Superliga de Fútbol europea, gobiernos, sufrientes y el posible megalavado

La competencia sería exclusiva para la élite del futbol europeo, los más espectaculares y con las fortunas más robustas.

21/04/2021
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La creación de la Superliga Europea de Fútbol, fue tomada como una declaración de guerra contra la estructura tradicional, tanto comercial como deportiva, del futbol profesional europeo, y amenaza con un cisma que pude romper una industria multimillonaria dirigida por la UEFA y que ha escalado al terreno de la política

 

El tema excede lo deportivo y se transformó en una cuestión de estado, con varios de los gobiernos de los países involucrados en el tema y algunos mandatarios comprometidos a defender el sistema tradicional de competencia y contra lo que consideran un atentado a las raíces democráticas del futbol.

 

Hay quienes analizan un megalavado de dinero, ya que no son clubes sino grandes empresas financieras las que manejan a estos equipos. Hay que tener en cuenta que JP Morgan, será el respaldo financiero de la Superliga europea y aportará 4.200 millones de dólares para el nuevo torneo, del cual espera sacar, seguramente, mayores dividendos, además de licuar dineros de sus fondos buitre.

 

Pareciera que nadie recuerda que Europa, al igual que todo el mundo, vive en pandemia y no hay dinero para que las vacunas lleguen a los miles de millones de personas que viven en zozobra permanente.

 

JP Morgan Chase es una empresa financiera creada el año 2000 a partir de la fusión del Chase Manhattan Corporation y la J.P. Morgan & Co. (Banca Morgan). Es líder en inversiones bancarias, servicios financieros, gestión de activos financieros (2.4 billones de dólars) e inversiones privadas. Su unidad de fondos de inversión libre (hedg funds) es la más grande de EEUU, con inversiones de unos 50 mil millones de dólares.

 

El Financial Times informó que los organizadores de la Superliga han conversado para llegar a acuerdos con empresas como Amazon, Facebook, Disney y Sky, que generarían ingresos anuales de cuatro mil 800 millones de dólares.

 

Según informa el diario El País de España, hay unos siete mil millones de euros para repartir entre los clubes de la Superliga, vitales en una época difícil por el coronavirus y la ausencia del público en los escenarios. Y mucho más vitales –añade- para los que tienen deudas grandes como Barcelona o están haciendo obras importantes en sus canchas, como Real Madrid en el estadio Bernabéu.

 

Inicialmente, los financistas -JP Morgan es uno de ellos- aportarían por única vez 3.525 millones de euros para repartir entre los doce clubes, que podrían extenderse a 15 y distribuirse así: 350 para seis, 225 para cuatro, 112,5 para dos y 100 para otros tres. Y habría cinco invitados por año. Esto sería destinado para que realicen obras de infraestructura. Y una repartija de 4.000 millones de euros en derechos televisivos.  

 

Además, 264 millones irían -durante 23 años- destinados a los inversionistas. Es un negocio financiero: el fútbol sólo es la excusa.

 

La UEFA

 

La respuesta de la UEFA al nacimiento de la Superliga de los 12 clubes más poderosos de Europa ha sido contundente. Advirtieron sobre la posibilidad de sanciones inmediatas, como excluir de las próximas semifinales de la actual Liga de Campeones al Real Madrid, Manchester City y Chelsea, integrantes de la disidencia.

 

El presidente de la UEFA, Aleksander Ceferin consideró la noticia como un escupitajo en la cara de todos los amantes del futbol y recalcó sobre los castigos que analizan aplicarles, tanto a clubes como a jugadores participantes, y dijo que la Superliga atenta contra el corazón de la pirámide del futbol europeo, donde todos los clubes pueden soñar con jugar la Liga de Campeones.

 

Como anunciaron la FIFA y las seis federaciones (continentales), los jugadores que se integren a la liga cerrada no podrán disputar los mundiales ni Eurocopas. Aún lo estamos evaluando con nuestro equipo legal, pero aplicaremos todas las sanciones posibles, agregó Ceferin, quien en principio tienen el respaldo de los gobiernos de los países cuyas ligas serían afectadas, como la de Inglaterra, España e Italia.

 

La competencia sería exclusiva para la élite del futbol europeo, los más espectaculares y con las fortunas más robustas. Inicialmente arrancaría con 12 clubes (y sus estrellas, las más atractivas de Europa): los ingleses Arsenal, Chelsea, Liverpool, Manchester City, Manchester United y Tottenham Hotspur, los españoles Real Madrid, Barcelona y Atlético de Madrid, y los italianos Juventus, AC Milán e Inter de Milán. Es decir los clubes y sus estrellas, las más atractivas de la competencia actual de la UEFA.

 

El formato pretende incluir a tres escuadras más como parte medular de la competencia y cinco que serían invitados según su desempeño en sus competencias locales.

 

Y mientras estallaba esta secesión, la UEFA aprobó la reforma al formato de la Liga de Campeones a partir de 2024, que pasará de 32 a 36 equipos participantes. Dos de los cuatro billetes suplementarios se concederán teniendo en cuenta el balance histórico de los clubes,  lo que podría permitir participar a equipos históricos o tradicionalmente fuertes poder jugar la Champions a pesar de una mala temporada.

 

Otros de los pasajes extra será para el país que ocupe el quinto puesto en la clasificación UEFA por campeonatos (en este momento sería Francia, que pasaría de tres a cuatro representantes) y el otro será para el campeón nacional de un país pequeño.

 

Los gobiernos

 

El primer ministro británico, Boris Johnson, se comprometió a "hacer todo lo que pueda" para evitar que el proyecto "salga adelante como está planeado". De esta manera, se unió al presidente francés, Emmanuel Macron, y al primer ministro italiano, Mario Draghi, que también se manifestaron en contra del nuevo certamen. 

 

"Vamos a mirar todo lo que podemos hacer con las autoridades del fútbol para asegurarnos de que esto (la Superliga) no sale adelante como está planeado", dijo Johnson. Quien sostiene que se deberían hacer los máximos esfuerzos para que los clubes "mantengan un vínculo con los aficionados" en los territorios donde se originaron históricamente.

 

“Estos clubes no son sólo grandes marcas globales, sino equipos que se originaron históricamente en sus pequeñas y grandes ciudades, tienen un vínculo estrecho con sus comunidades; haremos lo que sea necesario para proteger nuestro futbol nacional”, añadió Johnson.

 

Para el conservador primer ministro del Reino Unido, para quien el anuncio de doce clubes europeos -seis de ellos ingleses, tres españoles y tres italianos- de lanzar una competición europea cerrada entre los equipos más ricos y poderosos del continente "no es una buena noticia para los aficionados y tampoco para el fútbol en este país". "No me gusta el aspecto de esa propuesta", reiteró Johnson, quien cree que los equipos son "algo más que marcas globales".

 

Quizá lo que sorprendieron fueron las declaraciones del príncipe William de Inglaterra, el hijo mayor de Carlos y Lady Di y también presidente de la Asociación Inglesa de Fútbol: “Ahora, más que nunca, debemos proteger a toda la comunidad del fútbol, desde el nivel más alto hasta el fútbol base, y a los valores de la competencia y a la justicia en su esencia. Comparto las preocupaciones de los fanáticos sobre la propuesta de la Superliga y el daño que puede sufrir el juego que amamos“.

 

Las reacciones en el Reino Unido contra la iniciativa se multiplican en los medios de comunicación e desde las hinchadas de los seis equipos ingleses implicados: Manchester United, Chelsea, Arsenal, Tottenham, Manchester City y Liverpool.

 

En Italia, el primer ministro Mario Draghi apoyó la postura de la Unión Europea del Fútbol Asociado (UEFA) y de la Federación italiana, que se mostraron en contra del proyecto en el que están involucrados los equipo italianos Juventus (de Turín), Internazionale y Milán.

 

"El Gobierno sigue apoya con determinación las posiciones de las autoridades italianas y europeas del fútbol para preservar los campeonatos nacionales, los valores de meritocracia y la función social del deporte", afirmó el Gobierno italiano, concordante con la del presidente francés Emmanuel Macron, que consideró que la nueva Superliga es "una amenaza al principio de solidaridad y el mérito deportivo".

 

"El Estado francés apoyará toda iniciativa de la Liga de Fútbol Profesional, la Federación Francesa de Fútbol, la UEFA y la FIFA para proteger la integridad de las competiciones federativas nacionales y europeas". Macron celebró que los clubes de su país no estén en la disidencia.

 

En la liga francesa milita el París Saint Germain, que no apoyó la Superliga, lo mismo que los equipos de la Bundesliga alemana, donde figura otro gran protagonista continental como el Bayern Múnich. En cambio, en Alemania el gobierno de Angela Merkel se lavó las manos y optó por no entrometerse en el tema, al garantizar la autonomía de los clubes y de la Federación Alemana (DFB).

 

La Liga española, que el domingo hizo pública su postura de rechazo al nuevo torneo continental, recibió el apoyo del gobierno español. En un comunicado, la administración de Pedro Sánchez declaró que no apoyará la iniciativa de la Superliga.

 

Florentino Pérez, empresario, ingeniero y expolítico derechista, presidente del grupo ACS y del Real Madrid y nombrado presidente de la naciente Superliga, argumentó que ésta surgió como solución a una mala situación que atraviesa el futbol. Hay que recordar que J.P.Morgan financia también financiar un crédito de 575 millones de euros para la remodelación del estadio Bernabéu de su club.

 

 “Cuando no tienes más ingresos que los de la televisión, la única manera de rentabilizarlos es haciendo partidos más competitivos y con más atractivo entre los grandes clubes. Llegamos a la conclusión de que si, en vez de hacer entre semana la Champions hacemos una Superliga entre los grandes clubes, seríamos capaces de paliar los ingresos que hemos perdido”, añadió.

 

Los protagonistas del fútbol

 

El entrenador del Leeds inglés, el argentino Marcelo “Loco” Bielsa, defendió sobre todo el concepto de competencia que estaría en riesgo con la aparición de un torneo elitista.  “La lógica que impera es que los poderosos sean más ricos a costa de que los débiles sean más pobres”, sentenció Bielsa.

 

Este lunes, en la previa de su empate 1-1 con el poderoso Liverpool, los jugadores del Leeds salieron a precalentar con una camiseta que llevaba la inscripción "UEFA Champions League, ganátela", en referencia a que, con el flamante certamen los reds, al igual que los otros once equipos fundadores, tendrán clasificación asegurada. No le gustó nada a la dirigencia de Liverpool ni a su entrenador, el alemán Jürgen Klopp.

 

Asimismo, el mediocampista español Ander Herrera, de París Saint Germain francés, uno de los clubes que rechazaron sumarse a la Superliga, se pronunció en contra del flamante anuncio de los clubes más importantes de Europa.

 

 "Me enamoré del fútbol popular, del fútbol de los aficionados, del sueño de ver al equipo de mi corazón competir contra los más grandes. Si esta Superliga avanza, se acabaron esos sueños", escribió en sus redes sociales. "Amo el fútbol y no puedo quedarme callado ante esto, creo que en una Champions League mejorada, pero no en que los ricos roben lo que el pueblo creó", agregó Herrera.

 

Karl –Heinz Rummenigge, Director General del Bayern Múnich, señaló que su club “no ha participado en la planificación de una Superliga. Estamos convencidos de que el actual modelo del fútbol garantiza una base seria. Acogemos con satisfacción las reformas de la Champions League,  porque creemos que es el paso adecuado para el desarrollo del fútbol europeo. La ronda preliminar modificada contribuirá a generar más tensión y emoción a la competición", aseguró el directivo, otrora campeón del mundo.

 

"No creo que la Superliga vaya a solucionar los problemas económicos de los clubes europeos derivados por el coronavirus. Más bien, todos los clubes de Europa deberían trabajar de forma solidaria para garantizar que la estructura de costes, especialmente los salarios de los jugadores y los honorarios de los asesores, se ajusten a los ingresos para que todo el fútbol europeo sea más racional", aseguró el director deportivo del Bayern.

 

Esta historia recién comienza, pero pica y se extiende. Para los latinoamericanos, significará que aquellos futbolistas de nuestras países que jueguen en los doce equipos de la Supercopa Europea no podrán participar de sus selecciones nacionales y verán truncados sus sueños de jugar el mundial de Qatar.

 

 Rubén Armendáriz

Periodista y politólogo, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)

 

https://estrategia.la/2021/04/20/superliga-de-futbol-europea-gobiernos-sufrientes-y-el-posible-megalavado/

 

 

 

 

https://www.alainet.org/de/node/211912
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