Brazil, the weakest link in the neoliberal chain in Latin America

The future of Brazil will be decided in the next 12 months or even before.

09/11/2017
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Foto: Telesur twitter
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Latin America had become the weakest link in neoliberal domination on a world scale. Due to having suffered, in a concentrated form, the changes in the world, it was in this continent that the only antineoliberal governments appeared.

 

After more than a decade of advancements, running counter to the neoliberal order that reigns in the world, diminishing inequality, overcoming economic recession, developing significant initiatives of regional integration, these governments have been suffering brutal offensives from the right in an attempt to stop them. These have succeeded in some countries – Brazil and Argentina –, without having thereby fulfilled what they promised: recovery of economic growth, combating poverty, reducing unemployment. On the contrary, the economic and social situation in Brazil and Argentina is much worse than what these countries were experiencing before the return of rightwing governments.

 

In the new regional scenario, Brazil represents the weakest link in the neoliberal chain in the hemisphere. The combination of various features of the way the right wing has reassumed government in this country has resulted in its being the stage of the most significant battles in the region.

 

Contrary to what took place in Argentina, in Brazil the right has taken over the government not through elections – where they were defeated four times running – but through a parliamentary-legal-media coup d’état. The new president and his government have no institutional legitimacy, much less so when they put into practice the programme defeated in the elections, including the last one in 2014.

 

The level of support that Temer “enjoys” – 3% – represents the lack of popularity of the application of this programme, after Brazil had lived through the best period in its history, combatting social inequality, restoring the self-esteem of Brazilians and the internal and international projection of Lula as the greatest political leader of the country.

 

The rupture is felt as quite brutal by the people, who show this in their support for Lula, which is over 40%. The left is not divided, although there are sectors that do not express support for Lula, but they recognize him as the great leader who can restore democracy, economic growth and social justice.

 

While the right does not have a candidate, their traditional party, the PSDB, is paying a high price for having supported the coup d’état and the government of Temer. The right is looking for names from outside politics, but what they lack is a discourse and distancing from the Temer government, in order to have a candidate with some degree of popularity. The only one who maintains some support – Bolsonaro – is from the extreme right, which would only facilitate the victory of Lula.

 

Due to all these factors, Brazil today is the weakest link of the neoliberal chain in Latin America. The future of Brazil will be decided in the next 12 months or even before. Either the right, in one way or another, will be consolidated in Brazil and the conservative turn in Brazil will at the same time consolidate that of the region. Or Lula or the candidate that he supports will win and Brazil will again assume its former political and economic orientation, with consequences for Latin America.

 

The combination between an extremely weak government and a strong candidacy such as that of Lula, is what will make the dispute in Brazil decisive for the future of the country and of all of Latin America.

 

Lula has put all his stakes on the caravans that have become a great instrument of popular mobilization and of the formulation of the rescue programme for the country. The more he is attacked by the media and by sectors of judicial power, the more Lula’s popularity increases. If he ends up being the candidate, his possibility of winning in the first round is high. It is possible that they may prevent him from being the candidate for the presidency. In that case, Lula will name a candidate for the PT, becoming the great elector. In any case, the strengthening of the name of Lula is the strengthening of the project that he has represented and continues to represent for Brazil.

 

(Translated for ALAI by Jordan Bishop)

 

–Emir Sader, Brazilian sociologist and political scientist, is the Coordinator of the Laboratory of Public Policy of the State University of Rio de Janeiro (UERJ).

América Latina se había trasformado en el eslabón más débil de la dominación neoliberal en escala mundial. Por haber sufrido, de forma concentrada, los cambios en el mundo, fue en el continente que surgieron los únicos gobiernos antineoliberales.

 

Después de más de una década de avances a contramano del orden neoliberal que reina en el mundo, disminuyendo la desigualdad, superando la recesión económica, desarrollando importantes iniciativas de integración regional, esos gobiernos sufren brutales ofensivas de la derecha para intentar frenarlos. Lo han logrado en algunos países – Argentina y Brasil -, sin que, con ello, hayan cumplido lo que prometían: recuperar el crecimiento económico, combatir  la pobreza, menor desempleo. Al contrario, la situación económica y social en Argentina y en Brasil es mucho peor de la que esos países vivían antes del retorno de los gobiernos de derecha.

 

En el nuevo escenario de la región, Brasil se presenta como el eslabón más débil de la cadena neoliberal en el continente. La combinación de varios rasgos de la forma cómo la derecha ha retomado el gobierno en ese país hace que ahí se den los combates más importantes en la región.

 

Al contrario de Argentina, en Brasil la derecha ha recobrado el gobierno no mediante elecciones – donde fue derrotada cuatro veces, sucesivamente -, sino mediante un golpe parlamentario-jurídico-mediático. El nuevo presidente y su gobierno no tienen siquiera legitimidad institucional, aún más cuando ponen en práctica el programa derrotado en las elecciones, incluso en la última, en 2014.

 

El nivel de apoyo del  que  Temer “disfruta” – 3% - representa la falta de popularidad de la aplicación de ese programa, después de que Brasil vivió el mejor período de su historia en el  combate a la desigualdad social,  el rescate de la autoestima de los brasileños, la proyección interna e internacional de Lula como el más grande líder político del país.

 

La ruptura es sentida como brutal por la gente, que lo manifiesta  en el apoyo a Lula, que supera el 40%. La izquierda no está dividida, aunque haya sectores que no manifiestan apoyo a Lula, pero que reconocen en é, al gran dirigente que puede rescatar la democracia, el desarrollo económico y la justicia social.

 

Mientras que la derecha no tiene candidato, su partido tradicional, el PSDB, paga un alto precio  por haber apoyado el golpe y al gobierno de Temer. La derecha busca nombres fuera de la política, pero lo que le falta es un discurso y un distanciamiento del gobierno Temer, para poder tener algún candidato con cierta popularidad. El único que mantiene cierto apoyo – Bolsonaro – es de extrema derecha, que solo facilitaría el triunfo de Lula.

 

Por todos esos factores, Brasil es hoy el eslabón más débil de la cadena neoliberal en América Latina. Se decide el futuro de Brasil en los próximos 12 meses o incluso antes. O la derecha, de una u otra forma, se consolida en Brasil y se consolida, a la vez, el viraje conservador en la región. O Lula o el candidato que él apoye triunfa y Brasil retoma la dirección política y económica anterior, con las consecuencias en América Latina.

 

La combinación entre un gobierno extremadamente débil y una candidatura fuerte como la de Lula es lo que hace que la disputa en Brasil sea decisiva para el futuro del país y de toda América Latina.

 

Lula se juega por entero en las caravanas, que se han vuelto un gran instrumento de movilización popular y de formulación del programa de rescate del país. Cuanto más es atacado por los medios y por sectores del  Poder Judicial, mas aumenta la popularidad de Lula. Rn caso de que sea candidato, tiene grandes posibilidades de triunfar en primera vuelta. Es posible que lo imposibiliten de ser candidato a la presidencia. En ese caso, Lula indicará un candidato al PT, volviéndose en gran elector. De cualquier manera, el fortalecimiento del nombre de Lula es el fortalecimiento del proyecto que él ha representado y sigue representando para Brasil.

 

- Emir Sader, sociólogo y científico político brasileño, es coordinador del Laboratorio de Políticas Públicas de la Universidad Estadual de Rio de Janeiro (UERJ).

 

https://www.alainet.org/en/articulo/189117?language=en
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