El gobierno de Chávez es comunista, neoliberal o populista?

31/01/2007
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Resumen

En este artículo se estudia el gobierno actual de Venezuela, en términos, primero, de un conjunto de valoraciones sobre el presidente Hugo Chávez Frías, desde dos perspectivas absolutamente disímiles y contradictorias, en una segunda parte se da respuesta a la interrogante nodal que titula este trabajo: ¿Comunista, neoliberal o populista? y por último, se pasa al análisis e interpretación de los resultados gubernamentales en el campo de la política económica, del sistema político y de la política social.

 

Palabras Claves: Venezuela, comunismo, neoliberalismo, populismo, política económica, sistema político y política social

 

 

Abstract

In this article is studied the current government of Venezuela, in terms, first of a set of evaluations on the president Hugo Chavez Frías, from two absolutely dissimilar and contradictory perspectives, in the second part response happens to the nodal question that titles this work: communist, neoliberal or populist? And finally, it passes to the analysis and interpretation of the governmental results in the field of the economic politics, the political system and the social politics

 

Key Words: Venezuela, communism, neoliberalism, populism, economic politics, political system and social politics

 

 

Palabras oficiales

 

De Hugo Chávez Frías se ha dicho de todo, tanto desde el lado de quienes lo cuestionan como desde los que lo legitiman. En este ensayo se encontrará en la primera parte un conjunto de opiniones de intelectuales, escritores y políticos reconocidos que van en uno y otro sentido. Los primeros aludiendo a todos los aspectos negativos, que según sostienen, encarna Chávez. En esta caso el énfasis se coloca fundamentalmente en la calificación del líder y de su gobierno, más en la racionalidad de su personalidad y de la política que desarrolla, que en los hechos concretos que ha vendido ejecutando en su labor de gobernante por un espacio de siete años. En el segundo caso, estamos en presencia de valoraciones que más allá del líder, del gobernante, hacen referencia al ejercicio real del poder en términos de los sectores hacia los cuales ha dirigido su mayor atención. Mientras en el primer caso, la preocupación se centra en la preservación de los valores de la democracia en términos políticos y las actuaciones del líder para limitar lo que se supone son principios sagrados, en el segundo caso estamos en presencia de opiniones que muestran una preocupación por aspectos que trascienden los meramente políticos de una actuación democrática y que aparecen incluso como respuestas a las primeras consideraciones.

 

En todo caso “donde unos ven firmeza y seriedad, otros denuncian autoritarismo; donde unos destacan liderazgo, otros señalan espíritu mesiánico, un populismo desenfrenado. Donde unos encuentran responsabilidad, otros sólo hallan personalismo egocéntrico. Nadie, sin embargo, ni unos ni otros, pueden dejar de observar y reconocer el carisma que tiene Hugo Chávez. Esa magia que ha establecido con los pobres. Para ellos, la posibilidad de que exista una Chávez público y otro privado es una hipótesis impensable. Para ellos, Chávez es un sentimiento profundo, incuestionable, una emoción que ya se ha vuelto una fe” (Marcano, C. y Barrera T., A. 2005: 371).

 

En la segunda parte intentamos responder a la interrogante que titula este ensayo, para lo cual acudimos a un conjunto de consideraciones y afirmaciones de lo que se está desarrollando en Venezuela en contraste con los calificativos más resaltantes que se le han acuñado al presidente venezolano, Hugo Chávez frías.

 

Por último, analizamos los resultados de una política que se ha ejercitado, con fallas, limitaciones, problemas pero sobre todo con grandes aciertos. En esta parte son los hechos los que hablan. Al final de este ensayo se encontrarán unos cuadros y gráficos que evidencia todo lo afirmado.

 

Las palabras son rótulos que se adhieren a las cosas, no son las cosas, nunca sabrás cómo son las cosas, ni siquiera qué nombres son en realidad los suyos, porque los nombres que les das no son nada más que eso, el nombre que le has dado.

 

 Las intermitencias de la muerte de José Saramago

 

¿Quién es Hugo Chávez Frías?

 

En esta primera parte de este ensayo sólo reflejo un conjunto de opiniones con toda su carga valorativa sobre el presidente Chávez, sin interpretación de mi parte. De un lado, las valoraciones de quienes centran sus opiniones prácticamente en el personaje, y en ese sentido lo cuestionan y tienen las opiniones más negativas que puedan emitirse sobre un líder político en pleno ejercicio del poder, y de otro, quienes sostiene que más allá del personaje, sobre el cual también se hacen referencia pero en términos positivos, se encuentra la política que ha puesto en ejecución y que ha buscado reivindicar a quienes hasta ahora habían sido los grandes olvidados en las políticas públicas de Venezuela.

 

A) Desde quienes lo cuestionan

 

El escritor chileno, Fernando Mires lo califica de “un gobernante extremadamente agresivo, emocional y procaz”, con un discurso “cada vez menos populista y cada vez más ideológico”. “Militarismo y caudillaje son improntas inseparables al pensamiento de Chávez, en todos sus tiempos”, que ha buscado “suprimir las estructuras democráticas, militarizar la sociedad y tomar el poder en nombre de la defensa de la patria”. También dice que “muchos comunistas sin comunismo se enquistaron rápidamente en el aparato chavista, controlando puestos claves en la organización del movimiento, en el Estado y en el propio Ejército” (Mires, F. 2006: 2).

 

Andrés Oppenheimer en su libro Cuentos Chinos, el engaño de Washington, la mentira populista y la esperanza de América Latina, sostiene que Chávez lo que tiene para construir en Venezuela es un proyecto narcisista-leninista, pero a su vez, sobre la base de entrevistas realizadas a connotados líderes de la oposición venezolana lo califica de estar “siguiendo políticas económicas neoliberales“ o de que “su retórica no está acompañada de lo que normalmente se asocia con una transformación revolucionaría, como ser cambios estructurales en la economía y en las instituciones” y finalmente que “Chávez no es comunista, no es capitalista, no es musulmán, no es cristiano. Es todas esas cosas, siempre que le garanticen quedarse en el poder hasta el año 2021”. (Oppenheimer, A. 2006: 223-263).

 

Mario Vargas Llosa, sostiene que el modelo representado por Chávez es “el de la revolución y el populismo, el de la demagogia y el autoritarismo”. (Vargas LL., M., 2006.)

 

Julio María Sanguinetti, expresidente de Uruguay, dice que el régimen de Chávez “repesca todos los moldes del populismo histórico: caudillismo mesiánico, retórica antiyanqui, desapego por las formas constitucionales, embriaguez de gasto, movilización orquestada de estructuras populares organizadas desde el Estado, que llenan plazas y abuchean enemigos detrás de una partitura gubernamental”. (Sanguinetti. J., M. 2006: 1)

 

Alain Touraine, en el ensayo: ¿Existe una izquierda en América Latina?, dice que: a pesar de los progresos logrados desde su elección, el de Chávez sigue siendo un modelo débil de transformación social, si se consideran los inmensos recursos obtenidos por Venezuela por el aumento brutal del precio del petróleo” (2006: 2)

 

El periodista Manuel Alcántara afirma que: “Hugo Chávez ha atizado cinco de los componentes más clásicos del populismo latinoamericano de hace medio siglo: el papel del caudillo sobre el partido, el lenguaje emocional, retórico y lleno de claves con un fuerte contenido simbólico, el movimientismo como expresión y cauce de la participación y de la representación política de un pueblo-nación que hasta la llegada del caudillo ha sido desposeído de todo su significación; el furibundo antinorteamericanismo, traducido en la creciente confrontación verbal con el presidente Bush, parejo con el alineamiento irrestricto con Castro, y la vuelta al papel preponderante del Estado en una economía nuevamente centralizada”. (Alcántara S., Manuel: 2006: 21).

 

Jorge G. Castañeda, ex canciller de México, dice que se equivocan los que todavía creen que Chávez puede ser identificado con la izquierda: “Es un error. Creo que él puede responder a causas que son banderas de las izquierdas, pero no a realidades. Creo que la política de Chávez es gastar el dinero del petróleo. Cuando se acabe ese dinero, ¿qué va a hacer? No hay nada ahí: no hay una política social, no hay una política económica, no hay una política internacional…No hay nada. Lo único que hay es muchísima plata, porque hay mucho petróleo” (Calvo, J. Manuel  2006:15).

 

B)  Desde quienes lo legitiman

 

En una entrevista, el Presidente de Brasil Luis Inacio Lula da Silva, dijo: “Creo que Chávez es bueno para Venezuela. Es el presidente que en los últimos 30 años más se ha preocupado por los pobres” (Marirrodriga, Jorge 2006: 3).

Por su parte, la opinión de Fidel Castro es la siguiente:

 

“Tú estás mirando a Chávez y estás mirando a un autóctono hijo de Venezuela, el hijo de esa Venezuela que fue mezcla, pero tiene todos estos nobles rasgos y un talento excepcional, pero excepcional”. En Chávez “descubrimos a un hombre culto, inteligente, muy progresista, un auténtico bolivariano” (Ramonet, Ignacio 2006: 472-473).

 

Ernesto Cardenal, poeta nicaragüense, dice: “En muchos países los pobres votan en contra de sus intereses, y a favor de quienes los explotan; pero ahora en Venezuela hay una Revolución que les ha abierto los ojos. Hay más de un millón de personas recién alfabetizadas, hay muchos miles de venezolanos que antes no podían ingresar en la universidad y ahora han ingresado, muchos que no recibían ningún servicio médico y ahora lo reciben” (Ministerio de Comunicación e Información 2006: 53).

 

El filósofo italiano Gianni Vatimo dice que “Chávez me ha convertido al chavismo. He visto el proyecto de Barrio Adentro donde distribuye médicos y profesores en los barrios de Caracas y eso me parece totalmente democráticos: En cambio, cuando Bush habla de democracia la gente se ríe…¿Por qué hay una popularidad tan alta de Chávez?. Porque está basada, en su mayoría, en la ayuda a los pobres. Se trata de transformar estructuras sociales” (Ministerio de Comunicación e Información 2006: 54).

 

José Cademartori, economista chileno y quien fue Ministro del gobierno de Salvador Allende, emite la siguiente opinión: “Es importante destacar que todas estas Misiones y proyectos no se implementan de modo paternalista, burocrático ni clientelístico, sino mediante una participación ciudadana activa, sin exclusiones partidistas. Las comunidades locales, los barrios, los comités de salud locales, la intervención vecinal en la distribución del presupuesto comunal, los círculos bolivarianos, el crecimiento explosivo de las cooperativas, el incremento de la acción de los sindicatos en los problemas laborales, la actividad autónoma de las organizaciones indígenas; todo ello, da cuenta de esta revolución participativa y masiva a la que se está incorporando el pueblo venezolano por primera vez en su historia” (Ministerio de Comunicación e Información 2006: 57).

 

El historiador y activista político de Estados Unidos, James Cockcroft, afirma: “En Venezuela hay una aceleración de la reforma agraria; una profundización de la democracia participativa; una refundación de la institucionalidad del Estado, incluyendo una campaña contra la corrupción; una nueva Ley de Responsabilidad Social de radio y TV; y una fortalecida autodefensa contra el imperialismo, incluyendo una alianza informal con Cuba, significando, en efecto, que si el imperialismo arremete a una tendrá que agredirlas a las dos” (Ministerio de Comunicación e Información 2006: 59).

 

En palabras de José Vicente Rangel, el actual Vicepresidente Ejecutivo de Venezuela, Chávez “es un hombre de lenguaje sencillo. Esa es la conexión con la calle. Chávez salió del estereotipo del político. No es populachero, no banaliza el lenguaje, ha logrado rescatar el lenguaje popular y colocarlo en el centro del discurso presidencial. Es uno más del pueblo” (Marcano, Cristina y Barrera Tyszka, Alberto 2005: 373).

 

Como podrá observar el lector, estamos en presencia de dos grandes grupos de valoraciones sobre el Presidente Hugo Chávez Frías, totalmente disímiles y difíciles de conciliar.

 

No sea que me tropiece con algunas de las que me mascan y no me tragan: tengo muchas de esta, no se porqué

(Simón Rodríguez, Cartas)

 

 

¿Comunista, populista o neoliberal?

 

En esta parte nos planteamos la cuestión nodal de este ensayo, referida a darle respuesta a una interrogante que hoy en día ronda en muchos círculos académicos y analistas políticos del mundo y se encuentra reflejado, de alguna manera, en las anteriores valoraciones.

 

Se ha dicho que Chávez es un “comunista” en potencia, porque supuestamente no tolera la propiedad privada y que sus “andanzas” y “compañías” con Fidel Castro no hacen otra cosa que ratificar sus intentos de instalar en Venezuela un régimen parecido al existente en Cuba.

Comencemos diciendo que antes de ser Presidente de Venezuela Chávez hizo la siguiente declaración:

 

“yo Hugo Chávez, no soy marxista pero no soy antimarxista. No soy comunista, pero no soy      anticomunista. Hay que ir más allá del marxismo. Puede abarcarlo, pero no es la solución, especialmente para nuestros países, para estas condiciones donde yo creo que no hay vestigio de clase obrera” (Blanco Muñoz 1998: 392-393).

 

Por su parte, ni la Constitución Nacional de Venezuela ni tampoco el desarrollo de alguna ley en particular, indica alguna medida en ese sentido.

 

En la Constitución aprobada por referéndum popular el día quince de diciembre de mil novecientos noventa y nueve, se podría dilucidar esta interrogante. En el Título VI referido al Sistema Socioeconómico y específicamente en el capítulo I denominado Del régimen socioeconómico y de la función del Estado en la economía se puede leer en el artículo 299, lo siguiente:

 

El régimen socioeconómico de la República Bolivariana de Venezuela se fundamenta en los principios de justicia social, democracia, eficiencia, libre competencia, protección del ambiente, productividad y solidaridad, a los fines de asegurar el desarrollo humano integral y una existencia digna y provechosa para la colectividad. El Estado, conjuntamente con la iniciativa privada, promoverá el desarrollo armónico de la economía nacional con el fin de generar fuentes de trabajo, alto valor agregado nacional, elevar el nivel de vida de la población y fortalecer la soberanía económica del país, garantizando la seguridad jurídica, solidez, dinamismo, sustentabilidad, permanencia y equidad del crecimiento de la economía, para lograr una justa distribución de la riqueza mediante una planificación estratégica democrática, participativa y de consulta abierta (República Bolivariana de Venezuela 2000: 321-322)

 

Los otros artículos, que van desde el 300 hasta el 310, páginas 322-331, no hacen otra cosa que reafirmar y profundizar estas ideas por sectores económicos, grandes, medianos y pequeños.

Así que para que nuestro país comience a transitar el camino del comunismo haría falta en primer lugar una modificación de la Constitución Nacional.

 

Pero además el Gobierno lo planteó tanto en el Programa Económico de Transición 1999-2001 (González, F. 2001), como en las Líneas Generales del Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2001-2007 (Ministerio de Planificación y Desarrollo 2001), que la premisa debe ser: “tanto mercado como sea posible y tanto Estado como sea necesario”.

 

De otro lado, se ha insinuado que el Gobierno de Chávez es neoliberal por la política seguida en materia del combate a la inflación, por la apertura al capital extranjero, sobre todo en los sectores del petróleo y de las telecomunicaciones, por la política financiera y por el proyecto supuestamente privatizador de la seguridad social.

 

En el campo económico durante el transcurrir de este Gobierno la política del gasto público se ha correspondido, primero con el rezago histórico de este indicador y con las necesidades de los sectores sociales más necesitados. Su expansión ha estado sustentada fundamentalmente, en los reclamos de los sectores del trabajo y en las características y condiciones de la economía venezolana. En este terreno no hay nada parecido al neoliberalismo.

 

El enfrentamiento a la inflación no se ha asociado a políticas contractivas de la liquidez monetaria, medida típicamente neoliberal, más bien al principio se eliminaron los famosos Títulos de Estabilización Monetaria (TEM), rémora del gobierno venezolano de Rafael Caldera II (1994-1999), instrumento que se utilizó para contener la inflación, que no surtió los efectos esperados. Estos instrumentos antiinflacionarios prácticamente no se han utilizado en esta gestión gubernamental.

 

En el campo de la política cambiaria se ha transitado por tres fases: la primera, la de las bandas cambiarias, predominante entre 1999 y principios del año 2002, no fue más que una continuidad de la política monetaria del anterior gobierno. La segunda, desde ese momento hasta principios del año 2003, se aplicó una política de absoluta libertad cambiaria en una economía con las características de la venezolana, donde el principal ente generador de divisas lo constituye Petróleos de Venezuela, empresa que pertenece a la propiedad del Estado venezolano. A partir de ese momento, y como consecuencia de los efectos del paro empresarial y del saboteo petrolero desarrollado entre finales de 2002 y principios del año 2003, el gobierno acudió a la aplicación del control de cambio para contener la fuga masiva de las Reservas Internacionales. En los tres casos no se podría afirmar que hay un apego dogmático a algunas de las teorías económicas prevaleciente.

 

Las tasas de interés se han movido libremente, al principio del gobierno en auge y desde hace ya un tiempo prolongado de baja, como ocurre actualmente, pero en acuerdo concertado con la banca comercial privada, lo cual no es exactamente una política neoliberal. La liquidez monetaria ha crecido a lo largo de este gobierno.

 

El Fondo de Inversión para la Estabilización Macroeconómica (FIEM), convertido al fin en una realidad, comenzó a funcionar y ha logrado acumular una cantidad que puede ayudar en momentos de crisis en los ingresos de divisas, y lo cierto de todo es que estos ingresos no se han utilizado discriminadamente para satisfacer las demandas de los trabajadores del sector público, que solicitan, con plena razón, aumentos de sueldos y salarios, incluso en el marco de procesos electorales.

 

La apertura hacia el capital extranjero en las telecomunicaciones, el sector eléctrico y financiero, tipificado como neoliberalismo por algunos, se ha debido fundamentalmente a dos razones. Una, la garantía de una competencia y calidad en el servicio y dos, la incapacidad emprendedora manifiesta hasta ahora del sector privado doméstico.

 

La otra calificación que se le ha endilgado al presidente venezolano es la de ser un populista, por cuanto su discurso habla más de distribución, de apoyo a la demanda y al consumo, que de generación de riqueza.

 

Lo primero que deber recordarse es que el populismo en la literatura tradicional se ha entendido como

 

El reclamo por la igualdad de derechos políticos y la participación universal de la gente común, pero unido a cierta forma de autoritarismo a menudo bajo un liderazgo carismático. También incluye demandas socialistas (o al menos la demanda de justicia social), una defensa vigorosa de la pequeña propiedad, fuertes componentes nacionalistas, y la negación de la importancia de la clase. Esto va acompañado de la afirmación de los derechos de la gente común como enfrentados a los grupos de interés privilegiados, generalmente considerados contrarios al pueblo y a la nación. Cualquiera de estos elementos pueden acentuarse según las condiciones sociales y culturales, pero están todos presentes en la mayoría de los movimientos populistas (Laclau 2005:15-16).

 

Mientras que en el marco del discurso neoliberal, el término populismo, ha sido utilizado para designar a

 

Las políticas consideradas irresponsables, aventureras, inflacionarias, que promueven concesiones sociales incompatibles con las leyes de hierro del ajuste fiscal. Serían concesiones ficticias, que terminarían produciendo su contrario: la inflación corroería el poder adquisitivo de los salarios reajustados, el equilibrio fiscal llevaría a las crisis financieras que frenarían el crecimiento económico, la elevación de impuestos y el aumento de los gastos estatales inhibiría la capacidad de inversión (Sader, Emir 2006: 1)

 

Sin embargo, en el caso venezolano, los programas sociales dadivosos y filantrópicos, entre ellos la famosa beca escolar y el subsidio familiar, desarrollados en toda la década del noventa, fueron eliminados. Desde el 2003, el gobierno de Hugo Chávez Frías está desarrollando una política social a través de la Misión Robinson (para alfabetizar) Misión Sucre (para atender a los bachilleres sin cupos), Misión Ribas (dirigida a quienes no tienen el bachillerato completo), Plan Barrio Adentro (El médico permanente para la comunidad), la Misión Vuelvan Caras (dirigida a los desempleados), así como los mercados populares y otras iniciativas que atienden a los de abajo pero también le da seguridad a los sectores sociales de arriba.

 

En un país como Venezuela los altos índices de desempleo se atendían a través del Estado como principal fuente empleadora del país, sobre todo si los ingresos económicos lo permitían. Ahora, con las mismas condiciones, esta práctica se rompió y, sin embargo, el desempleo ha disminuido.

 

Ante estos hechos, resulta difícil calificar a un gobierno de populista con un ahorro bien significativo en las reservas internacionales, con pagos puntuales de la deuda externa, pero, a su vez, aumentando el presupuesto en educación, salud, vivienda y atención social en general. Hay que decir que hoy en día en Venezuela la relación deuda pública y producto interno bruto se ha reducido significativamente.

 

Estamos en presencia de una política social que casi ha extinguido el analfabetismo, incorporando a más de un millón de niños al sistema educativo primario y a miles de bachilleres a la escuela media y de educación superior, ha logrado que miles de venezolanos logren recuperar la visión de sus ojos y millones hoy tengan atención primaria en salud; inclusive que los indígenas hayan recuperado sus derechos, no sólo como pueblo sino también políticos.

 

Que hoy funcionen las escuelas bolivarianas, donde los alumnos tienen garantizado la educación, salud, alimentación y recreación; que los jubilados hayan asegurado su pensión, segura y acorde con el salario mínimo; que el salario real de los venezolanos se esté recuperando progresivamente y que los sectores empresariales tengan ganancias crecientes y seguras, es una práctica que deberían seguir todos los gobierno que quieran cumplir con las promesas.

 

Ahora, a Chávez se le acusa de populista porque en Venezuela para transitar hacia una sociedad “más justa y democrática” se “requería” del desplazamiento y la

 

“Ruptura radical con una élite corrupta y desprestigiada, sin canales de comunicación política con la vasta mayoría de la población. Es decir que cualquier avance demandaba un cambio de régimen. Pero para lograrlo, era necesario construir un nuevo actor colectivo de carácter popular. No había posibilidad alguna de cambio sin una ruptura populista. Todos sus rasgos están presentes en el caso chavista: una movilización equivalencial de masas; la constitución de un pueblo, símbolos ideológicos alrededor de los cuales se plasme esta identidad colectiva (el bolivarismo); y, finalmente, la centralidad del líder como factor aglutinante” (Laclau 2006: 1).

 

Lo que realmente sí es cierto es que Chávez es un hombre de búsqueda de nuevos derroteros. No es un dogmático. Fue al principio un partidario de la llamada Tercera Vía y luego habló de un “capitalismo con rostro humano”. Creo que estamos en presencia de un líder convencido del pragmatismo muy propio de los tiempos actuales, pero, paradójicamente con ideología. Chávez ha tenido una constante: ha sido un seguidor de las ideas de Simón Bolívar y de todos los valores de la libertad, igualdad e independencia que profesaron y defendieron nuestros libertadores, combinado con una creencia cristiana, pero ahora abrazando una posición antiimperialista y abogando por el “socialismo del siglo XXI”. En este sentido citémoslo:

 

“Si queremos salvar a nuestro pueblo de la pobreza, de la miseria, de la explotación y contribuir a la salvación del mundo de la destrucción de la vida en el planeta, cambiemos el capitalismo. No hay otro camino. Se han intentado caminos mixtos, intermedios, que si el capitalismo humano. Esa es una gran farsa: capitalismo humano no hay, es como decir del diablo que hay un diablo santo o un santo diablo. El único camino que tiene nuestro pueblo para salir de la fosa en la que, desde hace siglos, nos enterraron, es el camino del socialismo, que debemos inventar nosotros aquí: el socialismo a lo venezolano y adecuado al tiempo que estamos viviendo” (Ministerio de Comunicación e Información  2006: 61).

 

La discusión de esta propuesta queda para un nuevo ensayo, aunque adelantamos que tanto desde el punto de vista académico como desde el político, es una propuesta que suscitará grandes debates, seguramente enriquecedoras de las experiencias vividas y las que se están ensayando hasta ahora sobre los modelos políticos, en particular en América Latina.

 

Un epitome de Venezuela

 

Nosotros hemos tomado el camino del conocimiento, de la cultura autóctona y propia para construir en este siglo XXI una patria libre con un pueblo libre, verdaderamente libre, y además en condición de igualdad, porque no se pueden separar la libertad y la igualdad. Si se separan ocurre una perversión que ha ocurrido en este continente en estos años, y también en el mundo, en Africa y en Asia, en todo el mundo (Hugo Chávez Frías, Las Misiones Bolivarianas)

 

Más allá de los calificativos y de las interrogantes, que al fin y al cabo pueden seguir manteniéndose, en esta parte hablarán los resultados, que son, a nuestro criterio, no sólo el mejor termómetro de lo que realmente está ocurriendo en la Venezuela de hoy, sino que además, evidencian el éxito en el ejercicio gubernamental. Por encima de los paradigmas, de las teorías y de los diseños de las políticas públicas, lo importante para todos los sectores sociales que actúan y/o padecen de la aplicación de estas son sus resultados.

 

Tenemos que acotar también que estos resultados sería mucho más contundentes de no haber ocurrido en Venezuela el golpe de estado del 11 de abril del año 2002, donde el presidente Chávez fue derrocado por espacio de 47 horas, y luego se llevó a cabo el paro empresarial y el sabotaje petrolero de finales del año 2002 y principios de 2003, acontecimientos éstos que introdujeron elementos entrópicos y distorsionaron fundamentalmente los valores económicos y sociales que venían en franca recuperación.

 

Los costes materiales directos del estos sucesos fueron altísimos, “valorados entre seis mil y siete mil quinientos millones de dólares, pero los indirectos y sus efectos a medio plazo fueron más graves” (Torres López, Juan 2006: 75).

 

La situación económica empeoró en pocos meses y prácticamente hubo que comenzar el rumbo de nuevo, y esta nueva realidad es la que analizamos a continuación: 

 

La economía

 

Desde 2004, la economía venezolana muestra avances significativos en el manejo macroeconómico. Nuestro Producto Interno Bruto superó para 2005 los 130.000 millones de dólares, el PIB per cápita supera los de 6.000 dólares, todavía bajo pero en franca recuperación para los años venideros, la tasa de crecimiento del PIB para 2005 fue de 9,4, resultado que ratifica un crecimiento sostenido en el tiempo y sustentado en el auge de la actividad económica del sector privado no petrolero, destacando en este sentido el crecimiento del sector manufactura con 8,7%, comercio y servicios de reparación 19,9%, construcción 20,1% y comunicaciones 15,9%. (BCV 2005: 30).

 

En el presente año este crecimiento, en el primer semestre estuvo alrededor del 9% y todo hace prever que hasta el término de esta década, la economía de nuestro país crecerá en torno de una tasa interanual continua y sostenida de más de 5% del Producto Interno Bruto (PIB).

            La tasa de inflación sigue siendo aún alta aunque con tendencias claras a su disminución. En 2004 fue del 17%, para 2005 15% y para este año estará bordeando el 14%. La tasa de desempleo fue 11% en 2005 pero para finales de este año será de apenas un dígito, lo cual se avala por la efectividad de las políticas gubernamentales y por el crecimiento de la oferta de empleo privado.

 

            Las reservas internacionales superan ya los 35 mil millones de dólares y una deuda externa de algo así como 27 mil millones de dólares, lo cual representa un poco más del 20% del PIB, comparativamente una relación de buena calificación respecto a otros países con las mismas características y condiciones de Venezuela y además no impacta sobre las decisiones soberanas de políticas económicas y sociales que se adelantan en nuestro país.

 

            El riesgo país se encuentra en los niveles más bajos. Como nunca antes en la historia de Venezuela. El precio del barril de petróleo se ubicará en promedio para este año 2006 por encima de los 50 dólares por barril, superando con creces los cálculos presupuestarios.

 

            En el Diario Ultimas Noticias, el domingo 12 noviembre de 2006, el Periodista Eleazar Díaz Rangel, en su columna “Domingos de Díaz Rangel”, hace referencia a una información sobre algunos indicadores económicos que por su importancia pasamos a mencionar:

 

En el sector de la banca comercial el activo cerró en septiembre con un total de 124,31 billones de bolívares, 48,22 billones más que en el mismo período del año pasado, lo que refleja un incremento de 63,4%, según estudio de Aristimuño Herrera & Asociados. Hasta septiembre acumulaba ganancias por 1.163 millones de dólares, como nunca antes.

Según una encuesta flash de Conindustria, el crecimiento económico se estima en 7,3% y en 6% para 2007; en el sector industrial ese aumento es de 5,8% y 3,8% para 2007, y la capacidad utilizada subió a 61%, frente a 58,15% en el primer semestre del año.

Los sectores inmobiliarios y de la construcción viven un buen momento, pues en los últimos dos años se ha reportado un crecimiento de 7,7% y 23% respectivamente.

La Cámara Automotriz informó que las ventas de automóviles nuevos en octubre (36.527) aumentaron en 54,48% respecto al mismo mes de 2005, y 9,41% en relación a septiembre (33.384). El comercio creció este año 35,2%, según encuesta de coyuntura de Consecomercio. "El 68% de los comercios encuestados revelaron que las elecciones incidirán positivamente en las ventas".

La encuesta de ACNelsen refleja que las ventas en los supermercados subieron en 30%. El consumo masivo pasó de 15% en 2005 a 29%, el de alimentos de 14% a 28%, duplicados.  

Le Nouvel Observateur en su atlas económico mundial 2007 aparece la tabla sobre los países motores del crecimiento mundial, donde ubica a Venezuela en el Nº 30 por su contribución a ese crecimiento, sólo superada por Brasil, Argentina y México de América Latina, y al nivel de países como Noruega, Finlandia y Austria, y su tasa de crecimiento (7,4%) sólo la superan China 9,6%, Argentina 7,7% e India 7,5%.

 

Esta realidad es inocultable, las contundencias de estos datos son evidentes

 

A)    El sistema político

 

            En el sistema político venezolano desde 1999 se comenzó un proceso de reformas políticas e institucionales con el propósito de extender el alcance y la intensidad de las prácticas democráticas al interior del Estado y la sociedad venezolana. Dichas reformas implicaron la redacción de una nueva constitución que amplia y profundiza los derechos de los ciudadanos y actualiza sus contenidos, preocupándose especialmente por crear las condiciones necesarias para incluir amplios sectores de la población que fueron históricamente excluidos del disfrute de los derechos y servicios esenciales.

 

            El Estado venezolano se define ahora como democrático y social de Derecho y Justicia. Los artículos 5 y 6 introducen la noción de democracia participativa y el mecanismo de democracia directa, así como otros medios de participación política, tanto en el capítulo IV referente a los Derechos Políticos y al Referendo Popular, como en todo su entramado normativo.

 

            La nueva constitución, aprobada en referendo popular el 15 de diciembre de 1999, le da poder al pueblo de revocar todo cargo a la magistratura de elección popular, al cumplirse la mitad del período para la cual fue elegido/a el funcionario/a (Art. 72). Existen además los referendos aprobatorio y abrogatorio.

 

            En esta constitución se establecen dos nuevos poderes. A los clásicos ya conocidos: el poder ejecutivo, liderado por el Presidente de la República, Hugo Chávez Frías, el Poder Judicial, cuya cabeza es la Corte Suprema de Justicia y el Poder Legislativo, integrado por la Asamblea Nacional, existen ahora dos nuevos poderes, el Poder Ciudadano, integrado por la Defensoría del Pueblo, nueva institución, la Fiscalía General o Ministerio Público y la Contraloría General de la República y el Poder Electoral que, de ser una institución dirigida por los partidos políticos, es actualmente un poder independiente de ellos.

            Además, la Carta Magna establece los derechos de los pueblos indígenas y levanta como una cuestión de importancia extranacional los derechos humanos.

 

            En Venezuela entre 1999 y el año 2005 se han realizado 8 consultas elecciones populares. En 1999 un referendo para que el pueblo se expresara sobre la elección de una Asamblea Constituyente, luego la elección de la Asamblea Constituyente y un referendo para aprobar la nueva constitución. En el año 2000 se relegitimaron todos los poderes, viejos y nuevos, el 16 de agosto de 2004 se realizó el primer referendo presidencial y el 31 de octubre de ese mismo año se llevaron a cabo los comicios regionales. En agosto de 2005 tuvieron lugar las elecciones para los concejos municipales y las juntas parroquiales del todo el país y el 4 de diciembre se realizaron las elecciones para los diputados a la Asamblea Nacional, Parlamento Latinoamericano y Parlamento Andino.

 

            El 3 de diciembre de este mismo año 2006, tendrá lugar en Venezuela, un nuevo proceso electoral, en este caso para elegir al Presidente de la República para los próximo seis años.

            C) La política social en marcha

 

            Los cambios institucionales realizados en Venezuela han generado también una reforma profunda en la manera en cómo se aborda el diseño y la implantación de la política social, la cual percibe a los seres humanos en términos de su reciente dignificación e inclusión social.

 

            Es una política social integral que plantea la superación de la pobreza a través de la universalización y la acción transversal e integral de las políticas y los programas públicos, que persigue incorporar a los individuos y grupos vulnerables de manera activa al interior de la sociedad, a disfrutar —como un todo— de grados más elevados de inclusión social, justicia y felicidad general.

 

            De este modo, se rompe con un esquema que durante algunos años imperó en Venezuela y otros países de la región, caracterizado por la preponderancia de los factores económicos y un interés marcado por perseguir a toda costa la estabilidad macroeconómica, sin evaluar con rigurosidad las consecuencias nefastas que estos ajustes acarrearían sobre la población general, revirtiendo importantes indicadores que hasta el momento estaban relativamente estabilizados.

 

Con la nueva constitución se busca precisamente incluir a todos los venezolanos sin discriminación alguna, con una concepción de política social integral que privilegia la garantía de los derechos sociales —concebidos como derechos humanos esenciales—independientemente de la condición social o económica de la persona. Se hacen exigibles, por tanto, la educación, la salud, la vivienda, en el marco de una seguridad social universal, basada en la ciudadanía y no en el empleo subordinado, superando la concepción de la satisfacción de las necesidades sociales como un asunto de caridad o de simple asistencia pública, para asumirlas como un derecho inalienable de todos los venezolanos.

 

            Esto ocurre, además, en el marco y precisamente por ello, de un modelo político ampliamente democrático, verdadero garante de los derechos políticos, económicos y sociales de todos los integrantes de la sociedad, con una base de representación social y política amplia, una democracia real y efectiva que moviliza e incorpora a numerosos sectores sociales históricamente excluidos para que asuman sus derechos de representación y participación política, en términos de sujetos activos y corresponsables del esfuerzo por alcanzar el desarrollo equitativo de la nación. En este sentido, la Asamblea Nacional aprobó en abril de 2006 la Ley de los Consejos Comunales para impulsar el protagonismo de las comunidades organizadas en la “formulación, ejecución, control y evaluación de las políticas públicas” (Ministerio de Comunicación e Información, 2006, 7).

 

            Los objetivos sociales del Gobierno nacional se han potenciado por la ejecución de las Misiones, que consisten en programas sociales de alcance masivo, destinadas a garantizar el acceso a los servicios de salud de la población excluida, mediante un modelo de gestión participativa de salud integral (Barrio Adentro), enseñar a leer y a escribir a un millón y medio de venezolanos distribuidos por todo el país en apenas un año (Misión Robinson I), continuar estudios de educación primaria (Misión Robinson II), otorgar el título de bachiller a ciudadanos que no culminaron el ciclo de educación secundaria (Misión Ribas), garantizar el acceso a la educación superior a todos los bachilleres sin cupo (plazas) y transformar la condición de excluidos del subsistema de educación superior (Misión Sucre). En estas tres últimas misiones se han dado la oportunidad de continuar estudios a esos tres niveles (primario, secundario y superior) a más de tres millones de venezolanos quienes habían renunciado al estudio. También entre los objetivos sociales se encuentran mantener abastecida a la población venezolana y muy especialmente a la de escasos recursos económicos (Misión Mercal), mejorar la calidad de vida de todos los venezolanos mediante la incorporación de la población al proceso de generación de su propio sustento (Misión Vuelvan Caras), restituir los derechos de los Pueblos Indígenas de acuerdo a la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (Misión Guaicaipuro), llevar el conocimiento científico y tecnológico a todos los rincones del país (Misión Ciencia), convertir a la cultura en un bien de alcance nacional donde todos los sectores sociales puedan disfrutar de sus beneficios (Misión Cultura), expandir el dispositivo médico gratuito desplegado por Cuba y Venezuela a toda América Latina para reducir sustancialmente la catarata (Misión Milagros).

 

            En este campo de la política social también debemos mencionar que el gasto en educación fue 4,2 por ciento del PIB en el año 2005, antes, en 1996 fue 4,2 por ciento del PIB; es salud en 1996 fue de 0,79 y en 2005 de 1,70 por ciento del PIB; en vivienda este gasto ha estado ligeramente por encima del 1 por ciento del PIB y en ciencia y tecnología del 2,1 por ciento del gasto social.

 

            El gasto social ha venido aumentando significativamente dentro del gasto público, el cual pasó del 8,2 por ciento en 1998 a 13,2 por ciento del producto interno bruto en 2005.

 

Utilizando cifras desactualizadas sobre alfabetización y salud en Venezuela, no obstante, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), a través del informe sobre Desarrollo Humano 2006, titulado “Más allá de la escasez: Poder, pobreza y la crisis mundial del agua", publicado el pasado 9 de noviembre, presenta un importante avance en desarrollo humano, el mayor en casi 10 años y el mas alto en la tendencia desde 1975, así como una significativa disminución de la pobreza durante el año 2004, que no se expresa en el índice de pobreza como tal, el cual permanece inalterable en comparación al año 2003, pero presenta una reducción significativa del 15,0 al 8,3 y del 32,0 al 27,6 por ciento de la población que vive con ingresos inferiores a $1 y $2 diarios respectivamente.

 

De acuerdo al informe, el índice del desarrollo humano de Venezuela aumentó de 0,772 a 0.784, ubicándose en la posición 72 de la lista mundial que encabeza Noruega con un índice de 0.965, y en la región latinoamericana Argentina - posición 36 - con un índice de 0.863.

 

Con respecto al índice de mortalidad infantil, la tendencia hacia la baja se ha mantenido a lo largo de la gestión del Presidente Chávez, mostrando en este informe una reducción de 18 a 16 por cada mil niños nacidos vivos, lo que representa cerca de 2 mil niños salvados de la muerte. Sin embargo, el PNDU utilizó datos de 1999 y 2000 para calcular los índices educacionales, además de utilizar como referencia una tasa de alfabetización del 93% que estuvo vigente hasta 2001 y que no refleja los avances de la Misión Robinson que la propia UNESCO ha reconocido al declarar a Venezuela país libre de analfabetismo. Aun cuando los índices presentados por al PNUD solo muestran los avances del gobierno bolivariano hasta el año 2004, cuando aún el Estado se recuperaba del sabotaje petrolero que colocó al país al borde de la quiebra económica e institucional, el desarrollo humano y erradicación de la pobreza en Venezuela han avanzado de manera sostenida.

 

Esta política social del Estado Venezolano continuará aplicándose con mayor profundidad a partir de 2007.

 

En el presupuesto de 2007, se contempla destinar el 45% para las áreas sociales, cifra no sólo histórica en Venezuela, sino además, demuestra cuál es la verdadera orientación del gobierno de Hugo Chávez Frías en términos de la prioridades sociales, convirtiéndose en un mentís de quienes sigue insistiendo que no existe una política social en marcha.

 

Si algo ha estado claro en el desarrollo del gobierno de Hugo Chávez Frías es que los sectores que antes eran invisibles hoy comienzan a ser visibles.

 

Conclusión

 

En este ensayo he realizado unas reflexiones en torno a un personaje, Hugo Chávez Frías, Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, desde febrero del año 1999, legitimado en las elecciones de 2000 y en el referéndum revocatorio de 2004, para lo cual comencé con poner sobre el tapete dos grupos de opiniones, unas que piensan y argumentan que estamos en presencia de un elemento negativo para los valores propios de la democracia occidental, en particular en su versión estadounidense, y otras que sostienen absolutamente lo contrario, es decir, que el personaje en cuestión representa una esperanza para los más desvalidos no sólo de su país, Venezuela, sino también para muchos pueblos del mundo, en particular de América Latina.

 

En un segundo momento respondí a la interrogante principal, título de este trabajo, donde intenté desmontar los calificativos de comunista, neoliberal y populista de Hugo Chávez Frías, creo haberlo logrado, en todo caso, lo que sí es seguro es que estamos en presencia de un hombre, de un personaje, que por encima de estos calificativos, es profundamente democrático, contrario a lo que muchos afirman, es firme y serio en su actuación pública, es un líder indiscutible en Venezuela y allende, se comporta con absoluta responsabilidad, tiene un carisma incluso para muchos que lo adversan, difícilmente se pueda establecer una distinción entre su vida privada y su vida pública, es un hombre de pueblo y ciertamente es un hombre que nació para el poder, pero no para un provecho personal sin para servir a los que han sido olvidados, nacional e internacionalmente.

 

Por último, pasé del personaje a la gestión de gobierno, analizando objetivamente los resultados de una política económica y una política social que acompañadas de la transformación del sistema político venezolano, demuestran lo mucho que se ha avanzado en Venezuela en estos campos. Las cifras así lo indican.

 

Realmente Venezuela se está convirtiendo en un ensayo, en un experimento, de una Revolución, que sin pretender ser modelo para otros países, si irradia ejemplo para otros pueblos del mundo.

 

Estas reflexiones no han pretendido convertirse en ningún paradigma, son más bien el análisis e interpretación de quien tiene una imagen de cómo se encuentra actualmente Venezuela, con sus limitaciones, fallas, errores y aciertos.

 

Como conclusión final diría que seguramente en los próximos meses y años Venezuela, su gobierno y Hugo Chávez Frías, serán objetos de mucha discusión, debate y análisis, sobre todo porque el mismo presidente habla de “la revolución dentro de la revolución” y del “socialismo del siglo XXI”, lo cual generará mucha controversia al interno mismo de los seguidores del proceso de cambios que tiene lugar en nuestro país, en algunos casos tratando de profundizar revolucionariamente estos cambios y otros empujando porque se logren transformaciones sin revolución.

 

 

 

                               CUADROS Y GRAFICOS

 

 

GRAFICO Y CUADRO NÚMERO 1

TASA DE CRECIMIENTO DEL PRODUCTO INTERNO BRUTO REAL (%) (1997=100)

Año

Variación porcentual

1998/97

0,3%

1999/98

-6,0%

2000/99

3,7%

2001/00

3.4%

2002/01

-8,9%

2003/02

-7,7%

2004/03

17,9%

2005/04

9,3%

Fuente: BANCO CENTRAL DE VENEZUELA  MENSAJE DE FIN DE AÑO DEL PRESIDENTE DICIEMBRE 2005 PÁG. 30 y http://www.bcv.org.ve/excel/7_1_7.xls?id=342

Nota: Para el año  primer semestre 2006 el crecimiento estuvo por encima de 9%.

 

 

 

 

CUADRO NÚMERO 2

RESERVAS INTERNACIONALES Y SALDO DE LA DEUDA PÚBLICA EXTERNA

(PERIODO 1998-2005, EN MILLONES DE US$)

 

RESERVAS

 

Fecha

TOTALES

DEUDA PUBLICA EXTERNA

 

(Millones de US $)

 

31/12/1998

14.849

23.438

31/12/1999

15.379

22.815

29/12/2000

20.471

21.980

31/12/2001

18.523

22.589

31/12/2002

14.860

22.525

31/12/2003

21.366

24.841

31/12/2004

24.208

27.477

30/12/2005

30.368

27.664

09/11/2006(*)

35.201

26.265

(*) Cifras Provisionales.

Fuente: BANCO CENTRAL DE VENEZUELA  (http://www.bcv.org.ve/excel/2_1_1.xls?id=28)

 

 

CUADRO NÚMERO 3

TASAS DE INTERÉS (1998-2005)

   Período

Operaciones                            Activas

Depósitos a Plazo                       a 90 días

1998

45,21

38,02

1999

31,89

18,90

2000

23,91

14,80

2001

25,64

14,13

2002

37,08

28,29

2003

24,05

17,58

2004

17,06

12,93

2005

15,36

11,74

oct-06

14,18

10,03

Fuente: BANCO CENTRAL DE VENEZUELA  (http://www.bcv.org.ve/excel/1_2_15.xls?id=31)

 

 

 

 

 

CUADRO NÚMERO 4

TASAS DE CAMBIO(1998-2005)

Años

Compra

Venta

1998

563,50

564,50

1999

647,25

648,27

2000

698,75

699,75

2001

762,00

736,00

2002

1.397,75

1.401,25

2003

1.596,00

1.600,00

2004

1.915,20

1.920,00

2005

2.144,60

2.150,00

jun-05

2.144,60

2.150,00

 

 

Fuente: BANCO CENTRAL DE VENEZUELA                                         

                    

 

 

GRAFICO NÚMERO 2

LIQUIDEZ MONETARIA (PERÍODO 1998-2005)

MILES DE MILLONES DE BOLÍVARES

         Fuente: BANCO CENTRAL DE VENEZUELA  (http://www.bcv.org.ve/excel/1_2_1.xls) Valores al 27-10-06

 

 

GRAFICO NÚMERO 3

PIB Año 2004 según informe del desarrollo humano 2006 del PNUD

PIB Per Cápita (dólares)

                         Fuente: Informe PNUD.2006

Debo acotar que el PIB per Cápita de Venezuela ha venido mejorando  significativamente desde 2004, fecha de elaboración del mencionado informe

 

CUADRO NÚMERO 5

DISMINUCIÓN DEL RIESGO PAÍS – EMBI+

 

06/11/06

EMBI+

188

VENEZUELA

223

COLOMBIA

172

PERU

142

MEXICO

111

BRASIL

218

ARGENTINA

286

Fuente: Ministerio de Finanzas. Informe Económico 07/11/06

 

 

 

 

CUADRO NÚMERO 6

DISMINUCIÓN DE LA INFLACIÓN

Año

% de variación

1994

70.8%

1995

56.6%

1996

103.2%

1997

37.8%

1998

29.9%

1999

20.0%

2000

10.4%

2001

12.3%

2002

31.2%

2003

27.1%

2004

19.4%

2005

13.6%

Fuente: Banco Central de Venezuela Informe de Fin de Año 2005.

Para Julio de 2006, la inflación acumulada fue de 8,1% y la anualizada de 13,15%

GRAFICO NÚMERO 4

INDICE DE DESARROLLO HUMANO.

Fuente: Instituto Nacional de Estadísticas Venezuela.

El rango de Desarrollo Humano oscila entre 0 y 1.

Desarrollo Humano alto con valores comprendidos entre 0,800 y 1

Desarrollo Humano Mediano con valores ubicados entre 0,500 y 0,799

Desarrollo Humano Bajo con valores que van de 0 a 0,499, inclusive
                              GRAFICO NÚMERO 5

GASTO SOCIAL

(MILLONES DE BOLÍVARES)

      Fuente: Sistema Integrado de Indicadores Sociales para Venezuela (SISOV) del Ministerio de Planificación. Noviembre 2006.

 

 

CUADRO NÚMERO 7

GASTO PÚBLICO COMO PORCENTAJE DEL PIB.

Año

Porcentaje

1996

7,3

1997

9,8

1998

8,2

1999

9,4

2000

11,0

2001

12,1

2002

11,2

2003

12,1

2004

12,1

2005

13,2

Fuente: Sistema Integrado de Indicadores Sociales para Venezuela (SISOV) del Ministerio de Planificación. Noviembre 2006.

 

 

CUADRO NÚMERO 8

GASTO PÚBLICO EN EDUCACION COMO PORCENTAJE DEL PIB.

Año

Porcentaje

1996

2,2

1997

3,6

1998

3,4

1999

4,1

2000

4,5

2001

4,8

2002

4,8

2003

4,6

2004

4,9

2005

4,2

Fuente: Sistema Integrado de Indicadores Sociales para Venezuela (SISOV) del Ministerio de Planificación. Noviembre 2006.

 

 

 

 

CUADRO NÚMERO 9

GASTO PÚBLICO EN SALUD COMO PORCENTAJE DEL PIB.

Año

Porcentaje

1996

0,79

1997

1,48

1998

1,36

1999

1,46

2000

1,37

2001

1,53

2002

1,65

2003

1,52

2004

1,61

2005

1,70

Fuente: Sistema Integrado de Indicadores Sociales para Venezuela (SISOV) del Ministerio de Planificación. Noviembre 2006.

 

 

 

CUADRO NÚMERO 10

GASTO PÚBLICO EN VIVIENDA COMO PORCENTAJE DEL PIB.

Año

Porcentaje

1996

1,1

1997

1,4

1998

1,0

1999

0,8

2000

1,7

2001

1,0

2002

0,8

2003

1,1

2004

0,6

2005

1,0

Fuente: Sistema Integrado de Indicadores Sociales para Venezuela (SISOV) del Ministerio de Planificación. Noviembre 2006.

 

 

 

CUADRO NÚMERO 11

GASTO PÚBLICOEN CIENCIA Y TECNOLOGIA COMO PORCENTAJE DEL GASTO SOCIAL

Año

Porcentaje

1996

1,7

1997

1,6

1998

1,5

1999

1,5

2000

2,1

2001

2,1

2002

1,3

2003

1,1

2004

2,5

2005

2,1

 

Fuente: Sistema Integrado de Indicadores Sociales para Venezuela (SISOV) del Ministerio de Planificación. Noviembre 2006.

 

 

 

 

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Franklin González

Profesor Titular de la Universidad Central de Venezuela. Doctor en Ciencias Sociales. Embajador República Bolivariana de Venezuela ante la República de Polonia. Articulista de prensa de los diarios y revistas El Globo, El Nacional, Últimas Noticias, Panorama, Vea, Trybuna (polaco), Elite, Aula Magna, Question y Forum Klubowe (polaca). Autor de diversas publicaciones, entre las que destacan los libros: El Éxito de la Política Económica de 1989-1993. ¿Una realidad, un espejismo, o una paradoja? 1996, El Pacto de Punto Fijo, la Agenda Venezuela y el Programa Económico de Transición 1999-2000. Desarrollo y sus Problemas 2001 y Globalización, democracia y desarrollo económico en Venezuela 2002. Ha recibido varios premios como Investigador.
https://www.alainet.org/en/node/119073
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