Medios opositores cambian de fantasmas
Que títulos, noticias, comentarios y notas editoriales se dirijan a oponerse al Gobierno aún en este tema, en el que está en juego la salud de las personas, no es en sí una novedad.
- Opinión
La publicación de The Lancet sobre los buenos resultados de la Sputnik V, que ya habían sido confirmados por la ANMAT, son presentados por los medios opositores como “novedad” que los obliga a esconder la mano después de arrojar toneladas de piedras. Pasaron del peligro soviético/comunista, así nombrado por Clarín e Infobae, al de La Cámpora y, en general, al Gobierno mismo.
Ya impedidos de aterrorizar a la población con la vacuna en sí misma, se centran en la demora en la provisión del fabricante ruso y en boicotear el operativo de vacunación con versiones y manipulaciones en textos y fotos. Contribuyen con extremos de este terraplanismo antivacunación desde Beatriz Sarlo, con su acto en un canal del grupo Clarín, hasta Fernández Díaz en La Nación, cuando dice que la validación científica de la Sputnik fue apenas una “carambola”.
Eso sí, no es gente que se contenga por el pudor ni la decencia: “Nunca el problema fue la vacuna”, tipeó Van der Kooy el miércoles en Clarín. Al unísono Morales Solá en La Nación, el mismo día: “nadie descartó nunca que la vacuna rusa fuera realmente buena”. Nítido terraplanismo político, ya que quiere hacer creer a los incautos que la acusación en sede judicial de envenenamiento que Elisa Carrió hizo al Presidente, debidamente amplificada en estas páginas y espacios, nunca existió. Tampoco existió, parece, el título de su diario hace tres semanas, sobre “denuncias” contra la Sputnik V. O el de Infobae, cuando dijo que los médicos de Moscú tiran la vacuna a la basura.
Que títulos, noticias, comentarios y notas editoriales se dirijan a oponerse al Gobierno aún en este tema, en el que está en juego la salud de las personas, no es en sí una novedad. Sí puede resultar de interés verificar cómo reorientan la línea editorial coincidente Clarín, Infobae y La Nación, para espantar y desalentar la vacunación, porque saben -y escriben- que su avance pesará en el resultado electoral de este año.
Y esa reorientación se basa ahora en La Cámpora, pero no solo: abarca a todos quienes tratan de apoyar el plan gubernamental de emergencia. Hay matices y detalles durante toda la semana en las publicaciones desplegadas con este fin. Uno de los ejemplos más descarados que sintetiza este despliegue lo comete el Wiñazki del Clarín del domingo. Habla de “vacunación militante” y “politización” también del gobernador Kicillof. Para reforzar, el diario publica otra nota para criticar la “vacunación de políticos” y adorna con dos fotos: en una se vacuna Cristina Kirchner, en otra Alberto Fernández. Recién en párrafos perdidos incluye que la Organización Mundial de la Salud recomienda que las figuras públicas den el ejemplo, en un contexto mundial de desconfianza hacia la ciencia y los laboratorios.
“Ahora se sabe” que la Sputnik es buena, escribió el editor Abascal el sábado, en su caso practicando terraplanismo respecto del aval dado por la ANMAT.
La reanudación de la actividad judicial tras la feria había sido saludada el domingo 31 de enero con una serie de admoniciones de Morales Solá: La Corte, publicó, debe confirmar las condenas amañadas en Jujuy contra Milagro Sala y así deberá proceder también con Cristina Kirchner.
Este es el marco con el que estos medios tratan las aprobaciones de pliegos de jueces de la Cámara Federal Penal y el decreto presidencial sobre el camarista Farah. Novedades que llevan el eslogan “ofensiva K”, en un panorama judicial en el que dieron lugares mínimos a una noticia muy favorable para el dispositivo de poder que Clarín, Infoabe y La Nación representan: el “sorteo” que ubicó a Julián Ercolini, dactilógrafo de decisiones que adopta Héctor Magnetto, a cargo del juzgado que dejó vacante Bonadío, héroe internacional de las causas contra el kirchnerismo. Además de darle presencia muy fugaz a la noticia, los análisis abundantes acerca de los movimientos en la Justicia, firmados por las primeras y segundas líneas, olvidan incluir este hecho.
En cambio, tuvieron muy presente atacar cada día al juez Gallardo por la osadía de pedirle al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires que explique cómo cuidará la salud en las escuelas. De martes a sábado hubo en cada uno de estos medios entre dos y tres notas destinadas a desprestigiarlo y a encubrir al ministro de Salud porteño, Quirós, cuando decía en público que está “dispuesto a dar toda la información” requerida por la Justicia en el mismo momento que su Gobierno recusaba al magistrado.
Casi sobra decir que las tensiones económicas en curso, con declaraciones oficiales sobre un eventual aumento de retenciones a las exportaciones agrarias o la fijación de un cupo de exportación, vista la impudicia de productores y distribuidores en la fijación de precios de alimentos esenciales para la población, encuentra a estos medios y sus satélites del lado de las patronales. Mucho antes de la concreción de una medida los titulares ya anuncian paros del “campo”. Morales Solá llega a paladear “otra guerra”.
Las notas y editoriales con advertencias al Gobierno tienen también su mandante internacional. Clarín festejó el viernes en portada que, como todo el mundo podía prever, el nuevo presidente estadounidense, Joe Biden, mantendrá la hostilidad contra Venezuela y el plan intervencionista, dirigido a derrocar al Gobierno actual y poner a otro, porque el petróleo no es un parámetro temporal en la política exterior de la potencia y atraviesa épocas y “administraciones”.
Así, el diario destaca que Biden mantiene contra Maduro el mote de “dictador”, y, avisa, “al contrario de Argentina”.
Las líneas que sustentan el título, firmadas una vez más por Niebieskikwiat, tienen más el tono de una notificación del Departamento de Estado que el de un artículo periodístico: dice que el Gobierno de Fernández seguirá en posición “incómoda” con Wahsington si no cambia la posición. Debe hacer como Biden, que llama “presidente interino” al opositor Guaidó, acusado de robarse la ayuda humanitaria para Venezuela.
En el mismo diario, y el mismo día, Bonelli escribe también a nombre de su madre patria, que específicamente es la carroña financiera: tras pronósticos sombríos sobre el acuerdo con el FMI y la renegociación de la deuda de YPF, comunica que en la Casa Blanca hay “inquietud” por el acercamiento de Alberto Fernández con Vladimir Putin. Para rematar, recurre al gran campeón de la reposera, Mauricio Macri, para plantar una semilla que tal vez se vea, semanas adelante, como carta electoral de la derecha. Es que el turista number one “se pregunta”, escribe Bonelli, si Putin “podrá ayudar a Cristina en las próximas elecciones”. Por supuesto, en la respuesta le da la razón, y planta como “evidencia” que el Gobierno no haya aceptado las condiciones del laboratorio Pfizer.
7 de febrero de 2021
https://www.comunanet.com.ar/medios-opositores-cambian-de-fantasmas/
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