Costa Rica: Polos tecnológicos rurales

23/03/2017
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Artículo publicado en la Revista América Latina en Movimiento No. 521: Internet y derechos económicos, sociales y culturales 10/02/2017

Costa Rica viene destacándose como uno de los países de la región latinoamericana con un sector productivo digital dinámico, en constante crecimiento y con alto potencial de desarrollo.  Sin embargo, un sector económico digital fuerte sin una política pública inclusiva y solidaria que le acompañe profundiza las brechas digitales.

 

Las oportunidades que este genera se concentran principalmente en varones blancos de la zona metropolitana, impactando en la profundización de las brechas económicas de género ya existentes así como las que distancian lo urbano y lo rural.  Esta situación, que se presenta en el caso de Costa Rica, es también la de otros países de la región y del mundo: el sector productivo digital tiende a generar concentración, produciendo nuevas exclusiones que afectan los derechos económicos de las poblaciones más vulnerables.

 

Sin embargo, se viene consolidando una situación particular en la zona norte costarricense, específicamente Ciudad Quesada (capital del Municipio de San Carlos), donde se ha ido gestando un polo tecnológico rural.  Desde el año 2012, nuestra Cooperativa Sulá Batsú trabaja en esta región promoviendo la inclusión y el liderazgo de mujeres en este incipiente pero fuerte polo tecnológico.

 

Se evidencia un polo tecnológico en San Carlos por la contribución económica que realizan las 9 empresas de base digital que se han creado y consolidado desde la propia iniciativa local, por los 250 empleos que ellas generan en este momento para la población rural, por la capacidad organizativa propia que estimula a nuevos emprendimientos digitales y por la participación de este sector de tecnología en el establecimiento de una cultura digital en el resto de las actividades económicas, sociales, políticas y culturales de la zona.  Este es por consiguiente un sector tecnológico que no solo se preocupa por sí mismo, sino que ha contribuido con la dinamización de la zona en la que se ubica.

 

Es necesario continuar profundizando en las condiciones que permiten la creación y consolidación de un polo tecnológico rural, nuestra investigación identifica:

 

  1. La existencia de carreras de tecnología en la zona: Definitivamente un factor clave es la excelente formación en tecnologías digitales que están generando las instituciones académicas en la zona[1].  Desde estas carreras además se promueve la investigación y la actualización en tecnologías digitales para la zona.
  2. Los profesores y profesoras de las carreras de tecnología son de la misma zona: una importante cantidad de los maestros de las nuevas generaciones son de la misma zona norte, lo que fortalece un sentimiento de identidad que ya existe en la región.  Muchos de ellos son a su vez los emprendedores que han conformado las pequeñas y medianas empresas de la zona, creando un círculo virtuoso que impulsa a las nuevas generaciones a crear nuevas iniciativas y a participar en este polo tecnológico que se ha ido perfilando como una oportunidad.

 

Factores que favorecen la construcción de un polo tecnológico rural:

 

  1. Universidades que formen jóvenes con alto nivel en tecnologías digitales
  2. Profesores de la zona que demuestren con su propio quehacer la importancia de las tecnologías digitales para la zona
  3. Programas que creen condiciones de oportunidad para las personas jóvenes de zonas rurales (becas, residencias, horarios apropiados, etc.)
  4. Reducción de brecha digital
  5. Cultura cooperativa, asociativa y trabajo en red
  6. Empresas digitales pioneras que creen en el potencial de las zonas rurales
  7. Arraigo de las personas jóvenes por su localidad e interés de permanecer para contribuir a su desarrollo propio.

 

 

  1. Oportunidades para las poblaciones jóvenes de la zona: A pesar de la reducción de los programas sociales nacionales en las últimas décadas hay que reconocer que aún permanecen algunas oportunidades para las personas de las zonas vulnerables del país.  La posibilidad de disponer de becas, residencias estudiantiles, laboratorios, subsidios, horarios nocturnos para trabajar paralelamente al estudio, entre otros aspectos, ha sido invaluable para que muchachos y muchachas de orígenes campesinos puedan estudiar carreras de base tecnológica.
  2. Una empresa digital motor del polo tecnológico: Es importante destacar el papel que una empresa nacional[2] ha jugado como pionera en la construcción de polos tecnológicos rurales.  Esta no solamente ha decidido mover parte de sus operaciones hacia la ruralidad, generando oportunidades de empleo a las personas jóvenes de la zona, sino que además ha incentivado que estas estén dirigidas por personas de la misma región; ha promovido y apoyado el emprendimiento digital de otros actores y ha participado en diferentes espacios de la región para posicionar la importancia del desarrollo del polo tecnológico.
  3. Una empresa de electrificación de la zona que provee conectividad local: No podría dejar de mencionarse el papel que tiene una cooperativa local[3] cuyo propósito original era la electrificación rural y que posteriormente se ha enfocado en telecomunicaciones y conectividad rural.
  4. Un fuerte trabajo en redes en la zona: A pesar de los retos que significan el trabajo en alianzas, en este municipio destaca el buen funcionamiento de diferentes mecanismos basado en redes.  El municipio tiene una cultura de trabajo en alianzas y el sector digital ha venido a integrarse con sus potencialidades y demandas a estos espacios teniendo no solo una aceptación importante, sino también aportando un valor agregado desde la perspectiva de las oportunidades digitales.
  5. Arraigo en la zona de origen: Existe un importante consenso por parte de los emprendedores digitales sobre la importancia del arraigo local.  Todos ellos han tenido la oportunidad de migrar hacia el área metropolitana, ligarse a empresas transnacionales y nacionales en el centro del país.  Sin embargo, ha habido un fuerte factor motivador por mantenerse en la zona, crear sus propios emprendimientos en la misma región, atraer nuevos profesionales del lugar para que permanezcan allí.

 

Unas palabras sobre la participación de las mujeres y de otras poblaciones.

 

Como sucede en general en el sector de las tecnologías digitales, la participación de las mujeres es muy poca en la zona norte de Costa Rica[4]. Importantes esfuerzos deben realizarse en la zona para promover que este polo tecnológico rural sea inclusivo de estas poblaciones también y sería un ejemplo aún mayor si se lograra.

 

En este sentido, se ha venido trabajando con la construcción de un liderazgo femenino en el sector de las tecnologías digitales de la zona[5], no solo promoviendo que se integren más muchachas a este sector, sino que ellas tengan las capacidades de ser lideresas dentro del polo tecnológico y que pronto sean dueñas de emprendimientos locales de base digital.

 

Los primeros aprendizajes

 

Es necesario continuar profundizando en la construcción de este polo tecnológico y documentarlo con detalle de tal forma que se pueda construir un modelo de desarrollo local basado en lo digital.

 

Un polo tecnológico rural debe partir de la perspectiva de los derechos económicos de las poblaciones rurales en el marco de la economía digital, de tal forma que se encuentren alternativas factibles para la inclusión de poblaciones vulnerables y reducir el impacto de la economía digital en la exclusión de las poblaciones rurales.  Este debe contribuir a resolver las problemáticas locales con tecnología.

 

Es necesario fortalecer los factores que están permitiendo la construcción de este polo tecnológico rural y replicar en otros espacios nacionales e internacionales (carreras universitarias, becas, profesores locales, emprendedores-profesores, etc.).  Además es importante, crear política pública para apoyar e incentivar el emprendimiento de base digital local en zonas rurales.

 

Consolidar el trabajo en red entre el sector digital y otros sectores en las zonas rurales de tal forma que se impulse un beneficio mutuo.

 

 

 

Kemly Camacho, Sula Batsú, Costa Rica.

 

http://sulabatsu.com

 

 

 

[1] Universidad Técnica Nacional, Instituto Tecnológico de Costa Rica, Instituto Nacional de Aprendizaje y Colegios Técnicos Profesionales

[2] Avantica S.A.

[3] Coopelesca R.L.

[4] Como lo es también la participación indígena, de población con discapacidad o población afrodescendiente.

[5] Programa TIC-as de la Cooperativa Sulá Batsú

https://www.alainet.org/de/node/184324

Publicado en Revista: Internet y derechos económicos, sociales y culturales

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