Empresa de clase mundial

18/01/2010
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Una brutal paradoja padecimos los capitalinos el pasado fin de semana. Mientras 44 mil 500 electricistas se encuentran desempleados, merced al decreto presidencial de extinción de Luz y Fuerza del Centro, 48 colonias carecieron del servicio por más de 24 horas. Al escribir estas líneas, 2 mil 600 trabajadores batallaban para asegurar la reanudación del fluido eléctrico en la Condesa, Jardín Balbuena, Álamos, Acueducto Guadalupe...  
 
Por si lo anterior no fuera suficiente, un obrero contratado por vecinos del Pedregal de San Nicolás, desesperados por la falta de energía durante 48 horas consecutivas, murió electrocutado al manipular un transformador y otro trabajador se encuentra grave en la clínica 220 del Instituto Mexicano del Seguro Social de Toluca, estado de México. Enrique Peña Nieto no hablará de “atentados del SME”.
 
Empiezan a documentarse las denuncias hechas por el Sindicato Mexicano de Electricistas de pérdidas de vidas por la impericia de obreros de empresas privadas que laboran en condiciones deplorables para Comisión Federal de Electricidad, “empresa de clase mundial”, como los 200 traídos de Hidalgo, Querétaro y Guanajuato por ocho firmas que tienen sus sedes en Colima, Querétaro y Guanajuato –como lo reportó Gustavo Castillo García en La Jornada (17-I-10, p. 3), con el objetivo de garantizar el abasto eléctrico a las delegaciones Coyoacán, Benito Juárez e Iztapalapa, ésta con sus dos millones de habitantes.
 
Además de la incapacidad de CFE y su premiado director general Alfredo Elías Ayub, reconocimiento que le entregó Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, para abastecer de electricidad al corazón político y económico de la República, el reporte de Castillo García aporta claridad sobre la privatización de LFC como uno de los objetivos centrales del manotazo del 10 octubre pasado.
 
Naturalmente que sin los vientos que padeció la capital el viernes 15 y que provocó la caída de 224 árboles, amén de la onda fría, no podrían entenderse las fallas en el servicio eléctrico. También es incompleto si no se contempla que los apagones fueron a consecuencia de que desde octubre pasado no se podan los árboles ni se quitan las ramas de los cables que provocan frecuentes cortos circuitos.
 
El propio secretario capitalino de Protección Civil, Miguel Elías Moreno Brizuela, no tuvo empacho en reconocer que lo sucedido “es una muestra” de que la “empresa de clase mundial “no tiene control” de la situación.
 
Reanudado el diálogo directo entre la Secretaría de Gobernación y el SME, no hay tiempo para simular que se negocia, tampoco para maniobras como la de hacer a un lado, por decisión gubernamental, a la Comisión de Mediación. Mucho menos para preparar nuevos y peligrosos golpes represivos, como alertó el presidente del Senado.
 
Tres meses y una semana después del manotazo presidencial para quitarse de encima a un incómodo opositor, como es el SME, y proceder a destruirlo, Calderón Hinojosa requiere con urgencia mayor capacidad de lectura de la realidad y asimilar que no es viable que el sindicalismo sea a modo, a su gusto, acostumbrado como está a negociar con dirigentes subordinados como los del Sindicato Único de Trabajadores Electricistas, formados por Leonardo Rodríguez Alcaine.
 
Una propuesta fue colocada en la mesa de negociación de Bucareli por los representantes del SME, y el gobierno no debiera ignorarla a la luz de los hechos del fin de semana: recontratar a los miles de trabajadores que aún no aceptan su liquidación para atender las crecientes fallas registradas y garantizar el suministro eléctrico.
 
Es oportuno recordar que la suerte de este litigio se definirá en el terreno de la atención de los usuarios de energía eléctrica del centro del país.
 
Utopía 780
https://www.alainet.org/en/node/138867?language=es
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