Felipe Calderón no será presidente
- Opinión
Ha comenzado la difusión de los expedientes secretos de la secretaría de Hacienda que muestran los contratos que otorgó el gobierno federal a la empresa denominada Hildebrando S.A., presidida por Diego hildebrando Zavala Gómez del Campo, cuñado de Felipe Calderón, candidato del PAN a la presidencia de la república. Los contratos otorgados surtieron efectos antes y después de que el candidato presidencial era secretario de Energía, uno de los cargos decisivos de la administración mexicana, pues allí se determina la estrategia de la empresa nacional Petróleos Mexicanos.
Diego Hildebrando ha reconocido ante la televisión y la radio mexicanas que cuando su cuñado Felipe Calderón era miembro del gabinete del corrupto Vicente Fox, le otorgaron contratos de diversa cuantía. Este nuevo escándalo en el que se ve envuelto el candidato de la democracia cristiana que preside José María Aznar, determina su derrota en el intento a convertirse en presidente de México el 2 de julio próximo.
Pero el asunto no sólo amenaza con quebrantar la aspiración presidencial de Calderón, sino que se asegura el triunfo de Andrés Manuel López Obrador, candidato de la izquierda centrista a la presidencia de la república. De tal manera, el presidente Fox pierde la oportunidad de que alguien le guarde la espalda a la hora en que se le reclamen los múltiples actos de corrupción perpetrados por él y su familia una vez que López Obrador ocupe la silla presidencial. Una pequeña empresa familiar constituida en 1986 por los hermanos Zavala Gómez del Campo, en la que está incluida Margarita, la esposa de Felipillo (nombrado así por su reconocida inclinación al pillaje), se convirtió en los seis años transcurridos en una de las compañías productoras de software de México, con ingresos de más de mil millones de pesos al año (casi 100 millones de dólares anuales).
Las empresas e instituciones federales que por influencia de Felipillo contrataron sus servicios incluyen a Pemex, Comisión federal de electricidad, Luz y fuerza del centro, Instituto nacional de migración (encargada de aplicar la política fascista de Fox a los extranjeros), la secretaría de Desarrollo social (nido de fascistas) y el Instituto para la protección del ahorro bancario, donde los favoritos del régimen logran desplazar su deuda para que la pague el pueblo de México. El Partido de la Revolución Democrática que es la formación que postula a López Obrador a la presidencia, ha acusado al candidato panista de obtener ingresos ilegales, cuya base es el nepotismo y el tráfico de influencias, por 250 millones de dólares, beneficios por los cuales ni siquiera pagó impuestos.
La ultrarreaccionaria Teresa Aranda, secretaria de Desarrollo social, admitió que ese ramo administrativo hizo negocios con la empresa de los Zavala. Felipe Calderón ocupó la secretaría de Energía de septiembre de 2003 a mayo de 2004 un pequeño período que le bastó para cometer uno de los fraudes más escandalosos del sexenio y que hace suponer que muchos otros funcionarios del PAN han hecho otro tanto.
La empresa del cuñado no tuvo que pasar por el proceso de licitación -en el cual varias empresas ofertantes de bienes y servicios compiten por abastecer al sector público-, pues Felipillo se encargó de que sus cuñados obtuvieron, por ejemplo de Pemex, una adjudicación directa, sin licitación. Esto significa que el panista contribuyó con sus recomendaciones a la consumación de un fraude. Ahora es el rancho incómodo En el estado de México, vecino de la capital mexicana, cerca del municipio de Amecameca, se encuentra un poblado que se denomina Ayapango. Es un pequeño poblado típicamente mexicano, que ha servido de escenario en la filmación de muchas cintas. Sus moradores apenas son más de 5 mil dedicados a las labores agrícolas y la elaboración de varios tipos de queso. Allí está el rancho San José, propiedad de Diego Heriberto Zavala Pérez y de su esposa Mercedes Gómez del Campo, padres de Margarita Zavala, esposa de Felipillo. Felipe Calderón ha dado un tratamiento especial a este rancho, cuyos empleados tienen órdenes de disparar contra los periodistas que se acercan a sus linderos. Este tratamiento ha consistido en el despliegue de influencias ilimitadas ante el gobierno estatal en favor del rancho. En la subprocuraduría de justicia de Tlalnepantla, estado de México, está instaurada una denuncia por tráfico de influencias contra Felipe el corrupto por haber empleado el tráfico de influencias y haber recibido beneficios irregulares en favor del rancho de sus suegros, del gobierno priista del estado de México.
El fiscal de Tlalnepantla fue también el encargado de la investigación del tráfico de drogas que tiene lugar en el aeropuerto de Atizapan, baluarte panista. Atizapan es un patrimonio político otorgado al PAN por el sistema político para que se beneficie del tráfico de estupefacientes. En el rancho de los suegros de Felipillo hay algo oculto. Sin duda. Sólo así se explica que los empleados tengan facultades especiales para asesinar periodistas si estos llegaran a acercarse al lindero. En fin, la codicia ilimitada está en la base de los esfuerzos de la derecha por mantener bajo el blindaje político las operaciones irregulares y la megacorrución, gestadas en torno del fraude financiero conocido como Fobaproa-Ipab cuyo valor es de 12 mil millones de dólares, y las operaciones ilegales realizadas en Pemex.
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