Pese a las agresiones que sufre nuestra Patria:

¿Por qué seguir votando por la Revolución Bolivariana?

13/04/2018
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Escribo este artículo en el contexto de la conmemoración de los hechos del 11,12 y 13 de abril de 2002, cuando un grupo de militares felones, brigada de generales sin tropas en alianza con la oligarquía criolla, pretendieron dieron un zarpazo pretendiendo truncar el incipiente proceso revolucionario hecho gobierno de la mano del Comandante Inolvidable Hugo Chávez.

Dieciséis años después, el contexto de estas conmemoraciones es muy diferente al de aquella oportunidad. Se da en el marco de un conjunto de agresiones multidimensionales y multiformes contra nuestra Patria, además de la ausencia física del líder histórico de nuestra Revolución Bolivariana.

Para el momento en que esto escribo, es 13 de abril. Conmemoramos el día de la Milicia Nacional Bolivariana porque ese fue un día de rescate de la Dignidad Nacional, de que la unidad cívico militar hizo posible lo que en ese momento en país alguno no había ocurrido. En menos de lo que cantan tres gallos, un pueblo heroico barrió con una tiranía y devolvió al poder a un líder democrático y revolucionario. Dicho caso aún es digno de estudio en el marco de las ciencias políticas y sociales en el mundo.

He escrito algunos artículos críticos, ante lo que me parecen errores y fallas dentro de nuestra gestión gubernamental que deben ser corregidos. Repito lo que señale en artículos anteriores: Jamás formularé críticas que le hagan juego a la estrategia enemiga para truncar este proceso revolucionario, que si bien ha tenido sus aciertos y errores, es garantía de libertad e independencia, que no por casualidad es el primer objetivo histórico de nuestro plan de la Patria.

Y de hecho, me permití expresar que el 20 de mayo, más que votar por Nicolás Maduro (a quien le ha tocado una tarea nada sencilla) y por el PSUV/GPP votaré realmente es por la Revolución Bolivariana. Sin dejar de reconocer el esfuerzo y el liderazgo que se ha ganado Maduro y demás integrantes del Alto Mando Político y Militar de la Revolución, apoyo más el proyecto político y las ideas, que a seres humanos, que además que podemos fallar en algún momento y sucumbir eventualmente a debilidades, somos temporales y finitos.

¿O cómo creen que Simón Bolívar ganó la Guerra de la Independencia frente al imperio más formidable sobre la faz de la tierra en pleno siglo XIX, con la mejor tecnología del momento, hombres debidamente equipados y adiestrados, y con todo y eso no pudieron doblegarnos? El propio general Pablo Morillo, cuando le escribía al rey Fernando VII las causas de la derrota del ejército español en Venezuela, le señalaba que él no se estaba enfrentando a un ejército de desarrapados, sino a una idea, y cuando las ideas son correctas e inmutables, la causa que se defiende es invencible.

Es por ello la tremenda capacidad de resistencia del pueblo venezolano, y creo que esa es la causa más poderosa, y sagrada además, por la que la Revolución Bolivariana, aún en resistencia, se mantiene en pie.

Asimismo, no puedo pasar por debajo de la mesa, que el día de mañana 14 de abril recordaremos los cinco años de la elección de Nicolás Maduro como Presidente de la República Bolivariana de Venezuela en unos comicios sobrevenidos los cuales no hubiésemos querido nunca asistir. Fue una campaña y una elección heroica, sumidos en un dolor desgarrador, y en algunos casos inmovilizador y paralizante que por momentos comprometió las posibilidades de triunfo y de mantenernos en el poder político por parte de los factores revolucionarios. No obstante, cumplimos la orden del Comandante antes de su cambio de paisaje de elegir a Maduro.

Venezuela en estos momentos está siendo usada como laboratorio y somos los “conejillos de indias” de experimentos por parte de los poderosos del mundo dentro de sus nuevos manuales de subversión y desestabilización. En estos momentos hay un gran despliegue de operaciones psicológicas sobre nuestro Estado-Nación a fin de generar angustia, desesperanza e incertidumbre para afectar nuestra psiquis y nuestra moral, y fundamentalmente para quebrar nuestras resistencias afectivas. Por ello las colas y todos aquellos estados displacenteros que en buena medida los mercenarios y mercaderes de la esperanza nos han hecho pasar.

Sin dejar de ser alegres y ocurrentes, elementos que caracterizan a nuestro pueblo en el planeta, debemos trascender las meras consignas y el discurso panfletario. Debemos hacer mayores esfuerzos en la gestión de gobierno, y sobre todo dotarnos de razones sagradas para seguir luchando y seguir resistiendo, sin olvidar la necesaria campaña remoralizante en nuestra Patria. Debemos formarnos y autoformarnos para fundamentar la campaña que viene, fundamentalmente en ideas y conceptos, además de profundizar e impulsar la organización popular. La primera batalla que estamos obligados a ganar es la de la opinión pública, y eso lo saben los enemigos de la Patria.

Han sido años heroicos y de resistencia. ¿Quién puede dudarlo? Años no exentos de dificultades, de amenazas, de asechanzas y contratiempos. Pero no todo ha sido negativo, y a cinco años de ello, necesario es hacer un balance de lo ocurrido durante ese lustro, a fin de que es importante entrar en una campaña de motivación y remoralización de nuestro pueblo (nada fácil en los tiempos complejos en los que vivimos) porque son muchas cosas las que estarán en juego el próximo 20 de mayo en Venezuela, Suramérica, el Caribe, y a nivel mundial incluso.

En medio de reflexiones con camaradas, pudiéramos resumir los cinco años de la elección de Nicolás Maduro como continuador de la Revolución Bolivariana de la siguiente manera.

Desde el año 2013 en la que ganó las elecciones presidenciales sobrevenidas Nicolás Maduro, éste siempre ha llamado al diálogo. La oposición ha interpretado este gesto como una debilidad en vez de una oportunidad, y es ahí donde erraron en sus apreciaciones y cálculos políticos. Iniciaron toda una ofensiva, por instrucción de sus amos externos, y nos atacaron, atacan y seguirán atacándonos con todo: terrorismo, guerra económica, atentados y ataques selectivos, sabotajes, acariciadera de egos, impulso de divisiones internas en el movimiento revolucionario, ataques certeros a PDVSA, entre otros.

Sin embargo, desde el 2013 y hasta la fecha, justo es reconocer que no se han paralizado las misiones sociales, el incremento y entrega de pensiones, además de que no hay retrasos en las mismas, salvo por los sabotajes de las entidades bancarias. La entrega de un millón de viviendas además de la implementación de programa “Barrio Nuevo, Barrio Tricolor”, para la mejora de nuestros barrios y viviendas. Además de ello, no se detiene la educación pública, gratuita y de calidad, tanto en educación básica como universitaria. Pago puntual e incremento de sueldos y salarios en la Administración Pública y demás entes del Estado; la implementación de mecanismos como el carnet de la patria, el cual hasta ahora ha dado resultados concretos en función de atender a quienes más lo necesiten. El despliegue de un plan nacional de vacunación con más de 11 millones de dosis, valorando también el enorme despliegue logístico y de talento humano que ello implica (Más de un millón de jóvenes con sus instrumentos), además de no ser derrocado.

Pudiera seguir esbozando razones por las cuales, pese a los errores y fallas, seguiré apoyando a la Revolución Bolivariana. Pero con las anteriormente expresadas creo que son harto suficientes.

Y por ello creo que no es retórica cuando Chávez nos expresó que, tanto los candidatos presidenciales y a los Consejos Legislativos de la oposición, de la derecha, de la oligarquía, de la burguesía o como quieran llamarla, son los candidatos del imperio yanqui en una doble estrategia de utilizar la vía electoral y la vía violenta para derrocar al Gobierno Bolivariano. Que escoja pues entre el imperio y la Patria.

Por eso, el 20 de mayo votaré por la Revolución Bolivariana, que es igual a votar por Nicolás Maduro y GPP/PSUV a los Consejos Legislativos. Porque sencillamente allí hay lealtad al legado de Chávez y garantía de futuro. Y además, porque #JuntosPodemosMás.

Juan Martorano

Abogado, activista por los Derechos Humanos, militante revolucionario y de la Red Nacional de Tuiter@s Socialistas

http://juanmartorano.blogspot.com

http://juanmartorano.wordpress.com

jmartoranoster@gmail.com

 @juanmartorano


 


 


 


 

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