En el orden nacional, el presidente Álvaro Uribe Vélez está cazando peleas con quienes cree sus contradictores, el Poder Judicial por un lado, y los medios de comunicación, denominados el “cuarto poder”, por el otro; en lo regional, distrital, municipal y local se enfrentan verbalmente los candidatos contrarios con cuantas acusaciones se les ocurre endilgarse mutuamente. Hasta al interior de las colectividades se presentan roces.

En lo que respecta a lo nacional, por algo el presidente Uribe se ha ganado el apodo de “camorrista”. Pareciera que sus asesores le han sugerido que aplique el lema bien revaluado de “la mejor defensa es el ataque”. Ripostarle a la Corte Suprema de Justicia un hecho fundamentado en el testimonio de un investigado por parapolítica, que ha sido controvertido por una Fiscal deja mal parado a quien debe gozar de las mejores dotes de conciliador, tolerancia y respeto por la diferencia. Máxime tratándose de quien rige los destinos de nuestro país. Descalificar a un miembro de tan respetable y respetuosa institución estatal, como lo es la Honorable Corte Suprema de Justicia nos deja una señal contradictoria. Si las nuevas generaciones se ejemplifican con dichas agresiones verbales a cuanta autoridad les llame la atención quedaremos cual barco a la deriva, sin norte claro, peor de lo que nos ha dejado la parapolítica.

Por el lado de la prensa, nos preocupa que el derecho a informar y ser informado, amén a estar instituido en nuestra Constitución Política, quede en el limbo. El artículo 20 constitucional especifica: “Se garantiza a toda persona la libertad de expresar y difundir su pensamiento y opiniones, la de informar y recibir información veraz e imparcial y la de fundar medios masivos de comunicación. Estos son libres y tienen responsabilidad social. Se garantiza el derecho a la rectificación en condiciones de equidad. No habrá censura”.

Si por cualquier circunstancia una ciudadana o un ciudadano, e inclusive el Presidente de la República considera que se han vulnerado sus derechos con alguna información que haya sido publicada o difundida en medios radiales y/o televisivos existe la vía respetuosa de la rectificación, la que se debe aplicar en casos como el que nos ocupa. Por otra parte, en el inciso final dice claramente el texto citado: “NO HABRÁ CENSURA”. Al parecer, nuestro mandatario nacional desea hacer uso de la tal figura.

En las regiones, la situación es similar por las pullas constantes que se lanzan los diversos candidatos a cuerpos colegiados y a cargos uninominales. El énfasis se nota en las candidaturas a gobernaciones y alcaldías. En la costa Caribe colombiana, la temperatura ambiente se duplica con las acusaciones formuladas de lado y lado de las campañas, y en algunos casos de los mismos candidatos. En el departamento del Atlántico han surgido espectáculos para alquilar balcón, rayanos en lo circense.

Al candidato del Polo Democrático Alternativo (PDA), Alfonso Camerano Fuentes, las directivas locales le retiraron el apoyo; el candidato, por su parte, manifiesta que “va hasta el final”, e intentará entutelar a quienes así han procedido por que su candidatura ha sido el resultado de una consulta interna ganada limpiamente en franca lid, según sus palabras. De hecho, ha presentado alegatos ante la dirigencia departamental e indica que acudirá a las instancias nacionales del partido, mientras, los dirigentes locales han manifestado su adhesión públicamente al candidato del Partido Liberal, Eduardo Verano. En aviso publicitario publicado en El Heraldo, recientemente, aparecen Máximo Noriega, candidato a la alcaldía de Barranquilla por el PDA, al lado de Verano de la Rosa, candidato Liberal a la gobernación del Atlántico. Al consultar ante el medio de comunicación acerca de la publicidad política así impresa, Camerano se llevó la sorpresa de quien ordenó la publicación fuera la asesora de comunicaciones del candidato Noriega del PDA. Así las cosas parece que llegarán a instituciones internacionales las reclamaciones, quizás a la Corte Internacional de la Haya, o quién sabe que otra más.

Por cierto, tanto Camerano del PDA, como un asesor de Edgar Perea han bombardeado a Eduardo Verano con todo tipo de denuncias. En una alegaron que por haber estado en la Junta Directiva de la Cámara de Comercio de Barranquilla, el candidato a la gobernación atlanticense, Verano, había ordenado unos contratos a favor de Alex Char, candidato a la alcaldía barranquillera, quienes sellaron alianza conjunta, por lo tanto, la Registraduría debía anular de inmediato la inscripción del primero nombrado, es decir, dejar por fuera del tarjetón a Eduardo Verano, petición que denegó la entidad encargada de tales menesteres.

En segunda oportunidad le imputan a Verano el haberse desempeñado como Jefe de debate de Horacio Serpa, por lo que suscribió unos pagos a finales del año anterior, por lo que solicitan, una vez más, sea retirado de la contienda electoral el candidato Liberal a la gobernación del Atlántico. Esperamos la respuesta de la autoridad competente.

Lo mismo sucede en cuanto a candidatos a las asambleas, concejos, e inclusive a juntas administradoras locales.

En cuanto a debates serios sobre planes, programas y proyectos sociales son escasos los que se han presentado, y los que se han llevado a cabo han dejado sabor amargo entre la ciudadanía. Recogemos la iniciativa del colega periodista Arnulfo Pacheco, quien sugirió: “Cualquier persona que desee aspirar a un cargo público debe prepararse en la Escuela Superior de Administración Pública”, solamente le agregamos: en los Métodos Alternativos de Solución de Conflictos (MASC) también. Colombia se merece mejor dirigencia.

Octubre 10 de 2007

- Fabio Monroy Martínez es Abogado-Periodista

Fuente: Semanario Virtual Caja de Herramientas
Corporación Viva la Ciudadanía. www.vivalaciudadania.org