Resultados de la elección de la Convención Constitucional

Lo partidos del Pacto del Apruebo dejaron de ser los actores claves del sistema político: los resultados expresan tanto la movilización del 18 de octubre como el castigo a la casta política.

18/05/2021
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Análisis
1603646824_chile-decide-en-las-urnas-el-futuro-de-la-constitucion-780x470.jpg
-A +A

Los resultados oficiales de las elecciones de la Convención Constitucional, de gobernadores, de alcaldes y concejos municipales, establecieron una nueva relación de fuerzas políticas que refleja el contexto creado por el estallido social iniciado el 18 de octubre de 2019.

 
Los resultados de la Convención Constitucional abren curso a que sean atendidas las exigencias populares porque integran en la esfera política, sin mediación, a los actores sociales que exigen el fin de las políticas neoliberales de los últimos treinta y un años y el fin del sistema político que consagró la ruptura entre clase política y ciudadanía.
 

La clase política no consiguió canalizar el descontento y volver a imponer un nuevo consenso que mantuviera el sistema político. Los resultados desmintieron el discurso público de la clase política y los medios oficiales de comunicación, que justificaban la intransigencia represiva del gobierno derechista de Sebastián Piñera y hasta las violaciones de derechos humanos, por la anomia violenta del actor social en las calles.

 

Los datos factuales del Servel, indican que se mantuvo el universo de votantes. Siguen funcionando los problemas de participación electoral propios de democracia restringida chilena. Por otro, que el nuevo alineamiento de fuerzas preludia la transformación del contexto político chileno.


Para la Convención Constitucional, se elegían 138 miembros generales y 17 escaños reservados para los pueblos originarios. Ello completa el total de 155 miembros, exactamente como la Cámara de diputados, cuyas reglas normaron la elección de la Convención Constitucional.


El primer dato, es que se desplomó el voto de derecha con apenas al 20,56%. Con 37 escaños la derecha unida está lejos de los 52 escaños que necesita para vetar los cambios constitucionales. La impopularidad del gobierno de Sebastián Piñera arrastró una derrota histórica de la derecha en su conjunto.


El segundo, es que los electores también castigaron a los partidarios a la base del pacto de 1989 que estableció el sistema político de estos últimos treinta años. Es así como la Lista del Apruebo, que aglutinaba la ex concertación, también se desplomó al 14,46%. Sus tergiversaciones la unieron en la percepción ciudadana a la clase política cuestionada por el estallido social iniciado el 18 de octubre de 2021. Aunque ello afectó en menor medida al Partido Socialista, el mensaje de la ciudadanía no deja lugar a dudas.


El tercero, es que salieron fortalecidas las fuerzas políticas con mayor sintonía con el estallido social en la Lista Apruebo Dignidad. Ellas superaron, con 18,74%, a las fuerzas de la ex concertación. Ellas incluyen al Partido Comunista en Alianza con parte del anterior Frente Amplio  e independientes ligados al movimiento social.

 

Finalmente, y lo más importante, es que el cúmulo de referentes de independientes tradujo institucionalmente en la Convención Constitucional el mensaje del estallido, en línea directa con la votación del Plebiscito el 25 de octubre de 2020. Los independientes fuera de partidos, obtuvieron la mayor votación: 48 escaños y 46,24% de los votos.


Están directamente ligados, con mayor o menor profundidad, a las reivindicación del estallido social: fin de políticas públicas neoliberales y de una Nueva Constitución de un Chile plurinacional. Son nuevos referentes sociales y políticos que expresan el deseo de la sociedad de transformarse en estado.


Aunque la caza a los independientes marcará los próximos meses, el anuncio de estructuración de tres bloques políticos, terminó el ciclo del sistema político actual de dos bloques.
En el contexto creado por las elecciones del 15 y 16 de mayo, nada parece impedir la adopción de una Nueva Constitución que libere la democracia chilena de las trabas impuestas por el modelo neoliberal y la tutela oligárquica en 1990.
 

Las elecciones a la Convención Constitucional ya influyeron en las elecciones de gobernadores, de alcaldes y de concejos municipales. Ellas marcarán también, dramáticamente, los alineamientos de fuerza con vistas las elecciones de presidente, Congreso y consejeros regionales del 23 de noviembre próximo.


Veamos en mayor detalle los datos de estas aseveraciones.


Los Independientes encarnan el estallido social: nuevo contexto

 

Las diversas listas de independientes, no ligados a partidos políticos, eligieron 48 de los 138 escaños generales, obteniendo el 46,24% de los votos. A ellos se agregan los 17 escaños de independientes que representan los pueblos originarios. El mecanismo de la paridad resultó en que se eligieron 81 mujeres y 74 hombres en la Convención Constitucional. Finalmente fueron las mujeres que integraron a los hombres en sus listas.


La gran mayoría de ellos son progresistas, porque la derecha optó por su lista única. Entre ellos destaca la Lista del Pueblo, grupo nacido al alero del estallido social. Esta lista encabeza a los independientes con 22 escaños: más escaños que cualquier partido político. Los 11 escaños de las listas de Independientes por una nueva Constitución. Además, unos 30 escaños de otras diversas expresiones de independientes de todo tipo, desde los movimientos sociales autónomos hasta la Asamblea Popular por la Dignidad pasando por los independientes del Bío-Bío por una Nueva Constitución.


Los resultados de la Convención Constitucional reflejan la emergencia de un nuevo referente político progresista. Esos resultados son coherentes con el estallido social de octubre de 2019. Traducen un retorno del actor social que embiste la política. Aunque desdibujado por los efectos de la crisis sanitaria, salta a la arena política para que se implementen demandas múltiples y profundas transformaciones, que no tienen canales políticos de expresión en el actual sistema político.
 

Los resultados fueron un desmentido del control del discurso público por la clase política y los medios de comunicación. Los independientes de listas lejanas a los partidos políticos reflejan no sólo el descontento con el sistema político, sino que encarnan la necesidad de una nueva institucionalidad.
 

Aunque la caza a los independientes marcará la acción inmediata de los partidos políticos tradicionales, la masividad de los independientes en la Convención, les constituye en un bloque a la altura de los partidos políticos. Ello inclina el contexto hacia la necesidad de una Nueva Constitución progresista.

 

La victoria de las listas independientes, es un dato fundamental del retorno del actor social en la política, de la urgencia en obtener los cambios constitucionales para responder a las demandas sociales y terminar con el sistema político de separación entre ciudadanía y sociedad instalado en 1990. Aunque la Lista Apruebo Dignidad intenta representar esos sectores, y aumenta su presencia y definición en la elección a la Convención Constitucional, ella no encarna todas esas representaciones. El discurso anti sistema encuentra una canalización propia, que no va hacia partidos tradicionales.

 

Creemos que el estallido social del 18 de octubre de 2019 revivió el tradicional conflicto entre las elites y el “pueblo”, lo “popular”. Un conflicto que ha marcado violentamente la historia política chilena que en la Convención Constitucional, por la nueva relación de fuerzas, puede por primera vez encontrar canales de expresión política.

Resultados en los cupos reservados a independientes de pueblos originarios

 

De los 155 escaños de la convención constitucional, 17 cupos fueron reservados para los diez pueblos originarios en 17 de los 28 distritos del país. Los distritos y el padrón fueron elaborados por el Servel a partir del censo de 2017. Se trató de una quinta papeleta. Entre ellos, se votaba por representantes de pueblos originarios: seis (6) en tantos distritos de la región metropolitana; por dos (2) de la región del Bío-Bío; por dos (2) de la región de Los Lagos; en uno (1) del distrito tres (Antofagasta); también uno (1) en Atacama (distrito cuatro); y uno (1) entre los ocho (8) cupos del distrito seis (6) en Valparaíso; finalmente uno (1) en la Región de los Ríos (distrito 24).


Los resultados confirman el lazo entre la simbología del estallido, cuando la bandera Mapuche y el reconocimiento de los pueblos originarios marcó las movilizaciones en todo Chile. En cuestión está el reconocimiento en la Nueva Constitución del carácter plurinacional del territorio chileno.

 
De 39 candidatos para los siete cupos reservados para el pueblo Mapuche aparece claramente que los elegidos buscan que la Nueva Constitución defienda los derechos humanos y territoriales del pueblo Mapuche. Entre otros, se eligió la machi Francisca Linconao. Ella obtuvo la primera mayoría con 7,15%. Ella fue depositaria de la primera aplicación del Convenio 169 de la OIT que obligó al respeto de los derechos de los pueblos originarios respecto del agua.


También se eligió a Natividad Llanquileo, abogada y defensora de derechos humanos, portavoz de los presos políticos Mapuche en 2010. Elisa Loncón, activista de los derechos educativos y lingüísticos de los pueblos indígenas. La abogada Rosa Catrileo, originaria de la comunidad Ayllan Marillán, quien propone un estado plurinacional. Así como el docente Victorino Antilef de la comuna de Lanco. 


Los Aimaras eligieron a Luis Jiménez e Isabela Mamani.  Los Changos eligieron a Francisco Tirado. El pueblo Rapa Nui eligió a Tiara Aguilera Los Diaguitas a María Gabriela Calderón, Los Quechuas a Wilfredo Bacián. Los Colla a Rafael Díaz. Los Kawashkar a Margarita Vargas y los Yaganes a Lidia González Calderón.

 
Los resultados de la votación de representantes de los pueblos originarios a la Convención Constitucional, confirma el lazo entre el estallido social y las banderas por el reconocimiento del carácter plurinacional del territorio chileno y la necesidad de incorporar en la Carta Magna el respeto de los derechos inalienables de los pueblos originarios de manera de fortalecer la convivencia nacional de acuerdo al derecho internacional.


La arremetida de la izquierda: Lista Apruebo Dignidad.


La prueba de que la elección de la Convención Constitucional es coherente con el surgimiento del actor social y el fin del sistema político instalado en 1990, la da no sólo por la caída de votación de la derecha, las victorias de listas de independientes y la caída de la los partidos de la ex concertación. También se verifica en parte en los resultados de la Lista Apruebo Dignidad.

 

En efecto, ella superó a su concurrente Lista del Apruebo con el 18,74% de los votos obteniendo 28 escaños en la Convención Constitucional. Las formaciones del Frente Amplio, depuradas de fuerzas centristas, aparecen liderando el sector: Revolución Democrática obtuvo 9 escaños (5,99%); Convergencia Social obtuvo seis escaños (3,23%); la Federación Regionalista Verde Social obtuvo 4 escaños (1,74%), Los Comunes y el Partido Igualdad, obtuvieron un escaño cada uno.


Aunque el Partido Comunista mantuvo su votación tradicional en torno al 5%, obtiene siete (7) escaños y se traduce en una alianza entre la izquierda tradicional y la nueva izquierda ligada a las reivindicaciones del estallido social.


Se trata de un bloque heteróclito que acumula tendencias a la izquierda de la ex Nueva Mayoría y la nueva izquierda frenteamplista. Contiene independientes ligados a las reivindicaciones del movimiento social del estallido del 18 de octubre de 2019. Las propuestas constitucionales aún no están claramente definidas. Algunos sectores reivindican desde hace décadas formar una Asamblea Constituyente. Ahora se adapta, con críticas, a la fórmula de Convención Constitucional. También agrega la necesidad de respuesta a las reivindicaciones claves del estallido social del 18 de octubre.

 

Los resultados se tradujeron también en las elecciones de Alcaldes y gobernadores. La victoria de la candidata del PC, Irací Hassler, contra la de Alessandri en la importante comuna de Santiago fue una sorpresa que remeció a la derecha. El buen desempeño de Karina Oliva, candidata del Frente Amplio (Comunes), que pasa la segunda vuelta, contra el democratacristiano Claudio Orrego por la gobernación de la Región Metropolitana, dejó totalmente fuera a la candidata de la derecha Catalina Parot.

 

Destaca además la victoria del candidato del Frente Amplio Rodrigo Mundaca como gobernador electo por Valparaíso. Era el conocido vocero nacional del Movimiento de Defensa del Agua, la Tierra y la Protección del Medio Ambiente (Modatima).


Los resultados favorecen las posibilidades de la candidatura de Daniel Jadue, alcalde de Recoleta y carta del PC para las elecciones presidenciales. Una candidatura con sorprendente posibilidad de triunfo, dependiendo de la reunificación de las fuerzas tradicionales de izquierda con los nuevos referentes surgidos de la movilización social o los surgidos con el estallido social.
 

Lo cierto es que la izquierda política está de regreso. ¿Conseguirá aglutinar un nuevo proyecto político de izquierda para Chile?
 

Terremoto electoral de la derecha política

 

Entre los escaños generales, la derechista coalición del conjunto de la derecha Vamos por Chile apenas obtuvo el 20,56% de los votos eligiendo sólo 37 miembros de la Convención Constitucional. Muy por debajo de los resultados equivalentes en las elecciones de diputados en 2017.

 

La derecha unida fracasó en reunir un tercio de los miembros de la Convención. Está muy lejos de los 52 escaños necesarios para vetar los cambios constitucionales. No podrá imponer el veto que le otorgaba la ley 21.200, que obligaba a un quórum de 2/3 para adoptar los artículos o el conjunto de la Nueva Constitución.

 

El extremista Partido Republicano no obtuvo ningún representante en la Convención Constitucional. Pese a beneficiarse del sistema d’Hondt, la Unión Demócrata Independiente (UDI), obtuvo apenas 17 escaños (7,23%). Renovación Nacional obtuvo 15 escaños (7,03%). Mientras tanto Evópoli apenas obtuvo 5 escaños con 4,46%. Se confirmó el temor de algunos Think Tanks de la derecha de que perderían el tercio que les permitiría vetar cambios constitucionales.


Fue un verdadero terremoto electoral para la derecha. Todo indica que los resultados cuestionan que la derecha pueda mantener aspectos claves de la Constitución y del sistema político.
El impacto en las elecciones municipales fue que la derecha perdió alcaldías claves como Santiago, donde el actual alcalde, Felipe Alessandri, perdió la alcaldía contra Irací Hassler del partido Comunista. También perdió Viña del mar, Valparaíso, Ñuñoa, Maipú, Temuco, padre Las Casas y Valdivia.
 

Se puede constatar que el derechista presidente Sebastián Piñera arrastró en su caída al conjunto de la derecha. Ante la intransigencia represiva del gobierno de Sebastián Piñera contra el estallido social, los 9 meses que le quedan de presidencia serán caóticos.
 

Las posibilidades de agudización de la represión, de la militarización de la Araucanía, de estrategias populistas serán la tónica de un contexto marcado por la transformación del sistema político. La importancia que asume la petición de juicio en la Corte Penal Internacional por crímenes de lesa humanidad es enorme para cerrar el capítulo. Se trata de una demanda del ex juez español Baltasar Garzón, conocido por llevar a juicio a Pinochet en Gran Bretaña, apoyada por la Comisión Chilena de Derechos Humanos y la Asociación Americana de Juristas.
 

Ante los resultados, la posibilidad de que la derecha salve los muebles en las elecciones de Congreso y presidenciales depende de su ruptura y denuncia de Piñera. Algo que parece difícil, pero no imposible. Ya se le culpa del fracaso total de la derecha de acuerdo a radio Cooperativa. Un medio calificó estos resultados como la hora más oscura de la derecha. En ese contexto, lo más probable es que la derecha económica vuelva a su tradición histórica de intentar gobernar desde las bambalinas y a través de interpósitos políticos alejados de la élite económica.


Desplome de la lista del Apruebo. ¿Escucharán ahora?
 

Entre los 138 escaños generales, la centrista Lista del apruebo también se desplomó en la votación obteniendo 14,46%: apenas 25 escaños. Dejó de ser el poderoso bloque interlocutor de la derecha y portador del sistema político de democracia restringida instalado en 1990.


El único que se salvó en lo que se aparentaba mucho al bloque de la ex concertación, fue el Partido Socialista (PS). Este partido obtuvo 15 escaños, dominando así la representación del sector en la definición de la nueva Constitución. Sin embargo, esos resultados son también un mensaje para que el PS vuelva a inscribirse en la izquierda del espectro político y que abandone ideas de pacto recalentado, que han resurgido después del tercer retiro del 10% de las AFP.
 

Por su parte, el partido Demócrata Cristiano se desploma eligiendo apenas dos (2) constituyentes. Ello significa que estará formalmente ausente de la Convención Constitucional que deberá redactar la Nueva Constitución. Tiene menos escaños que el partido por la Democracia y el Partido Liberal escindido del Frente Amplio, que obtuvieron tres escaños cada uno. Para todos los fines prácticos, tanto el PDC, como el PPD, como los Radicales (1 escaño); el Pro (1 escaño) y Ciudadanos (sin escaños) quedan todos fuera del diseño de la Nueva Constitución.

 

El castigo al PDC condena su política de puente, de mediador entre el centroizquierda y la derecha. Una estrategia, aplicada en la búsqueda de los “mínimos comunes”, liderada por la presidenta del Senado Yasna Provoste para salvar la clase política.
 

Es sorprendente que el bloque de la ex concertación haya caído de tal manera. Fue bajo el gobierno de la ex Nueva Mayoría que un sistema de cabildos permitió formular, aunque fuera tímidamente, un proyecto participativo de reforma constitucional. Empero ese proyecto terminó olvidado. Muchas de sus formulaciones fueron sobrepasadas por el estallido social de octubre de 2019. La elección dejó al desnudo la falta de sintonía del sector con el sentimiento popular.
 

Los resultados del centroizquierda son además una profunda derrota del transversal Partido del Orden y de defensa de un Estado de Derecho, como fue la derrota del DC René Cortázar.
 

No hay quórum popular para la democracia restringida que reprime el movimiento social, cuando este se expresa fuera de elecciones o que denuncia la inacción de la clase política. La DC se vio obligada a posponer su junta nacional; su presidente Chahín puso su cargo a disposición y, peligra la candidatura presidencial de Mónica Rincón.

 
Estos resultados redefinirán las primarias para las candidaturas presidenciales y de Congreso de este sector. Cuestionan claramente las posibilidades de candidatura presidencial del PDC, Ximena Rincón. Pueden forzar incluso una confluencia con la candidatura de Daniel Jadue, sin el PDC.


Por otro lado, son una clara advertencia para el llamado socialismo democrático y su alianza privilegiada con el PDC. A su concepción de democracia en sí, que en realidad le ha obnubilado y puede alienarle del sentimiento popular y continuar su desangre hacia nuevos referentes de izquierda.

 
Está claro que los partidos del Pacto del Apruebo dejaron de ser los actores claves del sistema político y interlocutores del pacto de gobernabilidad del sistema político inaugurado en 1990. Es así como los resultados se alinean coherentemente con la movilización del 18 de octubre y extienden el castigo de la llamada casta política separada de la sociedad a quienes han pactado con ellos.


¿Hacia un nuevo sistema político?
 

Es aún temprano para concluir los contornos del nuevo sistema político. La caída de otros pactos de gobernabilidad latinoamericanos como el de Punto Fijo en Venezuela, o el de Colombia o Ecuador, que se tradujeron en la manutención de la exclusión y explosiones sociales periódicas sin acceder al sistema político, temperan la evaluación del terremoto del 15 y 16 de mayo.

 
¿Llevará la baja participación electoral a terminar con el voto voluntario, reinstalando el deber cívico de participar en elecciones? Lo cierto es que a pesar de los resultados, en la elección de la Convención Constitucional y las de gobernadores, Alcaldes y Concejales municipales, se mantuvo el impacto disuasivo del voto voluntario.

 

Aunque su imposición se argumentó como acomodación a la nueva modernidad, lo cierto es que acomodaba a una clase política separada de la sociedad. Su impacto fue de reducir aún más la participación electoral, profundizando el carácter restringido de la democracia chilena, como en Colombia o EE.UU.
 

La participación de sólo el 43,3% del universo electoral fue menor que el 50,9% que participó en el plebiscito del 25 de octubre de 2020. Sin embargo, fue un poco más que el 34,9% que participó en las últimas elecciones municipales de 2016. Vale decir que se mantuvo relativamente estable el universo electoral que votó en la mega elección de la Convención Constitucional, de gobernadores, alcaldes y concejales del 15 y 16 de mayo. Ello, a pesar de la crisis sanitaria creada por la pandemia del Covid-19.
 

Por otro lado, a diferencia de lo que temían algunos, tampoco influyó, finalmente, la cocina política que normó la elección de la Convención Constitucional y la tutela de los partidos tradicionales sobre su funcionamiento.
 

Lo cierto es que los resultados cuestionan la pretendida representación de la realidad y de las fuerzas políticas, tal como aparece en los matinales y en los medios de comunicación tradicionales (Pamela Jiles y el Partido Humanista pueden dar testimonio de ello). Las derrotas de famosos de la TV confirman la distorsión provocada por los medios de comunicación actuales y la necesidad de una nueva política de medios.

 

En ese marco, en lugar de desincentivar nuevas alternativas, las elecciones mostraron una reacción cívica de los electores destinada a terminar contra una concepción de la política que, parafraseando a Paul Valéry la ve como: “el arte de impedir que la gente se entrometa en lo que le atañe”.
 

Los resultados abren las puertas a un nuevo sistema político más inclusivo que supere el modelo económico liberal y la democracia restringida. Ciertamente, hay fuerzas opuestas a esas transformaciones. Es posible que argumenten ahora contra la legitimidad de la Convención por el reducido universo de participación. Que insistan en la necesidad de un consenso que considere los postulados de una derecha oligárquica.
 

Todo indica, sin embargo, que la elección de la Convención Constitucional, restableció un contexto marcado por la presencia de tres grandes bloques. Una estructura que corresponde a la cultura política chilena y que es incompatible con el sistema político actual.

 

Las elecciones de la Convención Constitucional, de gobernadores, de alcaldes y concejos municipales establecieron una nueva relación de fuerzas políticas refleja el contexto creado por el estallido social iniciado el 18 de octubre de 2019.

https://www.alainet.org/de/node/212301
America Latina en Movimiento - RSS abonnieren