Multipolarismo o Globalismo

Global Game of Thrones: Batalla por la Moneda Digital dominante

Estamos ante una clase capitalista dominante obsoleta para la historia de la humanidad: por su papel cada vez más improductivo, especulativo y parasitario en lo económico, y por su posición cada vez más retrasada en lo técnico-militar

12/08/2021
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Introducción

 

La Tercera Guerra Mundial (III-GM) que inició la OTAN, bajo “mando” Globalista, en Siria en diciembre de 2012, con la participación de 119 países, terminó ‎con la victoria de Siria, Irán, Irak, Egipto, Líbano más Rusia, China y Alemania. Además, con la derrota militar de la OTAN Globalista, con los 116 países occidentales y ‎Estados Unidos que conforman la OTAN en ese conflicto.

 

La III-GM (Tercera Guerra Mundial[1]) no escaló, en los modos técnicos militares extendiéndose territorialmente, porque fue contenida por las acciones de los actores multipolares dentro de los límites de la estrategia multipolar en la región del Oriente Medio (Siria-Irán-Líbano-Irak-Israel-Egipto-Libia). Para los derrotados -el Globalismo Unipolar principalmente- ha llegado el momento de ‎reconocerlo y de pagar por los daños humanos y materiales que provocaron con ‎sus actos de todo tipo y magnitud.

 

Pero, se vuelve a repetir una situación clave, nuevamente los actores determinantes en los Estados Unidos lograron que la guerra técnico-militar, en su distintos formas y modalidad, no se desarrolle en territorio propio sino en el territorio de naciones y pueblos que pretende conquistar, controlar y utilizar como medios para otros fines. La OTAN, controlada por los actores Globalistas, fue y es el instrumento militar para coordinar estos objetivos y fines. Por ejemplo, hacer escalar la sublevación del mundo musulmán oriental para que particularmente ésta se transforme en levantamientos y guerras que desestabilicen.

 

La OCS –Organización de Cooperación de Shanghái- tuvo por propósito inicial desarrollar la cooperación entre los países de oriente para enfrentar al terrorismo, el extremismo y el radicalismo islámico alentado por la OTAN en la región, y así poder garantizar la seguridad y la estabilidad de la misma. El tándem China-Rusia fue su principal promotor, en un contexto inicial en que estas tres amenazas eran percibidas como el principal factor de desestabilización regional. Para China, por la potencial eclosión de un movimiento separatista de la etnia uigur, de religión islámica, en la parte oriental de su territorio, la región autónoma de Sinkiang, y que los Uigures independentistas prefieren denominar Turquestán Oriental o Uiguristán. Para Rusia, por el conflicto en Chechenia, significó que desde la década de 1990 sea involucrada en dos guerras contra el movimiento separatista islámico “alentado materialmente” por la OTAN-Global, a través de una serie de ataques mediante el uso de fuerzas mercenarias coordinadas desde la OTAN, denominadas “terroristas” por ésta, en territorio ruso. Fuerzas “mercenarias terroristas” que persistieron hasta comienzos de la presente década. Todo esto atravesó a los restantes países de Asia Central del mismo modo, por ello la OCS se consolidó como el modo de resolverlo.

 

Sin asumir un papel de alianza o bloque militar, por su composición geográfica y por su propósito inicial, la OCS constituyó un importante mecanismo para evitar la intromisión de Estados Unidos y de la OTAN en los conflictos regionales, y progresivamente amplió su agenda a otros temas, incluyendo la cooperación económica, el desarrollo de una infraestructura de transportes entre sus miembros y la gobernanza regional en general, como parte de un rompecabezas que sustentaba la construcción de una Gran Eurasia en el marco de la creciente convergencia estratégica entre China y Rusia.

 

Ante la insistencia de China de incluir a Pakistán como miembro de la organización, Rusia promovió la incorporación de la India. Con este paso, ambas potencias confiaban en mantener un equilibrio regional como para poder moderar el conflicto indo-pakistaní en la zona de Cachemira. De hecho, India y Pakistán participaron por primera vez en la Cumbre de la OCS en Quindao en junio de 2018, durante la cual el presidente Xi Jinping propuso la creación de un fondo especial para promover una “comunidad de destino compartido” y de “mutuo beneficio” en el marco de la organización. La iniciativa china de Una Ruta, Una Franja se constituyó, en este sentido, en un mecanismo importante de conectividad y articulación económica de la región y se vinculó con la UEEA –Unión Europea EuroAsiática–, bajo iniciativa de Rusia.

 

Retomando, los intereses financieros de Estados Unidos, y la sociedad en general, tampoco ‎sufrieron en carne propia las consecuencias de batallas en las que participaron, porque ‎fundamentalmente lo realizaron a través de “intermediarios” –las empresas financieras contratistas transnacionales de «yihadistas» mercenarios de todo el mundo– cuyo único compromiso es con el “dios dinero”. La última vez que EEUU había comprometido soldados y fuerzas militares propias había sido en Vietnam 1964-1975. Con el dominio de los Intereses Financieros Trilateralistas desde 1973-75, la OTAN empieza un nuevo modo de reclutamiento.

 

Este imperio –como sucedió antes con el Imperio Romano– pone de manifiesto su proceso de desintegración, caída o perestroika, primero en su periferia, donde actúa a través de fuerzas mercenarias, a las que financia y pertrecha de los distintos instrumentos y capacidades. Cuando las derrotas son más numerosas que los triunfos y los gastos de la guerra aumentan al tiempo que los beneficios se reducen, estos son los grandes indicadores y preludio de su “Caída”, de la misma manera como el imperio Romano se desintegró también en su tiempo. ‎

 

Por otro lado, en el terreno de las capacidades económicas, civiles y militares, el multipolarismo ya ha sobrepasado a la economía unipolar financiera en 2015-18, que se encuentra paralizada desde 2008 y permanece en un circuito cerrado de emisión billonaria de dólares, de papel-dinero sin respaldo. Emisión estatal-publica billonaria sin respaldo, que sirve como crédito a tasas de cuasi cero de interés para las grandes transnacionales que, con ello, recompran sus propias acciones que no dejan de valorizarse de forma financiera, ficticia, lo que paraliza y debilita a la economía real. Estas ganancias se dan a costa de las corporaciones de segunda “línea”, cuyas acciones suelen comprar los grandes consorcios, que es el modo de centralización de riqueza existente, en cada vez menos manos con una economía real paralizada, es decir, sin creación de capital. De esta forma se manifiestan ya como clase parasitaria que provoca la exclusión de cada vez mayores sectores de la sociedad.

 

En síntesis, estamos ante una clase dominante que, en lugar de acumular capital en el ámbito de la producción real, produciendo riqueza social bajo la forma de capital, se ha desplazado hacia la actividad de apropiación y centralización de la riqueza social ya existente en manos de una Elite. Y esto lo hace mediante la “financiarización” de la economía –la emisión de dinero sin respaldo controlando la Banca Central– y operan así esencialmente en el ámbito financiero y comercial, es decir, se colocan en el ámbito de la circulación improductiva y con ello se manifiestan cada vez más como una clase dominante obsoleta y superflua para dirigir una sociedad mundo como un todo.

 

Estamos, ante una clase capitalista dominante objetivamente obsoleta para la historia de la humanidad. En primer lugar, por su papel cada vez más improductivo, especulativo y parasitario en el ámbito económico, luego también, por su posición cada vez más retrasada en lo técnico-militar y como consecuencia, en una situación política fragmentada y debilitada en lo político nacional e internacional y estratégico. Es asunto a monitorear esta obsolescencia progresiva de una oligarquía financiera. Con la obsolescencia como clase dominante, se hace posible e incluso necesario el ascenso simultáneo de una nueva estructura económica, política e ideológico-cultural emergente, que exprese una nueva forma social de producción y liderazgo más allá de estas oligarquías y formas oligárquicas de instituciones internacionales.

 

Por ello es importante entender el momento histórico, que se compone por esta crisis sistémica del capitalismo global, con su momento de la “caída” o Perestroika Norteamericana y, además, el ascenso estratégico de una nueva civilización de civilizaciones, que se manifiesta como diálogo de Civilizaciones o Civilizatorio. Que, además, parte de construir comunidad-mundo por encima de los intereses privados. Este proceso histórico sistémico incluye, como momento, el proceso ascendente de un actor complejo y heterogéneo en lo político estratégico, con su proyecto de mundo multipolar, plurinacional y pluriversal, donde en principio quepan todas las naciones en soberanía. Su ascenso se despliega enfrentada y en contradicción a la llamada “civilización occidental” la cual buscó y busca, a partir de intereses privados en conflicto, subordinar cada vez más los intereses de la comunidad-mundo y de las naciones a dichos intereses privados, intereses que se afirman privando a los otros, a la comunidad, a la Naturaleza y a la Humanidad de las condiciones mínimas para su subsistencia y reproducción.

 

De modo Unipolar Global, busca subordinar al mundo entero a sus intereses sin contribuir a la creación de riqueza social nueva. Apartándose de esta forma en extremo del bien común, de la sociedad como un todo, poniéndose por fuera, por arriba y en contra de la historia de la humanidad. Afirmando y confirmando así su obsolescencia como clase dominante con capacidad de ser hegemónica, reconocida por los otros como necesaria. Todo lo cual, también implica y conlleva la crisis sistémica, y la necesaria transición del capitalismo unipolar a otra formación social emergente multipolar, plurinacional, pluricultural y pluriversal.

 

Los cambios en las relaciones internacionales de poder

 

Después de haber sufrido una contundente derrota en Siria, el presidente de Estados Unidos Biden, en representación de las fuerzas globalistas que gobiernan tras su “trono”, tuvo que “marchar” ‎a Ginebra para aceptar las condiciones del vencedor. Claro que primero construyó un conjunto de “reuniones de alto nivel” como la del G2, la del G7 y la de la OTAN, a modo de acciones de distracción o cobertura[2]. El encuentro en Ginebra del 16 de junio ‎de 2021, entre Joe Biden y Vladimir Putin, se organizó para poner fin a las hostilidades. El presidente Biden reconoció en este contexto que Estados Unidos debería suspender la ley del 18 de ‎septiembre de 2001[3] (Authorization for Use of Military Force of 2001), que autoriza el uso de la ‎fuerza militar, o sea la doctrina Rumsfeld de guerra sin fin‎. Reconociendo que han sido derrotados en la guerra, específicamente en el Gran Medio Oriente.

 

El presidente de Rusia, Vladimir ‎Putin, en la reunión dejó en claro que EEUU, y las potencias de Europa ‎occidental, están obligados a pagar los gastos producidos por la “destrucción”. Mientras China, confirmada en su ‎estatus de socio de Rusia, se fortalece en su posición para avanzar sobre la ratificación de la estratégica Isla de Taiwán como territorio de China. Al igual que el reclamo de soberanía sobre el Mar Meridional. ‎Esto se suma a lo ya logrado por sobre la City de Hong Kong en 2018-2019. En este caso, por la debilidad en que el enfrentamiento entre el Gobierno de Trump, más los Continentalistas de Texas-Florida, pusieron a los intereses transnacionales Globalistas en la City financiera de HK, en tanto cabeza del territorio controlado por los intereses británicos globalistas. Permitiendo que Pekín –Beijing– recuperara el control sobre el territorio de China que ocupó Gran Bretaña y otras potencias, luego de las llamadas Guerras del Opio de 1839-42/1856-1860[4]. Importante observar a los actores estratégicos del poder, y sus distintas formas en como aparecen, que pueden no coincidir ya con las de una Nación.

 

Para los derrotados –que aún no han renunciado a su voluntad de seguir peleando, no han sido vencidos– llegó el momento de pagar por los daños humanos y materiales que provocaron al menos 400.000 muertos y daños a la infraestructura siria que se elevan a unos ‎‎400.000 millones de dólares. A esas cifras habría que agregar costos por 100.000 millones de ‎dólares en armamento ruso. ‎Rusia no quiere enfrentarse frontalmente a EEUU y alejar del proyecto multipolar a los actores económicos que “interactúan dinámicamente”. Para ello evita el cobro de la “Deuda” de un modo abiertamente manifiesto, como sí hicieron los aliados con Alemania, al finalizar la Primera Guerra Mundial.

 

Rusia exigió que se garanticen sus ingresos económicos. En este contexto, Estados Unidos tuvo que aceptar –el 19 de mayo– que la actividad industrial de la Unión Europea deje de utilizar petróleo ‎producido en Estados Unidos y que pueda operar en adelante con gas natural ruso. En este marco, es que Washington se vio obligado a levantar las ‎sanciones y acciones (paramilitares) que había adoptado, a través de Polonia y otros países de la Iniciativa de los Tres Mares -I3M-, contra las empresas que llevan adelante la construcción, para bloquear la finalización del gasoducto ‎NordStream-2. ‎

 

Por ello es un hecho que Alemania y Francia podrían verse ‎eximidas del pago de sobreprecios (por deuda de guerra), dado el hecho que el ex canciller alemán ‎Gerhard Schroeder y el gaullista François Fillon, en aquella época primer ministro de Francia, siempre ‎se opusieron a la guerra contra Rusia. Alemania todavía mantiene soldados en la gobernación siria de ‎Idlib y Francia tiene militares en Yalabiyah que deben retirarse. Putin sí espera que se condene públicamente a los principales ‎actores responsables de toda esta matanza, como son el alemán Volker Perthes y el ex presidente francés ‎François Hollande.

 

Se decidió que el Medio Oriente ampliado o Gran Medio Oriente quede bajo la influencia conjunta ‎ruso-estadounidense, con excepción de Siria que quedaría directamente bajo la protección ‎de Rusia y que Siria –no Irán– encabezará una zona que ‎abarcará Líbano, Irak, Irán y Azerbaiyán, en aras de prevenir el resurgimiento del ‎Imperio Otomano (a partir de Turquía). Israel tendrá que abandonar el proyecto expansionista. ‎Washington ya había anticipado informando ‎‎–desde el 2 de junio– a todos los Estados del Medio Oriente ampliado su decisión de retirar su ‎dispositivo antimisiles, conformado por los sistemas Patriot y THAAD. ‎

 

Putin dejó en claro a Biden –a los intereses globalistas– las líneas rojas que no debería cruzar: 1) Prohibición de incorporar Ucrania a la OTAN y de desplegar armas nucleares en ‎suelo ucraniano; 2) prohibición de inmiscuirse en Bielorrusia; 3) prohibición de intervenir en la política interna de Rusia. ‎En cuanto al Extremo Oriente, Putin rechazó enérgicamente las propuestas de aliarse con ‎Occidente en contra de China. El comunicado final del G7, que ‎condena a China y pretende imponer su propia concepción del comercio mundial no pasará, en este contexto, de ‎ser un simple delirio de actores que aún pretenden vivir de un poder que ya no tienen. ‎Moscú concretamente expresó estar por una “retrocesión” ‎de Taiwán a la República Popular China, sin enfrentamiento militar. Lo cual significaría, como ya mencionamos y es importante remarcar, que China recupere la totalidad de territorios propios anteriores a las Guerras del Opio de 1839-42/1856-1860 bajo iniciativa británica.

 

Las proposiciones de Estados Unidos sobre la ciber-seguridad para Putin no era un tema que se podía tratar ‎de forma bilateral. Los ataques informáticos provienen de hackers privados y al menos un 25% de los ataques informáticos ‎se originan en Estados Unidos. En el ámbito multilateral, Rusia logró, el 31 de diciembre de 2020, que la Asamblea General de la ONU cree ‎‎(A/RES/75/240) un «grupo de trabajo de composición no limitada (OWEG) sobre la seguridad de la ‎actividad numérica y su utilización (2021-2015)», que será la única estructura con competencia en ‎materia de ciberseguridad. Moscú apunta así a devolver a las Naciones Unidas el papel de foro ‎mundial democrático.

 

Hacia un nuevo sistema monetario

 

Sin que llegara a la luz pública, Putin debe haber dejado claro que no sólo desaprueba las sanciones económicas, sino que las mismas son las que motivaron su política de desdolarización que contempla la introducción del “CryptoRuble”, el que está a un paso de ser realidad. Este hecho dejaría sin efecto la “amenaza” y presión que EEUU ejerce realmente a través de la posibilidad cierta de intromisión, veto y bloqueo a los intercambios bancarios entre Rusia y otros países (sistema SWIFT). El Banco Central de Rusia lleva cuatro años trabajando sobre esta amenaza cierta, en una cripto-moneda plurinacional conjunta para los países BRICS-UEE (Unión Económica Euroasiática). Esta cripto-moneda plurinacional podría ser utilizada por más del 41 por ciento de la población mundial sin necesidad de pasar por la banca comercial.

 

En este punto, el Banco Popular de China avanzó un paso más, con la primera cripto-moneda respaldada por un Banco Central en todo el mundo, basada en tecnología blockchain. La cripto-moneda emitida por el Banco Central de China constituiría una moneda controlada exclusivamente por la autoridad monetaria de ese país y por ninguna otra entidad financiera. La eventualidad de la tecnología blockchain y el dinero digital como medio de intercambio en la nueva Ruta de la Seda, reemplazaría nada más y nada menos que al petro-dólar, reforzando su propuesta de nuevo sistema monetario internacional basado en el petro-yuan-oro[5].

 

China hace años dejó de acumular promesas de pago en dólares (bonos del Tesoro) a cambio de su enorme superávit en la balanza comercial con EEUU, incluso está paulatinamente deshaciéndose de los mismos. China, por lejos el mayor exportador e importador del mundo, parece estar “despidiéndose” definitivamente del dólar como moneda internacional de referencia.

 

Ante la imposibilidad de detener el desarrollo de las criptomonedas, particularmente en China y Rusia, el Unipolarismo globalista está aún sin poder resolver esta encrucijada en que se encuentra, incluso perdiendo este tren que podría pasarlo por encima. Objetivamente, ya casi no le queda otra opción que asociarse al proyecto multipolar. Sin embargo, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, el 9 de julio de 2021, han preparado un documento conjunto para la próxima reunión del G20 en octubre 2021 en Italia, que parece será un gran momento, donde se pondrán en juego las opciones de no perder el tren o ser arrollado por él.

 

Está muy claro para Occidente que Rusia, y sobre todo China, ya se adelantaron en materia de criptomonedas. El Banco Popular de China ya había iniciado los “estudios” para el lanzamiento del yuan digital en 2014. En 2017, el Consejo de Estado aprobó el desarrollo del yuan digital, en asociación con los bancos comerciales y otras organizaciones. Empresas de vanguardia tecnológica (TIC´s) en el mundo como Alibaba (a través de su filial Ant Group), Tencent (propietaria de WeChat), Huawei y JD.com fueron invitadas a cooperar con el banco central de China, en el desarrollo, prueba y puesta en marcha de la moneda.

 

En abril de 2020 comenzaron las pruebas del yuan digital en cuatro ciudades de China, que juntas reúnen una población de 40 millones de habitantes (Shenzhen, Suzhou, Chengdu y la ciudad del futuro Xiongan en el campo, que unifica varios poblados en el norte de China). El objetivo era poder mejorar la funcionalidad de la moneda. Un año después, más de 100.000 personas habían descargado las aplicaciones móviles necesarias para hacer uso del yuan digital. Hasta ahora los gobiernos locales de China, en cooperación con empresas privadas, han distribuido más de 150 millones de yuanes digitales para incentivar el uso de la moneda digital para compras de bienes de consumo.

 

Sin embargo, el uso interno del yuan digital no es lo que realmente preocupa al Unipolarismo Globalista y Continentalista (estadounidense, británico, europeo, japonés, etc.) de Occidente. El Yuan digital podría convertirse en la alternativa internacional más “eficiente” o de mayor “viabilidad” para que las transacciones puedan realizarse o se realicen completamente por fuera del sistema de intercambios financieros –SWIFT–, dominado por los actores del poder financiero global unipolar. Para que se puedan realizar intercambios con los países que tienen lazos comerciales con China, que hoy por hoy son prácticamente todos, el sistema SWIFT quedaría obsoleto.

 

Existe, entonces, la amenaza concreta, el “peligro” real, que el mundo pueda “adoptar” cada vez más al yuan digital en sus transacciones comerciales. Por lo tanto, los poderes financieros Globalistas y el Continentalismo financiero unipolar norteamericano, perderían capacidad de subordinar, de vigilar y controlar el sistema financiero internacional, como lo ha hecho hasta ahora con la utilización del sistema SWIFT[6]. Esto no solo es una muestra de la pérdida de poder del Unipolarismo Financiero Globalista y Continentalista en sentido integral, sino que da muestras y es indicador de cómo va perdiendo poder y quedando en una posición cada vez más debilitada.

 

En síntesis, estamos observando cómo las oligarquías financieras unipolares anglo-norteamericanas –Occidente– van siendo desplazadas de las posiciones centrales de la economía mundial no solo en la esfera de la producción sino también en el ámbito de la circulación. Es más, en general pierden con ello también centralidad en el terreno del poder ideológico-cultural, observado por cómo su “discurso o relato” acerca de cómo es y debería ser el mundo. El Occidente Unipolar pierde gravitación en la formación de cosmovisiones, de relatos económico-culturales-estratégicos y con ello pierden poder en la práctica política tanto institucional como social en el mundo.

 

Los proyectos piloto de la Nación China, Pekín, para introducir su yuan digital, desde hace años luchan contra sistemas arraigados como Alipay y Tenpay. Pero sobre todo luchan contra la minería masiva de Bitcoin[7] en la región de Hong Kong, aun con influencia Globalista Británica. Es preciso saber que, hasta setiembre de 2017, China albergaba a los principales mineros de cripto-monedas del mundo, que juntos generaban más de dos tercios de toda la actividad a nivel global. Para introducir una criptomoneda bajo control del Estado, China ha comenzado desde setiembre de 2017 la cruzada nacional contra las cripto-divisas no controladas. Prohibió la famosa Oferta Inicial de Monedas (ICO) y el cierre de los intercambios locales. China procura controlar la “corrupción” que rodea a la minería de Bitcoins.

 

China es el país que tiene el mayor hashrate, que es un “índice de nivel de competencia de mejor minería de un bloque”[8]. El control de tanto poder de hash es un logro enorme, pero un control que se encuentra por fuera de la supervisión de las autoridades soberanas nacionales y, por lo tanto, un problema de seguridad nacional para todos, incluso para China.

 

Esta nación se encuentra en un momento donde necesita, puede y quiere recuperar una mayor soberanía estratégica sobre el flujo interno de divisas. Está además “cansada” de la desestabilización por “alta demanda de consumo” que esto produce sobre su red eléctrica subsidiada. Además, se plantea la necesidad de desarrollar un mayor control para cortar con la corrupción de funcionarios locales que se “benefician” de la relación que tienen con aquellos poderes que “ejercen” la minería de criptodivisas. Pero principalmente, porque el mundo se encuentra en un momento donde la soberanía sobre la moneda internacional o global de referencia se encuentra planteado ante la crisis del Petro-Dólar como moneda de reserva internacional.

 

China procura llevar y mantener la minería de bitcoin fuera de sus fronteras, aunque permite que la población posea monedas. A principios de 2021, muchos mineros de bitcoin en China vieron “llegar” la intervención del Gobierno para monitorear esta actividad que había crecido exponencialmente y, por ello, comenzaron a mudarse de China hacia otros países como Paraguay, con una supuesta sobrecapacidad en sus plantas hidroeléctricas, aunque ello implique afectar negativamente la disponibilidad de energía hidroeléctrica para atender la demanda de la población y la reindustrialización en áreas estratégicas de alto valor agregado, afectando la disponibilidad para un salto cualitativo en la industrialización de Argentina, Brasil, etc. A partir de ello, se puede observar como la participación de China en el poder de hash de bitcoin se ha reducido en poco tiempo de más de 66% al 50% del mercado.

 

Los efectos de la revolución que expresa e implica la “creación” y el lanzamiento del yuan-digital como moneda, por parte del Gobierno de China, se están sintiendo cada vez con mayor fuerza en la economía global. Ahora, con miras a la reunión del Grupo G20, el FMI y el Banco mundial abogan por el lanzamiento de monedas digitales respaldadas por los bancos centrales en Occidente. Desde la creación del bitcoin en 2009, las principales instituciones financieras del mundo y bancos centrales se han mostrado reacias a la adopción de las monedas digitales. Y no es para nada extraño: si bien las criptomonedas se han hecho famosas últimamente gracias a los especuladores, su objetivo fundamental es sustituir los intermediarios del sistema financiero internacional, es decir, los bancos comerciales e incluso a bancos centrales nacionales y con ello a estados nacionales.

 

La realidad es que, con el anunciado “Gran Reinicio de Davos 2021” se proyectaba la introducción de una cripto-moneda bajo control de los consorcios transnacionales globalistas –GAFAM-. Su introducción se realizaría en medio de un nuevo colapso financiero[9] que ellos mismos serían capaces de provocar, como ya observamos en marzo de 2020. No solo se han retrasado con la introducción de una criptomoneda, sino que fracasaron en la imposición de la moneda virtual-digital “Libra” bajo control de Facebook-Mark Zuckerberg. Tres meses después del lanzamiento de esta criptomoneda, en septiembre de 2019, el Banco Central Europeo alertaba que la moneda-digital Libra podía "amenazar" la política monetaria soberana de la Unión Europea e “impactar” sobre el control que ejercía el BCE sobre el Euro.

 

La Comisión Europea abrió una investigación para ver posibles comportamientos “anticompetitivos”, un eufemismo para referirse a una puja de poder de fondo, como es la lucha por imponer la moneda y las instituciones monetarias nacionales propias. Para, así, poder ejercer la soberanía sobre una moneda que media y organiza la economía en su conjunto. Empresas como Visa, Paypal o MasterCard luego, le dieron la espalda a la iniciativa. Al pasar el primer año, la ambición ya se había diluido y en lugar de ser una criptodivisa global, está ligada solamente a las monedas locales.

 

Al no disponer de una moneda digital, los actores del poder Unipolar Globalista, desde EEUU, Gran Bretaña y Hong Kong, se encuentran en la necesidad de un acuerdo con el Gobierno de Pekín-China, en torno al Bitcoin. El precio del bitcoin cayó hacia fines de junio de 2021 por debajo de los US$30.000, borrando todas las ganancias que había acumulado durante el año. Lo que significó una caída de más del 50% desde que su precio llegó al máximo histórico de US$64.800 en abril de 2021 y produjo un desplome de todo el mercado de las criptodivisas.

 

¿Por qué sucedió en este momento?

 

Nunca hay coincidencias en las pujas de poder mundial o en la geopolítica del poder mundial. Las “cosas pasan” cuando existen condiciones, intereses, “razones”, aunque esas “razones” no “salten” a la vista. La realidad concreta es que la China multipolar acaba de hacer un “acuerdo” con los “EEUU”. En los últimos diez días de junio de 2021, hubo mucho ruido sobre el anuncio acerca que China obligó a los mineros de Bitcoin a empacar y abandonar el país. Esta decisión desató una furiosa venta masiva de bitcoins, que significó una caída de más de 50% en su valor.

 

Al no tener un desarrollo propio de una criptodivisa, la administración norteamericana de Biden estaba interesada en un mayor uso del Bitcoin y por lo tanto le vendría bien una pronta baja del precio de esta criptomoneda. Entonces, no era difícil llegar a un acuerdo en este aspecto con el gobierno de Xi Jimping en China. Estados Unidos a cambio quería una mayor seguridad en torno a la producción de bitcoins, para poder beneficiar y fortalecer a las oligarquías financieras (Globalistas, Continentalistas y Localistas) a mantenerse relevantes y así aprovechar la demanda latente masiva de criptomonedas en general.

 

Los fondos financieros de pensiones, cuyos rendimientos “murieron de hambre” y ya no pueden aprovechar los mercados de bonos basura del fracking para obtener sus rendimientos obligatorios del 8%, debido a que Estados Unidos se vio obligado a cerrar la producción no rentable del fracking. Lo anterior, en parte importante como resultado del triunfo de Alemania-Rusia en imponer el Northstream-II como proveedor de gas natural a la UE. Entonces, EEUU se encontró ante el escenario donde Bitcoin podría llegar a ser la única solución no solo para salvar a los fondos de pensiones, sino a un problema real, concreto y aún más grande: ante una crisis financiera, poder introducir una operación de rescate sin que la Reserva Federal –Fed– o la Secretaría del Tesoro tengan que intervenir. Los grandes jugadores se encuentran en condiciones de acumular aún más si los precios del Bitcoin están a precios más bajos. Y si eso ayuda a mitigar algo de la tensión entre China y EEUU, el precio político a pagar realmente sería muy pequeño para Xi Jinping.

 

Los contratos a futuro de bitcoin se iniciaron el 17 de diciembre de 2017, en el Chicago Mercantile Exchange (CME)[10]. Con ello se abrió el camino para poder manipular los precios de las cripto-monedas. Las instituciones y los grandes jugadores lograrían acumular aún más a precios mucho más bajos en bitcoins. Aparece un nuevo juego especulativo de Bitcoin/Ethereum. Bitcoin sería para actores que apuestan a la baja (los llamados osos) y Etherum al alza (los toros). Ya vimos cuando en junio bitcoin perdió 50% de su valor, que el precio de ethereum más bien se disparó. Sabemos que los bonos y las acciones tradicionalmente tienen esta correlación inversa. La sabiduría convencional de los inversionistas institucionales era tener una combinación de cartera entre acciones y bonos, junto con una regla empírica de acciones vs bonos de 60/40 ajustada a su riesgo. Al caer las acciones en la bolsa de valores aumenta la demanda de los bonos y si las acciones se aprecian suelen venderse bonos yendo a la baja.

 

A primera vista pareciera que nos dirigimos a un mundo financiero en el que Bitcoin y Ethereum cumplirán los roles que tradicionalmente hacían los bonos y las acciones, pero, en otro juego, Bitcoin sin duda permite una transferencia de riqueza hacia las grandes corporaciones mediante el crédito a tasa cero de interés (o sea, compra de bonos o pagarés de costo cero). A su vez, hay otra transferencia de riqueza mediante la fuga de activos del sistema bancario tradicional a Ethereum. Estamos hablando en este caso de un mercado de derivados (sobre todo seguros contra la incapacidad de pago de deudas entabladas por las grandes corporaciones, etc.). En síntesis, Bitcoin se “comerá” el mercado de bonos que provendrá en gran parte de un mercado de bonos que esta vez será diez veces más grande. Mientras Ethereum como mercado de derivados va a demoler las instituciones financieras.

 

En realidad, este juego es la manifestación de la profundización del carácter improductivo y parasitario de la economía globalizada. En otras palabras, la oligarquía financiera transnacional unipolar, como clase dominante, objetivamente se vuelve cada vez más visiblemente obsoleta para la historia de la humanidad, por su papel cada vez más improductivo, especulativo y sobre todo parasitario a costa del ámbito de la economía real. Observados en relación con China y la Nueva Ruta Multipolar de la Seda, el Unipolarismo Globalista aparece cada vez más aislado en lo político y debilitado en lo económico, por ello difícilmente pueda recurrir a unas capacidades técnico militares cada vez más retrasadas. Es su propia ‘obsolescencia programada’. Aunque mantenga su arsenal nuclear, aunque en posición solo de amenaza en empate catastrófico.

 

El informe del FMI y Banco Mundial para el G20, octubre 2021, de hecho, está solicitando que “Occidente” no quede marginado por el proceso multipolar ya en marcha. El informe subraya que su enfoque principal es estudiar las implicaciones internacionales de la criptomoneda y que cada país decidirá los pros y contras de emitir su propia moneda digital o compartir la de su preferencia. Es probable que los principales países de la Unión Europea (con Alemania en primera línea) vayan a optar por relacionarse con el Yuan digital y el mundo multipolar. China y el proyecto multipolar saldrán vencedores en el G20, pero seguramente tenderán la mano a EEUU para que no se aísle, ni se hunda.

 

La “caída” del dólar de su status de moneda internacional de referencia se anunció en junio de 2021, un bombazo. El sonido se percibió hasta en América Latina. Vemos a El Salvador, país dolarizado desde hace años, como la primera nación del mundo aprobando una ley que convertiría al Bitcoin en moneda de curso legal irrestricto. El presidente, sin embargo, explicitó para qué servirá el Bitcoin y para qué no: 1- Que los precios se fijarán en dólares debido a las oscilaciones en el precio del bitcoin. Entonces no cumple la función de unidad de cuenta. 2- Que los salarios y pensiones solo se pagarán en dólares y que nadie está obligado a aceptar el bitcoin. La moneda digital entonces no cumplirá a cabalidad la función de medio de pago. 3- Que las reservas bancarias no necesariamente se convertirán en Bitcoin y, por lo tanto, tampoco serán realmente reserva de valor. Sin anunciarlo explícitamente, sí servirá para que tanto extranjeros como nacionales puedan lavar dinero con mayor seguridad. Bolivia, de repente, presenta en esta coyuntura una ley que bloquea las ventas y exportaciones de los lingotes de oro que produce el país. Ambos actos manifiestan que la desconfianza en el dólar como moneda de reserva internacional ha llegado a un nivel crítico.

 

Con todo esto que observamos, podemos esperar un proceso de desdolarización que se acelerará a partir de julio de 2021. Que conllevaría a una consolidación de posicionamientos en el mundo, particularmente entre aquellos que pueden optar por el mundo multipolar y salir del dólar, y aquellos que están posicionados en el marco del Globalismo Unipolar. Estos últimos sostendrán posiciones que muestran que no están preparados o “permitidos” aun para el fin del estado de reserva del USD, pagando probablemente mayores costos.

 

En este contexto también será importante observar a aquellos actores Unipolares Continentalistas como: Texas-Florida enfrentados al Globalismo Unipolar en Nueva York y California que pueden revelar en 2022 una avanzada hacia la desintegración política cuando haya otra vez elecciones en EEUU en 2022. Los Estados republicanos (rojos) estadounidenses son probablemente las regiones que resisten, a capa y espada, la agenda del “New Reset” Globalista expuesta en Davos 2021, por Bill Gates y K. Schwab. Si va a comenzar una rebelión contra los globalistas, comenzará aquí.

 

Una mentalidad secesionista histórica ha ido ganando terreno nuevamente tras las elecciones presidenciales de 2016 y 2020, que mostraron que la Unión de Estados está más dividida política y estratégicamente que nunca. Una encuesta (de YouGov y Bright Line Watch de 2.750 estadounidenses) recientemente publicada encontró que dos tercios (66 por ciento) de los republicanos que viven en los estados del sur, incluidos Texas y Florida, aprobarían separarse de Estados Unidos para unirse a una unión de estados del sur. Ese número es superior al 50 por ciento de una encuesta similar realizada a principios de este año.

 

En el mismo contexto, se enfrenta el Continentalismo del Reino Unido al Globalismo unipolar de la City de Londres, que ha perdido mucha de su importancia a partir del Brexit. Están también los países simpatizantes del multipolarismo en la Unión Europea (Alemania-Francia-Italia) enfrentado cada vez más expresamente al globalismo que aun reina en Cities Financieras de Paris-Ámsterdam-Milán-etc. Estas tensiones y confrontaciones ganarán en intensidad de aquí a octubre de 2021, cuando en el G20 el Unipolarismo Globalista se mostrará claramente a la defensiva ante el multipolarismo en marcha y cada vez más en voz alta.

 

A modo de conclusiones

 

La III-GM (Tercera Guerra Mundial) no escaló, en los modos técnicos militares extendiéndose territorialmente, porque fue contenida por las acciones de los actores multipolares dentro de los límites de la estrategia multipolar en la región del Oriente Medio (Siria-Irán-Líbano-Irak-Israel-Egipto-Libia). Para los derrotados el Globalismo Unipolar principalmente– ha llegado el momento de ‎reconocerlo y de pagar por los daños humanos y materiales que provocaron con ‎sus actos de todo tipo y magnitud.

 

Pero, se vuelve a repetir una situación clave, nuevamente los actores determinantes en los Estados Unidos lograron que la guerra técnico-militar, en sus distintas formas y modalidades, no se desarrolle en territorio propio sino en el territorio de naciones y pueblos que pretende conquistar, controlar y utilizar como medios para otros fines. La OTAN, controlada por los actores unipolares globalistas, fue y es el instrumento militar para coordinar estos objetivos y fines. Tampoco ‎sufrieron en carne propia las consecuencias de batallas en las que participaron ‎fundamentalmente a través de “intermediarios” –las empresas financieras contratistas transnacionales de «yihadistas» mercenarios de todo el mundo– cuyo único compromiso es con el “dios dinero”.

 

Este imperio como sucedió antes con el Imperio Romano– pone de manifiesto su proceso de desintegración, caída o perestroika, primero en su periferia, donde actúa a través de fuerzas mercenarias, a las que financia y pertrecha de los distintos instrumentos y capacidades. Cuando las derrotas son más numerosas que los triunfos y los gastos de la guerra aumentan al tiempo que los beneficios se reducen, estos son los grandes indicadores como preludio de su “Caída”, de la misma manera como el imperio Romano se desintegro también en su tiempo. Con las derrotas una clase dominante se torna económica, política y militarmente obsoleta y esto pasa también con los viejos intereses financieros en EE.UU.

 

El encuentro en Ginebra del 16 de junio ‎de 2021, entre Joe Biden y Vladimir Putin, se organizó para poner fin a las hostilidades. El presidente Biden reconoció en este contexto que Estados Unidos debería suspender la doctrina de guerra sin fin‎ de 2001 de Rumsfeld. Reconociendo que han sido derrotados en la guerra, específicamente en el Gran Medio Oriente y, por lo tanto, que no pudieron llevar la misma a los territorios estratégicos del multipolarismo, Rusia-China-India.

 

El presidente de Rusia, Vladimir ‎Putin, dejó en claro que los intereses unipolares globalistas en EEUU, y en las potencias de Europa ‎occidental, están obligadas a pagar los gastos producidos por la “destrucción”. Mientras que China, se confirma en su ‎estatus de socio de Rusia. Putin dejó en claro a Biden –los intereses globalistas– las líneas rojas que no debería cruzar: 1) Prohibición de incorporar Ucrania a la OTAN y de desplegar armas nucleares en ‎suelo ucraniano; 2) prohibición de inmiscuirse en Bielorrusia; 3) prohibición de intervenir en la política interna de Rusia.

 

Putin debe haber dejado claro también que las sanciones económicas son las que motivaron su política desdolarización que contempla la introducción del “CryptoRuble”, el que está a un paso de ser realidad. Este hecho dejaría sin efecto la “amenaza” de bloqueo a los intercambios bancarios entre Rusia y otros países (sistema SWIFT). El Banco Central de Rusia lleva cuatro años trabajando en una cripto-moneda plurinacional conjunta para los países BRICS-UEE (Unión Económica Euroasiática). Esta cripto-moneda plurinacional podría ser utilizada por más del 41 por ciento de la población mundial creando una realidad y sistema alternativo el SWIFT.

 

En este punto, el Banco Popular de China avanzó un paso más. La cripto-moneda emitida por el Banco Central de China constituiría una moneda controlada exclusivamente por la autoridad monetaria de ese país como medio de intercambio en la nueva Ruta de la Seda y reemplazaría nada más y nada menos que al petro-dólar. Reforzando, de este modo, su propuesta de nuevo sistema monetario internacional basado en el petro-yuan-oro. Con ello la clase dominante del unipolarismo globalista ha de reconocer la existencia en condiciones no subordinadas de otros polos, un contundente paso hacia un mundo multipolar. 

 

Ante la imposibilidad de detener el desarrollo de las criptomonedas, particularmente en China y Rusia, el Unipolarismo globalista está aún sin poder resolver esta encrucijada en que se encuentra, incluso perdiendo este tren que podría pasarlo por encima. Objetivamente, ya casi no le queda otra opción que asociarse al proyecto multipolar. Está muy claro para Occidente que Rusia, y sobre todo China, ya se adelantaron en materia de criptomonedas y con ello del muevo sistema monetario mundial. El informe del FMI y Banco Mundial para el G20, en octubre 2021, de hecho, está solicitando que “Occidente” no quede marginado del proceso multipolar ya en marcha.

 

En este marco, es probable que los principales países de la Unión Europea (con Alemania en primera línea) opten por relacionarse con el Yuan digital y el mundo multipolar. Con ello, China y el proyecto multipolar saldrán fortalecidos en su vía multipolar y como vencedores del G20. Pero, seguramente, con su enfoque multipolar deberán tender la mano a EEUU para que no dejar aislado, ni se hunda y para que no quede “ni aislado ni acorralado” para que no pueda “cometer el error” de recurrir a un conflicto militar, que implicaría el escenario nuclear catastrófico.

 

La realidad es que, con el anunciado “Gran Reinicio de Davos 2021” se proyectaba la introducción de una cripto-moneda bajo control de los consorcios transnacionales globalistas –GAFAM–. No solo se han retrasado en la introducción de una criptomoneda, sino que fracasaron en la imposición de la moneda virtual-digital “Libra” bajo control de Facebook-Mark Zuckerberg.

 

En realidad, este juego es la manifestación de la profundización del carácter improductivo de la economía unipolar globalizada frente una economía multipolar conectada con la economía real y productiva. En otras palabras, la oligarquía financiera transnacional unipolar, como clase dominante, objetivamente se vuelve cada vez más visiblemente obsoleta para la historia de la humanidad. En primer lugar, por su papel cada vez más improductivo, especulativo y sobre todo parasitario en el ámbito de la economía real, con el impacto que se manifiesta en su cada vez más retrasado complejo técnico-militar. Todo ello, se manifiesta también en lo político, en incapacidad de continuar influyendo decisivamente en la política internacional y la profundización de la crisis política que se manifiesta en la profundidad de las pujas entre fracciones oligárquicas financieras con los emergentes escenarios de secesión, y también en la profundidad que asume la crisis sociopolítica en el pueblo norteamericano.

 

En junio de 2021 se anunció, como con un bombazo, que el proyecto Globalista Unipolar no tiene criptomoneda propia a la vista para presentar en octubre. Con ello, se anunció la “caída” del dólar desde su status de moneda internacional de referencia. En un acuerdo entre China y EEUU, el bitcoin perdió más de la mitad de su ´valor´. En esta coyuntura, las grandes corporaciones globalistas como Amazon y Tesla recurren al Bitcoin, moneda sin ningún respaldo ni control de banco central alguno. La mera decisión de aceptar bitcoin, dispara su cotización para arriba y toda amenaza de prescindir de la misma, a su caída. Se intensifica con ello la especulación, manipulación y, por ende, una concentración aún más escandalosa de la riqueza, mediante formas totalmente parasitarias y muy nocivas para la sociedad como un todo. La obsolescencia programada del unipolarismo unipolar ya está a la vista. Estamos ante el grito del Sujeto-Mundo por otra forma de vivir, por otra civilización, por una civilización de civilizaciones, multipolar.

 

Con todo esto, podemos esperar a partir de julio-septiembre de 2021 un proceso de desdolarización aún más acelerado. Un proceso que conllevaría a una consolidación de los posicionamientos del multipolarismo como proyecto productivo en el mundo. Todo esto plantearía que los países se dividirán, entre aquellos que pueden optar por el mundo multipolar y salir del dólar, los cuales serán cada vez más. Y aquellos que no pueden, aunque quisieran, una elite minoritaria, que están posicionados y anclados en el marco del Globalismo Unipolar. 

 

Por ello, también será importante observar a aquellos actores Unipolares Continentalistas como Texas-Florida enfrentados al Globalismo Unipolar en Nueva York y California; el Continentalismo del Reino Unido enfrentado al Globalismo unipolar en Londres; el de la Unión Europea (Alemania-Francia-Italia) enfrentado al globalismo en Paris-Ámsterdam-Milán-etc.). Porque las tensiones y confrontaciones ganarán en intensidad debido a que su contradicción principal está en su lucha contra el Unipolarismo Globalista. Cada vez más debilitado en cada City Financiera de la red global, en cada Nación, en cada Continentalismo o Bloque Regional Plurinacional.

 

Observamos el proceso de desarrollo de la obsolescencia progresiva de una clase dominante improductiva del mismo modo como en la historia fue el caso en el feudalismo cuando, con la introducción de la renta en dinero, los señores feudales quedaron por fuera del proceso productivo por completo. Si el proceso de obsolescencia o caída de la clase dominante en el imperio romano llevo siglos, mientras en el feudalismo fue un proceso mucho más corto y en tiempos más recientes la desintegración de la Unión Soviética fue un proceso solo de décadas. Lo mismo se puede esperar hoy con la Perestroika o caída de los Estados Unidos de Norteamérica.

 

Es la posición rentista, que se produce con la subordinación del ámbito productivo al financiero, improductivo y parasitario, lo que torna a las clases dominantes y, por lo tanto, a la capitalista financiera (a las grandes corporaciones globalistas –GAFAM– y los megabancos financieros –City, MSBC, etc. – sobre todo) hoy como clase dominante objetivamente obsoleta. Su papel ya obstruye la acumulación de capacidades sociales de producción, capital en este caso, en el ámbito productivo y su enriquecimiento crece de forma y modo parasitario a costa de las grandes mayorías sociales productoras. Por ello queda cada vez más encerrada en una crisis político social nacional, aislada en lo político internacional, desacreditada en hegemónico-cultural, debilitada en lo técnico militar y pierde espacios de poder ante un nuevo proyecto económico productivo y multipolar que se torna cada vez más dominante en lo económico y hegemónico en lo ideológico-cultural. Vivimos el grito del Mundo por otro modo de vivir, por el Buen Vivir, por otra Civilización de Civilizaciones, Multipolar.

 

Una muestra del estado de situación se da en julio de 2021. Donde la reunión diplomática, entre la subsecretaria de Estado estadounidense Sherman y China del 26 de julio, fue tan dura, tensa y compleja como la anterior de marzo de 2021 en Alaska. China respondió, ante la "diplomacia coercitiva" de Estados Unidos, entregando dos listas de demandas para que sean aceptadas para que puedan restablecerse las relaciones.

 

Planteando: Primero, que Estados Unidos no desafiará a China. Segundo, que no habrá sanciones o aranceles. Tercero, que no se afectaran sus derechos en Hong Kong, Xinjiang, Tíbet y Taiwán. Y, si no aceptaran estos puntos, lo que seguiría serian medidas aún más duras. Entendiendo que, de aceptarlo, implicaría reconocer los derechos de la nación China, en clave multipolar. Esto significaría, reconocer la victoria del Multipolarismo, por lo tanto, la derrota del Unipolarismo Financiero Global. Pero, nos preguntamos, también lo sería del ¿Unipolarismo Continental Norteamericano, británico, japonés y de la UE?

 

El mismo día de la cumbre hubo una venta masiva de acciones en la bolsa de valores de Hong Kong, con réplicas en todo el mundo. La misma fue impulsada por la intervención estatal China en el ámbito del uso de la tecnología en materia de educación[11], después de otras en la esfera de la tecnología financiera y de hecho en el uso de la tecnología en general. Estas intervenciones del gobierno nacional de China son la manifestación de su decisión de poner límite a la producción para un estilo de vida occidental, contra la exuberancia y para reorientarla estructuralmente a que se reduzcan las brechas sociales al interior de China. La medida resultó ser como un shock para Occidente (Estados Unidos en particular) donde las bolsas se desplomaron, pero al mismo tiempo es la señal que China avanza hacia una nueva civilización de civilizaciones para darle continuidad no lineal a la historia de la Humanidad.

 

Que, también, significa que se sepa que no hay ni habrá ningún “Fin de la Historia” de la Humanidad, como alguna vez planteó el capitalismo tecnócrata financiero global a principios de la década de 1990[12], en la última década del siglo XX, cuando estaba sucediendo la Perestroika Soviética por acción del capitalismo unipolar financiero, Continentalismos y Globalismo, que había construido un término de unidad provisoria, táctica, que se plasmó como el Consenso de Washington.

 

 

Bibliografía Consultada

 

Walter Formento - Wim Dierckxsens, Tercera guerra mundial y oligarquía financiera globalista, 01/07/2021

 

Wim Dierckxsens - Walter Formento, 2021: Año del Final de la Era del Dólar, 02/06/2021

 

Wim Dierckxsens - Walter Formento, El proyecto multipolar por una nueva civilización, 15/03/2021.

 

Wim Dierckxsens - Walter Formento, ¿Hacia una Nueva Civilización Multipolar?, 02/03/2021

 

Wim Dierckxsens - Walter Formento, Fascismo Siglo-XXI o nueva civilización pos-capitalista, 27/10/2020

 

Tom Luongo, Bitcoin's Homegrown Hash: Did China Just Make A Deal With The US? Gold, Goats and Guns blog, 26 de junio de 2021

 

Thierry Meyssan, La formación de un nuevo orden mundial, segunda parte; Encuentro Biden-Putin, más parecido a ‎un Yalta II que a la capitulación ‎de Berlín, Red Voltaire 22 de junio de 2021

 

Edgar Espinoza, ¿Occidente seguirá el ejemplo de China? El FMI y el Banco Mundial abogan por las monedas digitales, https://mundo,sputniknewa, 9 de julio de 2021

 

Russia Today, China bloquea Binance, la mayor criptobolsa del mundo, https://actualidad.rt.com/actualidad/397382-china-bloquea-binance, 9 de julio de 2021

 

Allan Stein, Secessionist, Border Realignment Movements Gaining Traction in US, The Epoch Times, 20 de julio de 2021

 

 

[1] Es importante recordar que la “Guerra” comienza mucho antes que esta adquiera los modos y formas técnico militares que son la forma y momento con lo cual asociamos directamente el concepto de Guerra. El momento estratégico militar o político militar es el concepto más general que permite observar el conflicto y la puja de poderes económico-político estratégico antes que este asuma sus modos técnico militares.

[2] Tercera guerra mundial y Oligarquía Financiera Globalista, Walter Formento, Wim Dierckxsens, 01/07/2021 https://www.alainet.org/es/articulo/212894

[3] Ley originada en el marco de la acción llamada “la caída de las torres gemelas” en la City financiera de Nueva York en septiembre de 2001. Donde fueron dinamitadas tres torres importantes en la llamada City Financiera de Nueva York. En el marco del enfrentamiento entre la Oligarquía financiera continentalista norteamericana –Texas, Florida- y la Oligarquía financiera Globalista – Nueva York, California-. https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana-cm/libro_detalle.php?id_libro=1685&pageNum_ rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1428&orden=novedad

[4] La superioridad militar británica –en armamento y en tecnología bélica– y los errores estratégicos chinos facilitaron la derrota china y en 1842 sus tropas entraban en la ciudad de Nankín, hecho que ponía fin al conflicto. Esta derrota se plasmó diplomáticamente en el Tratado de Nankín, que obligaba a China a asumir el “libre comercio” de opio y a ceder Hong-Kong a Inglaterra durante 150 años. El comercio exterior incluido el opio podría llegar a China a través de cinco puertos, de los cuales el de Cantón era el más importante. Con este acuerdo el imperio chino se abría obligatoriamente a la influencia extranjera, señalando no sólo una inflexión histórica fundamental sino también la aceleración de la grave crisis interna que venía padeciendo desde principios de siglo. Además, la fácil victoria británica atrajo en interés de otras potencias hacia China. https://miradahistorica.net/2020/08/19/las-guerras-del-opio/

[5] 2021: Año del Final de la Era del Dólar. Son precisamente las sanciones de EEUU contra Rusia, las que han acelerado al Multipolarismo en los años posteriores a 2014, hasta 2020. Wim Dierckxsens, Walter Formento, 02/06/2021, https://www.alainet.org/es/articulo/212486

[6] SWIFT (del inglés: Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunication, es decir, Sociedad para las Comunicaciones Interbancarias y Financieras Mundiales) es una organización que tiene a cargo una red internacional de comunicaciones financieras entre bancos y otras entidades financieras. SWIFT se fundó en Bruselas, Bélgica, en 1973, bajo el liderazgo de su primer director general, Carl Reuterskiöld (1973-1983), y el respaldo de 239 bancos en 15 países. Ayudó a establecer un estándar en común para las transacciones financieras, así como un sistema de procesamiento de datos compartidos y una red de telecomunicaciones a nivel mundial. Los procedimientos de operación fundamentales, reglas para definir responsabilidades, etc., fueron establecidos en 1975 y el primer mensaje SWIFT se envió en 1977. https://es.wikipedia.org/wiki/Society_for_Worldwide_Interbank_Financial_Telecommunication

[7] El Bitcoin en la geopolítica, Por: Wim Dierckxsens, Walter Formento, 30/03/2018, https://www.aporrea.org/economia/a261189.html ; Capitalismo de Inteligencia Artificial vs Nueva formación social poscapitalista, Wim Dierckxsens, Walter Formento, http://www.iade.org.ar/noticias/ capitalismo-de-inteligencia-artificial-vs-nueva-formacion-social-poscapitalista

[8] Solo para tener una referencia: Calculadora de minería (de Bitcoin), verifique qué minar en el momento con una réplica de nuestro algoritmo de cambio de ganancias. https://minerstat.com/mining-calculator?lang=es

[9] Fascismo Siglo-XXI o nueva civilización pos-capitalista, Wim Dierckxsens, Walter Formento, 27/10/2020, https://www.alainet.org/es/articulo/209510

[11] Cuando el río suena, agua lleva, jueves, 5 de agosto de 2021, http://elterritoriodellince.blogspot.com/

[12] Tercera guerra mundial y oligarquía financiera globalista, Walter Formento, Wim Dierckxsens, 01/07/2021, https://www.alainet.org/es/articulo/212894

https://www.alainet.org/de/node/213425
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