Presidente, el pueblo anda arrecho por cosas como estas
- Análisis
Me permito escribirle de esta manera, Presidente Nicolás Maduro, producto de la reflexión que debe generarnos, a 26 años de la conmemoración de la segunda rebelión cívico militar contra el régimen oprobioso de Carlos Andrés Pérez. Si bien el signo del gobierno que usted dirige no se parece en nada aquel, sin embargo, la cuenta regresiva del reloj producto del malestar de la gente debido al deterioro de su calidad de vida, debe llamarnos a capítulo, a botón.
Si algo hizo que el discurso de nuestro amado Comandante calara en la población, es su sintonía con lo que vivía el ciudadano y ciudadana “de a pie” en su cotidianidad. Además, usted mejor que yo, sabe muy bien la coherencia de Hugo Chávez en su praxis (El Comandante Inolvidable lo que decía, lo hacía, además de ser el primero en reconocer sus errores).
Hoy en día Presidente, no sé si usted lo sabe, o la “burbuja” en la que algunos funcionarios públicos y funcionarias públicas están habría llegado a atraparlo a usted también. Hay gente que la está pasando muy mal, y son sectores en situación de vulnerabilidad que no están recibiendo atenciones ni están gozando de protección por parte de su gobierno.
Por ejemplo, los precios acordados entre usted y los empresarios en el marco del Programa de Recuperación, Crecimiento y Prosperidad Económica han cambiado su denominación y ahora el pueblo los llama PRECIOS VIOLADOS por los mismos empresarios que acordaron precios con usted, de acuerdo a las Gacetas Oficiales Extraordinarias Nº 6.397 del 21 de agosto de 2018 y la 6.401 del 31 de agosto del mismo año más la Resolución Nº VSE 003-2018. Para muestra un botón:
El atún enlatado en su presentación de 170 gramos, que tiene un precio acordado de 140 bolívares soberanos, está siendo vendido en 700 bolívares soberanos.
El kilo de carne de res de primera, regulado en 90 bolívares soberanos, está siendo vendido en no menos de 800 bolívares soberanos, y cuando se consigue además.
El cartón de huevos, regulado en 120 bolívares soberanos, lo venden en 700 bolívares soberanos.
La Mortadela básica, regulada en 180 bolívares soberanos el kilo, es vendida en 1.500 bolívares soberanos.
El kilo de sardina fresca, y que se ha constituido en la alternativa para que el pueblo aguante la “pela”, regulado en 17,50 bolívares soberanos, es vendido a 500 bolívares soberanos.
La sardina enlatada en presentación de 170 gramos, regulada en 24 bolívares, la puede encontrar usted en 250 bolívares soberanos.
El litro de leche líquida, regulada en 48,50 bolívares soberanos, la encuentra usted en 350 bolívares soberanos, y si la encuentra de paso.
El kilo de pollo beneficiado regulado por usted en 78 bolívares soberanos, no lo puede encontrar a ese precio en la calle.
La margarina de 500 gramos regulada su precio en 65 bolívares soberanos, está en la calle a 550 bolívares soberanos y aumentando.
La mantequilla de 500 gramos regulada en 70 bolívares soberanos, su precio en el mercado hace que este producto este desaparecido de los anaqueles y estantes de nuestro pueblo.
El kilo de arvejas regulado en 65 bolívares soberanos, lo venden en 300 bolívares soberanos en la calle.
Las lentejas, está regulado su precio a 53 bolívares soberanos el kilo, pero nos lo venden a 350 bolívares soberanos.
Las caraotas negras, reguladas en 72 bolívares el kilo, es vendida a 1.500 bolívares soberanos en el mercado.
El frijol, cuyo precio acordado marca 24 bolívares soberanos, no se consigue.
El litro de aceite comestible, regulado en 36 bolívares soberanos, es vendido en 1.000 bolívares soberanos.
El arroz blanco tipo 1 regulado el kilo en 42 bolívares soberanos, lo están vendiendo en 350 bolívares soberanos.
El café molido en su presentación de 500 gramos, regulado en 60 bolívares soberanos, está siendo vendido en 480 bolívares soberanos. Ahora ni café podremos tomar.
La harina de maíz precocida, para nuestras arepas y las hallacas de este mes de diciembre, en la presentación de un kilo, regulada en 20 bolívares soberanos, se la pueden vender a usted perfectamente en 180 bolívares soberanos, no menos de esa cifra.
El kilo de harina panadero para el pan que nos comemos, regulado en 20 bolívares soberanos, es vendido en 100 bolívares soberanos.
Asimismo el kilo de harina de trigo todo uso, regulado su precio en 54 bolívares soberanos, nos es vendido en 1.000 bolívares soberanos.
La mayonesa en su presentación de 500 gramos, su precio acordado es de 58 bolívares soberanos, pero su precio de venta al público en el mercado es de 550 bolívares soberanos.
El kilo de espagueti o pasta regulado en 48 bolívares soberanos, es vendido en 580 bolívares soberanos.
La salsa de tomate en su presentación de 400 gramos, maraca un precio “acordado” de 114 bolívares soberanos, más sin embargo a la fecha es vendido a 490 bolívares soberanos.
La sal de mesa tiene un precio “acordado” de 31,50 bolívares soberanos el kilo. Sin embargo, el comercio nos lo vende en 350 bolívares soberanos.
El jabón de baño en su presentación de 8 gramos y necesario para garantizar nuestra higiene personal, tiene un precio “acordado” de 24,12 bolívares soberanos. El precio real de la calle en el que lo compramos los venezolanos y venezolanas de “a pie” es de 400 bolívares soberanos.
El desodorante en su presentación de 90 gramos, regulado en 150 bolívares soberanos, es vendido en 1.500 bolívares soberanos.
La crema dental de 50 gramos, cuyo precio “acordado” es de 51 bolívares soberanos, perfectamente le puede ser vendida a usted por el módico precio de 700 bolívares soberanos.
Un paquete de cuatro rollos de papel higiénico, cuyo precio “acordado” es de 91 bolívares soberanos, es vendido en 900 bolívares soberanos.
Las toallas sanitarias en presentación de 8 unidades, reguladas su precio en 50 bolívares soberanos, son vendidas a 1.600 bolívares soberanos en la calle.
El litro de cloro para la limpieza de nuestros hogares, hospitales y otras edificaciones y para desinfectar, su precio “acordado” es de 48 bolívares soberanos, pero nos es vendido en 290 bolívares soberanos.
El jabón el polvo para lavar nuestra ropa en presentación de un kilo, regulado en 360 bolívares soberanos, es vendido en 900 bolívares soberanos.
El jabón de panela de 250 gramos, su precio “acordado” es de 145 bolívares soberanos, pero lo puede conseguir usted en 250 bolívares soberanos en cualquier establecimiento.
Y la leche en polvo en la presentación de un kilo, regulada en 250 bolívares soberanos, la venden en 3.000 bolívares soberanos.
No sé si usted está al tanto de la maniobra política en la que está montada la oposición que hace vida en la Asamblea Nacional en desacato, y que fue advertida por el excelente periodista Clodovaldo Hernández, referida a la elección de la junta directiva del parlamento el próximo 5 de enero del próximo año, donde la correspondería ejercer la presidencia de dicho cuerpo legislativo a un parlamentario o parlamentaria de Voluntad Popular. Según Hernández, en caso de respetarse los acuerdos políticos por parte de la derecha, el titular de ese cargo para el año que viene sería el parlamentario Juan Guaidó (yo le agregó que podría ser Juan Andrés Mejías, compañero de tolda de Guaidó) y que a través de una interpretación sesgada del artículo 233 de la Constitución, volverán a declarar la “falta absoluta” del Presidente de la República, y procederán a la convocatoria de nuevas elecciones presidenciales para febrero del año 2019. Mientras estas se dan, se encargaría de la Presidencia de la República el Presidente de la Asamblea Nacional (en desacato) durante esa “transición”.
Si bien es cierto que ya el Tribunal Supremo de Justicia fijó posición en cuanto al inicio del período constitucional en el caso de un Presidente de la República reelecto, de acuerdo a recurso de interpretación intentado por la colega Marelys D`Arpino el 21 de diciembre de 2012 en el expediente 12-1358, y cuya sentencia fue emitida el 9 de enero de 2013, a propósito de la coyuntura política presentada en el país producto de la enfermedad del Comandante Chávez. No obstante, a la derecha no le interesa esto, es decir, las argumentaciones jurídica- constitucionales, sino que la mueve la actual correlación de fuerzas a nivel de gobiernos a nivel internacional, y más de los países más cercanos geográficamente a Venezuela, que les es totalmente favorable. Una acción de estas características sería apoyada por gobiernos como el de Estados Unidos y del denominado “Grupo de Lima”, a fin de tratar de aislarnos internacionalmente, y complicar aún más el actual cuadro que vive la mayoría de la población en el país.
Sin embargo Presidente, de eso podemos referirnos con mayor detalle en próximos artículos. No obstante, el compañero Diosdado Cabello, en el reciente homenaje que se le rindió al camarada Alí Rodríguez Araque (Comandante “Fausto”) nos señalaba en alguna oportunidad que, para que la Revolución trascienda del rentismo petrolero, nuestro Gobierno debe garantizar electricidad, alimentos y vivienda.
Es mi obligación advertirle, siempre en el marco del respeto hacia usted como persona y por la alta investidura que ostenta, advertirle que 2 de esas 3 necesidades básicas que deben ser cubiertas por nuestro Estado en estos momentos están al borde del colapso (alimentos y electricidad). Uno de mis lectores me advirtió que todos los viernes y sábados desde hace un poco más de 3 semanas y en un intervalo de 5 minutos, se dan cortes no programados de la energía eléctrica en la parroquia La Pastora de Caracas, a pocas cuadras del Palacio de Miraflores, nada más y nada menos.
También es importante tomar nota de que, pese a los esfuerzos que realizan los equipos políticos del PSUV y del resto de organizaciones políticas adscritas al GPP/Simón Bolívar, y los CLAP, continúa, y en algunos casos se ha incrementado el sabotaje desde PDVSA Gas en la distribución del gas doméstico. Usted podrá regalar el pernil, el combo hallaquero, la carne, el pollo y todo lo que usted quiera Presidente, pero si no se garantiza el servicio de gas doméstico, no habrá manera de comer estos alimentos, y esto pudiera actuar como detonante de hechos desencadenantes de eventos violentos en contra de su gestión gubernamental, que les caería como “anillo al dedo” a aquellos actores que en estos momentos se encuentran en la planificación de un nuevo zarpazo en contra de la Revolución Bolivariana.
Ese mismo compañero que me hizo llegar estas advertencias, y que pertenece al equipo político del PSUV en la parroquia La Pastora, y que hace vida en colectivos serios y revolucionarios y despliegan acciones conjuntas, me advirtió que a algunos efectivos de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) les estarían ordenando apagar sus radios, debido a que habrían participado en el secuestro de 4 camiones con bombonas de gas que iban a un sector específico de La Pastora a despachar 800 bombonas en un sector que no llega a 100 familias. El meollo del asunto estriba en llevar las bombonas hacia ese sector, y de allí bachaquearlas. ¿Quién le pone el cascabel al gato?
El pueblo humilde y de “a pie” le está echando un camión de bolas Presidente, y es importante entender, y me disculpan las expresiones, pero así las siente el pueblo llano, que aquí no se ha armado un peo porque el pueblo en su mayoría es chavista. Pero aquí no nos están dejando visualizar al enemigo de clase, el cual se disfraza de pueblo y esa es una de las razones por las cuales no es visibilizado. El enemigo también se disfraza de trabajador de instituciones públicas, de viceministros y viceministras, de directores y directoras, de ministros y ministras, de presidentes y presidentas de instituciones públicas.
Necesitamos de manera urgente visibilizar a nuestros enemigos para dirigir toda nuestra arrechera. Muchos tenemos claro quién es y lo combatimos con nuestro trabajo político, pero no todos están claros en esto. De hecho, hay militantes dentro del PSUV que no están claros con este peo.
Asimismo, y como lo señala Darío Morandy, el caso Gorrin-Andrade es como un ventilador a toda velocidad cargado con excremento que salpica a burócratas inescrupulosos, falsos profetas de encuestas prepagadas, periodistas faranduleros, empresarios de toda ralea, ministros de probeta, gobernadores desechables y toda suerte de corruptos...se está desnudando un inmenso tejido de corrupción y perversión que involucra la convivencia de algunos actores gobierno-oposición...un vaho pestilente embriaga el ambiente político ...
Yo le agregaría a la afirmación de Morandy, y vienen más casos que reventarán en los próximos días, que no los pierda de vista. Algunos viejos y otros nuevos.
Son elementos que deben ser objeto de una profunda reflexión, y hasta del relanzamiento de las “3R” que en alguna oportunidad planteo el Comandante Chávez.
Reflexiones largas y extensas, pero necesarias en estos tiempos de múltiples preocupaciones y pocas soluciones.
Juan Martorano
Abogado, activista por los Derechos Humanos, militante revolucionario y de la Red Nacional de Tuiter@s Socialistas
http://juanmartorano.blogspot.com
http://juanmartorano.wordpress.com
@juanmartorano
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