Un “paquete vaciado de desarrollo” vacío a cambio del control de la agricultura de los países en desarrollo y de los mercados de productos industriales y de servicios
Texto borrador de la Declaración Ministerial de la OMC
01/12/2005
- Opinión
(Ginebra, 28 de noviembre) Para el mundo en desarrollo el texto borrador de la declaración Ministerial de Hong Kong es una receta para la creación de cementerios industriales, la destrucción del sustento de pequeños/as agricultores/as y campesinos/as y de su capacidad productiva y para diezmar a los proveedores locales de servicios. En él se impone la apertura de los mercados agrícolas, industriales y de servicios del sur global, mucho antes de que los productores/as y proveedores estén en condiciones de soportar la competencia rigurosa de las grandes empresas transnacionales de EE.UU., la UE y otros. Realmente se trata de una guía paso a paso para generar desempleo generalizado y eventualmente la inestabilidad política y conflictos en el Sur.
El principal propósito del texto consiste en distraer la atención de los países africanos y de los menos adelantados con un paquete mal llamado de “desarrollo”, al tiempo que ata a los países del Sur a compromisos onerosos en todas las cuestiones que están siendo negociadas –servicios, agricultura y aranceles industriales.
Estos compromisos hacia una mayor liberalización reducirán por completo el espacio político de los países del Sur necesario para que ellos puedan orientar su desarrollo económico. Si los países del Sur no tienen la posibilidad de gestionar y proteger estratégicamente sus sectores de servicios, agrícola e industrial (tal como aún lo hacen EE.UU. y la UE), un paquete de desarrollo, no importa cual se su formato, nunca podrá dar las respuestas necesarias.
EE.UU. y la UE obtienen grandes ganancias en la sección de servicios del texto, en la que los países en desarrollo son forzados a aceptar una liberalización agresiva, lo que constituye un enorme desvío de la arquitectura del GATS antes fundada en la liberalización voluntaria. En las áreas de acceso a los mercados no agrícolas (NAMA) y agricultura, los informes del Presidente, si bien están escritos en un lenguaje aparentemente objetivo, son tendenciosos a favor de las posiciones de los grandes actores –EE.UU. y la UE. Frente a algunas cuestiones clave planteadas por los Países de África, Caribe y Pacífico, hay un silencio total. Si bien los textos en borrador se denominan “informes de avance”, éstos establecen el marco para las negociaciones posteriores a Hong Kong.
Un paquete vaciado de desarrollo
El paquete de “desarrollo” que Lamy le ofrece a los países africanos y a los menos adelantados incluye los siguientes componentes –todos ellos desprovistos de valor real:
1. Trato Especial y Diferenciado
Hasta ahora no hubieron avances respecto a las medidas de Trato Especial y Diferenciado. El texto debilita por completo las negociaciones al respecto. El párrafo 17 del borrador hace referencia a una “revisión” de las disposiciones sobre Trato Especial y Diferenciado y no a negociaciones al respecto.
De emerger algo para Hong Kong para los países en desarrollo (más allá de los Países Menos Adelantados), serán las 28 disposiciones clasificadas como “Categoría I” que el Grupo Africano ya rechazó dos años atrás en Cancún. No hay ningún valor real en estas disposiciones, si se aprueban sólo se tratará de un ejercicio de relaciones públicas de los grandes poderes en Hong Kong. Las principales disposiciones sobre Trato Especial y Diferenciado con algún valor comercial son las clasificadas como “Categoría III”, sobre las que no se hace mención en términos específicos en el texto borrador. Las disposiciones sobre Trato Especial y Diferenciado fueron prometidas en Doha como una “cosecha temprana” (para ser acordadas antes de iniciarse las otras negociaciones). Pero esta promesa ha sido olvidada largo tiempo atrás y no aparece en el borrador.
2. Trato Especial y Diferenciado para los Países Menos Adelantados
Hay cinco disposiciones sobre Trato Especial y Diferenciado para los Países Menos Adelantados. Los miembros estuvieron al borde de alcanzar un acuerdo en julio de 2005, pero EE.UU. y la UE se retractaron a último momento. Juzgando por el Anexo F, lo que están tratando de hacer es dejarlo y sacarlo de la manga en Hong Kong y así poder hacer gran publicidad al respecto. Pero resulta interesante que aún es incierto si esto sucederá o no (el Anexo F está entre corchetes en el texto borrador). Está claro por lo tanto, que los más poderosos están tratando de conseguir un buen precio a cambio de esto en Hong Kong. El precio a pagar posiblemente sea que los Países Menos Adelantados acepten marcos sumamente agresivos en agricultura, NAMA y servicios. De las cinco disposiciones, sólo dos tienen algún valor potencial. Las mismas hacen referencia a acceso a otros mercados libre de cupos e impuestos “consolidados” y un período de gracia para los Países Menos Adelantados para la aplicación del TRIMS (Tratado sobre Medidas en Materia de Inversiones Relativas al Comercio). Si los Países Menos Adelantados finalmente conseguirán el acceso libre de cupos “consolidados” todavía es incierto, ya que hay dos propuestas para las disposiciones que estarán contenidas en el párrafo 36ª (la otra es acceso con cupos simples y libre de impuestos). Dado que los Países Menos Adelantados tienen menos de un uno por ciento del comercio mundial, estas ofertas no tienen ningún costo para los países desarrollados. En todo caso es cuestionable si los Países Menos Adelantados podrán beneficiarse realmente incluso con el acceso a mercados libres de impuestos y de cuotas “consolidados” en un ambiente comercial altamente liberalizado que estará dominado por los productores más competitivos.
Ayuda para el comercio / marco integrado mejorado
En el texto borrador de la declaración ministerial se dedica mucho espacio al Marco Integrado mejorado y a la Ayuda para el Comercio. Se trata de una distracción que desviará la atención de muchos países en Hong Kong, mientras EE.UU. y la UE le arrancan a los países en desarrollo lo que quieren en agricultura, servicios y NAMA.
Desde la Cumbre del G8 en Gleneagles, ha quedado establecido entre los donantes (países desarrollados con grandes intereses en las exportaciones que quieren avances importantes en torno al acceso a mercados) que ofrecerán Ayuda para el Comercio a los países en desarrollo. La intención es ayudar a los países en desarrollo a que acuerden en Hong Kong compromisos que de otra manera no aceptarían. El mecanismo por el cual esta ayuda será canalizada aún no está claro, pero posiblemente será mediante un “marco integrado mejorado”, utilizando el mecanismo de marco integrado para Países Menos Adelantados ya existente y expandiéndolo a los otros países no desarrollados.
Esto plantea muchos problemas:
1) Si no se trata de un soborno por parte del mundo desarrollado, es altamente cuestionable el momento en que se hace la oferta. El hecho de que estas promesas se hagan en torno a la Ministerial de Hong Kong deja en evidencia que están siendo utilizadas como un instrumento para forzar a los países en desarrollo a aceptar los compromisos de mayor liberalización que de otra manera preferirían no aceptar.
2) El dinero ofrecido para ayudar a los países en desarrollo -incluso aquel destinado a incrementar su capacidad de oferta tal como se expresa en el párrafo 37 del borrador- no será efectivo ya que al mismo tiempo los países están siendo obligados a abrir sus economías. Si realmente hay un interés genuino en ayudar a los países en desarrollo a potenciar a sus productores y proveedores locales, como el texto borrador parece plantear, será necesario al mismo tiempo proteger a esos mismo proveedores y productores de la competencia agresiva durante un período de tiempo hasta que sean lo suficientemente competitivos para soportar la liberalización.
3) El marco integrado ha sido un fracaso en prácticamente todos los aspectos. No ha ayudado a los países a incrementar su capacidad de oferta. La ayuda brindada a la mayoría de los países ha sido para apoyar la ejecución de los compromisos de liberalización de la Ronda Uruguay. El dinero ofrecido ha sido demasiado poco, y han habido enormes problemas en torno a la “autoría”. Muchos de los beneficiarios sintieron que los programas armados por los donantes no estaban en línea con sus propios objetivos. A menos que el marco integrado se modifique en forma sustancial, un Marco Integrado “mejorado” tendrá los mismos defectos.
4) Podría suceder que no haya nuevos recursos económicos. Los negociadores comerciales de los países en desarrollo radicados en Ginebra sospechan que la “ayuda para el comercio” posiblemente se trate de una nueva denominación para dineros que ya habían sido prometidos a los países en desarrollo por los canales de apoyo ya existentes.
5) Bajo la sección sobre Ayuda para el comercio, párrafo 37, parece quedar implícito que al menos una parte de esta ayuda será brindada a los países en forma de préstamo, y no de donación, ya que hace referencia a “términos de concesión”. Resulta enigmático por qué los países en desarrollo deberían aceptar por ejemplo, menores ingresos como consecuencia de las negociaciones del NAMA a cambio de recibir préstamos para los que deberán encontrar fuentes alternativas de ingresos para poder pagarlos.
Ampliando la transición para la aplicación de los DPI
Los Países Menos Adelantados han solicitado al Consejo del ADPIC ampliar a 15 años el período de transición para la aplicación del ADPIC. Esta decisión ha sido incluida entre corchetes (párrafo 28 del texto borrador), señalando una vez más que habrá que pagar un precio por esto en Hong Kong. En las negociaciones de Ginebra, EE.UU. le ofreció a los países menos adelantados una extensión de un año y la UE les ofreció cinco años. Esto resulta completamente insatisfactorio, especialmente teniendo en cuenta que los países industrializados ricos no estuvieron sujetos a leyes de patentes durante su proceso de desarrollo económico, período en el cual copiar tecnología era de importancia crítica para EE.UU., Alemania, Japón, etc.
DPI y salud
El texto al respecto se definirá dependiendo de los resultados de la reunión final del Consejo del ADPIC que tendrá lugar el 29 de noviembre en Ginebra. Las negociaciones giran en torno a dos opciones igualmente malas.
En primer lugar, la decisión adoptada el 30 de agosto de 2003 no le ha permitido a los países que no tienen capacidad de producción importar medicamentos genéricos de gran necesidad. La industria de los medicamentos genéricos de la India a encontrado que los procedimientos burocráticos impuestos por esta decisión son demasiado onerosos haciendo que las exportaciones de medicamentos genéricos sean comercialmente inviables. La decisión fue avalada en Ginebra en 2003 sólo por las enormes presiones políticas ejercidas por Washington sobre países en desarrollo clave tales como Kenia, Filipinas y Venezuela -que de otra manera no hubieran dado su consentimiento. Peor aun que la decisión es la declaración del presidente que fuera leída en el Consejo General en el momento en que la decisión fue avalada. La declaración nunca fue aprobada por los Miembros y contiene aún más condiciones y trabas burocráticas.
Luego de que la decisión fuera adoptada, el Secretariado de la OMC –claramente manipulado por EE.UU. y la UE- introdujo subrepticiamente una nota al pie de la decisión haciendo referencia a la declaración el presidente, elevando el estatus legal de la declaración del presidente.
Gran parte de la lucha en Ginebra gira ahora en torno a esta nota al pie. EE.UU. quiere que la declaración completa del presidente se incluya como anexo de la decisión. La UE, jugando a ser la buena, pide que la nota al pie se mantenga para que en el futuro cualquier decisión del panel de resolución de controversias de la OMC tome en cuenta la declaración del presidente como el “contexto” en el que se deberá interpretar la decisión. El Grupo Africano en su propuesta de diciembre de 2004 planteó que quisiera abrir nuevamente la discusión para mejorar la decisión para que sea una solución aceptable para ellos. Además no quieren que se haga referencia a la declaración del presidente.
Dada la postura intransigente de EE.UU. y la UE, es altamente improbable que en Hong Kong se tome una decisión con valor real para los países pobres. Parece ser que la única opción sobre la mesa será elegir entre opciones malas, pero de todas maneras se dará gran publicidad a esta cuestión –afirmando por ejemplo que el mundo desarrollo salvará a los países en desarrollo de la apremiante situación generada por el SIDA, la malaria, etc. Dada la situación será mejor que no se llegue a una solución en Hong Kong en torno a este asunto y que la decisión respecto a una solución de carácter permanente se postergue para después de Hong Kong. Los países deberían pelear por una una solución aceptable y adecuada sin extensos condicionamientos, en lugar de aceptar una solución expedita que no podrá ser utilizada en beneficio de los pobres y que impedirá a los países acceder a medicamentos baratos para siempre.
El “paquete de desarrollo” –compuesto por el Trato Especial y Diferenciado, la Ayuda para el Comercio y los DPI en la salud- equivale a nada, pero el precio que se pretende cobrar es descomunal.
El precio a pagar: mercados agrícolas, industriales y de servicios
Entre las principales cuestiones –agricultura, NAMA y servicios- el texto borrador sobre servicios es el más ambicioso ya que fuerza desde ya a los países a tomar decisiones que implicarán compromisos de liberalización profunda. En comparación, los textos sobre agricultura y NAMA, aunque peligrosos, implican que las decisiones están aún a un paso o dos de distancia.
Servicios
Análisis del Párrafo 9 y el Anexo C
El Anexo C es altamente controvertido y existe una amplia oposición a prácticamente todas las partes del texto. Sin embargo, el Director General de la OMC Pascal Lamy y el Presidente, parecen decididos a forzar a las delegaciones a tragarse este texto no consensuado. A diferencia de agricultura y NAMA, donde el texto borrador hace referencia a los informes del Presidente de los que los Miembros deberán “tomar nota”, el texto sobre servicios (Anexo C) no es un informe, sino un mandato para “intensificar las negociaciones” en formas que son completamente opuestas a las flexibilidades del GATS.
Si el texto borrador es aprobado tal cual está, la liberalización de los servicios será el trofeo que los países desarrollados se llevarán a casa de Hong Kong. El párrafo 9 del texto borrador de la declaración ministerial será la puerta de entrada para iniciar negociaciones sectoriales –tales como las de telefonía básica y servicios financieros (que tuvieron lugar en 1997)-- que se desarrollarán incluso después de haber concluido la Ronda de Doha. EEUU tiene intenciones de iniciar negociaciones sectoriales en 15 sectores específicos.
Las metas numéricas que la UE ha estado proponiendo, si bien son peligrosas, pretenden ser una distracción de los verdaderos objetivos de EE.UU. y la UE –las negociaciones sectoriales. Las negociaciones sectoriales exigen compromisos de liberalización mucho más profundos. Las mismas se dirigen al corazón mismo de las normativas de los países buscando disciplinarlas mediante nueva legislación que le de a las empresas transnacionales los mismos derechos que a los proveedores locales. Está será la puerta de atrás por la que se colarán los acuerdos sobre inversiones y competencia a la OMC.
Los párrafos 2 y 7 del Anexo C son también una puerta de entrada para las negociaciones sectoriales. El párrafo 2 establece que “para brindar una guía para las negociaciones en torno a las solicitudes-ofertas pueden considerarse los objetivos sectoriales y las modalidades tal como han sido identificadas por los Miembros.” Hay una nota al pie al final de esta oración que hace referencia al controvertido informe del Presidente del Consejo sobre Comercio en Servicios (TN/S/23). Este informe contiene una lista de objetivos de liberalización para los países exportadores (principalmente países desarrollados) en una amplia gama de sectores –servicios legales, telefonía, servicios financieros, distribución, transporte, servicios ambientales, etc. Si esta referencia en el Anexo C se mantiene, esos objetivos de liberalización serán la vara con la que se medirán las ofertas de liberalización de los servicios de los países. Esto brindará a los países desarrollados la plataforma que quieren para poder ejercer gran presión en las negociaciones.
El párrafo 7 en el Anexo C bajo “enfoques” discurre sobre el enfoque plurilateral para las solicitudes-ofertas. Este párrafo es una emboscada para los países. Si bien muchos perciben a las solicitudes-ofertas plurilaterales como negociaciones informales entre muchos países enmarcadas en las directrices de negociación, el 7b va muchos más lejos que las directrices de negociación. Allí se expresa que aquellos que reciban solicitudes “deberán entrar en negociaciones plurilaterales”. EE.UU. y la UE desearían una masa crítica (entre un 80 y el 90% del comercio mundial en un sector) para entrar en estas negociaciones, y de ese modo cambiar el carácter de las negociaciones a negociaciones formales sectoriales, del tipo de las negociaciones sobre telefonía y servicios financieros.
El objetivo es tener un marco de compromisos regulatorios que todos los involucrados firmarán en parte o en su totalidad, tales como el Documento de Referencia sobre Telefonía.
Una vez que este compromiso básico para cada sector queda consagrado en la OMC, afecta a todos los miembros de la OMC, incluso a aquellos que estén por fuera de las negociaciones sectoriales, ya que los inversionistas extranjeros juzgarán a los países según su adhesión a lo que será percibido como un marco regulatorio de liberalización básico. El párrafo 2 del Anexo C debería ser eliminado, al igual que los párrafos 7a-c.
El alcance de los “modos” y las metas en cada modo, incluidos en el párrafo 9 del texto borrador y en el párrafo 2 del Anexo C complementan la negociación sectorial. Dentro de cada sector, se les pide a los países que eliminen las limitaciones en los modos de prestación transfronteriza (modo 1) y presencia comercial (modo 3). La liberalización profunda en el modo 3 es equivalente a un acuerdo sobre políticas de competencia e inversiones en el GATS. India ha solicitado que se amplíe el “alcance de los modos” con la esperanza de lograr un mejor negocio especialmente en el modo 4 (para sus profesionales calificados en tecnología informática). Quizás estén en cierta posición para obtener esto. Sin embargo, otros países en desarrollo están más interesados en abrir las categorías del modo 4 para que se incluyan profesionales poco o medianamente calificados. Esto no se refleja adecuadamente en el párrafo 1d del Anexo C referido a los objetivos por modo. El párrafo 1 del Anexo C que prescribe los objetivos por modo debería ser eliminado.
Un acuerdo sobre contratación pública en el GATS
El tercer asunto de Singapur, que entrará nuevamente a la OMC por la puerta de atrás, se encuentra en el párrafo 4b del Anexo C. El 4b dice que “en materia de contratación pública, los miembros deberían comprometerse en discusiones más focalizadas y en este contexto poner mayor énfasis en las propuestas realizadas por Miembros, incluso en las propuestas para un posible marco sobre contratación pública”. Actualmente, la propuesta que está sobre la mesa es la de la Comisión Europea que defiende incluir en el GATS el acceso al mercado en la contratación pública. Si no se elimina este texto, los países exportadores presionarán a posteriori de Hong Kong para que se apruebe un marco de ese tipo sobre la base de la posición de la Comisión Europea. Todas las compras del gobierno en el sector de servicios tendrán que estar abiertas a las empresas transnacionales, y los países no podrán dar preferencia a las firmas locales en los contratos para proyectos nacionales.
En resumen, este texto socava por completo la actual arquitectura flexible del GATS e impondrá la apertura radical de los sectores de servicios de los países en desarrollo antes de que estén preparados para competir con las multinacionales de servicios del mundo desarrollado.
El potencial que tienen los países en desarrollo de desarrollar sus sectores de servicios como una nueva area de crecimiento económico será destruido. En efecto, el desempleo crecerá ya que los actuales proveedores de servicios se verán amenazados. También se verá cuestionado el acceso universal a los servicios ya que el proceso de liberalización / privatización no priorizará la cobertura universal.
Agricultura
Análisis del Anexo A
Tanto el texto sobre NAMA como el de agricultura tienen la pretensión de ser parte de un proceso de “abajo hacia arriba”, y alegan ser informes “fácticos” de las negociaciones. Sin embargo, ambos están sesgados a favor de las posiciones de los países desarrollados.
El informe sobre agricultura está redactado en forma especialmente inteligente. El Presidente pone varias opciones sobre la mesa sin hacer referencia a qué países hacen las propuestas, ni al respaldo que tienen ciertas posiciones. Por ejemplo, coloca la posición mantenida por 50 a 60 países de ACP a la par de la posición mantenida por un país (por ejemplo EE.UU.). Como tal, la balanza en la negociación se inclina a favor de ese (hipotético) único país, ya que en el informe del Presidente hay una expectativa implícita de que la solución estará en un sagrado término medio. Para muchos países en desarrollo, la agricultura no es una cuestión en la que puedan hacer concesiones ya que involucra el sustento y el empleo. Los parámetros de las negociaciones posteriores a Hong Kong están siendo redefinidos por lo tanto en una dirección que no es favorable para los países en desarrollo.
Apoyos Internos
Las disposiciones y opciones en relación a los apoyos internos son altamente desalentadoras y no equilibrarán las actuales distorsiones en el comercio agrícola. En efecto, los cortes en de mínimis y en la medida global de la ayuda (MGA) golpearán fuertemente a los países en desarrollo. En gran medida, las reducciones ofrecidas por los países desarrollados se tratan sólo de disminuir el “agua” en sus subsidios, es decir recortar la diferencia existente entre sus niveles de apoyo consolidados y aplicados.
En las reducción total de los apoyos internos (párrafo 8 del Anexo A) serán los países en desarrollo que brindan apoyos del tipo de una medida global de ayuda los que correrán el riesgo de reducir drásticamente sus apoyos. La UE (que está en la Banda 3) ya está modificando sus apoyos para que no entren en la categoría de ayuda “distorsionante del comercio”, en el marco de la reforma de su Política Agrícola Común y saldrá ilesa del 70 al 80% de los recortes. Sus apoyos migrarán hacia el Compartimento Verde que permanece intacto. EE.UU. quedará en la Banda 2. Fue EE.UU. quien ofreció reducir sus apoyos totales en un 53%. A menos que estos recortes se incrementen –por ejemplo hasta alcanzar un 70%- no habrá cambios para EE.U.U. en términos de los actuales niveles de apoyo aplicados.
El texto avala la expansión del compartimento azul incluida en el Acuerdo Marco de julio de 2004. Aunque EE.UU. recortara “los subsidios que distorsionan el comercio” este nuevo Compartimento Azul (aun si se le pone un techo del 2,5% del valor de la producción) le permitirá a EE.UU. incluir cinco mil millones de dólares de ayuda adicional en la Ley Agrícola, principalmente sus distorsivos pagos contra-cíclicos, anulando en gran medida los recortes en la Medida Global de Ayuda. En efecto, este nuevo Compartimento Azul es equivalente a otro Compartimento Ambar (MGA) distorsivo del comercio.
En lo que se refiere a la Medida Global de Ayuda (párrafo 9 del Anexo A), EE.UU. se ubica en la Banda 2 ya que su MGA está fijada en 19,1 mil millones de dólares, y la UE en la Banda 3, con una MGA fijada en 67 mil millones de dólares. Para ambos, los recortes previstos serán como disminuir el “agua” y no tendrán ningún efecto en los niveles de ayuda aplicados.
En la sección sobre MGA, hay también una omisión fundamental. En las discusiones bilaterales EE.UU. ha prometido reducir la ayuda interna para productos específicos en un 50%. Esto será clave de haber recortes reales en la ayuda interna a ciertos productos importantes como el algodón. Sin embargo, la promesa de EE.UU. no aparece reflejada en el informe del Presidente. El texto meramente sugiere que podría haber algún tipo de límites para productos específicos. Y lo que sí enfatiza son los períodos que se considerarán como base para el cálculo de los límites, 1995-2000 o 1999-2001. El primero fue propuesto por el G20 y el segundo por Estados Unidos. 1999-2001 fue el período de los últimos años en el que los precios eran bajos y los niveles de ayuda eran los más altos.
Respecto al Compartimento Verde (párrafo 10, Anexo A) no se hace mención alguna a la necesidad de limitarlo, sólo de “revisarlo”. Incluso lo que dice sobre la “revisión” equivale a nada, ya que dice que la revisión debería ser llevada a cabo “sin socavar las reformas en marcha” –haciendo referencia a proteger la reforma de la PAC de la UE y la Ley Agrícola de EE.UU.. Esto es muy desalentador porque significa que los resultados de los paneles de resolución de controversias de la OMC sobre algodón y azúcar, y los logros de los países en desarrollo en esos paneles, no han sido traducidos a ganancias en las negociaciones centrales sobre agricultura. Esto paneles fallaron que ciertos subsidios correspondientes al Compartimento Verde distorsionan el comercio, por ejemplo los préstamos de ayuda a la comercialización, los programas de pérdida de mercados y los pagos anticíclicos.
Con la PAC, la UE está trasladando gran parte del total de sus ayudas al Compartimento Verde –pasando de un 25 al 90%. Aproximadamente un 75% de las ayudas de EE.UU. corresponden al Compartimento Verde. EE.UU. brinda unos 50 mil millones de dólares de ayuda en el marco del Compartimento Verde, en oposición a unos 21 mil millones que corresponden a los compartimentos que “distorsionan el comercio” –Medida Global de Ayuda, Azul y de minimis. Por lo tanto, si bien se están reduciendo los subsidios a las exportaciones, los subsidios ocultos a las exportaciones están aumentando a través del Compartimento Verde y el Compartimento Azul. A menos que al Compartimento Verde se reduzca, se lo discipline y se le ponga límites, se mantendrán los desequilibrios actuales en el comercio agrícola y el dumping.
En lo referido a las políticas de competencia en las exportaciones, aún no se han fijado fechas –ni siquiera un abanico de fechas posibles. Esto representa claramente un trato injusto si lo comparamos con el abanico de cifras presentadas para la reducción de aranceles.
En lo que respecta a acceso a mercados, una propuesta clave presentada por el Grupo ACP ha sido omitida. Algunos países del África, Caribe y Pacífico (ACP) han armonizado sus aranceles a niveles altos (por ejemplo, cerca de un 100% de sus líneas arancelarias han sido consolidadas al mismo nivel). Kenia, por ejemplo, tiene todas sus líneas arancelarias consolidadas al 100% y Nigeria al 150%. Estos países han tomado la posición de distribuir sus líneas arancelarias en las bandas inferiores de la fórmula en conformidad con sus propias sensibilidades, y esperan que no se les aplique los niveles de reducciones exigidos en las bandas superiores, no importa cuáles sean las bandas que finalmente se aprueben. Proponen que sus reducciones arancelarias sean acordes a una reducción arancelaria global promedio, que el Grupo ACP sugiere sea del 24% para los países en desarrollo. El Presidente omitió incluir esto en su informe.
Con relación a la “proporcionalidad” el presidente ha dicho que hay una propuesta para que los países en desarrollo consideren realizar 2/3 de los recortes hechos por los países desarrollados. La propuesta del G20 en efecto establece que los países en desarrollo deberían realizar recortes menores a los 2/3 de las reducciones realizadas por los países desarrollados. Aún así, cuando los recortes proporcionales se aplican a los países en desarrollo, los resultados no son proporcionales. En la medida en que los países en desarrollo tienen aranceles más altos que los países desarrollados, incluso si realizaran sólo 2/3 de los recortes, la reducción arancelaria sería más radical que la de los países desarrollados. Por ejemplo, un país en desarrollo deberá reducir un arancel del 90% al 30%, mientras que un país desarrollado recortará su arancel del 4% al 0%.
Productos sensibles, productos especiales y mecanismo de salvaguardias especiales
Existe lisa y llanamente un trato desigual entre los productos sensibles y los productos especiales. Prácticamente no hay discusiones en torno a cómo se deberían designar los productos sensibles. Se asume que los países desarrollados lo decidirán por sí mismos. Por el contrario, hay un gran debate en torno a cómo se definirán los productos especiales, y se hace referencia (en la página A-5 del Anexo A) a la necesidad de establecer “indicadores no exhaustivos e ilustrativos” para definir pautas.
En relación al mecanismo de salvaguardias especiales, el disparador más útil para los países en desarrollo “en base a precios” se considera controvertido. Un disparador en base al volumen, aunque menos controvertido no sería de mucha utilidad en la práctica.
Algodón. Si bien en el Acuerdo Marco de julio prometieron que el algodón se consideraría “ambiciosa, rápida y específicamente”, en el informe del Presidente no se le ofrece nada a los países productores de algodón.
En suma, el texto es un reflejo de negociaciones que van en una dirección favorable para EE.UU. y la UE –no se realizarán reducciones reales en la ayuda interna, y de hecho, tienen una carta para legitimar sus enormes ayudas y el dumping. Las disposiciones sobre ayuda interna para EE.UU. y la UE apuntan simplemente a un ejercicio de cambio de compartimentos.
Al mismo tiempo, se establecen reducciones obligatorias de aranceles, incluso para los países en desarrollo. (no se hace mención a que el recorte de aranceles por parte de los países en desarrollo quede condicionado a los recortes que hagan los países desarrollados a la ayuda interna). En un contexto de dumping continuo, la reducción forzada de los aranceles en los países en desarrollo eliminará la única herramienta que estos pueden utilizar para proteger a sus pequeños agricultores de la competencia injusta. El resultado previsible es el aumento del desempleo y la pobreza en el medio rural.
Acceso al mercado de bienes no agrícolas (NAMA)
El texto sobre NAMA (Anexo B) ha sido ampliamente criticado por no capturar con justicia el carácter de las negociaciones para los países en desarrollo. El informe del presidente intenta reducir el amplio debate en torno al NAMA a un simple juego de números, cuando en realidad el debate gira en torno a una cuestión mucho más importante, entre la presión agresiva hacia la liberalización ejercida por los países altamente industrializados por un lado, y la posición defensiva de los países en desarrollo que temen al fantasma de la des-industrialización, por el otro.
En primer lugar el presidente afirma que existe una convergencia creciente en torno a la fórmula Suiza y que hay dos opciones principales. Al hacer esto él elimina la fórmula presentada por los países del Caribe. La fórmula del Caribe le brinda a los países en desarrollo un coeficiente adicional para tomar en cuenta las vulnerabilidades económicas.
En segundo lugar, contrario a lo que ha sido planteado por el Presidente, no hay una creciente convergencia respecto a que los coeficientes para los países en desarrollo deberían estar en un rango de 15-30. Muchos países han expresado que de ser forzados a aceptar la fórmula Suiza ( en lugar que una fórmula del tipo de la suiza, como la del Caribe), ellos necesitarán un coeficiente mucho más alto (mayor a cien). Por lo tanto el cuadro presentado por el Presidente es engañoso y es peligroso ya que podría reducir severamente las opciones de negociación que tendrán los países después de Hong Kong.
En tercer lugar el Presidente da un informe completamente tendencioso al decir que hay “buenos avances” en las negociaciones sectoriales. De hecho, la posición del Grupo Africano es que estas negociaciones no deberían llevarse a cabo y que los países africanos nunca acordaron realizar negociaciones sectoriales.
En lugar de eso, el Presidente dice que algunos han cuestionado la lógica de involucrase en negociaciones sectoriales antes de haber acordado una fórmula, tergiversando completamente el nivel de objeciones y resistencia.
Finalmente, los países menos adelantados han solicitado acceso a mercados libres de impuestos y de cupos “consolidados”. Esta solicitud no se ve reflejada en el párrafo sobre Países Menos Adelantados, que sólo hace referencia al acceso libre de impuestos y libre de cupos.
Las negociaciones del NAMA han sido extremadamente controvertidas.
Muchos países en desarrollo han expresado sus preocupaciones respecto a la drástica fórmula presentada, así como respecto a los límites transversales a los que se les pide se comprometan.
La mayoría de los negociadores están preocupados porque sus industrias serán barridas por completo con una fórmula de ese tipo y con las disposiciones que estipulan poner límites consolidados a los aranceles, a niveles muy bajos –posiblemente a niveles aún más bajos que los que se aplican en este momento. No existe ninguna fórmula de un mismo talle para todo el mundo que pueda atender las preocupaciones de un gran número de países. Los países necesitan espacio político –EE.UU. y la UE han reclamado eso para los textiles, con un período de transición de más de 50 años. Limitar el espacio político de los países en desarrollo e impedirles nutrir y potenciar sus industrias es un camino seguro hacia el desempleo y la desindustrialización. (Traducción del inglés: Focus on the Global South).
- Aileen Kwa con aportes de Jacqies Chai Chomthongdiy Joseph Purugganan, Focus on the Global South
Fuente: FOCUS: ON THE ROAD TO HONG KONG: Number 2, November 2005
Focus on the Global South. www.focusweb.org
https://www.alainet.org/en/node/113748
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