Fui testigo presencial de la jugada del gobierno de Paraguay, en alianza con el dudoso interinato brasileño, para sabotear el traspaso de la Presidencia Pro Témpore de Mercosur a Venezuela.

Ocurrió en la Reunión de Ministros de Interior y Justicia en Montevideo el 3 de junio pasado.

El vocero paraguayo no esgrimió argumentos. Sólo aseguró que "dada la situación de Venezuela" ellos se oponían al traspaso y que se retirarían del evento si ese acto simbólico se realizaba.

De nada valió la mediación uruguaya o las razones expuestas serenamente por nuestro jefe de delegación, el viceministro de Interior, general Manuel Pérez Urdaneta.

La derecha paraguaya hizo una apuesta visceral: la retaliación inspiró su papel de buscapleitos.

Quizá se debatían entre vengar su salida de Mercosur cuando el golpe de Estado al presidente Fernando Lugo, pelearse con Venezuela para no pagar la deuda petrolera o simplemente cumplir un mandado del patrón del norte.

Seguro serían las tres cosas.

Aclaremos que la PPT en Mercosur no se elige en sufragios, ni amerita consensos o acuerdos tras las cortinas.

El método es práctico y sencillo: se rota semestralmente en orden alfabético.

La travesura derechista viola las normas fundantes de MERCOSUR, ofende la tradición como compromiso de palabra empeñada y, para rematar, vulnera el derecho consuetudinario, que le otorga a Venezuela la representación del mercado común y el manejo de la agenda.

MERCOSUR ganó mucho con un miembro que aporta potencial energético-productivo y soberanía solidaria. Problemas tenemos todos los países, pero Venezuela es el más igualitario de la región y contribuye con esa necesaria visión progresista en reconocimiento de derechos.

Tenemos que darle espacio a la gente, movilidad migratoria y laboral, protagonismo a los pueblos originarios y al MERCOSUR cultural; no sólo de mercado y negocios se hace la humanidad, hace falta valores y respeto por la diversidad.

Comiencen por respetar a la Venezuela que busca su muelle de paz sin tutelas odiosas ni injerencias inaceptables.