán, es decir, el Regimiento Quito, donde se hallaban amotinados unos 1.500 policías, de los 40.000 que tiene aproximadamente la Policía Nacional del Ecuador.
El propio Correa ha dicho, a modo de explicación, que ese es su estilo,[5] ir al lugar en el que se produce un problema, más su certeza de que los policías habían sido bien tratados económicamente en su Gobierno y que lo recibirían con la misma simpatía que le habían demostrado en sus recorridos por las 24 provincias de la Patria.
El Presidente evalúa la circunstancia
En ese momento se genera una situación de peligro extremo que ha sido evaluada por el propio mandatario en una entrevista concedida al Diario mexicano “La Jornada”:[6]
–¿Qué pasó por su cabeza, pensó que de verdad podía morir?

–Sí, claro, no en uno, sino en varios momentos. Ahora sé que cuando a mí me llevaban al hospital, entre los gases y los sublevados que me golpeaban, el director del Hospital de la Policía (César Carrión) mandó poner candados para que no pudiéramos entrar. La seguridad mía tuvo que rastrear el área, penetró por otro lado, quitaron los candados y abrieron. Luego declaró a CNN que yo no estuve secuestrado, sino que estuve perfectamente atendido.

“¿Cual es la verdad? Que cuando nos llevan a emergencias no nos dejan salir, tuvimos que refugiarnos en el tercer piso con la poca seguridad que tenía en ese momento y cerramos la puerta. La quisieron tumbar. Siempre estuvimos acorralados, hasta que llegó una unidad de elite a darnos resguardo.

Hubo tres o cuatro momentos en que sí sentí la muerte muy cerca. Uno, cuando golpeaban la puerta del tercer piso estos salvajes para buscarnos. No nos venían a saludar, ¿verdad? Y después…”

Correa se detiene unos segundos, da un gran suspiro. Es notorio que está reviviendo momentos de gran intensidad. Se repone instantáneamente y sigue:

“Después viene mi seguridad y me dice que interceptó comunicaciones con la orden de matarme, que ya vienen, están subiendo francotiradores. Se oía la balacera. Yo lo único que hice fue rezar un padrenuestro y acostarme en el piso de la habitación.

“Otro momento fue durante el rescate. Balas por todos lados. Llegaron a rescatarme en una silla de ruedas, tengo 25 puntos en la rodilla de la última operación. No se podía salir por la puerta principal. Tuvieron que esconderme unos 10 minutos en un cuartito de limpieza, oscuro. Dieron la orden de salir por atrás y ahí también nos balearon. Con todo mi equipo sentíamos la muerte muy cerca, pero hubo mucha serenidad.”, concluye su relato.
 
La versión del Jefe de Estado es patética y al leerla uno no puede explicarse cómo el Presidente llegó a colocarse en esa situación extrema y dramática.¿ O ejerce el poder desde una soledad tan absoluta que ninguno de los “Cortesanos” de Palacio se atreve a hablar con el Soberano?.¿ O, para no hablar de incapacidad, sus ministros y los equipos de inteligencia que le rodean minimizaron el impacto de la Ley Orgánica de Servicio Público, sólo así puede entenderse que el veto Presidencial haya archivado la negociación realizada con policías y militares por las asambleístas María Augusta Calle[7] y Nívea Vélez y que fue incorporada y aprobada en el texto para el segundo y definitivo debate por la Asamblea Nacional.
La corresponsabilidad de la Asamblea Nacional
Cuando llega el veto Presidencial muchos de los asambleístas del bloque de Gobierno se someten y se transforman en corresponsables de lo que ocurre al día siguiente. Lo dice la presidenta de la Comisión que redactó el texto original de la Ley, la lojana, Nívea Vélez: “Hay una clara responsabilidad de la Asamblea, por no haber sabido escuchar, por no mantener independencia en la tarea de legislar. Somos corresponsables. Después del veto se cambio de opinión, me refiero a los asambleístas del oficialismo, que no pudieron mantener su posición.”
Vélez insiste: “Yo presenté ante el Pleno una moción exclusiva sobre el artículo de la Policía y el Ejército, para que se mantenga la vigencia de las condecoraciones, resaltando que en el texto aprobado en la Asamblea ellos solicitaron ser excluidos de los beneficios de la jubilación, a cambio de que no se les quitaran las condecoraciones, este punto fue negociado con ellos”.
Por su parte la asambleísta María Augusta Calle, de Alianza País, ha reconocido que ella fue la interlocutora entre la Asamblea, la Comisión y las distintas ramas de la fuerza: “Cada artículo se trabajó al milímetro, cada tema fue negociado”.[8]   
Al parecer el equipo de Gobierno tampoco había evaluado varios otros factores potencialmente explosivos como el choque del régimen con la Unidad de Investigaciones Especiales de la Policía Nacional, UIES, a raíz del ataque de Angostura, aparato de inteligencia directamente controlado y financiado por la Embajada yanqui en Quito, las asimetrías notables entre los incrementos de sueldos a los oficiales y personal de tropa, hechos por este Régimen, que favorecieron a los primeros tanto entre los militares como entre los policías; las afectaciones previsibles a intereses concretos de oficiales y policías por las anunciadas separaciones de la Policía Nacional de las poderosas unidades que hoy se ocupan de los asuntos migratorios y el tránsito.
Parece que fallaron también los asesores e íntimos amigos que, como Alexis Mera, reducen el problema de la seguridad del Estado y el Gobierno, a la fidelidad de la policía y los aparatos armados. Al parecer el único que había leído El Príncipe y llamó al pueblo a defender al Presidente fue el Canciller Ricardo Patiño.
Niegan conmoción interna, Golpe de Estado y secuestro
Para mayor confusión, el día de los acontecimientos, los propios funcionarios del Gobierno de Correa, por precipitación, superficialidad o porque aún no se había coordinado el libreto para difundir una versión gubernamental, desestimaron la hipótesis del secuestro, el magnicidio y el Golpe de Estado.
A las 14h23 Alexis Mera, Secretario Jurídico de la Presidencia, durante la cadena oficial dijo: “El Presidente va a venir a Carondelet; en este momento está bajo cuidado médico”. ¿ Estaba enterado de que se había iniciado el operativo militar y da pistas falsas?
A las 15h11 Vinicio Alvarado, mago de la publicidad y Secretario de la Administración, hizo una lectura de los acontecimientos a través de la cadena encabezada por Ecuador TV en la que dijo lo siguiente: “…hay que diferenciar algo, aquí no tenemos un estado de conmoción social… simplemente hay una demanda puntual de una Institución del Estado, de un grupo que no está de acuerdo con una medida administrativa… para concluir: Existe el descontento de un grupo que demanda determinadas prerrogativas administrativas”…[9] Sus declaraciones dejaban sin piso el Estado de Excepción  que había sido declarado horas antes por el Presidente de la República.
A las 15h33, Ecuador TV, que hace de matriz de la cadena nacional, difunde las declaraciones del Jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas en las que señala: “El motivo que origina esta crisis… es la probable promulgación de la Ley Orgánica de Servicio Público, para lo cual solicitamos encarecidamente que la mencionada Ley sea revisada o dejada sin efecto”.
A las 16h30 el General Freddy Martínez, Comandante General de la Policía Nacional, en declaraciones a AFP, dijo que el Presidente Correa “no está retenido”.
A las 17h11, Doris Soliz, Ministra Coordinadora de la Política, declaró a la CNN, algo mucho más contundente: “No se trata de un Golpe de Estado, es una indisciplina evidentemente grave que ha movilizado al País, pero por un asunto de carácter económico y administrativo de un sector de la tropa”.[10]
A las 17h30 Miguel Carvajal, Ministro de Seguridad Interna y Externa, desde el Palacio de Carondelet, expresó en una entrevista difundida por la cadena gubernamental: “El Presidente no está secuestrado, él recibió atención médica en el Hospital de la Policía, está con guardia del servicio de seguridad presidencial y también con la atención de policías, por lo que no está secuestrado y, en el momento que el Presidente y los médicos decidan que salga, pues saldrá”.
A las 18h03, Freddy Ehlers, Ministro de Turismo, dijo en Ecuador TV: “Acabo de hablar con Gustavo Jalkh( Ministro del Interior) que está junto al Presidente…El Presidente Rafael Correa está comandando la Nación desde el lugar en donde se encuentra este momento( Hospital de la Policía), está disponiendo todo lo que se debe hacer y actuar”.
A las 18h09, El Presidente Rafael Correa declaró a la cadena nacional: “Lo escuchaba a Freddy( Ehlers) decir que el Presidente está gobernando la Nación desde el Hospital, y tiene razón Freddy. Todo el día he estado en contacto con todos los sectores de la Patria”.[11]
El testimonio del Director del Hospital Policial
Desvirtuando la versión de que el Presidente estuvo secuestrado, en el sentido de aprehendido o detenido, bajo amenaza de muerte, para lograr su renuncia, en el Hospital de la Policía Nacional, el Director del mencionado Centro, Coronel César Carrión, ha ratificado su versión de que el Presidente Rafael Correa fue recibido, ayudado y tratado como un paciente, agregando que no estuvo secuestrado, tal como lo dijo inicialmente en declaraciones a CNN en español y lo ha ratificado, de modo invariable, ante los mandos policiales, los medios de  comunicación y la opinión pública. La versión del Coronel se confirma con un video inédito, filmado por un aficionado, en el que se ve el instante en que “Carrión abre la puerta - de acceso al área del Hospital - y el presidente Correa ingresa. Enseguida lo toman en brazos y lo cargan gradas abajo. Se ve que Carrión desciende adelante del grupo”.[12] En este video se observa al Presidente con signos de desvanecimiento. Si recordamos que el ciudadano Presidente había sido operado pocos días antes, atropellado por los policías insubordinados y sufrido el impacto directo de bombas de mostaza y de gas lacrimógeno lanzadas en su contra, puede entenderse que su versión sobre la conducta seguida por el Coronel César Carrión haya sido inducida por alguno de los miembros de su equipo de seguridad.  
Quienes secundan la versión del Director del Hospital Policial dicen que el Presidente siguió acompañado de su Guardia Personal, comunicándose con sus Ministros desde la Habitación del Hospital que ocupaba en el Tercer Piso, recibió a algunos funcionarios y miembros de la Asamblea Nacional y que negoció dos veces con los insubordinados y que incluso les dio un ultimátum.
Correa recibe llamadas telefónicas del Presidente Hugo Chávez
En un discurso pronunciado por el Presidente de Venezuela Hugo Rafael Chávez Frías, en el Acto conmemorativo del décimo aniversario del Convenio Integral de Cooperación Cuba Venezuela,[13] el 8 de noviembre del 2010, recuerda que fue Raúl Castro, Presidente de Cuba, el que habría dicho en Managua, cuando derrocaron al Presidente Zelaya de Honduras: “El próximo puede ser Correa”. Agregando: “Me acordé mucho de ti ese día, cuando ví a Rafael secuestrado en el Hospital de la Policía y dispuesto a morir”. “Que, por cierto, yo tuve que volar a Buenos Aires, pero yo no quería arrancar. Digo: “Dios mío, pero está situación está allí muy tensa”, y yo había hablado con Correa como dos o tres veces por un celular que tenía una asistente de él, que logró entrar al Hospital, y logré hablar con un capitán de la marina ecuatoriana, era el único edecán, hablé con él unos minutos, preguntándole, “Cuál es la situación? Mire, ¿cómo van a hacer?
El Presidente Chávez explica:
“Hablé con Correa dos o tres veces desde el avión”, ya habíamos pasado Bolivia”.
Correa me dice:
“Bueno, Hugo, no, ya nos comunicamos con un comando del Ejército y van a lanzar la operación de rescate; porque él me había dicho varias veces antes, que él no había dado la autorización porque iba a haber una masacre, estaba preservando no sólo su vida, no, eso estaba rodeado de gente, del pueblo, policías, militares, francotiradores, una situación demasiado riesgosa para todos, y un hospital además, enfermos allí que estaban, los sacaban de los pisos. Entonces me dice: No, no, yo no he ordenado, ya hay un comando del ejército que está ubicado, pero está a orden mía. Después me dice, la última vez que hablé con él desde el avión me dijo: “No, no van a lanzar la operación en pocos minutos”. Entonces, yo, bueno, rezando, qué más podía hacer, a 30.000 pies de altura, de Bolivia a allá, sobre territorio argentino estábamos ya, cruzando la frontera entre Bolivia y Argentina. Y entonces le dije: “Mira Rafael te voy a decir algo que una noche parecida a esta que yo viví, me dijo alguien por teléfono también, le dije, te voy a repetir lo que Fidel me dijo por teléfono la noche del 11 de abril, en situación parecida, me dijo: “Chávez, tú harás lo que tú quieras, pero tú no mueres hoy, Chávez”, así le dije: “Rafael, haz lo que tú quieras, pero te voy a repetir la misma frase: tú no mueres hoy, Correa, porque está historia está comenzando apenas”. “Desde aquí un saludo a Correa y al pueblo ecuatoriano, a los pueblos que luchan contra el imperio y sus lacayos”.[14] Concluye Chávez en medio de una fuerte ovación.
El testimonio del Presidente Hugo Chávez pone de manifiesto dos aspectos éticos en la conducta del Presidente ecuatoriano, primero, su preocupación porque se podía producir una masacre durante el operativo militar para su rescate; y, segundo, su valor personal, su decisión de morir, defendiendo sus puntos de vista.
¿Qué es un Golpe de Estado?
Aunque en América Latina existe un larga experiencia práctica, fomentada por el Imperialismo y la voracidad oligárquica, en materia de golpes de Estado, es necesario, para no seguir en un debate de sordos, recordar, brevemente, ¿qué es un Golpe de Estado?, a fin de que los analistas y estudiantes puedan juzgar con mejores argumentos y pruebas lo ocurrido, a medida que se vayan revelando los hechos que se llenaron de opacidad por la Cadena Nacional de Radio y Televisión del 30 de Septiembre.
En mi Biblioteca personal encuentro un clásico sobre el tema: “Técnica del golpe de Estado” del italiano Curzio Malaparte. En ese texto, que resume varias experiencias del Viejo Mundo, se dice, en esencia:
Un Golpe de Estado es la “acción violenta de apropiación de los instrumentos del poder por una minoría armada”.[15]
Es una máquina compuesta por un puñado de hombres dispuestos a todo, adiestrados y acostumbrados a herir rápidamente, duramente, los centros vitales de la organización técnica del Estado.[16] Para poner en movimiento esa máquina hacen falta técnicos preparados que copen los ejes del poder y controlen rápidamente todos los puntos estratégicos que determinan la vida del Estado: los cuarteles y los rastrillos donde se guarda el armamento, los medios de comunicación y transporte, las instalaciones de electricidad, agua y gas, los puertos y aeropuertos, de modo tal que, en unas horas, los que gobiernan no puedan gobernar.
Otra explicación del Golpe de Estado consta en el Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual de Guillermo Cabanellas que dice: “Usurpación violenta de los poderes públicos, en especial del ejecutivo. Agrega que los golpes de Estado cuando no los da el propio ejército al menos requieren su complicidad.”[17]
La precariedad de la institucionalidad democrática en América Latina ha sido tan marcada que, a veces, el Golpe de Estado se ha consumado con un simple pronunciamiento de los Jefes Militares que le retiran el apoyo al Presidente en funciones.
El 30 de septiembre hubo varias “acciones violentas que pueden leerse como intentos de “apropiación de los instrumentos del poder”, destinados a lograr “que los que gobiernan no puedan gobernar.” El Presidente atropellado de palabra y de obra y luego retenido en el Hospital de la Policía, configura una acción de fuerza extrema. Los miembros de la Asamblea Nacional atropellados e impedidos de acceder al Palacio Legislativo, por la propia Escolta Legislativa, en otra acción de violencia. Los Aerotécnicos de la FAE se toman la pista del Aeropuerto Internacional de Quito son un tercer acto violento. Sin embargo, durante las doce horas de la tensa situación creada por el movimiento de tropa policial y militar, primero, la actitud inteligente del Ministro de Defensa Javier Ponce le permite desarmar el apoyo inicial que había a la actitud de hecho entre algunos miembros de la tropa y oficiales de las Fuerzas Armadas. Segundo, la tropa policial, que había empezado cuestionando a sus mandos, demandaba, única y exclusivamente, que se les restituya los derechos que se habían conculcado en la Ley Orgánica de Servicio Público. Aunque en la trifulca inicial y durante las horas del conflicto se escucharon gritos agresivos contra Correa, contra el comunismo y el socialismo, contra Chávez y Cuba. Para la historia quedará la verdad de que el propio Presidente, impedido de salir del Hospital por el riesgo de que los policías amotinados le disparen, siguió tomando decisiones, como el mismo lo ha ratificado, lo cual configura cuando menos una modalidad de secuestro inédita.
Las contradicciones internas de las Fuerzas Armadas y la Policía
En el intenso debate que se ha desatado en el País para analizar las implicaciones del 30 de Septiembre, sólo algún periodista acucioso llamó la atención sobre las deficientes condiciones de vida en que desenvuelven sus tareas los gendarmes. Estando, como estamos, en un Gobierno que intenta reformar y consolidar las Instituciones del Estado democrático creo necesario decir que en la génesis de la rebelión pudo expresarse un conflicto más profundo que no pudo ser resuelto por en el incremento, efectivamente considerable, de las asignaciones presupuestarias realizadas por este gobierno para las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional. Al revisar el Presupuesto General del Estado de los años 2007 – 2009, según el Informe Estadístico Mensual del Banco Central del Ecuador, podemos advertir que se han dedicado a.
Servicios Generales   17.648 millones de dólares
Educación y Cultura     6.366.8 millones de dólares
Salud y desarrollo         3.001.5 millones de dólares
Desarrollo Agropecuario 648 millones de dólares
Estos tres últimos rubros de lo que podemos llamar la inversión social y productiva fundamental suman 10.016.3 millones, en cambio, Servicios Generales, en los que se encuentran los rubros mencionados, suman 17.648 millones, que supera en un 76 % a la inversión social.
Los Ministros de Defensa, Gobierno y de Seguridad Interna y Externa, bajo la fiscalización y el control de la Asamblea Nacional, deberían aprovechar esta circunstancia para hacer un balance objetivo del destino último de esos recursos, a los que habría que sumar los del año fiscal que está por terminar.. Si se han realizado gastos excesivos en la compra de armas que no tienen una utilidad práctica inmediata podemos estar frente a una decisión política y financiera que no contribuye al mejoramiento Institucional. Si se mantienen los privilegios económicos de la oficialidad en detrimento de los intereses de la tropa, ese es otro factor que no ayuda a la estabilidad y armonía institucional. Si, como se ha denunciado en el caso policial, los sistemas de ingreso a la Institución, los pases y los ascensos se prestan a la existencia de redes de corrupción, ese es otro factor que destruye la Institucionalidad. Si los oficiales en sus relaciones laborales y cotidianas con sus inferiores jerárquicos los discriminan, irrespetan su dignidad y los tratan como si fueran sus sirvientes, eso atenta contra sus derechos humanos y destruye los fundamentos de la convivencia democrática.
Se sabe que los militares tienen su propia agenda de demandas sin resolver que van más allá de la homologación de salarios y que incluyen entre otros aspectos el déficit actuarial del Instituto de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas, ISSFA, que se calcula en unos 600 millones de dólares. Los pedidos de equipamiento del Ejército, sobre el que recaen las tareas más complejas y sacrificadas del yunque en la frontera con Colombia, incluyen pedidos urgentes como el de que sea renovado el sistema antiáreo OERLIKON valorado en unos 250 millones de dólares.[18]
Los golpes de estado en el Ecuador
En la segunda mitad del siglo XX en el Ecuador los Golpes de Estado han tenido como fuerza decisoria a las Fuerzas Armadas, ya no han hecho falta los grupos civiles técnicos operativos que han sido reemplazados por oficiales y tropa, adecuadamente entrenados en la Escuela de las Américas y en otros centros de contrainsurgencia y lucha contra el terrorismo del Imperio, que han sido las máquinas eficientes para dar al traste con Gobiernos que no servían a esos intereses estratégicos.
En 1963, el presidente nacionalista Carlos Julio Arosemena Monroy, que se negó. Inicialmente, a romper relaciones con Cuba, por orden del Imperialismo, fue separado del poder por una dictadura militar anti socialista que reprimió, brutalmente, durante tres años, a las fuerzas sociales y políticas que, finalmente, le resistieron y derrotaron en marzo de 1966.
En junio de 1970 José María Velasco Ibarra, asediado por la crisis y la lucha de la juventud universitaria, se proclamó dictador con el apoyo de los militares que, a la postre, le mandaron a su casa en Febrero de 1972, fecha en la que se inicia una nueva fase dictatorial “nacionalista y revolucionaria”, dinamizada por el primer auge petrolero.
En 1987 Abdalá Bucaram Ortiz y Rosalía Arteaga fueron víctimas del escenario de una democracia obscena, “orillera” y lumpesca, construida por ellos, en la que se multiplicaban el latrocinio, la extorsión, el nepotismo, el clientelismo, la demagogia social, la incompetencia y el autoritarismo.[19] Los beneficiarios del Golpe de Estado, que se consumó con el retiro del respaldo militar, fueron los miembros de la vieja oligarquía.
El 21 de enero del 2000, Yamil Mahuad, inmolado en el drama de su ensimismamiento del poder, rehén de la bancocracia y responsable de la entrega de la Base de Manta y la dolarización, cayó por un levantamiento militar e indígena, encabezado por el Coronel Lucio Gutiérrez quien traicionó - esa misma noche - a sus compañeros de aventura, como debe recordarlo en sus horas de insomnio y pesadilla. La Embajada Americana y el alto mando instalaron en el Gobierno a Gustavo Noboa Bejarano.
El 20 de abril del 2005 las movilizaciones espontáneas del Quito de los forajidos pusieron fin al Gobierno del Coronel Lucio Gutiérrez que traicionó sus ofertas de campaña y llevó al País a los extremos de la servidumbre internacional y la impunidad para los que habían perpetrado el mayor atraco bancario de nuestra historia, impidiendo la lucha ejemplar que desarrolló desde la Gerencia General de la Agencia de Garantía de Depósitos Wilma Salgado intentando dar al País un baño de verdad y justicia. Los militares le dejaron correr a Lucio desesperado pues ya no servía a sus intereses.
El Gobierno de Rafael Correa
La profusa y hábil utilización de frases, símbolos y consignas pertenecientes al patriotismo latinoamericano y al socialismo han creado dificultades de interpretación a la hora de hacer una caracterización objetiva del Gobierno del Presidente Rafael Correa y de su propia personalidad política.
Desde el 15 de enero del 2007 en que se instauró la “Revolución Ciudadana”, el Ecuador vive un proceso de cambios, contradictorio y complejo, como sucede con algunos de los gobiernos progresistas de América Latina, que irrumpieron por la vía electoral contra las manifestaciones más perversas del neoliberalismo. Esa diversidad de senderos hace la riqueza del progresismo latinoamericano y obedece, en último término, a la complejidad de las formaciones sociales y de los procesos civilizatorios que hoy coexisten en América Latina.
En el Ecuador transitamos por el intento de dejar atrás las varias décadas de aplicación, erosiva y destructiva, de las políticas de ajuste estructural, diseñadas y ejecutadas mediante las Cartas de Intención y la condicionalidad por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, que coincidieron, en la maldición de los tiempos, con la estrategia Imperial del Plan Colombia, el Area de Libre Comercio de las Américas, la Base de Manta, factores éstos que llevaron al País a una de las peores crisis de su historia y a la casi destrucción del incipiente Estado Nacional.[20]
El proyecto electoral de Rafael Correa se levantó, como antes el del Coronel Lucio Gutiérrez, sobre la oleada de resistencia, iniciada en los años 70 y 80, por los estudiantes y el combativo Frente Unitario de Trabajadores, continuada en los años 90 por el telúrico Movimiento Indígena, formado por la CONAIE, la FENOCIN y la FEINE,  junto a la emergencia significativa de las organizaciones de mujeres, de los movimientos ecologistas, del magisterio primario y secundario y por la persistencia de los sectores de izquierda que no fueron desarmados por la caída del Muro de Berlín, los discursos del postmodernismo y la globalización neoliberal.
El éxito electoral de Rafael Correa y Alianza País, se debió, en forma decisiva, a ese acumulado histórico, que se visualizó en el Acuerdo logrado con el viejo, pequeño, pero experimentado Partido Socialista Frente Amplio que, bajo la dirección lúcida de Guadalupe Larriva, logró el difícil tránsito de la primera a la segunda vuelta de un candidato poco conocido y la victoria definitiva, en la segunda ronda, en la que volcaron su apoyo al novel candidato todos los sectores sociales y políticos que habían resistido al proyecto neoliberal para derrotar al deslucido y ultra reaccionario vocero de la rancia oligarquía Alvaro Noboa.
En el triunfo de Correa influyeron también los vientos de esperanza que se respiran en América Latina, en ese torbellino que arrancó en la Venezuela de Hugo Chávez y se expandió al Brasil de Lula, al Chile de la Concertación Democrática, a la Bolivia del MAS y Evo Morales, al Uruguay de Tabaré Vásquez, a la Argentina de Néstor Kichner, al Panamá de Martín Torrijos, a la Nicaragua de Daniel Ortega, al Paraguay de Fernando Lugo.
En la victoria electoral del hoy Presidente Rafael Correa influyeron también factores subjetivos, individuales,  que cuentan en la historia, como la juventud y simpatía personal del candidato Rafael Correa, sus cualidades oratorias, la inteligencia con que supo captar en su propuesta política las demandas esenciales de los sectores populares, así como su casi inagotable capacidad de trabajo.
Correa ingresa a la política
El propio Presidente Rafael Correa, cuenta en su último libro,[21] publicado en el tercer año de su mandato cómo y cuándo ingresó a la política: “Estaba trabajando en el proyecto (del Libro) en el momento en que mi vida cambió drásticamente, el 21 de abril del 2005, cuando fui nombrado Ministro de Economía y Finanzas de la República del Ecuador, iniciando así mi servicio público y poniendo fin a una feliz y tranquila vida académica”.
Rafael Correa Delgado había combinado en esa “feliz y tranquila vida académica” sus estudios en Universidades Católica de Guayaquil, donde obtuvo el título de Economista en julio de 1985; Máster de Artes en Economía en la Universidad Católica de Lovaina la Nueva, Bélgica (1991); y Máster en Ciencias en Economía de la Universidad de Illinois, en Urbana Champaign (1999); y Doctor (Ph.D) de la misma Universidad( 2001) a la que sumó su labor docente en la Universidad Privada San Francisco de Quito.
En los medios académicos se supo que había un profesor de la Universidad “Don Pancho” que era crítico de la dolarización, cosa extraña en ese ambiente aristocrático y parece que sus primeras marchas callejeras se dieron en la fugacidad que caracterizó al movimiento espontáneo de masas que fue bautizado por el propio Lucio como “forajido”, mismo que se encargó de poner fin al régimen cleptocrático y sometido del Coronel Presidente, también en abril del 2005.
Un pacto infernal
Raymon Aron[22] nos recuerda que el hombre de pensamiento que entra en la política concluye un pacto con los poderes infernales, en la medida en que el terreno de la política siempre está minado por de la lucha de intereses en torno al poder, por las leyes de la acción y la eficacia, sin que importe mucho si el político ingresó a ese terreno inspirado en los diez mandamientos o en otras íntimas preferencias.
Rafael Correa Delgado es un Católico practicante, ha dicho, varias veces: “gran parte, si no la totalidad, de mi pensamiento económico social, se basa en la doctrina social de la Iglesia. “ He “participado en las comunidades de base, sé de la teología de la liberación”. El mismo, con sinceridad, admite que “el problema del evangelio o de la doctrina social de la Iglesia es que cada quien lo puede interpretar según su conveniencia. Ha habido gente que se ha dejado matar en nombre del evangelio y hay otros que han matado en nombre del evangelio”. Concluyendo: “Yo creo que lo segundo es una farsa y lo primero es lo correcto”. Para inferir que: “Esa doctrina social de la Iglesia, bien entendida, ese evangelio bien entendido, esa teología de la liberación coincide en muchas cosas con el socialismo”[23] En uno de sus espectaculares giros conceptuales Correa dijo en Cuenca, el 12 de abril del 2007, “No soy heredero de una trasnochada teología de la liberación, soy un católico practicante que cree con firmeza en la sentencia de amar al prójimo, pero también en el legendario episodio de sacar del templo a los mercaderes”.[24]
Correa y el socialismo
Aunque el Presidente - y su movimiento - han utilizado profusamente los retratos del Ché Guevara y cantan en la tarima las bellas canciones hechas en honor del Guerrillero Heroico por poetas y compositores de todas las latitudes del Orbe, el ciudadano Rafael Correa considera que: “Cuando hablamos de socialismo tenemos que hablar en plural, porque ha habido varias vertientes, varias contribuciones”, agregando que eso es importante considerar en el momento de construir el socialismo del siglo XXI, entre ellos, obviamente el socialismo clásico, ortodoxo, tradicional, socialismo científico de Marx y Engels, con todos sus postulados, materialismo dialéctico, etc; el socialismo utópico con la tesis de las comunas de Robert Owen; el socialismo andino… pregonado por José Carlos Mariátegui, sic; un socialismo cristiano propugnado por la teología de la liberación; el socialismo autogestionario de los anarquistas, en la Guerra Civil española; el socialismo de la Revolución Cubana, con una interpretación martiana y marxista de Fidel y el Ché Guevara; y, también en nuestra Patria , en Ecuador, surgieron lecturas singulares, como el socialismo poético de Jorge Carrera Andrade, sic, el socialismo agrarista de Pío Jaramillo Alvarado, sic, el socialismo revolucionario de Manuel Agustín Aguirre o el socialismo crítico de Agustín Cueva”. Finalizando su enumeración con “El socialismo del siglo XXI, cuyos mayores teóricos han sido Enrique Dussel y Heinz Dieterich.”[25]
Rafael Correa al inventariar las razones por las que adhiere a la noción del socialismo del siglo XXI menciona:” Nace de la esperanza de luchas populares y no de una cúpula de iluminados”. “No hay que implantar un modelo único para implantar una sociedad democrática”. “Porque señala la supremacía del trabajo humano sobre el capital”. Porque “el trabajo humano no es un factor más de producción, es el fin mismo de la producción”. “Entonces, admite Correa, “esto es un principio fundamental, coincidente con el socialismo clásico”. “Otro principio coincidente es la acción colectiva para el desarrollo”. Agrega que: “La acción colectiva a nivel social se ejecuta a través del Estado. El representante institucionalizado de la sociedad”. “No es la única forma de acción colectiva, admite, y hay que crear comunidades para que la acción colectiva venga desde los barrios y desde las ciudades”. Leyéndole y reflexionando sobre nuestra historia social y política me asalta la sospecha de que Correa  desconoce las formas de organización que tienen la sociedad y el Estado plurinacional y pluricultural ecuatoriano.
En relación al planteamiento de Arnold Peters, ideólogo del socialismo del siglo XXI, que plantea la necesidad histórica de transitar de la actual economía capitalista de mercado, basada en el valor de cambio, a una economía basada en el principio de equivalencia, basada en el valor de uso. Correa responde: “por supuesto que es difícil crear una economía de valores, pero se puede hacer. Se puede instaurar una nueva economía que compense la generación de valores de uso y no exclusivamente la generación de valores de cambio, es decir, las cosas que tienen precio”.
En otro aspecto que coincide con el socialismo clásico, es en el énfasis en la justicia social. “Estamos en la región más desigual del mundo, agrega, más inequitativa del mundo. Aquí pueden encontrar gente tan pobre como en Africa y más próspera que en Suiza.” De esta nueva coincidencia entre el socialismo del siglo XXI y el socialismo clásico extrae una orientación estratégica para su Gobierno: “Todas nuestras elaboraciones, todas nuestras políticas públicas, todas nuestras acciones deben estar impregnadas de ese deseo de justicia social”.
Correa se distancia del socialismo clásico
Correa ha tenido la entereza de señalar sus diferencias personales con el socialismo clásico: “El materialismo dialéctico está superado.”  “El socialismo de la vertiente cristiana no cree en el materialismo dialéctico, la lucha de clases y los cambios violentos”, dice enfático. “En términos generales, creo que es insostenible en el siglo XXI. Creo que la historia lo ha desmentido. Creo que en muchas de las sociedades más prósperas del planeta no se ha visto esa contradicción de clase”, dice, en un reflejo de la angustia de las influencias captadas a su paso por las universidades metropolitanas. Menciona que en los escritos finales de Engels se admite que por los medios legales se puede avanzar más rápido que con la revolución.
La rotunda afirmación de Correa de que: “El materialismo dialéctico está superado” sólo demuestra la magnitud de su desconocimiento de la teoría del conocimiento y de la filosofía. De otro modo no se atrevería a cuestionar la validez de una “teoría del conocimiento que supera las anteriormente hechas por el materialismo mecánico y el idealismo, al hacer incapié en que, en todo proceso de conocimiento, lo fundamental es la transformación llevada a cabo por el sujeto cognoscente sobre el objeto conocido o suceptible de ser aprehendido por el conocimiento”. Esta afirmación que parece idealista, es su opuesta: “El materialismo dialéctico establece que el sujeto no crea la objetividad y que ésta no depende, ontológicamente, de él; además la transformación de la cual habla el materialismo dialéctico es una transformación real, material, que tiene por base la producción y reproducción de la vida real o, dicho en otros términos, la forma como el hombre se apropia de la naturaleza por medio del trabajo( lo que el joven Marx llamaba la “humanización” de la naturaleza).[26]
La afirmación de Correa de que: “El socialismo de la vertiente cristiana no cree en el materialismo dialéctico, la lucha de clases y los cambios violentos”. Demuestra la precariedad y el carácter provisorio de sus lecturas, lo cual no es un error imperdonable en un hombre joven, pero si es una afirmación políticamente peligrosa porque insiste en el dogma favorito de los reaccionarios que machacan en la imposibilidad de un entendimiento estratégico entre los socialistas y los cristianos. ¿ Qué diría el sacerdote Camilo Torres, también estudiante de Lovaina, sobre este punto? Diría que “la suprema medida de las decisiones humanas debe ser la caridad, debe ser el amor sobrenatural, y, en consecuencia, se entrega a una revolución armada justa “para poder dar de comer al hambriento, de beber al sediento, vestir al desnudo”…convencido de que “la violencia sólo es inmoral cuando se dirige contra el pueblo.” [27]
Otra diferencia que tiene Correa con el socialismo clásico la enuncia en los siguientes términos: “Hay que buscar la democratización y no necesariamente la estatización de los medios de producción”. Agregando: “Se pueden estatizar ciertos medios de producción y creo que hay sectores claves donde debe ser el Estado el que tenga la propiedad de esos medios de producción. Pero hablar en el siglo XXI de la estatización de todos los medios de producción y la eliminación de la propiedad privada sencillamente sería una locura”.
Tomemos nota: para al Presidente Rafael Correa eliminar la propiedad privada de los medios de producción sencillamente sería una locura. No puede haber una declaración más candorosa de fidelidad a uno de los principios básicos del sistema capitalista. Es que, en realidad, cuestionar la propiedad privada es cuestionar el sistema capitalista y ninguna burguesía o pequeña burguesía – por lúcida y adelantada que fuese – se atrevería por ejemplo, en el Ecuador, ha liquidar el latifundio, porque para hacerlo tendría que apoyarse en el campesinado indígena, negro, mestizo, blanco, montubio, lo cual podría “desencadenar una hechicería que fácilmente se podría volver en contra del hechicero”[28] que desató esas fuerzas impredecibles. En el reciente congreso de la CLOC, que se realizó en Quito, el Presidente Correa dijo con precisión que el Ecuador necesita una “revolución agraria”, dejemos que el tiempo se encargue de demostrar si el Presidente es capaz de reconciliarse con el movimiento campesino indígena para impulsar esa explosiva tarea histórica, que no depende, claro está, sólo de su voluntad, sino de la correlación de fuerzas internas e internacionales.
Correa sostiene además que uno de los grandes errores del socialismo clásico es que no se diferenció absolutamente en nada de la noción del desarrollo del capitalismo. El gran desafió del socialismo del siglo XXI, dice, es presentar una nueva noción del desarrollo, con nuevos elementos, como las cuestiones de género, cuestiones ambientales. “Lo que entendemos hoy como desarrollo es sencillamente insostenible. Si todos los chinos tuvieran el nivel de vida que tienen los habitantes de Nueva York, sencillamente el planeta colapsaría”, dice recreando un simil del Mathama Gandhi.
Correa sostiene que una de las cosas que tiene que cambiar el socialismo del siglo XXI es el lenguaje tradicional: el antiimperialista, antiyanqui, anticapital. El socialismo del siglo XXI, enfatiza Correa, debe ser pro vida, pro bienestar, pro justicia, algo por ejemplo que capte a los jóvenes, un mensaje positivo. “En vez de hablar de ese antiimperialismo busquemos la integración latinoamericana para ser más fuertes y poder enfrentar factores externos que tratar de someternos y de aprovecharse”.
“El socialismo del siglo XXI debe ser participativo y radicalmente democrático”, repite Correa, aunque, de lo que se conoce, no lo práctica ni con los propios miembros de su Gabinete.
Finalmente, exhorta Correa,  el socialismo del siglo XXI debe enfatizar en la soberanía, en un sano nacionalismo, que no contradice en absoluto el proceso integracionista, pero que significa legítimamente preferir primero lo nuestro, amar lo nuestro, estar orgullosos de lo nuestro”.
Algunas de estas afirmaciones, ciertamente, deben sonar heréticas para ciertos movimientos y partidos políticos, sobre todo comunistas, que en una versión dogmática, divulgada por los folletos de Stalin y en los Manuales de la Academia de Ciencias de la URSS, sostenían la validez de un materialismo dialéctico e histórico que malinterpreta a Marx, desde una perspectiva economicista; o las de aquellos que absolutizan las formas de lucha violentas e ilegales, negando los métodos pacíficos y legales, que también cuentan en la historia, desde posiciones lejanas al humanismo socialista y la dialéctica, haciendo el elogio de posturas más cercanas al anarquismo, el blanquismo y el nihilismo;  o de conductas aisladas, irracionales y primitivas, de oposición al imperialismo yanqui que lo confunden con el  pueblo norteamericano, todas las cuales nada tienen que ver con la riqueza del pensamiento social y político que ha florecido en la lucha revolucionaria de los pueblos de nuestra América. En términos estratégicos no podemos dejar de ser anticapitalistas mientras sea este sistema cruel el que destruye el destino de millones de seres humanos. No podemos dejar de ser anti yanquis y anti imperialistas mientras se mantenga el Imperialismo norteamericano como el enemigo fundamental de los pueblos.
¿ Quedará alguien en la tierra que confunda al Imperialismo con el pueblo norteamericano? No lo creo. Como dice Fidel Castro: “Seriamos una secta de fanáticos ignorantes si fuésemos a echar la culpa al pueblo norteamericano de nuestras diferencias.”
El afán de Correa de renovar el lenguaje, para no repetir el anticapitalismo, el antiimperialismo, el antiyanquismo, entiendo ahora, lo llevó a la lamentable escena en la que frente a la Sra. Hillary Clinton, Jefe del Departamento de Estado de la gran potencia, le dice que no es anti nada… No pude dejar de recordar al mejor aliado de Bush en la Región Andina.
¿Reforma o revolución?
Muchas de las ideas socialistas del siglo XXI “a la ecuatoriana”, que sostiene el Presidente Correa, son en realidad conceptos y proposiciones que han estado por años en el bagaje teórico del reformismo socialdemócrata. Fue Eduard Bernstein, pensador y político judío alemán, nacido en 1850, el que formuló los principios del socialismo reformista, evolutivo, gradualista o social demócrata. Hay que decir que este socialismo se llamó también revisionista porque implicaba una profunda revisión al socialismo científico de Carlos Marx y Federico Engels. Bernstein lo llamó también “socialismo crítico”, como ahora Correa define el socialismo de Agustín Cueva, que debe estar molesto en su tumba por la incomprensión de quien debería conocerlo mejor.
En los escritos de Bernstein se discrepa de la evolución dialéctica de la historia y se plantea en su lugar una “evolución orgánica”, gradualista, en la cual la voluntad y la razón del hombre, puesta al servicio del bienestar colectivo como supremo ideal ético, desempeñan un papel esencial en la creación de nuevas formas de convivencia humana.
En cuanto al Programa Político Bernstein cree en los procesos graduales y pacíficos mediante los cuales debe buscarse la justicia y la armonía social. Los medios de los que se valdrán para acelerar esos procesos serán esencialmente democráticos: el sufragio universal, el parlamento.[29] La Constituyente, diríamos hoy.
Advierto que, como socialista ecuatoriano, pongo distancia con el reformismo socialdemócrata por las mismas razones que tenía Manuel Agustín Aguirre, quien discrepaba de esa ideología en la medida en que esta se presenta como un empeño burgués para destruir los principios fundamentales del socialismo científico y socabar las bases de su doctrina. No es entonces que el socialismo científico sea algo intocable, inamovible y dogmático, ya que puede y debe ser enriquecido con los nuevos aportes que se desprenden de la propia dialéctica del proceso histórico.[30]
Rafael Correa discrepa con el neoliberalismo, actitud que hace parte del lado progresista de su discurso y de su gobierno, y, al plantearse una nueva estrategia y noción de desarrollo se encuentra, otra vez, con ideas de política económica que estuvieron en el escenario latinoamericano muchos años, por ejemplo: las ideas, compartidas por la CEPAL y los teóricos de la dependencia, de que hay que buscar una nueva noción de desarrollo, “donde éste no sea simplemente imitar modelos que solamente reflejen percepciones, experiencias e intereses de países y grupos dominantes”; la idea de que hay implementar economías que no estén totalmente sometidas a la entelequia del mercado; donde el Estado y la acción colectiva recuperen su papel esencial para el desarrollo; donde se preserve el capital social; todo lo cual debe hacerse en el contexto de políticas económicas soberanas.[31] Algunas de estas ideas son - a grosso modo - parecidas a las que resumió Raúl Prebish en la América Latina de los años 50 y 60 del siglo XX y ese intelectual honesto nunca tuvo la presunción de presentar sus ideas como un planteamiento o un programa socialista. Eran simplemente conceptos que integraban su estrategia de desarrollo, a la que otros, posteriormente, bautizaron como desarrollista o estructuralista. Es ésta teoría, emparentada con el pensamiento neoclásico y Keynesiano, la que partía de la premisa de que el Estado es un instrumento neutro que podía servir para imponer la universalización de los derechos ciudadanos.[32]
El final de la llamada “Edad dorada” del capitalismo y el derrumbe imprevisto, en el orden que dejó la segunda posguerra, del polo que hacía el papel de Espartaco y las crisis multilaterales de fines del siglo XX, han demostrado la falacia de muchas de esas creencias y la persistencia de la lógica sistémica del capitalismo - que sigue siendo anárquico y caótico - lo que destruye las visiones idílicas de un capitalismo racional - sin crisis – sometido a las leyes de la planificación y la programación de un Estado racional y previsivo.
Sin embargo, en la lucha contra el neoliberalismo que se desarrolla, en las actuales condiciones de nuestro País y América Latina y cuyo resultado final no podemos vaticinar, esas concepciones económicas y planteamientos políticos neodesarrollistas son importantes, pero no suficientes; y, hay que afinar los programas estratégicos, las formas de organización, las fuerzas motrices, las formas de lucha y definir los tiempos para impulsar, desde el Ecuador y América Latina un cambio global del sistema, porque el gran dilema de la humanidad sigue siendo el que advirtió Samir Amin: ¡Socialismo o barbarie!
Un desarrollismo tardío
El socialismo del siglo XXI “a la ecuatoriana” que plantea del Presidente Correa es entonces una configuración equívoca en la que se mezcla el capitalismo de Estado con el capitalismo popular, para que el Estado controle al mercado, en una especie de modelo desarrollista tardío.[33]
En esta caracterización de la visión económica de Correa coincide Gustavo Ayala, dirigente nacional del Partido Socialista Frente Amplio, quien escribía en la Revista “Espacios”: “Correa tiene una visión neodesarrollista de la economía, así como practicas discursivas de ruptura y una propuesta reformadora: por ello es la primera vez, desde el retorno al régimen constitucional, que las izquierdas ecuatorianas participan en el gobierno, aunque sean miniritarias. Pero también es claro que Correa es una persona católica – conservadora en valores, lo que nos permite entender su descalificación de la Teología de la Liberación… y agrega que: “Correa mantiene una visión liberal de la política, por ello su apelación a lo “ciudadano” como espacio de encuentro para el cambio”.[34]
Se trata de una propuesta de modernización o remozamiento del capitalismo, que busca superar los extremos del capitalismo salvaje, como llamó su Santidad Juan Pablo II al neoliberalismo, frenar la dictadura del capital financiero, activar en su lugar un mayor dinamismo al capital productivo. Estas propuestas son un claro avance en relación a lo que el mismo Correa definió como “la larga noche neoliberal”.
 
Las acciones positivas del Régimen
El Régimen de Correa se inscribe en el marco de los Gobiernos Progresistas de América Latina que iniciaron los cambios promoviendo una Asamblea Nacional Constituyente que redacte una nueva carta política en la que se definan los contornos fundamentales del nuevo país que se busca construir. Hay que decir que la Constitución que se redactó en Montecristi es un documento que pasará a la historia como una de las propuestas más avanzadas que se han escrito en la historia del Ecuador.
En el Preámbulo de la Constitución de la República se anuncia la decisión colectiva de construir
Una nueva forma de convivencia ciudadana, en diversidad y armonía con la naturaleza, para alcanzar el buen vivir, el sumak kawsay;
Una sociedad que respeta, en todas sus dimensiones,
la dignidad de las personas y las colectividades;
Un país democrático, comprometido con la integración latinoamericana – sueño de Bolívar y Alfaro – la paz y la solidaridad con todos los pueblos de la tierra.
Entre los elementos constitutivos del Estado, se mencionan como Principios fundamentales:
1.- El Ecuador es un Estado constitucional de derechos y justicia, social, democrático, soberano, independiente, unitario, intercultural, plurinacional y laico. Se organiza en forma de república y se gobierna de manera descentralizada.
La soberanía radica en el pueblo, cuya voluntad es el fundamento de la autoridad, y se ejerce a través de los órganos del poder público y de las formas de participación directa previstas en la Constitución.
Los recursos no renovables del territorio del Estado pertenecen a su patrimonio inalienable, irrenunciable e imprescriptible.
…………..
Art. 3.- Son deberes primordiales del Estado:
1.- Garantizar sin discriminación alguna el efectivo goce de los derechos establecidos en la Constitución y en los instrumentos internacionales, en particular la educación, la salud, la alimentación, la seguridad social y el agua para sus habitantes.
2.- Garantizar y defender la soberanía nacional.
3.- Fortalecer la unidad nacional en la diversidad.
4.- Garantizar la ética laica como sustento del quehacer público y el ordenamiento jurídico.
5.- Planificar el desarrollo nacional, erradicar la pobreza, promover el desarrollo sustentable y la redistribución equitativa de los recursos y la riqueza, para acceder al buen vivir.
6.- Promover el desarrollo equitativo y solidario de todo el territorio, mediante el fortalecimiento del proceso de autonomías y descentralización.
7.- Proteger el patrimonio natural y cultural del País.
8.- Garantizar a sus habitantes el derecho a una cultura de paz, a la seguridad integral y a vivir en una sociedad democrática y libre de corrupción.
Art. 5.- El Ecuador es un territorio de paz. No se permitirá el establecimiento de bases militares extranjeras ni de instalaciones extranjeras con propósitos militares. Se prohíbe ceder bases militares nacionales a fuerzas armadas o de seguridad extranjeras.
Son derechos del Buen Vivir: el agua y la alimentación, un ambiente sano, la comunicación y la información, la cultura y la ciencia, la educación, el hábitat y la vivienda, la salud, el trabajo y la seguridad social.
Los movimientos ecologistas destacan en la Carta de Montecristi su inclusión en el Capítulo VII de los Derechos de la naturaleza.
Cuando están por cumplirse los primeros cuatro años de la administración del Presidente Correa se destacan como un elemento positivo el rescate de las políticas sociales, algunas de ellas asistencialistas, pero que marcan una diferencia con respecto a los gobiernos anteriores que sumieron en la pobreza y el abandono a las mayorías nacionales. Hagamos un breve recuento de esas políticas:  
La duplicación el Bono de Desarrollo Humano y el de la Vivienda. Bonos que tienen su origen en las políticas de focalización de la pobreza extrema diseñadas por los teóricos neoliberales, pero que, dados los alarmantes niveles de pobreza vigentes encuentran una justificación ética.
Los avances en materia de gratuidad educativa: la creación de nuevas partidas docentes y contratos, la reparación de escuelas y colegios y la entrega de uniformes, desayunos y textos escolares. Aunque los impactos de la crisis internacional, negados inicialmente por el Presidente Correa, no han permitido cumplir la oferta inicial de entregar becas por un monto de 230 millones de dólares, parece que en el cuarto año del régimen se han entregado becas por un monto aproximado de 28 millones de dólares y también una cifra respetable en materia de créditos educativos. En este campo debemos lamentar la ingratitud de alguno de los funcionarios del Régimen que, olvidando las miles de becas que nos ha entregado generosamente la Cuba Socialista, para que jóvenes de limitados recursos puedan realizar estudios superiores en la rama estratégica de la medicina, han hecho fracasar la campaña para eliminar el analfabetismo en nuestra Patria, que se mantiene en torno al 7 % de la población nacional, irrogando una ofensa al Gobierno de Cuba que tiene una reconocida experiencia y sabiduría en este campo.
Los programas de ayuda a los discapacitados diseñados con originalidad y creatividad por el Vicepresidente de la República.
La importación y venta de miles de sacos de urea para el campesinado, con la colaboración del Gobierno del Presidente Hugo Chávez, que nos ha extendido también su mano en el campo petrolero en el que ellos tienen una enorme experiencia por haber sido durante décadas el primer productor mundial de petróleo.
El equipamiento de los hospitales públicos y la contratación de miles de nuevos médicos, enfermeras y tecnólogos, aunque, por desgracia, en este sector, no faltó la funcionaria que nos quiso “hacer los chinos” con las ambulancias falsificadas y el imperdonable bloqueo a las misiones de salud apoyadas generosamente por Venezuela y Cuba.
La ampliación y el mejoramiento significativo de la vialidad, la construcción de grandes puentes que permitirán la incorporación de enormes regiones que permanecieron postergadas, incluido el esfuerzo por rescatar el tramo del ferrocarril construido por el General Eloy Alfaro y el que años más tarde pudo ejecutar el socialcristiano Camilo Ponce Enríquez.
La tarifa de la dignidad energética y los focos ahorradores. La firma de ejecución de nuevos proyectos hidroeléctricos.[35] La política petrolera que, por desgracia, ha fluctuado entre el nacionalismo y la subalternidad a los intereses de las transnacionales.
La política minera, que alude a las potencialidades de un país que tiene reservas de oro, plata y cobre calculadas en 143 mil millones de dólares en las que los gobiernos anteriores han realizado 4.112 concesiones que abarcan 2.8 millones de hectáreas en el ejercicio de una política que recuerda los tiempos coloniales, la misma que no ha podido ser rectificada por el actual gobierno, motivando la justa protesta de los pequeños mineros especialmente del sur del País.
El ejercicio de una política internacional soberana
La expulsión del Ecuador de los delegados del Banco Mundial y la distancia puesta con las famosas Cartas de Intención del FMI  configura, sin duda, un gesto de dignidad nacional.
La expulsión del país de agentes confesos de la CIA que actuaban en forma abierta desde la Embajada de los Estados Unidos en Quito. Parte de la compleja relación con los Estados Unidos de América fue la expulsión del agregado de la Embajada en Quito Armando Astorga por condicionar a los intereses norteamericanos la cooperación con la UIES.
En la misma línea debe leerse la declaración de persona non grata de Max Sullivan primer secretario de asuntos regionales de la Embajada de los EUA en Quito y quien se había presentado como agente de la CIA y había ordenado a los oficiales de la UIES que devuelvan las computadoras en la que había información sobre asuntos de seguridad interna.
En este delicado asunto hay que lamentar que los funcionarios del Gobierno y el sistema judicial no fueron capaces de investigar y sancionar al menos a los jefes de la Inteligencia Militar y de la UIES que actuaron por años como mercenarios al servicio de la superpotencia y que seguramente estuvieron detrás de los acontecimientos del 30 de septiembre. Para colmo se ha denunciado la ejecución del Proyecto Libertador, montado con financiamiento y asesoría de los EUA para realizar espionaje telefónico y electrónico bajo la cortina de humo de combatir al narcotráfico.
La no renovación de los Acuerdos sobre la Base de Manta fue coherente con un clamor nacional que jamás aceptó la abyección y el cinismo de los que hipotecaron nuestra soberanía marítima, terrestre y aérea, con el resultado trágico del hundimiento de varios buques de bandera nacional en aguas de mar territorial por la armada de los Estados Unidos, la muerte de decenas de migrantes que buscaban el sueño americano y el corolario trágico que significó la sospecha de que hubo interferencia electrónica en el accidente que costó la vida de Guadalupe Larriva y sus acompañantes y de que los sofisticados equipos electrónicos de la Base de Manta desempeñaron un papel clave en el ataque a la soberanía nacional perpetrado en el sitio de Angostura el primero de marzo del 2008.
La evolución de la política de vecindad con Colombia ha sido una prueba de fuego para el Régimen. De inicio el Régimen tuvo que enfrentar el impacto de las fumigaciones con glifosato que causaron graves impactos humanos y naturales, sobre todo en la provincia de Sucumbíos. El Ecuador ha recibido en los años de ejecución del Plan Colombia unos 130 mil refugiados. El tráfico de drogas y el lavado de activos han penetrado con sus efectos perversos en la sociedad ecuatoriana. El corolario del Gobierno de Alvaro Uribe fue el ataque de Angostura y las siete bases militares instaladas en Colombia que amenazan a toda la subregión.
El Plan Colombia y la Base de Manta eran expresiones de la compleja relación con los Estados Unidos de América, país con el que, sin embargo, estamos obligados a convivir, entre otras razones, porque casi un tercio de nuestro comercio exterior se dirige a ese país, un millón y medio de compatriotas, aproximadamente, viven en los Estados Unidos, en forma legal o ilegal, formando parte de la primera gran oleada migratoria que se produjo en los años 60 – 70 y 80 del siglo pasado. Dice es el ex Canciller Fander Falconí que hay una importante cooperación no reembolsable entregada por instituciones como la USAID y que además hay que tener en cuenta la dependencia cultural de las élites nacionales con respecto al gran país del norte.
La Nueva Integración Latinoamericana
El acento puesto por Correa en la política de integración latinoamericana es uno de sus grandes aciertos. El Ecuador es miembro fundador del Acuerdo de Cartagena, suscrito en 1969, que varios años después se transformó en la Comunidad Andina de Naciones. Este proceso, tanto por la falta de iniciativa de los Gobiernos, como por discrepancias de fondo ocurridas en los últimos años, como la suscripción o no de los Tratados de Libre Comercio con los Estados Unidos de América, vive una profunda crisis, frente a la cual la Presidencia ecuatoriana de Freddy Ehlers fue muy poco propositiva y para colmo generó un conflicto con el Gobierno de Evo Morales que, a la postre, significó el fin de la gestión del actual Ministro de Turismo.
La Alternativa Bolivariana de las Américas, ALBA, surgida como una iniciativa de los presidentes de Cuba, Fidel Castro y de Venezuela, Hugo Chávez, frente al proyecto de neocolonización del ALCA se plantea el 14 de diciembre del 2004 como una nueva forma de integración de los pueblos, inspirada en la cooperación y la solidaridad. El 29 de abril del 2006 se suma Bolivia. En el 2007 se incorpora Nicaragua. El 10 de octubre del 2008 se incorpora Hundoras. En este mismo año se suma Dominica. En Abril del 2009 ingresan oficialmente San Vicente y las Granadinas. En Julio del 2009 se incorporan Antigua, Barbuda y el Ecuador. Todos éstos países suman una superficie territorial de 2.625.829.00 kilómetros cuadrados y una población de 73.453.238,00 habitantes.
Logros de Cuba
 Como a veces, hasta los propios amigos de Cuba ponen demasiado énfasis en sus dificultades, las mismas que las admiten y discuten públicamente sus propios dirigentes, es necesario recordar también, como lo hace el ex canciller Fander Falconí que “Cuba tiene un liderazgo mundial en salud, educación, ciencia, tecnología y biotecnología. Cuba es el País que ofrece mejores condiciones para la maternidad, según el Informe “El Estado mundial de las madres 2010” de la ONG Save the Children. De acuerdo a datos del Informe sobre Desarrollo Humano 2009, Cuba se ubicó en el puesto 51 de 182 países y tuvo un nivel de desarrollo humano – medido en esperanza de vida al nacer, tasa de alfabetización y producto interno bruto (PIB) – casi similar al de Uruguay y superior al de México, Costa Rica, Brasil, Colombia, Perú y Ecuador.[36]
Venezuela es una potencia regional
Venezuela es una potencia regional, no sólo en recursos energéticos, con un PIB, a precios corrientes, en el año 2009, de 319.44 mil millones de dólares, seguido de Cuba con 55.18 y Ecuador con 52.57 mil millones de dólares. Las demás economías son mucho más modestas. Por la misma razón se entiende la grandeza de una concepción que busca la cooperación incondicional, la Equidad, la complementariedad, el respeto a la soberanía de los pueblos. Un proceso que tiene como principios rectores: La Lucha contra la pobreza. La formación de recursos humanos. La transferencia de tecnología y la asistencia técnica. La lucha por preservar la autonomía y la identidad latinoamericana.
Como proyectos concretos del ALBA en el campo de la salud se llevó a cabo la operación Milagro que, con la colaboración conjunta de Cuba y Venezuela permitió operar y devolver la vista a un millón de latinoamericanos. El objetivo estratégico todavía en marcha es dotar a todos los países miembros de sistemas de salud públicos de acceso universal.
En el ámbito de la educación se busca aprovechar las experiencias de Cuba, Venezuela y Bolivia para eliminar el analfabetismo. En este mismo ámbito esta en marcha un Plan de formación universitaria que busca formar los médicos sociales y los trabajadores sociales que necesitan nuestros pueblos.
En el ámbito de la alimentación se definen políticas y planes de inversión para garantizar la seguridad alimentaria de nuestros pueblos.
En el plano cultural  se busca la producción y distribución conjunta de cine, radio y televisión, edición y distribución latinoamericana de libros.
En lo económico se busca impulsar un comercio justo y apoyar la investigación y el desarrollo industrial.
Se busca la cooperación en los ámbitos de las telecomunicaciones, el turismo y el transporte.
En el campo de la minería se busca crear una empresa grannacional de cooperación, investigación y desarrollo en el área geológico minera.
En el terreno energético se busca disponer de un bloque en la franja petrolífera del Orinoco que les permita disponer a todos los miembros del ALBA de un suministro energético suficiente en los próximos 25 años. Se trabaja también en la búsqueda de fuentes energéticas alternativas, menos contaminantes, como el gas, las hidroléctricas, la energía eólica, la energía térmica, las mini – centrales.
En la lucha por una nueva arquitectura financiera que nos proteja de la crisis del capitalismo central, se acordó el 26 de noviembre del 2008, crear una zona monetaria común y una moneda contable: el SUCRE, en homenaje al Mariscal de Ayacucho, la misma que se aprobó en forma unánime el 16 de abril del 2009, como un Sistema Unico de Compensación Regional de Pagos, basado en la instauración de una unidad de cuenta común, en la que se denominaran todos los intercambios financieros. Este mecanismo será operado por un Consejo Monetario Regional y una Cámara Central de Compensación.[37]
 La Unión Sudamericana y Latinoamericana
UNASUR tuvo su origen en la reunión del Cuzco del 8 de diciembre del 2004. Firmaron el acta constitutiva Ecuador, Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Uruguay, Paraguay, Perú, Colombia, Venezuela, Surinam y Guayana. En el Tratado constitutivo se afirma la determinación de construir una identidad y ciudadanía latinoamericana y desarrollar un espacio regional integrado en lo político, económico, social, ambiental, energético, cultural y de infraestructura, para contribuir al fortalecimiento de América Latina y el Caribe.
UNASUR se extiende por doce países que tienen una superficie de 17 millones de kilómetros cuadrados; 361 millones de habitantes, es decir, una población mayor que la de los Estados Unidos de América y también superior a la de la Unión Europea; un PIB de 973. 613 millones de dólares que le transforman en la quinta potencia mundial; el 27 % de las reservas de agua dulce del planeta; es la región del mundo que ocupa el primer lugar como productora y exportadora de alimentos; tiene reservas probadas de petróleo y gas para 100 años.
En una época caracterizada por la velocidad de los cambios hay que decir que este proceso de integración avanza muy lentamente pues entrará en vigencia recién en Enero del 2011 al haber conseguido la ratificación del Tratado Constitutivo de Uruguay, pese a ello, Unasur ha hecho sentir su peso, sobre todo por mediación del Consejo de Defensa Sudamericano.
Una propuesta original del Presidente Correa es la Organización de Estados Latinoamericanos y del Caribe, planteada en base al grupo de Río, el 10 de abril del 2008. El 22 de febrero del 2010, en Cancún, México, 25 jefes de Estado que hacían parte de 32 delegaciones de América Latina y el Caribe anunciaron la creación de este organismo, quedan problemas que resolver, pero en general se diría que la subregión se inclina por la creación de un organismo regional que cumpla el sueño de Bolívar.
La reconfiguración del poder mundial
Puede considerarse acertada la política exterior del Ecuador que dejando de lado el deslumbramiento y hasta la idolatría de cierto sector de las elites hacia el Imperio América, empiezan a advertir la reconfiguración del poder mundial, como un hecho de hondas repercusiones en el nuevo siglo y milenio. Desde la reforma en China de los años 80 del siglo pasado, su economía se ha transformado en la locomotora del desarrollo mundial, superando, según las predicciones del Fondo Monetario Internacional, a tres de los poderosos miembros del G7: Italia, Francia y Gran Bretaña. Otra economía que evoluciona con celeridad es la de Brasil, transformado en líder de la región, 42 % de la superficie territorial y 192 millones de habitantes que equivalen al 34 % de la población de América Latina y el Caribe, 36 % del PIB regional en el 2008. Como un signo de los nuevos tiempos que vive América Latina, Luis Ignacio Da Silva, Lula, ex obrero metalúrgico y dirigente fundador del Partido de los Trabajadores, transformó al Brasil en un País con vocación de potencia global, que no olvidó el compromiso de sacar de la pobreza a unos 40 millones de habitantes. China, Brasil, Rusia, Irán, la India y Sudáfrica aparecen como los nuevos actores del escenario mundial en los que la diplomacia ecuatoriana busca mercados y amigos.
Por las razones mencionadas se puede reconocer el esfuerzo del Presidente Correa por dotarse de una propuesta política, económica y social original, por impulsar políticas que han beneficiado a sectores postergados, lo que explica sus altos índices de popularidad, cuando están por cumplirse sus primeros cuatro años de gestión;  pese a ello es difícil admitir la retórica oficial según la cual estamos transitando por un cambio de época, menos aún por una revolución; en el proceso real  pesa el ideario reformista, neodesarrollista, sin que se pueda advertir una impronta del socialismo del socialismo de ninguna época, pues como sabemos, hasta los socialistas utópicos estaban de acuerdo en que hay que buscar una alternativa a la propiedad privada y a las injusticias del capitalismo. Salvo que el Presidente Correa piense que en el Ecuador tenemos alguna responsabilidad por el derrumbe del” socialismo real” en el Viejo Mundo y que, en tal circunstancia, lo único posible es luchar por el socialismo como una idea atractiva, desde el punto de vista filosófico y ético, pero sin ninguna posibilidad de materializarse en un sistema alternativo frente al capitalismo. Si esos son los límites de su proyecto político, está en su derecho, pero tiene que admitir que hay una militancia socialista de muchos años, en el Ecuador y América Latina, que no tiene ninguna corresponsabilidad sobre el curso que tomaron los procesos en el Viejo Mundo y que, con todo el derecho del Universo, proclama la vigencia de un socialismo Latinoamericano, cuyos contornos han sido definidos en un largo proceso, partiendo de la fragua del viejo Marx, recopilando las experiencias prácticas de Lenin y Trotsky, pasando por la originalidad de Mariátegui, el sacrificio del Comandante Guevara y el Presidente Allende, en una siembra fructífera que empezó en Cuba, bajo la dirección extraordinaria del Comandante Fidel Castro Ruz, ese insurgente mítico que es uno de los pocos hombres que ha conocido la gloria de entrar vivo en la historia y la leyenda y que ha ejercido durante medio siglo una política de gran potencia a escala mundial desde un País pequeño, como dice Ignacio Ramonet.[38] ¡Hazaña espiritual y material sólo factible desde el cultivo de una política basada en sólidos principios filosóficos y éticos y en el apoyo de un pueblo revolucionario de apenas 11 millones de habitantes que le acompañaron en la proeza de batallar con 10 presidentes de los Estados Unidos de América y resistir al más brutal bloqueo económico en la historia de la Humanidad!!
El socialismo ecuatoriano
Ante la proliferación de adjetivos que se ponen ahora al concepto socialismo, vale la pena recordar que el socialismo ecuatoriano, en sus 84 años de trayectoria, toma de los clásicos el método dialéctico de interpretación y análisis de la realidad para transformarla; considera que el fin del socialismo es superar el capitalismo y el dominio imperialista, basados en la propiedad privada y en los monopolios, fruto de la explotación del trabajo ajeno, para construir una forma de producción y de organización de la sociedad en la que el hombre pueda derrotar la época de la enajenación de los frutos de su trabajo y de la naturaleza, laborando en forma asociada, racional y planificada, para que mujeres y hombres puedan hacerse independientes, caminar sobre sus propios pies, dejar atrás, con su esfuerzo, la pobreza en la que hoy están sumidos los sectores mayoritarios, satisfacer sus necesidades fundamentales de modo sustentable y dar libre curso a su libertad y creatividad, construyendo una nueva democracia social y laboral participativa en la que la solidaridad y el amor sean normas de vida cotidiana.
El socialismo del siglo XXI
En los tiempos que corren, superada esa época gracial, de la que hablada Nela Martínez Espinosa, en la que muchos parecían actuar con la vergüenza de haber sido de izquierda, hemos transitado a la orilla en que cualquier cambio modesto recibe la etiqueta de socialismo del siglo XXI, caricaturizando un trabajo teórico – práctico genuino, cuyos contornos me permito resumir en los siguientes términos.
En un momento histórico de confusión y desaliento, anotaba yo en el año 2003, en el Prólogo a la edición ecuatoriana del libro “El Nuevo Proyecto Histórico”, en el que parecían haber fracasado todos los paradigmas, el llamado Socialismo del Siglo XXI apuesta por la superación histórica del capitalismo al que debe suceder el Nuevo Proyecto Histórico o socialismo del siglo XXI, como resultado de la lucha organizada y consciente de las masas populares que hoy son víctimas de la globalización neoliberal.
 
En ese libro irreverente, como son todos los que buscan la transformación social, Heinz Dieterich, Enrique Dussel, Raimundo Franco, Arno Peters, Carsten Stahmer y Hugo Zemelman afirman que, desde la revolución francesa, en 1789, el discurso de la modernidad se ha expresado en dos grandes proyectos: el capitalismo y el socialismo realmente existente. Ninguno de esos sistemas ha logrado resolver los grandes problemas del hambre, la pobreza, la explotación y la opresión de tipo económico, sexista y racista. Sin desconocer las contribuciones del capitalismo al desarrollo de la ciencia y la tecnología, así como a la modelación del Estado de derecho, la resultante histórica del capitalismo podemos verla, desde la segunda mitad del siglo XX, en un panorama abrumador:
“Desde 1945, 600 millones de personas han muerto de hambre, esto es diez veces los muertos que causó la Segunda Guerra Mundial, y diariamente mueren 40.000 niños a nivel mundial, mientras nuestras bodegas rebosan y los Estados europeos pagan por la paralización de campos fértiles”.[39]
En las propias regiones desarrolladas del mundo la concentración del ingreso asume niveles brutales que explican la presencia de un puñado de milmillonarios, por un lado, y de cientos de millones de pobres, por el otro. La tercera parte de la población mundial en edad productiva, 820 millones de seres humanos, son víctimas de la desocupación. La producción y el comercio han dejado de ser las actividades económicas esenciales frente al crecimiento desmesurado de la especulación financiera, cuyas dos primeras crisis, han cobrado millones de víctimas.
Si la misión última de la economía es satisfacer, de un modo racional y justo, las necesidades de la población, entonces hay que decir que el capitalismo ha fracasado.
Adicionalmente, el socialismo real, si bien logró garantizar el pleno empleo y atender algunos requerimientos básicos de sus pueblos, no fue capaz de construir una nueva democracia política, compatible con los sueños de sus fundadores, y que fuese atractiva para los sectores sociales más avanzados de la sociedad.
Al inquirir sobre las razones profundas del fracaso del discurso de la modernidad, los autores encuentran que ambos proyectos: el capitalista y el socialista real, en el plano de los hechos, construyeron sociedades que tenían tantas similitudes como diferencias, “debido a que sus fuerzas formativas estuvieron sometidas a condiciones objetivas de desarrollo muy parecidas, como fueron la producción industrial a gran escala(fordismo), la economía mercantil(el mercado) y el Estado autoritario.”[40]
Por ello se llega a una conclusión corrosiva, que debe alarmar a los nostálgicos del pasado, pero de veras necesaria para avanzar al porvenir:
“Nadie que disponga de alguna comprensión científica de esta primera etapa de la sociedad moderna, creerá que el capitalismo puede ser un sistema del futuro que dé a la humanidad las banderas que esta reclama: paz, democracia real y justicia social. Y nadie con un poco de realismo puede pensar que lo que fue el socialismo “realmente existente” sirve todavía como polo aglutinador de una alternativa mundial, capaz de derrocar al capitalismo mediante un movimiento de masas”[41].
LAS BASES DEL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI
¿Sobre qué bases se construirá el Socialismo del siglo XXI? Primero y categóricamente sobre el conjunto de las luchas desarrolladas para la toma del poder político por el conjunto de los explotados. La división de la sociedad entre una minoría opulenta y las masas empobrecidas no puede resolverse con la ilusión del diálogo entre el amo y el esclavo. No es por la vía de la compasión o la comprensión que los explotados y excluidos alcanzarán un futuro de dignidad y progreso.
El socialismo del siglo XXI se apoya también en el impresionante desarrollo de la ciencia y la tecnología, ocurrido en lo que va del siglo XX, que permite a los seres humanos plantearse y resolver problemas que no era posible hacerlo en el siglo XIX. El científico alemán Arno Peters recuerda que desde Aristóteles existe la clara comprensión de que la función de la economía es la satisfacción de las necesidades del ser humano, pero que, esta actividad de servicio del Estado, ya en su época era confundida con la crematística que, mediante el comercio y la usura, causa un desaforado afán de lucro.
Peters recuerda que sólo desde Francois Quesnay se ha buscado “hacer de la economía un fenómeno independiente que sólo debe obedecer a sus propias leyes”. Adam Smith siguió esa tendencia separando al Estado de la economía. Cien años después Carlos Marx absolutizó esa separación, pero además hizo de la economía la base sobre la que se levanta la superestructura política, jurídica, filosófica, religiosa y artística. Adam Smith y David Ricardo señalan que el trabajo es la única causa del valor, pero además para Ricardo es su medida. Después de la muerte de Ricardo surgió una generación de economistas de izquierda que exigían para los trabajadores la equivalencia total del valor generado por ellos. Marx se opuso a este planteamiento.”El partía de la idea de que el trabajo humano en la sociedad capitalista, se había convertido en mercancía( la cual diferenciaba del trabajo como “fuerza de trabajo”) que quedaba totalmente pagada con su respectivo precio de mercado(= salario). Marx dijo: “El hecho de que el valor que su uso produce durante un día, es el doble de su propio valor diario. Es una suerte especial para el comprador, pero de ninguna manera, una injusticia contra el vendedor”. Y hasta aseguró que en esta compra, “de ninguna manera se violaban las leyes del intercambio de mercancías, que lo equivalente se cambiaba por lo equivalente”. En este caso, sostiene Peters, Marx confundió los términos valor igual( wertgleich) con precio igual(preisgleich), igual que la economía clásica.”. Agregando, lo que Ricardo llamaba ganancia, Marx lo llamó plusvalía. Marx rechazó el derecho al producto total del trabajador, seguramente porque no quería reformar el capitalismo sino sustituirlo por una sociedad sin clases.
Los clásicos de la economía - y con ellos Marx - no pudieron extraer todas las consecuencias de la teoría del valor trabajo. La consecuencia fue que, al iniciarse la construcción del socialismo real, muchos años después de su muerte, no en los países de capitalismo avanzado, como él lo había previsto, sino en naciones pobres y atrasadas como Rusia, China y Cuba, las nuevas economías socialistas se sometieron en las relaciones internacionales a los precios de mercado y, en lo interno, a un sistema de precios que no equivalían a su valor, por tanto, la economía de los países socialistas no era una economía equivalente sino una economía nacional de mercado.
La nueva economía basada en el principios de equivalencia
La nueva economía, nos dice Peters, tiene que apoyarse en el principio de equivalencia que rigió en la humanidad durante 800.000 años y que fue abandonada por las economías nacionales de mercado durante los últimos 5.000 años de historia. Pero ese retorno a la economía equivalente “sólo podrá hacerse a un nivel superior, combinando la teoría sobre el valor trabajo con el principio de la equivalencia. Entonces, el salario equivaldrá al tiempo de trabajo invertido, independientemente de la edad, del sexo, del estado civil, del color de la piel, de la nacionalidad, del tipo de trabajo, del esfuerzo físico, de la preparación escolar, del desgaste, de la habilidad, de la experiencia profesional, de la entrega personal al trabajo – independientemente también de la pesadez del trabajo y de los peligros que implique para la salud. En breves palabras: el salario equivale directa y absolutamente al tiempo laborado.”[42]
Peters sostiene que la implantación del principio de equivalencia en la economía supondrá el fin de la explotación, el egoísmo, la codicia y el mercado y que ello producirá cambios tan profundos en la vida social que, una de sus consecuencias puede ser el surgimiento de un nuevo ser humano.
La democracia participativa
Tomas Hobbes, Jhon Locke, J.J. Rousseau, Montesquieu y Jefferson, en los siglos XVII y XVIII, pusieron los fundamentos de la filosofía iluminista y de la teoría política de la democracia formal. Los aportes más significativos de la democracia formal son la división de poderes; la Constitución como ley de leyes que señala los deberes y derechos de los sujetos colectivos y los individuales; un sistema de elección popular de los representantes; el parlamento como depositario de la soberanía popular; la existencia de medios de comunicación que no son propiedad del Estado; el Estado de derecho que debe proteger a las minorías. Sin embargo, la democracia formal se apoya en una falacia: si bien la soberanía radica en el pueblo, esté elige a sus representantes a los órganos de poder, pero los representantes sustituyen el mandato y asumen la defensa exclusiva de sus intereses y los de la élite. El poder económico, a través del poder mediático, se apropia de la conciencia de millones de seres humanos y secuestra todos los poderes del Estado. Más aún la pérdida de soberanía por los Estados nacionales medianos y pequeños - a consecuencia de la globalización neoliberal - ha determinado que el poder de los representantes populares disminuya frente al verdadero poder de la burocracia transnacional(FMI-BM-OMC) cuyos funcionarios no son elegidos por el pueblo y sólo responden a los intereses del gran capital.
La democracia formal burguesa se ha vuelto estéril e incapaz de resolver las apremiantes necesidades de las masas. Por ello, en todos los continentes, millones de seres humanos luchan por la democracia participativa, entendida como el derecho de los ciudadanos a decidir sobre los principales asuntos de la nación de modo permanente. El desarrollo de la ciencia y la tecnología, por primera vez en la historia, hace posible el ejercicio de esta democracia participativa.
Esta nueva democracia, cuyos contornos definitivos deben asimilar las prácticas democráticas reales de los pueblos en su vida cotidiana pasada, debe, adicionalmente:
Primero, alimentarse de una ética de la vida, cuyo inicial principio debe ser luchar porque los que no pueden vivir puedan hacerlo con dignidad.
Segundo, establecer que la posibilidad de la vida debe incluir la necesidad de la libertad.
Tercero, señalar que lo que es válido y verdadero debe ser factible y posible.
Cuarto, poner en evidencia de que estamos saliendo del tunel de la explotación por el desarrollo de la conciencia crítica de los explotados y marginados.
Quinto, advertir que la comunidad de las víctimas se reúnen y deciden cambiar su propia historia.
Sexto, que es deber de los seres humanos pasar del diagnóstico de los problemas actuales al diseño de utopías y finalmente, el deber y principio prometeico de luchar por esa transformación posible.
La ética de vida que plantea el socialismo del siglo XXI se resume entonces en la consigna de que vivan los que no podían vivir y participen los que no podían participar.[43]
El sujeto racional ético y estético
¿ Quién o quiénes asumirán la tarea de sepultar la sociedad actual y construir el Socialismo del siglo XXI?
Millones de mujeres y hombres cuyas esperanzas de una vida mejor son negadas actualmente.
¿Sobre qué bases organizarán esas luchas?
Sobre un programa estratégico, sobre una clara definición de los métodos de lucha más adecuados y sobre una comprensión científica de los tiempos de ese combate.
Las ideas fuerza que orientan esta batalla:
Primero, el desarrollo de la ciencia nos ha demostrado que es posible construir una economía de equivalencias sin mercado, en la que la economía retome su misión esencial de satisfacer las necesidades básicas de los seres humanos;
Segundo, es factible construir una sociedad sin Estado represivo, en la que los bienes de la cultura material y espiritual se distribuyan en forma equitativa entre millones de seres humanos.
Tercero, Se abre entonces la posibilidad de que los contenidos más hermosos y fragantes de las grandes utopías humanitarias de los últimos años de historia se hagan realidad.
Este el contenido sumario del Socialismo del siglo XXI que nosotros compartimos y apoyamos como una utopía posible y necesaria.
Correa y el poder.-
A contraluz de las promesas programáticas que ponían distancia con la violencia y prometían una revolución democrática y pacífica, la desmesura ha sido el rasgo característico del liderazgo de Rafael Correa. La desmesura y la procacidad. Cierto que desde Aristóteles debemos tener en cuenta que el político en funciones debe cuidarse a sí mismo de dos enfermedades graves: el agocentrismo y la megalomanía. El yo hiperbólico y la manía de grandeza. Pero se entiende que, después de las experiencias traumáticas de las dictaduras neofascistas instauradas con el apoyo del Imperialismo en América Latina y tras el derrumbe de los regímenes stalinistas de Europa Oriental debió quedar en claro, para los académicos y dirigentes políticos, que los pueblos demandan gobiernos y gobernantes sabios y progresistas, que prediquen y practiquen nuevas formas democráticas, participativas, dialogales, construidas desde una ética de respeto a la alteridad y a las opiniones divergentes.
Lo menos que deben preguntarse los ciudadanos que, a mediados del 2005, propusieron y apoyaron la candidatura presidencial es si conocían suficientemente al ser humano concreto al que le  entregaban la compleja tarea de presidir los destinos de nuestra nación en un instante de profunda crisis.[44]
Siembra vientos…
Por desgracia, los condenables e inadmisibles hechos del 30 de septiembre traen a la memoria una cadena de incidentes, de diversa magnitud, en los que el Jefe de Estado aparece sembrando dudas, suspicacias, enfrentamientos, y, como dice el adagio popular: quien siembra vientos cosecha tempestades.
“Un aletazo cruel, un golpe aleve” significó para los socialistas ecuatorianos la muerte trágica de nuestra Guadalupe Larriva y sus acompañantes, y nos golpeó, sobre todo, la ausencia de voluntad política para investigar y sancionar a los responsables del sospechoso “accidente”. Enero 24 – 2007.[45]
Dayuma fue, en diciembre del 2007, el humilde y postergado pueblo de la Amazonía cuyos contados habitantes deben recordar con horror la represión policial y militar descomunal frente a sus demandas legítimas. La mera sospecha de que detrás de esas demandas estaban fuerzas adversarias desató un vendaval represivo. “Un contingente de mil policías y militares, armados y equipados con tanquetas y fusiles, ingresó a la población de Dayuma, cuyos habitantes mantenían una resistencia civil y reclamaban contra al régimen.”En Carondelet habían llegado a la conclusión de que enfrentaban una sublevación. La orden de los Ministros de Defensa, Wellington Sandoval y Gobierno, Fernando Bustamante, en realidad simples instrumentos de Correa, fue romper puertas, golpear y desfigurar rostros y cuerpos, golpear con palos y tubos las cabezas de los manifestantes, entrar a culatazos en las casas, arrestar a los presuntos subversivos… era el bautizo brutal de un pretendido gobierno de izquierda y revolucionario.[46]
Agosto del 2008, el Presidente Correa aparece atizando un enfrentamiento entre grupos estudiantiles de su propia Universidad, la Católica Santiago de Guayaquil, lo que le merece un comunicado enérgico de sus autoridades.
En plena Asamblea Nacional Constituyente, en la tierra sagrada de Montecristi, también en el 2008, fui testigo de la forma brutal en que se decapitó a su Presidente, Alberto Acosta, por el delito de actuar con cabeza propia y tomarse sus propios tiempos de acción y dirección.
Diciembre del 2008 y enero del 2009, la población campesina e indígena de la Región Austral del País, que rechazaba la Ley de minería, fue reprimida de modo brutal por los aparatos de seguridad del Estado.
Los maestros de la UNE fueron asediados y hostilizados en el 2009, de la misma manera los campesinos, indígenas y ecologistas que denunciaron los aspectos regresivos que tenía la Ley de Aguas. La represión, el 30 de septiembre del 2009, desencadenó la muerte del profesor Bosco Wisuma y decenas de heridos, a la entrada a la ciudad de Macas. Los trágicos sucesos obligaron a Correa a dialogar con la dirigencia indígena. Entonces Marlon Santi, Presidente de la CONAIE, reclama por el irrespeto del Gobierno al Movimiento Indígena al tildarlos de “cuatro pelagatos, chiflados que representan 2 % de la población”. El Presidente reacciona y pregunta: ¿Quién es el estúpido que dijo eso? Santi responde: “Usted señor Presidente”.
El 18 de Julio del 2010 Correa va a la Comunidad indígena de La Cocha a criticar la Justicia Indígena, en respuesta los pobladores le pifiaron y un grupo de mujeres exigió al Presidente respeto para las tradiciones indígenas.
También en el 2010 les llegó el turno de la represión a los estudiantes universitarios que resisten a la imposición de una Ley que constituye una genuina contrarreforma universitaria que desconoce los principios de la Universidad Latinoamericana.
Son varios los casos de ciudadanos que, en diferentes lugares de la Patria, han manifestado con gestos y palabras su rechazo a la aparatosa caravana presidencial, en una actitud crítica muy propia de los ecuatorianos, acostumbrados a mirar al poder como a un ente extraño, en actitudes aisladas y solitarias que, sin embargo, han recibido la respuesta inmediata del propio Jefe de Estado que ha parado la Caravana motorizada para ordenar que los detengan y manden a prisión, en actos que recuerdan las excentricidades de algunos dictadores latinoamericanos pintados por nuestros grandes novelistas. Ahora que ha llegado el Nobel de literatura para Mario Vargas Llosa, esas anécdotas, me recuerdan La Fiesta del Chivo en la que el Dictador tiraniza a millones sin enterarse de que hay una conspiración en su contra.[47]
Resumiendo podemos decir que el régimen de Correa ha mantenido en los hechos una política de seguridad interna que encarga a la Policía la represión de los movimientos reivindicativos, pero además ha llegado al extremo de criminalizar las luchas sociales desde un discurso vanguardista en el que él y sus grupo de amigas y amigos se autoproclaman “los iluminados” de la revolución y descalifican, con los peores epítetos, y reprimen a los que ejercen una oposición de izquierda, caricaturizados como cómplices de la oposición oligárquica y pelucona.
Con razón, Alberto Acosta, uno de los artífices de la fase inicial de este proyecto y Presidente decapitado de la Asamblea Nacional Constituyente de Montecristi hace su balance de la génesis del autoritarismo:
“Este proceso autoritario se ha ido construyendo granito a granito, de sábado en sábado, de declaración en declaración. Estamos viendo cómo se manejó la aprobación de muchas layes: la de minería, no hubo diálogo; se la impuso; la de Soberanía Alimentaria, nadie la conoció; la ley del agua, no se sentaron a dialogar y trataron después de aprobar una ley que no pudieron aprobarla; la aprobación de la Ley de Educación Superior, la del Cootad, son espacios que se han ido cerrando… Por eso concluye: si Rafael Correa no aplica “una corrección profunda, esto se va al diablo, la Constitución, la democracia…”
Y Gustavo Larrea, el otro arquitecto de este proyecto electoral, dice:
“Si creemos que la revolución ciudadana es generar los cambios en democracia y sin intemperancia, entonces falta muchos por hacer; si creemos que es un proceso sin participación y con intemperancia, entonces la revolución ha fracasado”.[48]
¿Se archivó el programa?
La llamada revolución ciudadana fue desde sus inicios, según uno de sus ideólogos y fundadores Gustavo Larrea, destructora de mitos y dogmas.[49] Se formó con ciudadanos que venían de diferentes experiencias políticas y de diversa formación ideológica. No es extraño entonces que Acuerdo País parezca hoy un lugar en el que se dan cita caminantes de todos los viejos partidos políticos del Ecuador, como se puede señalar con nombres en el Gabinete y por provincias. En un régimen tan heterogéneo, policlasista y multipartidario, no debe asombrar que los aspectos progresistas de la Constitución de Montecristi empiecen a ser negados por el espíritu de las leyes, que parece redactadas por asesores de derecha.
La revolución ética que prometió un combate frontal a la corrupción se quedó en el papel. Nunca se transparentaron las cuentas pendientes de la AGD. El Informe Final y las Conclusiones a las que llegó la Comisión para la Auditoria Integral del Crédito Público fueron letra muerta, defraudando el trabajo de seres humanos imprescindibles en la hora de los hornos, como el argentino Alejandro Olmos, para el que siempre habrá un espacio de gratitud en el corazón de cada ecuatoriano.[50] La Comisión de Fiscalización de la Asamblea Nacional parece cumplir la consigna de garantizar la impunidad y las instituciones gubernamentales destinadas a luchar contra la corrupción ejercen un papel puramente ornamental en un Gobierno que vive de la publicidad, los golpes de efecto y los resultados de las encuestas de opinión, cuando lo único correcto y factible, en un régimen progresista, sería que se lleven a cabo las ofertas de una “revolución ética” que libre un combate frontal contra la corrupción. Sobre éste traumático tema,  para millones de ecuatorianos que fueron saqueados durante la crisis financiera de fines del segundo milenio,  siguen saliendo las denuncias documentadas y los libros que demuestran las nuevas andanzas del poder sobre los ejes de esa vieja Celestina de nuestra política[51] Para colmo de males no se pueden ocultar las evidencias de que tampoco hay coherencia en el manejo de las complejas relaciones con Colombia y que Uribe y Bush y ahora Santos y Obama han logrado el objetivo de subordinar al Ecuador a la estrategia del yunque y el martillo, no hay otra explicación para el idilio de las Ex Embajadoras de los Estados Unidos con el Presidente y los agradecimientos de Uribe Vélez y Santos por las tareas cumplidas en la zona de frontera por las Fuerzas Armadas del Ecuador. Sobre esta delicado asunto Correa se había comprometido a no calificar a las FARC-EP como terroristas, a no comprometer al Ecuador en el conflicto interno colombiano, a contribuir a buscar desde el terreno diplomático una salida negociada y pacífica a ese largo y doloroso conflicto. Al parecer esa postura, que coincide con el sentimiento de la mayoría absoluta de los ecuatorianos, también ha sido archivada. Quedan dudas sobre el papel que desempeñaron las Fuerzas Armadas del Ecuador, sobre todo los aparatos de inteligencia, en los días previos al ataque del 1 de marzo del 2008 al sitio de Angostura.[52] Ya no quedan dudas en cambio sobre lo que se hace desde esa fecha fatídica. Veamos el análisis del Ex Vicepresidente de la República León Roldós:
“El yunque y el martillo
Con la posesión de Santos en Colombia, más un trabajo consistente del Departamento de Estado y del Pentágono de Estados Unidos, el gobierno ecuatoriano se comprometió a blindar la frontera norte, lo que así hizo y fue visible y publicitado en la primera quincena de septiembre del 2010.

El resultado fue inmediato, el blindaje que impuso el Ecuador se convirtió en el yunque que impidió que las FARC pasen a territorio ecuatoriano. La fuerza del martillo la ejerció Colombia.

En la madrugada del domingo 19 de septiembre del 2010, en las cercanías del río San Miguel, en el lado colombiano, casi en la línea de la frontera, las fuerzas del país del norte mataron a 22 personas acusadas de ser guerrilleros de las FARC.

El presidente Santos de Colombia el mismo domingo declaró: “Es muy importante la colaboración del gobierno del Ecuador, yo personalmente voy a llamar al presidente Correa a agradecerle esa forma de cómo vamos a hacer mucho más efectivo el control de la frontera”. No hay información sobre si se produjo o no la llamada.

El Ministro colombiano de Defensa calificó de “muy valiosa” la cooperación del Ecuador por la “disposición y el fortalecimiento del dispositivo de seguridad en esa zona de frontera”, agregando “indudablemente fue un elemento fundamental para garantizar la contundencia de la operación”.

El ministro Carvajal de Seguridad del Ecuador expresó que no se participó en el ataque ni en la muerte de los acusados de guerrilleros.

El gobierno del Ecuador no actuó como martillo. El blindaje de la frontera se convirtió en el yunque que agradeció el gobierno colombiano.

Al día siguiente, el lunes 20 de septiembre del 2010, el ministro de Defensa del Ecuador, Javier Ponce, militante fundador del Partido Comunista Marxista Leninista del Ecuador, matriz del MPD, fue recibido en la Casa Blanca y en el Pentágono. La prensa internacional publica la foto en que el ministro de Defensa de Estados Unidos, Roberto Gates le cede el paso.

La información fue que se habló de acciones compartidas de inteligencia para la protección de la frontera con Colombia, con financiamiento adicional norteamericano para su desarrollo.

Cercadas las FARC, se produjo en el Meta el miércoles 22 en la madrugada el ataque al campamento del Mono Jojoy, su muerte y la de decenas de guerrilleros.

San Martín de Porres

El santo negro fallecido en el año 1639 –de pequeño vivió en Guayaquil– es el Patrón universal de la paz. Se cuenta que cuando estaba en el Convento de los Dominicos en el Perú, todos los animales atendían sus órdenes.

Uno de los episodios más conocidos es que hacía comer en un mismo plato a un perro, un ratón y un gato en completa armonía.

Correa y sus ministros asumen el logro de San Martín de Porres.

El Pentágono le rinde honores. No importa que esto coincida en horas con que en Nueva York el canciller Patiño ratifique los acuerdos políticos y económicos del Ecuador con el presidente iraní Ahmadineyad, cuya intervención en la Asamblea General de las Naciones Unidas provocó el retiro de las delegaciones de Estados Unidos y de los países de la Comunidad Europea.”[53]
 
No se necesitan más comentarios para entender que la política fronteriza del Presidente Correa se parece cada vez más a la del Coronel Presidente.
La leyenda de la revolución
La prometida “revolución económica y productiva” no ha llegado por que en el Ecuador no hay revolución. Un académico y analista político serio, Decio Machado, que ha colaborado en las más altas esferas del Gobierno, sostiene lapidario: “El proceso de Ecuador no puede llamarse revolución, es fruto del acumulado en la historia reciente. No es revolución, el Gobierno no ha roto las estructuras económicas y las lógicas de acumulación; es una transformación en una lógica de justicia, un mejor reparto de riqueza”. “La revolución es una leyenda que acompaña este proceso”. [54]
No hay espacio tampoco para la tesis de un “gobierno en disputa”[55] porque a tres años y 10 meses del ejercicio del poder todo depende de de una persona. Sin la voluntad omnímoda del Presidente no hay proceso; y, esa voluntad todopoderosa, que tiene celos y desconfía hasta de su propia sombra, siente la necesidad de hacer el vacío a su alrededor, de prescindir de las fuerzas sociales, políticas y sindicales que le llevaron al Gobierno, en un proceso complejo, lleno de recelos y suspicacias, dada la falta de antecedentes de lucha del candidato y el trauma que significó para la CONAIE el haber apoyado a Lucio Gutiérrez.
La autodenominada Revolución Ciudadana es un proceso desde arriba y desde el vértice, que usa de modo magistral los medios de comunicación colectiva y la publicidad, que nunca ha podido explicar de dónde sacó los recursos para financiar la primera campaña de primera y segunda vuelta; apoyado por un grupo de amigas y amigos de la época universitaria de Correa, procedentes de todos los partidos políticos de derecha y de centro, en una alianza de clases singular dominada por los nuevos críos de los viejos grupos de poder, a los que se han sumado unos pocos ciudadanos que militaron en fundaciones y ONGs de la más variada índole y aislados militantes y ex militantes de la izquierda, todos enredados en una hábil estrategia ofensiva y defensiva que ve en toda forma de organización popular el corporativismo, cuidándose, eso sí, de enfilar los denuestos contra la “partidocracia” y los “pelucones”, mientras gobiernan con ellos. En este embrollo social se mantiene, como un apéndice, un grupo de funcionarios de nivel medio y bajo, autodenominados “tendencia socialista”, que no representan las tradiciones revolucionarias del viejo Partido Socialista Frente Amplio, aunque ahora aparezcan enquistados en espacios de dirección a los que llegaron con ofertas burocráticas, en una acción que avergonzaría a los colaboracionistas amarillos de la época de Plaza, en los años cincuenta del siglo pasado.
Entre esos intelectuales se ha deslizado la tesis insólita de que la lucha del movimiento indígena – y otros sectores explotados - contra la Ley del Agua y otros proyectos y leyes antipopulares, elaboradas por tecnócratas de derecha enquistados en éste Gobierno, serían la punta del ovillo, que en la “coyuntura desestabilizadora”, terminó con el abortado Golpe de Estado del 30 de Septiembre. Esta hipótesis juega con las afirmaciones del propio Jefe de Estado realizadas el pasado 10 de Agosto, durante el Informe a la Nación, en las que se hizo una filípica contra la intelectualidad de izquierda que “crítica al sistema sólo para llamar la atención”, para luego arremeter contra el movimiento indígena organizado, contra el magisterio, contra los dirigentes sindicales, contra los movimientos ecologistas, contra las falsas izquierdas y contra el infantilismo ecologista. Luego de esa feroz arremetida pequeño burguesa contra los grupos organizados que representan al conjunto de los explotados del Ecuador,  Correa, casi afónico y sudoroso, pidió una reconciliación nacional… exhortando a la Asamblea para que conceda la amnistía al ex Vicepresidente de la República Alberto Dahik, ideólogo del neoliberalismo en el Ecuador, pionero de la ola de corrupción que terminó con el mayor atraco bancario de nuestra historia. ¿Cómo entender estos bandazos? ¿Cómo justificarlos?
La posición del movimiento indígena y popular
Durante la crisis del 30 de Septiembre el Movimiento Indígena, de manera particular la CONAIE y ECUARRUNARI, han demostrado madurez, seriedad, ponderación, memoria histórica.
La CONAIE en el documento “Llamado a la unidad por una instauración del Estado Plurinacional de los pueblos” dice con absoluta transparencia:
“La crisis social desatada(…) también es provocada por el carácter autoritario del régimen y la falta de apertura al diálogo en la elaboración de las leyes. Hemos visto como las leyes consensuadas fueron vetadas por el Presidente de la República, cerrando cualquier posibilidad de acuerdos”. Agrega que: “La CONAIE con sus confederaciones regionales y sus organizaciones de base manifiesta ante la sociedad ecuatoriana y la comunidad internacional su rechazo a la política económica y social del gobierno; con la misma energía rechazamos las acciones de la derecha que encubierta forma parte de un intento de golpe de Estado.” Concluyendo: “Seguiremos luchando por la construcción del Estado Plurinacional con una verdadera democracia”.
Sin duda el clima de confrontación y cooptación de algunos de sus dirigentes por el gobierno explica el rechazo en bloque de la política económica y social del gobierno.
La ECUARRUNARI, que agrupa a la nacionalidad quichua del Ecuador, declaró tajante: “ no más dictaduras en América Latina”, agregando: “A pesar de tener profundos desacuerdos con el Gobierno nacional, de tener a varios de nuestros dirigentes enjuiciados como terroristas, no hay razón para ponernos de lado de nuestros enemigos históricos…Detrás de la propuesta de la Policía y de sus reivindicaciones está la pretensión de desconocer la Constitución donde hemos logrado que sean reconocidas muchas de nuestras propuestas y luchas históricas”. Recriminando uno de los errores cruciales del régimen sostienen: “la Revoluciòn Ciudadana de Rafael Correa al formar alianzas amplias con grupos de derecha en la minería, en el petróleo, agronegocios, etc., y al atacar y perseguir a las organizaciones populares y de izquierda( en especial al movimiento indígena) deja las manos libres a esos sectores reaccionarios”.
Como dice la filóloga Ileana Almeida “Los indígenas, ajenos a las decisiones estatales, enfrentados a la incertidumbre política y cultural y a los atropellos del poder, no se confunden ante la coyuntura y se ven con objetividad a sí mismos dentro del proceso histórico del país”.[56]  
El origen y la militancia de los Ministros
En Cuba, Venezuela y Bolivia los Ministros de Estado proceden claramente del torrente popular, aquí ocurre lo contrario:
Del Partido Social Cristiano provienen: Alexis Mera, Abogado de León Febres Cordero y hoy todopoderoso Secretario Jurídico de la Presidencia; Vinicio Alvarado, Secretario de la Administración y Ministro de Propaganda, ex Jefe de campaña de Jaime Nebot; Marcela Aguinaga, Ministra del Ambiente. Washington Pesántez, Fiscal General de la Nación, fue asesor de de la Ex Ministra Fiscal Mariana Yépez.
De lo que un día fue la Izquierda Democrática provienen Antonio Gagliardo, Ministro del Trabajo por dos años y medio; Raúl Vallejo, ex Ministro de Educación; Efrén Cocíos, que fue Embajador ante la OEA; Nicolás Issa, Embajador en España, que militó en la ID y en el PRE; Ramiro González, ex Prefecto de Pichincha y actual Gerente del IESS; Alfredo Vera, Ministro de Educación de Borja y ex Secretario Anticorrupción de Correa.
Del Partido Sociedad Patriótica proviene: Carlos Polit, ex Secretario General de la Administración del Coronel Presidente, es hoy el Contralor General del Estado; Doris Solís, Ministra de Turismo del régimen de Lucio Gutiérrez es hoy Ministra Coordinadora de la Política.
Del PRE proviene Jorge Marún, Ministro de Industrias de Abdalá Bucaram, diputado y Prefecto de la Provincia de Los Ríos. Gustavo Larrea fue Subsecretario de Gobierno del Bucaranato, diputado del APRE y Ministro de Seguridad de Correa.
El Gerente del Banco Central, Carlos Vallejo militó en la Democracia Popular de Yamil Mahuad y fue diputado del PRIAN de Álvaro Noboa.[57]
Se podría argumentar que, como todo cambia en la vida, los mencionados funcionarios han mutado en cuadros revolucionarios, de esa posibilidad, un hombre que los conoce muy bien, Fabricio Correa, se ha reído largamente. Correa sabe que un amplio sector de la sociedad, formado y curtido en años de lucha, desconfía de los miembros del Gabinete vinculados al pasado y también de los izquierdistas ligth incubados en las ONGs proimperialistas.[58]
 Además, hay varios estudios que demuestran cómo los diversos grupos de poder económico, al producirse en los años 78 y 79 el retorno al orden constitucional, se repartieron en las diversas tiendas políticas, por lo cual, en los hechos, las fuerzas que se alternaron en las tres décadas de neoliberalismo no tenían problema en seguir aplicando, con diverso grado, el recetario neoliberal. La explicación última de éstos grupos oligárquicos está en la concentración del ingreso y la propiedad que hace la paradoja de un país tan rico en recursos naturales, “con crecimientos económicos significativos en determinados momentos de su historia, con importantes procesos de expansión y modernización de sus fuerzas productivas, con una acelerada industrialización en las décadas de los sesenta y setenta, con un sector terciario que se expande y moderniza, pero con una pobreza que persiste y se ahonda”[59]La razón determinante de este drama está en la concentración de la propiedad de los medios de producción: tierra, bancos, fábricas, activos diversos, centros comerciales, etc., proceso que se agudizó con las políticas neoliberales,[60] alimentando la tendencia a excluir seres humanos, a“ vomitar hombres y mujeres”, diría Eduardo Galeano, lo que en el caso ecuatoriano se expresó en la segunda gran oleada migratoria que expulsó del País a cerca de un millón y medio de compatriotas. Un fragmento de la vieja “partidocracia”, corresponsable de esa tragedia, permanece en el gobierno, seguramente como expresión del realismo político que se expresa, más allá del discurso a veces radical, en una política de alianzas con sectores de la burguesía. Lo cierto es que el régimen vive esas contradicciones, manejadas por un hábil político que ha impulsado importantes reformas, pero que o no quiere o no puede  enfrentar los factores estructurales que están en la raíz de las profundas desigualdades sociales, el desempleo y el subempleo y la pobreza y la inseguridad que hacen el drama de la vida cotidiana de un alto número de ecuatorianos.
Los hechos del 30 de Septiembre
Una revisión sumaria de los hechos acaecidos entre el 29 y 30 de Septiembre demuestran lo siguiente:
- El veto Presidencial a la Ley Orgánica de Servicio Público, que se conoce en la Asamblea Nacional en la tarde y noche del 29 de Septiembre, tenía una carga explosiva, entre policías y militares, que fue advertida y tratada en la Asamblea Nacional, donde algunos de los Parlamentarios del Bloque de Gobierno se indisciplinaron motivando la idea de la muerte cruzada[61] en el círculo íntimo del Palacio Presidencial. Al parecer los asesores que redactaron el veto Presidencial no reflexionaron de modo suficiente en la importancia que tienen para los miembros de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional las condecoraciones y los reconocimientos, símbolos de cumplimiento del deber y heroísmo.
-  A las 7h30 del 30 de septiembre los policías del Regimiento Quito se insubordinan exigiendo la derogatoria de los artículos de la Ley Orgánica de Servicio Público que afectaban sus intereses. Los gendarmes se sentían traicionados por sus mandos y engañados por el Gobierno que había negociado con ellos a través de su bloque parlamentario. El Comandante General de la Policía Freddy Martínez habría visitado varios destacamentos policiales durante dos semanas para explicar el contenido de la Ley Orgánica de Servicio Público. “Inteligencia Policial sabía, un día antes de la protesta, que podía formarse un escenario cruel”[62]
- A las 8h30 miembros de la Policía se toman varias vías de la entrada sur de Quito y el Terminal Terrestre de Quitumbe.
- A las 9h00 se tiene noticia de que diversos cuarteles de policía en las diferentes provincias se suman a la protesta.
- A las 10h00 el Presidente Rafael Correa Delgado, junto con el Ministro Gustavo Jalkh, de modo absolutamente inesperado, llegan al Regimiento Quito para analizar las medidas respecto a la protesta de los miembros de la Policía. El Presidente visiblemente molesto y tenso reta a los uniformados: “Señores, si quieren matar al Presidente, aquí está( se abre la camisa y muestra el pecho): Mátenme. Si les da la gana, mátenme si tienen valor; en vez de estar en la muchedumbre, cobardemente escondidos”. Los amotinados, hijos del bajo pueblo que han sido adoctrinados y entrenados para la represión, ofenden de palabra y de obra al Presidente. Esta insólita incitación al magnicidio, que puede interpretarse como una búsqueda del martirologio sólo tenía como precedente en la conducta de Correa su declaración, cuando se dispuso a acompañar en su retorno al Jefe de Estado derrocado, de que “Honduras era un buen sitio para morir”.
- A las 10h30 el Presidente es retirado del Regimiento Quito, por miembros de su equipo de seguridad, en medio de graves incidentes. Se sabe que intentaron acceder a la pista policial donde pudo recogerle un helicóptero, pero que fue impedido de hacerlo por los policías.
- A las 10h45 el Presidente, con graves síntomas de asfixia, que ha sido abandonado por una parte de su equipo de seguridad, “es llevado en brazos, en forma de camilla,”[63] por personal médico dirigido por el Coronel César Carrión, al Departamento de Emergencia del Hospital de la Policía Nacional, donde es atendido. Después de los cuidados iniciales trasladan al Presidente al tercer piso. Varios policías, algunos con mandiles médicos, rodean las salidas del Hospital para impedir que salga el Presidente y obligarlo a negociar.
 - A las 11h15 miembros de la Fuerza Aérea se unen a la protesta y pocos minutos después cierran el Aeropuerto Mariscal Sucre de Quito.
-  A las 11h30 se conocen las primeras informaciones sobre saqueos y robos contra los bancos y el sector comercial en Quito, Guayaquil y Portoviejo. La acción coaligada de la Marina y la Policía restableció el orden en Guayaquil.
-  A las 12h00 el Presidente habla por el Canal Público Ecuador TV anunciando que se encuentra secuestrado en el Hospital de la Policía.
-  A las 13h50, por disposición del Presidente se declara el Estado de Excepción.
 - A las 14h00 se pronuncia el Jefe del Comando Conjunto anunciando el respaldo al poder civil pero pidiendo la revisión de la Ley.
- Casi a la misma hora se establece una Cadena Nacional de Medios Informativos que empieza a difundir la tesis del secuestro y el Golpe de Estado.
-  A las 14h45 el Canciller Ricardo Patiño pide a la ciudadanía que vaya al Hospital de la Policía Nacional a rescatar al Presidente Rafael Correa.
 - Los que marchan al rescate del Presidente al Regimiento Quito se encuentran en las calles con los opositores al Gobierno.
-  A las 17h00 la Asamblea Nacional, donde se había originado el conflicto, no logra reunirse y destrabar al incidente como lo había sugerido públicamente el ex Ministro de Gobierno Gustavo Larrea.
-  A las 18h00 se reinician las operaciones en el Aeropuerto Mariscal Sucre y en el Terminal Terrestre de Quito.
-  A las 18h30 miembros de la oposición se toman a la fuerza el Canal Público Ecuador TV.
-  A las 20h30 se inicia el rescate del Presidente con la participación de unos 850 efectivos militares. 36 militares del GEO, especialistas en antiterrorismo, son asignados para asaltar el interior del edificio del Hospital y rescatar al Jefe de Estado, 19 de ellos llegan a la habitación del Presidente y se encuentran, al parecer, de modo inesperado, con policías del GOE y el GIR que estaban en la misma tarea.
-  A las 20h55 el Presidente Rafael Correa logra salir del Hospital de la Policía Nacional luego de un violento operativo ejecutado por Fuerzas Especiales de la Policía y el Ejército, operativo que se había empezado a planificar desde el medio día. El Coronel Luis Castro, Jefe de la Brigada de Fuerzas Especiales, que armó el Plan de incursión que incluía dos anillos de seguridad en torno al Hospital y al Regimiento Quito, dijo públicamente que “una vez que logramos sacar al Presidente “ordené desaferrarnos de la Policía. Ahí es cuando recibo el mayor ataque de ellos”.[64] Esos instantes tensos y trágicos pudo verlos el País, en vivo y en directo, en cadena nacional, en un acto que parecía repetir las escenas de primera Guerra del Golfo. Lo más impactante, en el segundo en que el vehículo Nissan Patrol, en que estaba Presidente, inicia la salida de la puerta principal del Hospital de la Policía, fue el desplome fulminante del uniformado que cubría con su cuerpo la puerta anterior izquierda del vehículo, que luego se supo era el Cabo Froilán Jiménez del GIR. Los camarógrafos que arriesgaron su vida para filmar la escena muestran la caída del uniformado y al fondo, un vehículo rojo Toyota, en el que se parapetan y disparan un grupo de militares, la cámara vuelve al caído que intenta levantarse y fracasa porque le derrota la muerte. Otros uniformados intentan auxiliar al que se supone herido. Después supimos que todo fue inútil. Se dijo entonces que los autores de los disparos que liquidaron a Froilán Jiménez fueron los policías sublevados. Los resultados de la investigación de esa muerte, revelados por el Coronel Lenín Bolaños. Jefe del GIR, demuestran que miembros del Ejército hicieron los disparos que causaron la muerte del Agente. ¿Pudo esa bala estar dirigida contra el Jefe de Estado? ¿ Quiénes fueron los que dispararon? ¿Lo sabe el Jefe del Operativo Militar? [65]
La balacera que conmovió al norte de la Capital, se prolongó hasta pasadas las 22h00.
-  A las 21h45 el Presidente Correa llega al Palacio de Carondelet donde pide un minuto de silencio por los caídos y agradece a sus partidarios.
En los hechos mencionados no asoman los ingredientes básicos de todo Golpe de Estado: La dirección estratégica orientada a inmovilizar y poner fuera de juego los ejes del poder. No estaba en el proyecto de los miembros de tropa del Regimiento Quito que se insubordinan, desconocen a sus mandos y se niegan a salir al cumplimiento de sus tareas habituales, que el Presidente de la República iba a llegar al Cuartel, peor aún iban a imaginar que el Presidente reaccionaria de un modo tan temperamental y explosivo frente a sus demandas.
Los policías, aunque seres humanos procedentes, en su absoluta mayoría, de las capas humildes de la sociedad, han sufrido los efectos de un proceso instructivo que los hace piezas de una máquina de represión al servicio del Estado; por otro lado, en sus rutinas habituales, tienen que lidear con todos los que se sitúan al margen de la ley en una sociedad que tiende a la violencia y la inseguridad. La propia estructura jerárquica premoderna de la Institución fomenta resentimientos con la oficialidad que no siempre se procesan de modo adecuado. El resultado de todo ello es que los policías son seres humanos recios, fuertes, severos, sin que puedan evitar contagiarse de los males que combaten. Esa condición humana, agravada por el clima generado por la rebelión, es la que tuvo que probar el Jefe de Estado que, en su concepción vertical del poder, debe haberse sentido humillado, reducido, deshonrado, desendiosado, bajado del trono. En todo caso, es notorio que en la horas que permaneció en el Hospital de la Policía Nacional tuvo el tiempo suficiente y las condiciones necesarias para planificar una salida política - militar que convirtiera esos momentos de humillación y miedo en una victoria. Los ingredientes de esa salida fueron la negociación con los militares que, al parecer, la realizó de modo impecable el Ministro Xavier Ponce y los contactos del Ministro de Gobierno con grupos de élite de la policía que, dotados de un mayor profesionalismo, entendieron que era su deber poner a salvo al jefe de Estado. La planificación minuciosa del rescate, por mediación de un operativo militar y policial, que se empezó a ejecutar en horas del mediodía. La declaratoria del Estado de Excepción. La instauración de una Cadena Nacional de Radio y Televisión que difunda la tesis del secuestro, el intento de asesinado y el Golpe de Estado son todas acciones que demuestran que el Presidente retoma la iniciativa y decide los instrumentos, los métodos y los tiempos necesarios para descifrar el laberinto en el que se había metido.
Rumores interminables
Al cumplirse un mes de los acontecimientos, el Quito rebelde y altivo de todos los tiempos, no ha retomado la normalidad. Al pie del Pichincha, en el cruce de la Avenida Occidental con la Mariana de Jesús, parecería que la Azucena de Quito está comentando si tuvo razón al presagiar que el Ecuador desaparecería no por los terremotos sino por los malos gobiernos.
Los edificios contiguos y rectangulares del Hospital Policial, pintados de azul y plomo, lo mismo que el Cuartel , parecen mudos testigos del drama. Curiosamente al observar las paredes de los edificios no asoman las huellas de los proyectiles, lo que confirma la versión militar de que ordenaron disparar al aire y también las afirmaciones policiales de que muy pocos de los sublevados tenían municiones de guerra en sus armas de dotación. Policías y enfermeras prefieren no hablar del tema. Pero en las calles y plazas, en los bares y cantinas, en los restaurantes y las “huecas, en el “mall” y las tiendas de barrio, en las aulas secundarias y universitarias, en las oficinas públicas de esta burocrática ciudad, el tópico no se agota.
Que si es verdad que ha hija del Lucio, que ahora es subteniente del Ejército, acuartelada en el Batallón Rumiñahui, participó en el operativo de rescate al Presidente, así como también su primo el Mayor Robert Vargas Borbúa. [66] ¿ Será que el Lucio es tan desalmado que puede poner en riesgo la vida de su hija para volver a Carondelet?
Qué pese a las amenazas y agravios de Correa, el Coronel César Carrión, Director del Hospital de la Policía jura y rejura que el Presidente no estuvo secuestrado. Procesado, privado de su libertad, acusado por tentativa de “magnicidio”, es decir, de intento de asesinato al Presidente, se mantiene en su verdad que, como hemos dicho, parece confirmarse por el testimonio de médicos y enfermeras y también por la filmación espontánea de alguien que fue testigo de los hechos. La versión del Coronel César Carrión se confirma con la propia declaración del Presidente República en la que comenta La opinión del Ministro Freddy Ehlers.
También la Vicepresidente de la Asamblea Nacional, Irina Cabezas, a puesto leña al asador al atestiguar, ante los peritos de la Fiscalía General del Estado, que su vehículo Nissan plateado, que fue utilizado para sacar al Correa del Hospital de la Policía Nacional, durante el operativo militar, no tuvo impactos de bala, como se difundió intensamente a través de los canales públicos.[67]
Será cierto que el rescate del Presidente puso en peligro la vida de 72 pacientes que se encontraban internados en el Hospital de la Policía Nacional, Será que atacar un Hospital viola los principios del Derecho Internacional Humanitario que se respeta aún en circunstancias de guerra?.
¿ Por qué habrá dicho Francisco Latorre, asesor del Presidente, que la decisión de ir al Regimiento la tomó él solito y que.”Nadie le asesoró para que acudiera al sitio, pese al riesgo que eso conllevaba”.[68]
Hasta el Fausto Cobo, golpista como el Lucio, dice ahora que el día miércoles 29 en    que se trababa el veto parcial a la Ley Orgánica de Servicio Público habló con las asambleístas María Augusta Calle y Nívea Vélez pidiéndoles “que no cometan el error de dejar afuera del pedido de ratificación del texto original este punto porque las consecuencias podían ser graves”.[69] Todos querían ayudar pero nadie oía. ¿ Será que los ciudadanos revolucionarios se están volviendo sordos? ¿ No será mejor llevar al Correa al otorrino?
Será cierto lo que dice la Revista Vistazo de Guayaquil que la asambleísta María Augusta Calle, de Alianza País, negoció con militares y policías el contenido de la Ley Orgánica de Servicio Público. Pero “el veto de Carondelet dejó sin piso los acuerdos logrados”.[70]
Hasta el Paco Moncayo, que camina como un pavo real, ahora transita cabizbajo por los pasillos del Palacio Legislativo y, como él conoce a los milicos más que a su mamita, ha dicho: “Es una situación muy grave, no se ha resuelto nada, quedan las heridas.”[71]
¿Será que al Moreno le calentaron las orejas? Dicen que estaba en Guayaquil, igualito a Noboa, esperando que el Alto Mando le llame para posesionarse en el Ministerio de Defensa.
¿ Será que hasta los gringos tuvieron un gran Presidente que andaba en silla de ruedas?
¡ Que la virgen del Quinche nos proteja y perdone!.
El golpe de estado peor concebido y ejecutado
El recuento de los hechos, los testimonios y los rumores espigados parecen confirmar la percepción de que si hubo un Golpe de Estado el 30 de Septiembre del 2010, este debe ser el peor concebido y ejecutado de la historia republicana. Tampoco de puede demostrar que hubo secuestro y que alguien intentó el magnicidio.
En las largas horas en que el Presidente de la República permaneció en el Regimiento Quito, primero y, luego, en el Hospital de la Policía Nacional, se configuraron situaciones de extremo peligro, las mismas que han sido evaluadas por el propio Jefe de Estado. Pero no hay evidencias que demuestren que en algún instante grupos o individuos armados actuaron directamente contra el Presidente Correa, como si sucedió, por ejemplo, durante el secuestro en Taura, por comandos de la FAE, del ex Presidente León Febres Cordero en el año de 1987. Tampoco se ha demostrado que durante las horas de la rebelión había un mando político alternativo que haya intentado desplazar del poder al Mandatario. El Vicepresidente Lenín Moreno que inicialmente dijo que alguien le había sugerido que asuma el mando luego se contradijo.
Las medidas adoptadas por el Gobierno en la tétrica jornada y en los días subsiguientes desarman la versión mediática, que fue orquestada desde el artificio de una Cadena Nacional de Radio y Televisión, aplicada, según el Gobierno, desde el momento en que se puso en vigencia el Estado de Excepción por el Presidente Correa, de acuerdo a lo que disponen los artículos 164 y 165, numeral 4, de la Constitución Política del Estado vigente.[72] Esta versión mediática es la que fue entregada, de manera oficial y extraoficial, a los organismos multilaterales y los gobiernos amigos que, en la precariedad de nuestra democracia y con el antecedente de lo ocurrido en Honduras, dieron pábulo a la versión del Golpe de Estado y se pronunciaron de modo unánime contra el posible Golpe de Estado con una celeridad digna de encomio.
Queda como un trabajo para los historiadores establecer, de modo definitivo, si los hechos del 30 de septiembre fueron una rebelión policial y militar puntual, que no supieron o pudieron manejar los ministros, la Asamblea Nacional y el propio Presidente Correa, misma que derivó en una tragedia dolorosa que deja una cuota de muertos y heridos, difícil de sobrellevar; aunque por ahora no se puede desechar tampoco la hipótesis de que se trate del inicio de un largo, complejo y zigzagueante proceso de Golpe de Estado, al estilo del que dio en Italia Mussolini, en la década del 20 del siglo pasado, que en nuestro caso empezó por esta especie de exploración de fuerzas del objetivo a derrocar y cuyos capítulos finales se irán escribiendo como parte del complejo drama político que vive el Ecuador a inicios del siglo XXI. No descarto esta posibilidad dado el carácter ultramontano de algunas fracciones de la clase dominante que no se sienten representadas en el Gobierno y para las que, de modo increíble, algunas de las reformas que hacen el lado positivo del régimen, son el socialismo e incluso el terrible comunismo.
El autor de éstas notas no puede dejar de consignar la sospecha de que pudieron evitarse los 7 o 9 muertos y los 300 heridos con que se cerró este capítulo terrible de nuestra historia política, agravada por los antecedentes volcánicos que hacen parte de la personalidad de los ecuatorianos, como lo entrevió al llegar a Quito, por vez primera, en Junio de 1822, el Libertador Simón Bolívar. También es cierto que los opositores, internos y externos, del proceso político  midieron fuerzas, saben por ahora que los árbitros de la democracia, los militares, especialmente los grupos de élite, apoyaron a Correa. Oyeron que el Imperio y la OEA apoyaron a Correa. Saben, adicionalmente, que Correa cuenta todavía con un significativo apoyo popular, desorganizado y disperso, que no puede compararse con el pueblo combativo, movilizado y organizado, por ejemplo, que en la Venezuela de Chávez, impidió que se consume el Golpe de Estado del 11 de abril del 2002 y volvió al poder al Presidente Chávez para seguir profundizando el proceso revolucionario más importante en la hora actual de América Latina.
Ignoro si el Presidente Correa, inteligente como es, habrá tomado nota de que muchos de sus Ministros y colaboradores, durante las tensas horas de su cautiverio, pensaron que la comedia había llegado a su fin y hacían maletas para volver a sus lugares de origen.
Desconozco también si el Presidente Correa habrá advertido que la alianza de clases que sustenta al actual gobierno no es suficiente para mantenerse en el poder.
No puedo saber, no tengo el menor indicio, para establecer, si en las horas tétricas, vio los relámpagos de los grupos en pugna, miró el rostro de fuego de la violencia, observó a la pálida tornera del desprecio, la soledad y la muerte y, en su pasión y agonismo se preguntó, como el centinela edomita en las Profesias de Isaías:
¿Centinela, cuánto durará la noche aún?
El Centinela responde:
La mañana ha de venir, pero es noche aún.
Si queréis preguntar, volved otra vez”.[73]
Ignoro si el Presidente habrá advertido
que no es suficiente preguntar,
esperar y anhelar.
Que hay que hacer algo más.
Y hacerlo con los más.
Quito, 30 de Octubre del 2010.
 
- Manuel Salgado Tamayo es Profesor de la Universidad Central del Ecuador.


[1] Diario “El Comercio” de Quito, viernes 22 de octubre del 2010, Cuaderno 1, p. 6.
[2] Diario “El Comercio” de Quito, Cuaderno 1, p. 6.
[3] Darle tanto poder al Partido Sociedad Patriótica de Lucio Gutiérrez es en el fondo un flaco favor para el golpista fallido, que traicionó al Movimiento del 21 de enero del 2.000, como se comprueba en los testimonios de los dirigentes indígenas que le acompañaron en esa aventura sin conocerlo[3] y también al felón e incapaz que no pudo gobernar al Ecuador luego de ser electo Presidente y salió corriendo, “sin morir en el intento”, cuando el movimiento de “los forajidos” y la falta de apoyo de las fuerzas armadas lo derrocaron.
[4] Ver Diario “HOY”, domingo 7 de noviembre del 2002, p. 3.
[5] Alberto Acosta, Ex Presidente de la Asamblea Nacional Constituyente y ex Ministro del Régimen, en un balance posterior a los hechos, declaró: “Es lógico, es parte del estilo de gobierno del Presidente Correa, su autoritarismo y su prepotencia muchas veces impiden los diálogos y el conocer lo que la gente está pensando”. http://www.msemanal.com/node/3086
[6] Diario “La Jornada” de México, martes 26 de Octubre del 2010. Entrevista.
[7] Revista Vistazo, No. 1035, Octubre 7 del 2010, p. 25.
[8] Revista Vistazo, No. 1035, Octubre 7 del 2010, p.p. 22 y 24.
[9] Diario “El Comercio” de Quito, jueves 28 de octubre del 2010, Cuaderno 1, p. 5.
[10] Diario “El Comercio” de Quito, Martes 26 de Octubre del 2010, Cuaderno 1, p. 3.
[11] Diario “Hoy” de Quito, domingo 7 de noviembre del 2010, p. 3.
[12] Llegada del Presidente Correa al Hospital de la Policía. Video completo en www.elcomercio.com
[13] Acto realizado en el Palacio de las Convenciones en la Ciudad de La Habana, Cuba.
[14] Diario Gramma. La Habana, Cuba. Miércoles 10 de noviembre del 2010, p.p.9 y 10.
[15] Simone y Jean Lacouture, Pequeña Enciclopedia Política, Editorial Grijalvo, México, 1973, p. 154.
[16] Curzio Malaparte, Técnica del Golpe de Estado, Ediciones Comuna Socialista, Bogotá, Colombia, 1975, p. 54.
[17] Guillermo Cabanellas, Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual, Editorial Heliasta, Buenos Aires, Argentina, 20 Edición, 1981, p. 185.
[18] Revista Vanguardia No. 261, del 11 al 17 de Octubre del 2010, p. 19
[19] René Baéz, Antihistoria Ecuatoriana, Universidad Central del Ecuador, primera edición mayo del 2010, p.p. 29 y 30.
[20] Erika Silva y Rafael Quintero, Ecuador: Una nación en Ciernes, Ediciones Abya – Yala, Quito, Primera Edición, abril de 1991.
[21] Rafael Correa Delgado, Ecuador: de Banana Republic a la No República, Nomos Impresores, Bogotá, D.C., Colombia, primera edición: diciembre, 2009, p. 11.
[22] Raymon Aron, Introducción al libro de Max Weber El Político y el Científico, Alianza Editorial, Madrid, traducción de Francisco Rubio Llorente, Décimo cuarta reimpresión, p. 36.
[23] Rafael Correa responde a una entrevista realizada por el filósofo Heinz Dieterich. Ecuador y América Latina, Socialismo del siglo XXI, Impreso en Nina Comunicaciones, Quito, noviembre del 2007. P. p. 57-58.
[24] Diario “El Mercurio” de Cuenca, 13 de abril del 2007, p. 6.
[25] Rafael Correa y otros, Los socialismos del siglo XXI, Nina Comunicaciones, Quito, 2007, p. 22.
[26] Jaime Labastida, Producción, ciencia y sociedad de Descartes a Marx, Siglo XXI Editores, México, primera edición, 1969, p.7.
[27] Varios Autores, Camilo Torres y la Universidad Nacional de Colombia, Primera Edición, Sptiembre del 2002, p. 37 – 40.
[28] Vania Bambirría, El capitalismo dependiente latinoamericano, Siglo XXI Editores, México, Tercera Edición, 1976, p. 144.
[29] Walter Montenegro, Introducción a las doctrinas político económicas, Fondo de Cultura Económica, México, Tercera Edición, p. p. 207 – 232.
[30] Manuel Agustín Aguirre, Dos sistemas dos mundos, Editorial Universitaria, Quito, 1972, p.p.201 – 202.
[31] Rafael Correa Delgado, Ecuador: de Banana Republic a la no República, Impreso por Nomos Impresores, Bogotá, Colombia, primera edición, diciembre del 2009, p. 130.
[32] Ver Jürgen Habermas, La necesidad de revisión de la izquierda, Editorial Tecnos, Segunda Edición, 1997.
[33] Leonardo Ogaz, Socialismo del siglo XXI, ALAI, 16 de febrero del 2009.
[34] Revista Espacios, aportes críticos al pensamiento contemporáneo, No. 14, febrero del 2008, p.p. 74-75.
[35] Recuento alentado por la lectura del importante libro de Eduardo Ruilova Quezada, Entre el Consenso de Buenos Aires y el Socialismo del siglo XXI, Edición Comité Socialista Manuel Agustín Aguirre, Cuenca, Ecuador, marzo del 2009, Octava Parte, p. 274 y siguientes.
[36] Fander Falconí, ¡Con Ecuador por el mundo! La política internacional ecuatoriana, Editorial El Conejo, Quito, Ecuador, 2010, p.p. 152-153.
[37] Tesis de María José Dávila Pantoja y Héctor Gustavo Villacrés Villafuerte, Evaluación del Proyecto Alianza Bolivariana para los pueblos de nuestra América y el Caribe, ALBA – TCP, Biblioteca de la Facultad de Economía, UCE, 2010.
[38] Cien Horas con Fidel, Conversaciones con Ignacio Ramonet, Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado, Tercera Edición, La Habana, 2006.p.p. 19 y 20.
[39] Arno Peter, El principio de equivalencia como base de la economía global, traducción de Gerhard Plath, en “Fin del capitalismo global. El Nuevo Proyecto Histórico, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1ª. Edición, enero de l999.
[40] Heinz Dieterich Steffan, Bases de la democracia participativa, Ediciones La Tierra, Quito, 2001, p. 18.
[41] Heinz Dieterich Steffan, Op. cit. p. p. 18-19.
[42] Arno Peters, OB. Cit. P. 56.
[43] Enrique Dussel, El reto actual de la ética, detener el proceso destructivo de la vida, Op. Cit. P.p. 199-203.
[44] No es necesario nombrar a este grupo hoy casi disuelto.
[45] Víctor Granda Aguilar, Operación Explosión, Casa de la Cultura Ecuatoriana “Benjamín Carrión”, Quito, 2008.
[46] Juan Carlos Calderón y Christian Zurita Ron, El Gran Hermano, p.p. 51-52.
[47] Mario Vargas Llosa, La Fiesta del Chivo, Alfaguara Bolsillo, Madrid, 2.000.
[48] Revista Vanguardia, No. 269, 4 al 10 de octubre del 2010, p. 23.
[49] Gustavo Larrea, Revolución Ciudadana, Editorial Planeta del Ecuador, Quito, Primera Edición Junio del 2009, p. 32.
[50] Informe Final de la Auditoria de la Deuda Ecuatoriana, Resumen Ejecutivo, Quito, Noviembre del 2008.
[51] Ver Juan Carlos Calderón V. y Christian Zurita Ron, el Gran Hermano, Paradisso Editores, Quito, Ecuador, Primera edición, agosto del 2010. Fernando Villavicencio, Napoleón Saltos, Christian Zurita y Luis Alberto Araúz, El discreto encanto de la Revolución Ciudadana, Artes Gráficas Silva, Segunda Edición, Enero del 2010.
[52] El Ministro de la época Gustavo Larrea anota en su libro “Revolución Ciudadana”: “Más allá de que pudo haber algún elemento de la fuerza pública ecuatoriana que tuviera conocimiento de ese asentamiento ilegal, el Estado y las autoridades responsables no tuvieron la información necesaria para actuar”. P. 152.
[53] Diario “El Comercio” de Quito, Lunes 27 de septiembre del 2010, Página Editorial.
[54] Ver Revista Vistazo, No. 1036, octubre 21 del 2010, p. 14.
[55] Manifiesto de la Tendencia del Partido Socialista Frente Amplio( PSFA) al Ecuador, América Latina y el Caribe, publicado en el Diario “El Comercio” de Quito, el lunes 12 y martes 13 de Julio del 2010, como Aviso Remitido.
[56] Diario “Hoy” de Quito, Domingo 7 de noviembre del 2010, p. 5.
[57] Andrés Rosero, Revolución Ciudadana y reconstrucción de hegemonía, documento fotocopiado.
[58] René Baéz, Antihistoria ecuatoriana, Universidad Central del Ecuador, Quito, 2010, p. 195.
[59] José Moncada Sánchez, Ecuador, estructura productiva, descentralización y neoliberalismo, Ediciones La Tierra, Quito, 2010, p.p.59-60.
[60] Alberto Acosto, Breve Historia Económica del Ecuador, Corporación Editora Nacional, Novena reimpresión, febrero del 2006, p.p.232-233.
[61] Figura establecida en la Constitución de Montecristi que permite al Presidente de la República disolver los poderes constituidos y llamar a elecciones anticipadas.
[62] Revista Vanguardia No. 260, 4 al 10 de octubre del 2010, p. 21.
[63] Diario “El Comercio” de Quito, viernes 29 de octubre del 2010, Cuaderno 1, p. 2.
[64] Diario “El Comercio” de Quito, lunes 4 de Octubre del 2010, Cuaderno 1, p. 2.
[65] Ultimas Noticias, martes 23 de noviembre del 2010, p. 10.
[66] Revista Vistazo, No. 1036, Octubre 21/2010, p. 26.
[67] Diario “El Comercio” de Quito, Lunes 4 de Octubre del 2010, Cuaderno 1, p. 5.
[68] Diario “El Comercio” de Quito, sábado 2 de Octubre del 2010, Cuaderno 1, p. 3.
[69] Idem, Cuaderno 1, p. 4.
[70] Revista Vistazo, No. 1035, Octubre 7 del 2010, p. 25.
[71] Diario “El Universo de Guayaquil, Jueves 7 de Octubre del 2010, p. 4.
[72] Constitución de la República del Ecuador, Asamblea Nacional, Comisión Legislativa y de Fiscalización, publicada en el Registro Oficial del 20 de Octubre del 2008, p.p. 117-118.
[73] Citado por Max Weber, El Político y el científico, Editorial Alianza, Madrid, décimo cuarta reimpresión, 1994, p. 231. 
https://www.alainet.org/en/node/151015?language=es
Subscribe to America Latina en Movimiento - RSS