Argentina: ¿retorno al pasado?

17/02/2016
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 mural argentina
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Mauricio Macri, el flamante presidente argentino, no ha perdido tiempo. Después de su estrecha victoria electoral (51,4%), y a dos meses de distancia de su toma de posesión, se puede realizar un primer balance del gobierno del “Berlusconi gaucho”, hijo de un buen amigo de los Agnelli (FIAT) y de Licio Gelli (jefe de la logia masónica P2).

 

Aprovechando la “luna de miel” de los primeros meses de gobierno, pero sobre todo el cierre del parlamento por vacaciones, Macri avanza como una aplanadora. No hay sector que no esté bajo ataque del revanchismo neoliberal de la derecha en el gobierno, que ha producido un drástico cambio del cuadro político con el apoyo del Partido Radical, (ex social-demócratas), de Alfonsín. El objetivo declarado es desmantelar estructuralmente el proyecto-país de los gobiernos Kirchner y deshacerse de las conquistas políticas, económicas y sociales.

 

Macri actúa como ejerciendo poder de facto, en los límites de la legalidad democrática, ignorando al Parlamento dónde todavía está en minoría. Esto último es “un detalle” en vías de solución, debido a que ha logrado quebrar el peronismo y ganar una docena (hasta el momento) de parlamentarios para su causa.

 

En nombre del “republicanismo”, a golpes de “Decretos de Necesidad y Urgencia” (DNU), ha desbaratado muchas de las conquistas de los últimos años, comenzando con el nuevo Código Procesal Penal y con la “Ley de servicios de comunicación audiovisual” más conocida como “Ley de medios”, la que ha puesto en discusión poderes consolidados a la sombra de la pasada dictadura, empezando por el Grupo Clarín, una verdadera potencia mediática.

 

Después de haber recompensado al sector agro-industrial, (con la baja de los impuestos y la devaluación), el gobierno está imponiendo políticas neoliberales, al estilo de los años 90’ en todos los sectores. Puede hacerlo, gracias al respaldo mediático de los grandes medios de comunicación y al blindaje de una parte del Poder Judicial.

 

Ajuste estructural, devaluación y endeudamiento son los tres pilares sobre los cuales el gobierno se mantiene en equilibrio, con medidas anti-populares que ya han provocado las primeras reacciones callejeras.

 

Pero vamos por orden.

 

Los zorros vigilando el gallinero

 

Más que un gobierno, parece una Junta de Administración. Además de representar la influencia directa de las multinacionales, los ex (?) Directores de las empresas que ocupan puestos relevantes del gobierno de Macri, evidencian la “ética patronal” con la que el “macrismo” pretende reescribir la historia futura de Argentina. La idea que el Estado pueda ser gobernado como una empresa parece todavía “dura de matar”, a pesar de que la historia haya demostrado ampliamente lo contrario.

 

La guinda de la torta está en el sector económico-financiero, un sector codiciado, dónde el capital internacional coloca al mando del Ministerio de Hacienda, hombres del banco J.P. Morgan y del Deutsche Bank.

 

La lista es larga pero no exhaustiva.

 

El actual Ministro de Hacienda, Prat-Gay, (ex – “Responsable de investigación y estrategia de las monedas” de J.P. Morgan), en días pasados advirtió a los trabajadores, que debían elegir entre mantener el puesto de trabajo o pedir aumentos salariales.

 

El Ministro está en buena compañía de Santiago Bausili, recién nombrado Subsecretario de Hacienda. Compinche de Prat-Gay, Bausili también viene de J.P. Morgan y desde el 2013 hasta hoy ha sido director del Deutsche Bank, ocupándose de reestructuración de la deuda extranjera de muchos países (Chile, Uruguay, Paraguay y naturalmente Argentina).

 

Y más aún, Luis Caputo, ex Deutsche Bank, es el encargado de la Secretaría del Ministerio de Hacienda. Y el jefe de los asesores económicos es Valdimir Werning, hasta ayer responsable del mismo banco para América Latina.

 

Para refrescar la memoria de los lectores, J.P. Morgan es el banco que ha colocado en el extranjero más títulos de la deuda externa argentina y que en los Estados Unidos ha sido acusado de haber engendrado la crisis financiera del 2008 con las famosas “hipotecas basura”.

 

No acaba aquí. Mario Quintana, del Fondo de Inversión Pegasus (Farmacity, Frío y Musimundo), serà coordinador del gabinete económico del gobierno.

 

Un panorama esclarecedor, visto que Macri quiere acelerar el acuerdo con los “fondos buitres” estadounidenses, aquellos fondos usureros que tratan de lucrar sobre la deuda externa argentina acumulada primero por la dictadura y luego por los gobiernos neoliberales.

 

El botín es del orden de 9000 millones de dólares, con graves repercusiones sobre la economía nacional. En definitiva, los buitres están bien representados en ambos lados de la mesa y la “negociación” está en manos del J.P. Morgan y del Deutsche Bank (Prat-Gay, Caputo, Bausili y Werning). Las declaraciones del ministro Prat-Gay aclaran el por qué de esta ofensiva contra los trabajadores: pagar la deuda odiosa e ilegítima contraída por la dictadura y los gobiernos neoliberales, en detrimento de las necesidades de la población.

 

Y por si no bastara, el ex-presidente de SHELL argentina, Juan José Aranguren, es el nuevo Ministro de Energía y Minas; el Ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, es un representante de los grandes propietarios de tierra, y un hombre de MONSANTO es responsable del sector rural de la provincia de Buenos Aires; el Ministro del Trabajo, Miguel Puente, ha sido administrador del gran grupo industrial TECHINT (que acaba de despedir a 200 trabajadores, aprovechando el nuevo clima político).
Siempre sobre el tema del trabajo, Marcelo Villegas, ex-director de personal de Telecom, es hoy el Ministro del Trabajo de la Provincia de Buenos Aires, la más importante del País.

 

La nueva Ministra de Relaciones Exteriores es Susana Malcorra, ex IBM y Telecom Argentina.

 

Y como broche de oro, al mando de Aerolíneas Argentinas, (que fue re-nacionalizada después de las privatizaciones de los 80’), está Isela Costantini, que viene de General Motors.

 

El Fondo Monetario al mando

 

El diligente gobierno, con el parlamento cerrado, y usurpando sus prerrogativas, ha promulgado enseguida una ráfaga de Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU).

 

Y ha anunciado solemnemente que, después de una larga ausencia, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha retomado el control de la economía argentina, y no hay duda, ya que los primeros resultados están a la vista.

 

Además de reducir o eliminar los impuestos a las exportaciones agrícolas e industriales, el gobierno abolió los controles sobre el cambio, provocado una devaluación del 30%, reabriendo las puertas a la especulación, con serios rebotes sobre precios y salarios. A lo cual debemos añadir, la eliminación de los subsidios al consumo de energía eléctrica (con aumentos del 200% al 450%), y a otros sectores.
El nuevo Director del Instituto de Estadísticas (INDEC), Jorge Todesca, ha dispuesto su cierre visto que “sus datos no eran confiables” y ha declarado la “emergencia estadística” porque “terminar con la inflación durará años”. Un black-out en las informaciones hasta próximo aviso.

 

En el tema trabajo, una de las primeras medidas del gobierno ha sido la revisión de más de 60 mil contratos, con el resultado de miles de despidos a empleados públicos, (acusados de ser “ñoquis”, holgazanes, buenos para nada…). Con el eufemismo de la modernización del Estado se ha iniciado un ciclo de despidos al por mayor, sobre la base de una “caza de brujas” ideológica contra quien sea que no esté “en línea”. Con la excusa de eliminar “la grasa de los militantes”, el gobierno Macri apunta a hacer adelgazar el Estado en su conjunto y a transformarlo de nuevo, como en los años 90’, en una estructura de carácter represivo, con cárcel y criminalización de la protesta social.

 

La oleada de despidos comienza también a golpear al sector privado (miles en pocas semanas) y adelanta un escenario de significativo conflicto social. El gobierno trata de limitar los aumentos salariales en un cuadro de fuerte incremento del costo de la vida (un 12% desde noviembre hasta enero, 4,1% en Buenos Aires solo en enero, sin calcular los recientes aumentos de las tarifas de los servicios públicos).

 

Y para el próximo 24 febrero el sindicato de los trabajadores públicos, ATE, ha declarado una primera huelga general, con el apoyo de otros sectores.

 

Con el pretexto de la lucha a la criminalidad, Macri ha decretado la “emergencia en la seguridad pública” en todo el país. Un cuadro de “orden y seguridad” que el gobierno necesita, debido a la marcha atrás en las libertades públicas e individuales. Los primeros efectos han sido la violenta represión callejera (recientemente de los trabajadores de Cresta Roja y La Plata), y la detención de Milagro Sala, dirigente social y diputada del Parlamento del Mercosur, con la acusación de “haberse alzado contra las decisiones gubernamentales” y de “promover tumultos”. Unos días después, para reforzar, se le agregaron las acusaciones de “asociación ilícita agravada” y “fraude en perjuicio de la administración pública”.

 

Hechos que dan marcha atrás al reloj de la historia, y retrotraen al período más oscuro de la historia argentina. Y mientras se criminaliza la protesta social, se nombra Presidente del Banco Central a Federico Sturzenegger, un banquero bajo investigación judicial.

 

La política exterior carnal

 

En tema de política internacional, la Argentina retoma las “relaciones carnales” (Menem) con los centros financieros internacionales y se aleja de la idea de la integración latinoamericana.

 

Después de 12 años de ausencia de la presidencia argentina, Macri ha participado en el Foro Económico Mundial de Davos (Suiza), el mega-encuentro anual de los ricos del planeta, que planifican sus ganancias y nuestro incierto futuro. En Davos, Macri se ha reunido con el vice-presidente estadounidense Joe Biden, con el presidente de México, Enrique Peña Nieto y con los jefes de los gobiernos de Gran Bretaña, Israel, Francia, Canadá e Irlanda.

 

Paralelamente ha anunciado la decisión de acelerar la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre el Mercosur y la Unión Europea y ha prometido relaciones comerciales más estrechas con la Alianza del Pacífico, (México, Colombia, Perú y Chile), que se contrapone abiertamente a los esfuerzos de integración continental (Alba,Celac, Unasur).

 

La visita de dos días a Buenos Aires del primer ministro italiano, Matteo Renzi, fue como un anillo al dedo para Macri que inmediatamente declaró: “Estamos recuperando nuestra relación con el mundo”.

 

Mientras tanto, el Presidente y su Cancillería vociferan contra el “populismo” de los gobiernos progresistas y no pierden ocasión para atacar a Venezuela, acusada de violación a los derechos humanos.

 

¿Derechos humanos sin futuro?

 

Quien pensaba que, al menos sobre el tema Derechos Humanos vinculados a la memoria y justicia histórica, el nuevo gobierno se habría movido con prudencia en los primeros meses, está destinado a retractarse.

 

Macri, ha declarado que con su presidencia se pondrá punto final al “curro” de los derechos humanos. En perfecta coherencia, decidió no recibir a los organismos de defensa de los derechos humanos (Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, familiares y otros) pero sí recibir en su lugar a Héctor Magnetto, Gerente del Grupo Clarín.

 

En línea con la política “revisionista”, el Ministro de Cultura de Buenos Aires, el macrista Darío Lopérfido (nomen omen), ha dicho que la cifra de 30 mil desaparecidos “es una mentira que se construyó en una mesa para obtener subsidios..”.

 

El nombramiento de Claudio Avruj, como Responsable de la Secretaría de los Derechos humanos, un ex -miembro de la “Dirección de Asociaciones Israelitas Argentinas” (estructura conectada con la extrema derecha israelí), está produciendo graves consecuencias, denunciadas por los organismos de defensa de los derechos humanos y por los sectores más progresistas de la comunidad judía argentina. El pasado 14 de enero, en uno de los lugares más simbólicos del terrorismo de Estado, el ex-centro de detención, tortura y exterminio de la Escuela Mecánica de la Marina (ESMA), Avruj se ha reunido con miembros del Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas (CELTYV). El CELTYV reivindica a los militares y a miembros de las fuerzas del orden, sus actos cometidos durante el período de terrorismo de Estado, y defiende la “teoría de los dos demonios”. Pide enjuiciar a los sobrevivientes, líderes de organizaciones sociales, militantes de movimientos políticos o partidos, que lograron mantenerse con vida, luego del horror de la sangrienta dictadura (1976-1983), llamándolos “terroristas subversivos”.

 

Parece claro, que el nuevo gobierno está empeñado en desmantelar los organismos vinculados a las políticas de Memoria, Verdad y Justicia. Hasta hoy han sido despedidas centenares de personas del Programa Verdad y Justicia, del Centro de Asistencia a las Víctimas de las Violaciones de los Derechos Humanos “Dr. Fernando Ulloa”, de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, de la Dirección de Derechos Humanos del Ministerio del Interior, como de diversos ex-centros clandestinos de detención, entre los cuales se encuentra, la ex-ESMA.

 

Removió unilateralmente al Presidente del Archivo Nacional de la Memoria, Horacio Pietragalla Corti, hijo de “desaparecidos” entregado en adopción por los verdugos a un militar represor. Pietragalla , es uno de los niños recuperados y devuelto a su familia biológica por las “Abuelas de Plaza de Mayo” y fue designado en el cargo por el gobierno de Cristina Fernández en acuerdo con diversos organismos de DDHH.

 

En el archivo se encuentra la documentación sobre la vida de los militantes populares, sobre las víctimas del genocidio y sobre la lucha contra el terrorismo de Estado. Una fuente de información relevante para todos los procesos de crímenes de lesa humanidad, cuyas oficinas se encuentran justo en uno de los edificios de la ex-ESMA. Pero el pasado 20 enero, Macri ha emitido un decreto diktat de remoción de Pietragalla, puesto que “… su elección y designación responde únicamente a una decisión del Poder Ejecutivo Nacional, resultando por lo tanto un cargo de conducción política que debe adecuarse a los lineamientos fijados por aquel”.

 

Dulcis en fundo, el flamante ministro argentino de Salud, Jorge Lemus, ha decidido cambiar el nombre del hospital “Laura Bonaparte”, rebautizado así en homenaje a una psicóloga fundadora de las Madres de Plaza de Mayo, fallecida en julio del 2013. Laura Bonaparte es un símbolo de la lucha contra la dictadura que le asesinó 3 hijos y el marido. Al exterminio familiar, sobrevivió ella y su cuarto hijo, Luis. Durante la dictadura cívico-militar (1976-1983), dicho hospital, funcionó como centro de exterminio de los opositores políticos. A la fecha, es un hospital especializado en salud mental y dependencias.

 

La mordaza a los mass-media

 

También en el sector de la comunicación el ataque es violento, en particular al “Sistema  de Medios Públicos”.

 

Aunque sea objeto de una disputa judicial en curso, se ataca a golpes de decreto la “Ley de Medios” de comunicación, fruto de un largo proceso de discusión y consenso. Una ley antimonopólica, contra la cual se ha concentrado la artillería mediática de los poderes fuertes de la comunicación, que vuelven hoy a recuperar los privilegios perdidos. Se cancelan las estructuras creadas por la ley, primero despidiendo la Dirección de la “Autoridad Federal de los Servicios de Comunicación Audiovisual” (Afsca) y de la “Autoridad Federal de Tecnología de la Información y la Comunicación” (Aftic). Y luego aboliendo los dos entes, para inventar el “Ente Nacional de Telecomunicaciones” que los absorbe y los anula.

 

El nuevo cuadro normativo del gobierno favorece a los latifundios mediáticos privados, empezando por el Grupo Clarín. Este último, no solo ha sido recompensado con la eliminación de cualquier restricción antimonopólica, sino que logró colocar un hombre suyo en la agencia pública de comunicación Telam, además de conseguir el despido de un acérrimo opositor, el popular periodista Víctor Hugo Morales.

 

Junto a éste, centenares de trabajadores del sector de la información están desempleados después de que el gobierno ha cerrado algunos medios de comunicación pública como SenadoTV, y despedido en masa (400 solo de Radio Nacional).

 

Y a propósito de TV y football, en su campaña electoral Macri había prometido que se podría continuar viendo football gratis, gracias a las medidas tomadas por los Kirchner. Pero Fernando Marín el hombre que hoy coordina el “Football Para Todos” y quien instrumentó los beneficios para el Grupo Clarín con la transmisión de los partidos más importantes adelantó que en 2019 se acabará el fútbol para todos. “Es un disparate ver gratis algo que es netamente comercial. Eso se acabó”, una frase que, en línea con la concepción mercantil del macrismo, no deja mucho espacio a los sueños de los hinchas.

 

También en el sector de la cultura, decenas de trabajadores del Ministerio de Cultura son despedidos y se ha cerrado el Centro Cultural Kirchner, echando a la calle al menos 600 personas.

 

Un estadista moderno

 

Y si tenían dudas de su capacidad de estadista “moderno”, Macri ha aclarado en Davos la posición argentina sobre el difícil proceso de paz en Colombia. “Queremos ayudar en lo que podamos en el proceso de paz en Colombia. Nos parece un camino a recorrer juntos. Vamos a apoyar al pueblo colombiano”. “Me une un enorme afecto con ellos. La serie ganadora de Boca fue basada en (Jorge) Bermúdez, (Mauricio) Serna y (Oscar) Córdoba, es un lindo recuerdo que tengo de Colombia. Y por muchas otras razones más” dijo Macri.

 

Y a una periodista mejicana que le preguntó sobre la reunión con el Presidente mejicano, Macri respondió que “lo que más le preocupaba al Presidente Peña Nieto era dónde podía aprender los pasos de baile que yo practico. Lo dejaron muy impresionado”.

 

Sería un buen chiste para reírse. Lástima que el vástago de la familia Macri sea el Presidente de la Nación Argentina.

 

Fuente: http://marcoconsolo.altervista.org/argentina-retorno-al-pasado/

https://www.alainet.org/de/node/175476?language=en
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