Bolivia: En caída libre

22/09/2020
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Jeanine Áñez se baja de la candidatura presidencial para evitar la victoria del MAS
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Un escalofrío recorrió a la alianza Juntos cuando se publicó el 16 de septiembre una encuesta (1) que ubica a su líder, la presidenta de facto Jeanine Áñez, en el cuarto lugar con apenas el 10,6% de las intenciones de voto. El condimento adicional: la victoria del Movimiento Al Socialismo en primera vuelta con el 40,3%. Tal revuelo causó que, al día siguiente en un video junto a sus principales aliados, oficializó su dimisión: “Lo hago ante el riesgo de que se divida el voto democrático entre varios candidatos y a consecuencia de esa división el MAS acabe ganando esta elección”.

 

El llamado de Áñez para la formación de un frente único antiMAS no parece viable, aunque Carlos Mesa, segundo en la carrera presidencial con el 26,2%, valoró “la decisión asumida” para “cerrarle el paso al MAS”, en tanto que el ultraderechista Luis Fernando Camacho, tercero con el 14,4% y uno de los actores principales en la caída del gobierno de Evo Morales, sostuvo: “No es un desprendimiento, es una derrota”.

 

La encuesta muestra al binomio del MAS-IPSP, Luis Arce – David Choquehuanca, triunfando en seis de los nueve departamentos: La Paz, Cochabamba, Oruro, Pando, Potosí y Tarija. Así, se quedan con tres de las cuatro ciudades más grandes del país y se imponen en el voto urbano, pero también en el rural. Mientras que los opositores se dividen los tres departamentos restantes: Mesa se lleva Chuquisaca; Camacho gana en su terruño, Santa Cruz y Añez en el suyo, Beni.

 

 

Los turbulentos diez meses de gobierno interino se deshilachan. De pelear el segundo puesto en los sondeos a languidecer en el cuarto lugar. Su gobierno, surgido tras el golpe y una votación sin quorum en la Asamblea Legislativa, perdió respaldo debido a la pésima gestión de la pandemia de Covid-19 que incluyó irregularidades en la compra de respiradores artificiales para pacientes con coronavirus. Un estudio de opinión publicado el 25 de junio por la Fundación Friedrich Ebert Stiftung (FES) ya calificaba a la gestión con un 2,75 sobre 10.

 

A primera vista, el magro apoyo de Áñez se disgregaría entre el voto útil y la afinidad ideológica-regional, de vital importancia en Bolivia. El cauce natural es que sus votos migren a Camacho, pero ¿qué pasaría si Juntos oficializa el apoyo a Mesa para evitar que el MAS gane en primera vuelta? Hoy el objetivo explicitado es garantizar una segunda vuelta para evitar que el partido de Evo Morales retorne al gobierno. Y esto es porque Arce se erige como el candidato por quien la mayoría no votaría (31,3%).

 

En occidente, Áñez no tiene apoyo y el voto antiEvo se vuelca mayoritariamente hacia Mesa. En oriente, Camacho, quien ya encabezaba el voto en Santa Cruz con el 31,4%, se erigiría como la única figura capaz de representar los intereses de ese departamento. Allí Añez concentraba el 13,4% de los votos y Mesa el 9,6%. Mientras, Arce ocupa el segundo lugar con el 15,8%, lo que consolida al MAS como el único partido con presencia nacional.

 

Para analizar este escenario, SANGRRE consultó a dos periodistas sobre las razones de la dimisión de Añez a su candidatura y el valor regional del voto en Bolivia. Así opinaron Maria Silvia Trigo desde Santa Cruz y Julio Peñaloza desde La Paz.

 

Para Trigo “la salida de la presidenta Áñez de la contienda electoral puede tener mayor impacto en el oriente donde su candidatura tenía más apoyo” y se pregunta: “¿Adónde pueden ir a parar esos votos? Las últimas encuestas muestran que los dos candidatos con más anticuerpos son Arce (31,3%) y Áñez (28,9%) seguidos por Camacho. Por él, hay un 13,4% de personas que no votaría nunca. En cambio, Mesa, según encuestas, tiene menos rechazo (5,2%) y es el ‘plan B’ de la mayoría de los electores”.

 

“Con esos antecedentes”, considera la periodista, “los votos de Áñez podrían migrar hacia Mesa para evitar el retorno del MAS. Algo parecido ocurrió el año pasado: Óscar Ortiz –candidato presidencial, del mismo partido que Áñez– punteaba alto en oriente según las encuestas y llegada la elección esos votos favorecieron a Mesa”.

 

 

María Silvia Trigo ve al electorado de Añez muy fraccionado: “No descartaría que un porcentaje menor de sus votos, los de línea más dura, vayan a Camacho, que es cruceño, tiene un discurso más conservador y menos conciliador con el MAS y otro tanto a Chi Hyun Chung, que podría atraer a un sector más religioso que también simpatizó con Áñez”.

 

La renuncia de Añez ocurre para Julio Peñaloza “de manera tardía”, por lo que considera que “no beneficiará ni a Mesa ni a Camacho”. “Se baja de la candidatura porque el gobierno ya no se sostiene, de disputar el segundo puesto hace tres meses con un 18% ahora está en 10% y Camacho que estaba en un 3% sube a 14%. Este es el triste final que se merecía este gobierno”, asevera.

 

Considera que la caída de la mandataria interina comienza con el escándalo de los respiradores: “Los temas de corrupción no golpean generalmente al electorado, porque están situados en la distancia, pero en esta ocasión afectó directamente a la salud pública, a la posibilidad de salvar vidas y pelear contra el coronavirus. Eso ha ofendido a la gente”.

 

Afirma también que “este gobierno no ha tenido narrativa propia, su única prédica ha sido el antimasisimo y responder a lo que dice o hace Evo Morales fuera del país, convirtiéndolo en protagonista de la campaña”.

 

Otro punto que ha deteriorado la imagen del gobierno de facto ha sido “los informes de Sacaba y Senkata de violaciones a los derechos humanos reportados por organizaciones tanto nacionales como internacionales, y cuyo último informe de la Defensoría del Pueblo de Bolivia ha sido lapidario, porque los califica como crímenes de lesa humanidad”, explica el periodista.

 

Las relaciones exteriores es otro de los factores que analiza Julio Peñaloza: “La presencia internacional de Bolivia es nula, el supuesto y pretendido apoyo de Donald Trump no habría sido: nuestro país ha sido descertificado de la lucha contra las drogas, que era el caballo de batalla sobre el que se sostenía el discurso desgastante y agresivo del ministro de Gobierno Arturo Murillo, que se llenaba la boca de la lucha contra la sedición, el terrorismo y el narcotráfico, y termina siendo reprobado por el gobierno de Estados Unidos que le soltó la mano”, subraya.

 

Un inconveniente que deberá subsanar el Tribunal Supremo Electoral (TSE) ante la cercanía de los comicios es la supresión de la papeleta del binomio presidencial de Juntos, pero ¿qué pasa con los candidatos a la Asamblea Legislativa Plurinacional?

 

Al respecto, SANGRRE consultó a Valeria Silva, exdiputada del MAS, hoy exiliada en México: “El TSE no puede imponer ninguna norma sobre el derecho y la voluntad de ambos políticos (por Áñez y su vicepresidente Samuel Doria Medina), lo que significa que su única opción es aceptar ambas renuncias. Además, la ley de régimen electoral contempla la dimisión a las candidaturas hasta tres días antes de los comicios”, explica.

 

Silva agrega que “Áñez no fue clara en lo que respecta a la totalidad de la lista de Juntos, por lo que no puede asumirse que la renuncia sea de la totalidad de la papeleta. No se puede dejar de lado, sin embargo, que cualquier candidato de Juntos puede apelar a su derecho a seguir en carrera”.

 

Para la exdiputada, otro tema delicado sería “las personerías de las fuerzas políticas que componen Juntos, ya que, de bajarse la totalidad de la alianza, quedarían fuera de la competencia electoral y esto podría implicar sanciones para ellas, incluso su cancelación”.

 

Cabe destacar que para ganar en primera vuelta se requiere obtener el 50% más uno de los votos o superar los 40 puntos con una diferencia de 10 puntos sobre el segundo. Al 40,3% que hoy le garantiza al MAS la victoria hay que adicionarle el voto en el exterior, que empezó en las elecciones de 2009 y representa hoy al 4,1% del padrón total. En esta década, la comunidad boliviana fuera del país ha demostrado su apoyo mayoritario al MAS. En la elección del 20 de octubre del 2019 obtuvo el 60% de los apoyos en exterior. Argentina representa el 47% de ese padrón.

 

La mayor certeza es que el 18 de octubre Bolivia irá a elecciones para normalizar la institucionalidad en un país que se encuentra a la deriva tras el golpe de Estado de noviembre de 2019. Mesa buscará canalizar el voto opositor y Camacho alcanzar el segundo lugar ante la retirada de Añez, mientras el MAS aspira a mantener la ventaja que hoy lo pone a las puertas de retornar al poder, pero con un dato excepcional y novedoso: la ausencia del líder del espacio y el presidente que más tiempo gobernó –14 años– en la historia de Bolivia, Evo Morales.

 

21 de septiembre de 2020

 

Nota:

  1. Tu Voto Cuenta es la encuesta más amplia realizada hasta el momento: 16.000 encuestados en áreas urbanas y rurales del país, con cobertura en 225 municipios en los 9 departamentos (provincias) a través de dos métodos: telefónico y presencial.

 

Fuente: https://sangrre.com.ar/2020/09/21/en-caida-libre/

 

 

 

https://www.alainet.org/de/node/208998
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