Crisis del sistema de salud pública

11/11/2007
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  • Opinión
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La Organización Mundial de la Salud (OMS) incluyó en su definición de salud el bienestar físico, mental y social, y no sólo la ausencia de dolencias o enfermedades.

Con relación al bienestar social, sabía que el Gobierno utilizaría su habitual política de tratar de descalificar a los que difieren, pero jamás pude imaginarme que llegaría a donde ha llegado con los médicos y odontólogos. Reitero que es necesario formar ciudadanos que sean participantes activos y comprometidos con la convivencia democrática.

Aunque no me sorprendió la ‘satanización’, sí me ha indignado. Por ello, como desagravio a los recursos humanos del sector público que laboran denodadamente para contribuir a garantizar esa salud a que se refiere la OMS -muchas veces sin tener consultorios, equipos e insumos imprescindibles para su labor-, les hago un reconocimiento público a tres de ellos: la odontóloga Mónica Ánguizola y el clínico Julio Toro -policlínica Alejandro De la Guardia, en Bethania- y el otorrinolaringólogo Julio García -hospital Santo Tomás-, que siempre me han brindado una excelente atención, con un gran calor humano.

Según la ministra de Salud y el director de Prestaciones Médicas de la CSS, el primer día de paro ocasionó pérdidas que superan el millón de balboas, pero no explicaron cómo es posible que si la mayor parte de las instalaciones sanitarias están paralizadas en gran medida, se incurra en pérdidas.

¿Por qué las autoridades sanitarias no calculan las pérdidas anuales en que incurren los asegurados porque la dirección de la CSS incumple con su deber de suministrar los reactivos, materiales de laboratorio, equipos, materiales e instrumental médico-quirúrgico necesarios? O los millones de balboas que desembolsan los asegurados porque las farmacias de la CSS están desabastecidas.

Conozco de innumerables casos donde no se han podido realizar mamografías, rayos X, etc., ya que no hay equipos o están dañados. O no hay reactivos para los laboratorios. O no hay insumos odontológicos. Para muestra, tres botones: 1) Durante tres días, cinco odontólogos no pudieron hacer restauraciones o calzas, ya que se agotó el lubricante que es indispensable para poder manipular la pieza de mano utilizada para ello. 2) Desde febrero en la CSS no hay pentoxifilina. 3) El hospital Santo Tomás sin sábanas.

La norma es que en 8 horas los médicos generales atiendan 32 pacientes, y los médicos especialistas 16 pacientes. Pero como no hay consultorios suficientes, la jornada diaria se divide en 2 sesiones de 6 horas c/u: de 7 a 1 de la tarde y de 1 a 7 de la noche. O sea ¡un médico general sólo tiene once minutos para cada paciente!

La carencia de médicos especialistas en la CSS es alarmante. A pesar de que la segunda causa de muerte se debe a trastornos cardiovasculares, sólo tiene 42 cardiólogos. La diabetes es la quinta causa de muerte y sólo hay 8 endocrinólogos. Esta crítica situación se agudizará si no se realiza la equiparación salarial.

La mayor parte de la insatisfacción de los pacientes es causada por citas tardías, mora quirúrgica, falta de medicamentos e insumos médico-quirúrgicos. ¿Esto es ocasionado por los médicos y odontólogos o por una pésima administración?

La periodista Maribel Cuervo de Paredes denunció que desalojaron en forma inhumana y abrupta a seis pacientes recluidas en la sala de mujeres del Complejo Hospitalario, para internar al subdirector de la CSS, Aníbal Illueca. Como la periodista no recibió respuesta a las cartas que dirigió a las autoridades sanitarias, el 11 de octubre se reunió con la Junta Directiva, informándoles de los privilegios del Subdirector. La Junta Directiva no ha dado respuesta, pero sí publicó un aviso pagado rechazando la equiparación salarial.

Las deficiencias observadas en la administración de nuestra salud pública son tan elementales que no concibo pueda deberse a incapacidad. Considero que son realizadas deliberadamente para justificar la privatización de la salud pública.

El 14 de octubre de 2007, desde mi columna dominical en La Estrella de Panamá aseveré: “Como el modelo neoliberal está tan desprestigiado, ya no utilizan el término ‘privatizar’; ahora hablan de ‘externalizar’, ‘descentralizar’ y ‘concesión administrativa’…”. Esta semana, John Bennett, ex presidente de APEDE, y el semanario Capital Financiero lo han confirmado. Bennett declaró que hay que acabar de privatizar todo el sistema de salud. El editorial de Capital Financiero expresa: “pareciera justo analizar la posibilidad de traspasar los servicios de administración de hospitales y atención médica a manos privadas, ya sea en la figura de patronatos o cualquiera otra, que permita enderezar un sistema que está condenado a fracasar”.

- Manuel Castro Rodríguez es catedrático.
castroeducacion@yahoo.es
https://www.alainet.org/en/node/124180
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