Referendo personalista
13/09/2009
- Opinión
Las reformas constitucionales en cualquier país del mundo se hacen con el mayor de los cuidados, luego de extensas deliberaciones y considerando el beneficio general de todo un país. La Constitución Política colombiana ha sido reformada para satisfacer los caprichos de una sola persona. Álvaro Uribe Vélez, actual presidente, pretende entronizarse en la silla presidencial cuatro años más con el beneplácito de los congresistas de sus afectos, a quienes les llaman la “aplanadora uribista en el Congreso”.
Colombia se debate en medio de tantas situaciones críticas, entre otras las que padecen millones de ciudadanos y ciudadanas con sus familias por el fenómeno del desplazamiento que cada día suman más miembros en sus filas por la creciente ola de violencia agitada en el campo y en muchos sectores citadinos. Para representantes del Gobierno, el paramilitarismo se “desmontó”, sin embargo, son muchos los grupos nuevos de actores armados que imponen su propia ley, algunos denominados “Águilas Negras”. Las autoridades judiciales y policivas intentan desvertebrar estas bandas criminales que se amparan en negocios aparentemente legales con los que “lavan” el dinero del narcotráfico, negocio lucrativo con el que se sostienen a la par que con los dineros provenientes de los rubros de salud, educación y obras públicas de las administraciones públicas bajo su mando.
Por otra parte, el desempleo aumenta considerablemente, así mismo las cifras del subempleo. Los índices de pobreza y miseria también se incrementan considerablemente, a pesar de algunos indicadores de instituciones internacionales que indican la mayor disponibilidad para los inversionistas en el mercado accionario colombiano. Realmente lo que se presenta es el enriquecimiento desmedido de los dueños del capital, que son unos cuantos grupos nacionales e internacionales, mientras que la clase media y baja se empobrecen raudamente.
Si bien son centenares de temas los que deben debatir los Honorables Senadores y Representantes (miembros de la Cámara alta y baja del Congreso de la República) en los últimos periodos legislativos, del año anterior y de lo corrido del 2009, éstos se han dedicado de manera especial y casi exclusivamente a realizar en compañía del ministro del Interior y de Justicia Fabio Valencia Cossio, todo tipo de maniobras para pasar a toda costa el único proyecto que han considerado vital para su existencia los congresistas de la “aplanadora uribista”, el tan mentado proyecto de reforma constitucional que conduzca al referendo con el que se permita la reelección por segunda vez y de manera consecutiva del inquilino de la Casa de Nariño, el presidente Uribe.
El tránsito por Senado y Cámara de Representantes del casi extinto proyecto de reforma constitucional ha sido bastante tortuoso. Al final, luego de ingentes esfuerzos por parte de sus “salvadores” se abrió paso el referendo por un margen estrecho, el voto de un congresista definió la suerte a última hora. Proyecto que salió de manera precipitada a la Presidencia donde recibió la bendición inmediata de su exclusivo beneficiario, el presidente Uribe, éste sin pensarlo dos veces lo remitió prontamente a la Corte Constitucional para que éste tribunal estudie la legalidad del trámite adelantado al respecto.
Las voces discordantes se hacen sentir a lo largo y ancho de la geografía nacional. Miembros de los partidos opositores, del Polo Democrático Alternativo (PDA) y del Liberalismo han manifestado su total y absoluta inconformidad con el proyecto y su trámite el que está plagado de vicios e ilegalidades, según ellos. Las demandas en contra del referendo reeleccionista que se anuncian son numerosas, estimándose en más de un centenar ya por aspectos formales como de fondo.
La temática que más discusión generó en los recintos de Senado y Cámara fue el de la redacción inicial del proyecto de reelección, que en su texto especificaba que se podía presentar al escrutinio público quien había desempeñado sus funciones como Presidente de la República en dos ocasiones anteriores. Es decir, que se requería haber completado dos mandatos de cuatro años para en elecciones posteriores volver a lanzarse. Sin completar su ejercicio en el segundo mandato, el actual presidente de Colombia, Álvaro Uribe Vélez no podía lanzarse nuevamente, de manera consecutiva a la Presidencia, sino hasta el 2014.
En esta discusión participaron activamente muchos “uribistas” de primera ocasión. Germán Vargas Lleras, máximo dirigente del Partido Cambio Radical, y gran parte de sus miembros se declararon enemigos de la segunda reelección inmediata del presidente Uribe.
Sorpresas van y vienen
El pulso entre Gobierno y Congreso se midió en dos momentos. El 20 de julio, al instalarse las nuevas sesiones del Congreso la “aplanadora uribista” perdió su hegemonía al escogerse como presidente del Senado de la República y por ende del Congreso en pleno al senador Javier Cáceres Leal, de las toldas de Cambio Radical del precandidato presidencial Germán Vargas Lleras, antireeleccionistas ambos.
Similar resultado se dio en la Cámara de Representantes, al ser escogido como presidente de ésta célula legislativa a Edgar Gómez Román, miembro del movimiento político Convergencia Ciudadana, cuyos miembros se han mostrado en desacuerdo con el maltrato que han recibido por parte del Gobierno nacional los partidos y movimientos minoritarios del país, y que en gran parte han apoyado al presidente Uribe; sin embargo, por razones que aún se mantienen en reserva desestimaron el nombre de Miguel Amín, representante a la Cámara por el departamento de Atlántico, sugerido por los delegados gobiernistas para ocupar la silla presidencial de la Cámara baja.
En segunda instancia, los Congresistas de la “aplanadora uribista” y el ministro del Interior y de Justicia, Valencia Cossio, resultaron vencedores al aprobarse por la mínima diferencia de un voto el proyecto de reforma constitucional que permitiría la segunda reelección inmediata del presidente Álvaro Uribe Vélez.
Esperamos encontrar tanto entusiasmo desbordado en el Congreso al aprobarse el tan mentado proyecto, con otros temas de verdadero interés general, como la reforma laboral (normalizando horas extras diurnas y nocturnas, y demás relacionadas), el incremento del salario mínimo legal en sus justas proporciones por encima de la inflación ponderada al año subsiguiente, reforma a la salud (retornando la administración de hospitales a la administración pública), garantizando la educación pública gratuita en todos los niveles (básica primaria, secundaria y universitaria), respetando el derecho de las otras y los otros a disentir de manera sana y respetuosa sin estigmatizaciones de ninguna naturaleza.
Quedan muchos interrogantes en el ambiente político colombiano sobre estas reformas constitucionales a la medida de una sola persona. El principal sería: ¿qué concesiones se dieron a quienes a última hora votaron a favor lo que en horas y días anteriores pretendían votar negativamente?
- Fabio Monroy Martínez es Abogado – Periodista
Fuente: Semanario Virtual Caja de Herramientas Nº 175, Corporación Viva la Ciudadanía. www.vivalaciudadania.org
https://www.alainet.org/en/node/136336
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