Informar no equivale a comunicar. Cinco valores incinerados durante ese trastorno

20/10/2015
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“La ignorancia no es la ausencia pasiva de información sino una mezcla formada por datos, datos incompletos, datos acerca de cosas irrelevantes, expectativas irrealistas, conocimiento fragmentado, categorías rígidas así como dicotomías erróneas.”

Richard Levins.

 

“La hegemonía  comunicacional angloestadounidense, dilucida a una memoria común manipulada por la deshistorización en el ejercicio de su poder político imperialista, e impone a la autoproducción burguesa como la única posible.”

Víctor Andrés Gómez Rodríguez.

 

“… la arquitectura de la emancipación no se hace con victorias falsas [...], somos también, todavía, un engranaje necesario dentro del mundo del capital. Y el gran desafío sigue siendo soltarnos de esa maquinaria implacable que todo lo engulle y todo lo depreda."

Ana Esther Ceceña.

 

“Cuba cuenta con el acceso masivo al conocimiento y la cultura de sucesivas generaciones, que forman parte de las reservas de capital humano de la Isla, para estar a la ofensiva en estos nuevos escenarios. Tenemos que construir un socialismo digital, no la imitación del internauta como consumidor enajenado.”

Abel Prieto Jiménez.

 

"And then we have all the other forms of violence in this country that we don’t really call violence, but they are acts of violence."

Michael Moore

 

Introducción.

 

La esfera de la información y las comunicaciones es una de las más sensibles para el país.  Ha sido y es blanco de todo tipo de ataques. Al daño económico causado por la política de hostilidad de Estados Unidos, se suman las violaciones de nuestro espacio radioelectrónico y el uso de las nuevas tecnologías para promover la desestabilización interna.

 

La Empresa de Telecomunicaciones de Cuba SA, ETECSA, por ejemplo, ha venido denunciando envíos masivos de mensajes no deseados desde otros sitios de la región o del mismo EE.UU. hacia la red de telefonía móvil de la Isla. No solo provienen de la conocida red ZunZuneo, sino de otros proyectos estadounidenses para la subversión y el “cambio de régimen” político. Estas acciones violan las leyes internacionales que regulan las comunicaciones, tanto en Cuba como en Estados Unidos. Todo lo anterior contrasta con la negativa a nuestro país, por parte de las autoridades estadounidenses, del acceso a tecnología, conexión a las redes, cables de fibra óptica que rodean la Isla y otros recursos.

 

Debido al insuficiente nivel de cultura general que se percibe a través de la impertinencia de un grado de cultura política promotor de confusiones muy serias que perjudican al ejercicio profesional necesario, y se evidencian en la “separación” entre economía y política, y entre tecnología y soporte teórico filosófico; esencialmente para despolitizar la expansión histórica de la cultura del capitalismo, que se ha “tecnofilizado”, hasta la aberración, para invisibilizar las diferencias, o diversidad entre culturas hacia una homogenización banal, es que nos vemos obligados a intervenir; pero concentrándonos en un aspecto del proceso y su implicancia en la incineración de valores sociales.

 

Para el discernimiento medular de un problema tan actual como complejo,  es indispensable diferenciar dos conceptos que definen la interacción entre los individuos.

 

El acto de comunicar, con independencia del medio que se emplee para ello, pasa irremisiblemente por el procesamiento de la información hacia conocimiento históricamente contextualizado. Porque lo que se comunica no es más que historia cultural: en la cotidianidad que viven los individuos, en el aprendizaje del decursar del tiempo en una persona, familia, cuadra, barrio, provincia, país, región, continente o universal.

 

Existe una acumulación histórica que conforma la vida cotidiana en cualquiera de esas dimensiones. Y todo ello es necesario aprenderlo en su contextualidad histórica. Dos personas comentan un problema privado y esa conversación deviene en comunicativa porque cada una sabe de lo que está hablando la otra. Eso se denomina saber mutuo; y va conformado una memoria común que permite la comunicación entre las personas. Se conversa para procesar información hacia conocimiento históricamente contextualizado,  o para confirmar o actualizar el conocimiento que se posee del otro, o los otros de su propia cotidianidad, o de la cotidianidad de los otros. Cualquier evento con posibilidades de actualizar nuestra capacidad de procesar información hacia conocimiento históricamente contextualizado forma parte de la historia cultural.

 

Cuando dos o más personas poseen la capacidad cualificada de poder conversar -con independencia del medio que se utilice-, y entenderse mutuamente, se puede decir, que existe una memoria común entre ellas, que comparten y actualizan continuamente.

 

Sin esa memoria común, actualizada, no hay posibilidad de acceso a la memoria histórica que guarda una familia, una cuadra, una ciudad, una comarca o un país.

 

Los sistemas de enseñanza pública de un país transmiten información mediante procesos de aprendizaje intelectivo a fin de que las personas puedan discernir la porción de esa enorme e inabarcable acumulación histórica vigente en ese momento. Es decir, un resumen de esa memoria en contexto histórico.

 

Es poco o nada lo que se puede comunicar sin la información pertinente de esa memoria histórica –memoria cultural- convertida en conocimiento, a través del saber mutuo.

 

Siendo la lengua o el idioma,  la base esencial que sustenta a una cultura (equivalente a modelo de sociedad), el dominio de ella, es decir, hablar bien o entender bien lo que se nos dice, más allá de una elemental alfabetización, tiene hoy en día una importancia vital.

 

De ahí que la hegemonía imperialista angloestadounidense incluya, mediante su supremacía codicial (la emergencia del inglés en su versión estadounidense como la lengua franca globalizada) el control y manipulación sobre las lenguas y las culturas,  que se manifiesta en la propiedad transnacional y control intrusivo sobre las redes digitales para un modo de procesamiento de la información sometido a su hegemonía comunicacional.

 

 

I. La dominación en la transmisión de información y la comunicación como una “revolución tecnológica abstracta”.

 

La revolución tecnológica –digitalización, inserta en la autoproducción burguesa- de los medios electrónicos de transmisión de información para la comunicación gestó la llamada sociedad de la información –y su fundamento teórico-, para el sometimiento de los individuos a la hegemonía imperialista angloestadounidense. Y se manifiesta en: la sustitución de ciertas relaciones sociales de producción, la extensión supuesta (al infinito) de la memoria humana, la construcción de la realidad en la dimensión "irreal" de los medios de comunicación como nunca antes se imaginó.

 

Sobre la relación entre la informática y el control de los saberes, la comunicación y el procesamiento de la memoria a largo plazo, habría que tener en cuenta, que una persona no redacta en la computadora como en una hoja de papel en blanco. Los pixeles que se encienden en la pantalla del monitor, no semejan los rasgos de la tinta o el lápiz, son signos "inmateriales" y rasgos que obedecen al principio de la inercia. Enfrentar a una pantalla es condición ontológica nueva -medio material, medio ideal. El texto de la pantalla se desvanece, puede corregirse y ser cambiado al instante. Alguien crea un texto en la computadora en interacción con un "objeto" que está más próximo a su cerebro que a una hoja de papel. El ordenador actúa, parcialmente, "casi" como un cerebro; posee acceso a bases de datos guardadas como si la memoria humana, desarrollando algunas de sus posibilidades que suplen la conversación normal. Se manejan dispositivos y software en la comunicación, que reemplazan a las personas. Entonces el panóptico, desde las redes digitales, no está sino en el cerebro de los participantes de esas redes. Aún si desconectado, se piensa dentro y a partir de esa construcción mental capitalista cada vez más, va tratando se sustituir a la comunicación interpersonal.

 

La ciencia de la comunicación, cuyo desarrollo ha dirigido la CIA a partir de los 50 del siglo XX      -recordar que el actual Internet fue en un inicio instrumento diseñado para la comunicación en el campo del espionaje-, es una herramienta esencial contra todo lo que se resista al dominio angloestadounidense. La alianza entre lo científico, lo tecnológico y lo político (capitalista) dio lugar a la emergencia de un subset que se localiza en el fundamento teórico de la llamada sociedad de la información, espacio para el desarrollo e intercambio de, y entre las redes digitales. 

 

Sitiar a la lucha de clases para controlar a los movimientos de emancipación nacional. Reclutar por exigencia de la dominación cultural, a expertos -economistas, informáticos, a psicólogos, sociólogos y productores de pensamiento- aptos al servicio de los intereses bélicos y de espionaje imperialistas dentro de las normas de esa sociedad de la información, durante la hegemonía angloestadounidense. Que conste: discernir críticamente el fundamento de la sociedad de la información, incluso, en algunos espacios anticapitalistas, es visto como retrógrado. Es necesario reparar en la despolitización que padece una porción de los jóvenes en su ansiedad por el acceso a las redes mediante dispositivos promovidos y comercializados por las transnacionales imperialistas.

 

A través de la imposición vigente de su cotidianidad y la acumulación histórica en sus saberes en la autoproducción burguesa, la actual hegemonía imperialista introyecta supremacía codicial angloestadounidense. Mueve por las redes digitales y sociales referentes culturales de su "cotidianidad", mediante la propiedad privada de las transnacionales sobre las redes digitales.

 

Nada escapa a la vigilancia de esas redes,  sitios y portales anticapitalistas son monitoreados por medios como Echelon,  que acopian toda la información que se mueva por las redes. Los firewalls apenas sirven de atenuante. La acumulación de datos es enorme y variada. Lo que podría parecer trivial, en una semana, un mes o varios años deviene en base para monitorear a una persona, grupo,  o institución. Las herramientas para la transmisión de información, dilucidadas como si comunicación en tanto, medios capitalistas de vigilancia y de coerción derivados del financiamiento a los servicios de la Guerra Fría, se insertan en un fin cultural más amplio: dividir el mapa del mundo según la lógica maniquea imperialista que funde a la comunicabilidad  –a través de las redes digitales- con la posmodernización  del mundo humano conocido.

 

Discernir a esas redes solo concernientes a la revolución tecnológica en tanto, proceso "abstracto", oculta al fundamento capitalista de esa (r)evolución.

 

Habría que dar una vuelta por Facebook, Twitter o Instagram para recrearse con las “simpatías” cubanas que se reúnen allí. A pesar de todas las dificultades por las que atraviesa Cuba para acceder a la Internet, bloqueo estadounidense mediante. No pocas de esas caritas locales ignoran que les sonríen a los webmaster de la NSA, mientras se desborda el embullo por el acceso digital. Y a fe mía que no hablo, precisamente, de disidentes,  ni de personas humildes no calificadas.

 

Las redes y sus dispositivos tecnológicos lo que hacen es transmitir información. El proceso a través del cual se materializa una comunicación resulta mucho más complejo y extenso. Tenga en cuenta de que no está bien preparado y advertido al efecto, puede estar en conexión con “alguien” dentro de una de esas redes intercambiando información, pero comunicando NADA. La base de la subversión imperialista consiste en ocultar esa realidad, que es esencialmente político cultural.

 

II. El contexto histórico actual, donde las comunicaciones experimentan su actualización para la rectificación radical socialista necesaria.

 

En medio de la nueva realidad que experimentamos durante el proceso de normalización de las relaciones entre los EE.UU. y Cuba, hay quien se puede cansar después de más de medio siglo de bloqueo angloestadounidense contra Cuba. La capacidad de resistencia es una cualidad del intelecto con un alto sentido de la dignidad, como valor, que se entrena todos los días durante más de medio siglo; solo asumiendo que hay dos Américas, distintas en todas sus realidades y sus implicaciones, será posible que puedan sentarse ambas en un mismo lugar, y que comiencen a exponer y a intercambiar acerca de sus realidades y sus proyectos, sobre la base del más absoluto respeto mutuo.

 

La convocatoria capitalista está en plena vigencia, sobre todo durante el proceso de normalización de las relaciones entre los EE.UU.  y Cuba.

 

Extraído del arsenal metódico de Vicente Romano[1] bajo la sospecha de que no ha dado todo lo posible en su análisis crítico. El investigador español lo limita al estudio de la transmisión de información. Para Romano hay secuestro del biotiempo ajeno, cuando se falsea y tuerce la realidad hasta obligar a las personas a actuar en contra de sus intereses; imponiendo la validez de los significados mediante signos hasta el punto de que los demás se identifiquen con ellos y acepten dócilmente los significados y valores de los poderosos.[2] Lo define como variable de violencia psicológica por la reducción del gasto de señales como factor esencial. Este ahorro sólo se efectúa cuando los otros acuden. Sin aforo una convocatoria carece de poder. El comienzo de todo poder radica en que se disponga del biotiempo de otros. Acudir reconoce el motivo, se esté o no de acuerdo con lo que se comunica, en virtud del tiempo que se le entrega[3] no sólo en la acción física,  a su vez en el plano mental como deponente previo. Cederle el tiempo que exige descarta el análisis crítico a cambio de una oferta para secuestrado fruto, en el mejor de los casos, del culto a la espontaneidad. [4]

 

La estolidez epistemológica[5] reduce la destreza cultural necesaria que actualice a la memoria común[6] (memoria histórica o memoria a largo plazo) durante la socialización de pensamiento crítico. La praxis política desde el ámbito del pensamiento crítico socializa el fundamento cultural, sin fin, del compromiso político radical para la subversión epistemológica[7] contra ese secuestro que exalta la “espontaneidad de las masas[8] para someter al consenso entre los individuos tergiversando la intelección del paso del tiempo; su gasto irrecuperable. De ahí el ahorro de señales que no se limita al espacio ocupado por las medicaciones tecnológicas,  se extiende a la indisposición –en boga- contra la reflexión crítica necesaria (cultivo de paciencia intelectiva) sobre la cotidianidad y el procesamiento de información hacia conocimiento (a comunicar) históricamente contextualizado, que tiende a ser sustituido por lo escueto desde la banalidad.

 

La violencia psicológica se invisibiliza en la comunicación primaria cuando las personas desplazan la sígnica del código angloestadounidense hacia su cotidianidad como la cultura posible. La ganancia del dominador es en capital, o en algo que aspire a serlo[9] a costas del biotiempo ajeno. Para el individuo la “ganancia” es el sometimiento al calendario capitalista que estimula la idiotización de los secuestrados. Así la comunicación primaria mutila a la memoria histórica sujeta al andamiaje de la pacificación mental. Es improbable que la hegemonía capitalista logre de otra manera el consenso desde una crisis global apuntalada por su industria militar. De ahí que promueva la ignorancia funcional[10] durante las crisis.

 

El secuestrado mal-intelige a la dominación cuando porta un calco de ella,  y crea un círculo vicioso que se expande mientras más personas se someta al proceso. Una cotidianidad secuestrada se disipa en la persistencia amnésica. Aun, cuando la praxis política de, o se acerque a un giro radical de la reproducción conveniente al desmantelamiento de dicha persistencia, ella está en los efectos de ese secuestro.

 

La convocatoria que promueve la expansión histórica de la cultura del capitalismo, hoy bajo la hegemonía angloestadounidense, es permanente. Y acapara todo el espectro de la comunicación ya digitalizada. Ya no es muy importante si se está conscientemente del lado antimperialista, o anticapitalista. Basta solo con atenderla. Acudir reconoce el motivo, se esté o no de acuerdo con lo que se comunica, en virtud del tiempo que (se le) entrega[11]. El peligro está en que tales acciones invoquen al derecho a la plusvalía sin vínculo con el trabajo propio que justifique la existencia alienante de relaciones sociales de producción capitalista. El ahínco por acopiar plusvalía del trabajo ajeno es uno de los objetivos fundamentales que persigue el imperialismo. Si se emigra de la cultura propia, tras dicha convocatoria, eso implica desplazarse hacia otro orden político.  El riesgo está en caer en un "ghetto" de ese otro orden político persiguiendo la fantasía dineraria que rinde culto al dólar.

 

La pacificación mental[12] y el mismo secuestro son productos y prácticas sociales actualizadas durante la emergencia neoliberal. La prospección metódica del análisis crítico del secuestro revela la “odisea” capitalista para la mercantilización del mundo humano que diluye al orbe en la cotidianidad de su plutocracia. Y su calendario acopia todo el tiempo en la administración desigual de lo “escaso”, durante la autoproducción burguesa en interacción con el acopio parasitario de plusvalía (rentismo improductivo). El esclavo en ciernes es el biotiempo ajeno. En contextos a contracorriente del capitalismo las integraciones políticas están acosadas por el calendario capitalista que controla el sentido de las mayorías. Su triunfo estaría en imponer secuestro y pacificación mental como “lo normal posible” dentro de la cotidianidad global.

 

El culto abstracto al dólar (USA), de una manera u otra incide en la situación local de la doble moneda, que por momentos de la crisis de los 90, devino en tres: dólar, peso cubano (depreciado) y peso convertible. La situación de la economía cubana no se equilibrará hasta que ese entuerto monetario haya desaparecido.

 

Lo anterior implica al fetichismo dinerario –se compra y se vende dinero[13]-; algunas personas generalmente optan por acopiarlo de manera improductiva o sustrayéndolo de los procesos de comercialización en las oficinas de servicios para las telecomunicaciones, versus la propiedad legal y (valor de) uso de lo necesario,  como la vivienda. Contra las reformas legales aprobadas desde el 2008, se percibe una tendencia al acopio de "dinero duro" (rentismo improductivo) en mano. Bienes como la vivienda se ofertan (ilegalmente en pesos convertibles) por quienes la recibieron mediante asignación subsidiada por "caso social", lo que puede volver a convertirlos en vulnerables, con el riesgo de que sea otra vez el Estado el que deba solucionarles (a crédito subsidiado) un problema que depende de la justicia social efectiva. El fetichismo dinerario impone una tendencia dinámica al rentismo improductivo –el derecho a una plusvalía al margen del trabajo -, recurriendo a la insuficiencia salarial como excusa, para el acopio parasitario sin utilidad social ni respeto a las leyes.

 

La renta (improductiva) evade los compromisos sociales. Más que en el acopio de objetos, descansa en la convocatoria a un rentismo que disperse  la socialización productiva necesaria al socialismo, es decir que equivalga:

 

“a construir […] en cada instancia productiva la imposibilidad de la explotación […]: «la propiedad capitalista significa no el derecho de disponer de objetos, sino el derecho a un ingreso sin trabajo, a una plusvalía», «la supresión de la explotación, la supresión de este derecho [a la plusvalía improductiva], es […] la supresión del valor capitalista, la confiscación del capital», «si el proletariado mejora tanto sus condiciones de trabajo que las compañías ya no proporcionan una ganancia sobre eI. l capital, su valor capitalista caerá a cero; las fábricas pueden ser útiles para la sociedad, pero habrán perdido su valor para los capitalistas», «ésta es la expropiación que Marx contemplaba»”[14]

 

El país está acosado por la agresividad angloestadounidense del dólar como moneda de cambio mundial. La crisis interna manifiesta no sólo la insuficiencia de divisas para el intercambio comercial, a su vez la incapacidad de acumularla debido a la guerra político-económica que la convirtió en plaza sitiada. Existe un desafío ante la praxis política socialista necesaria, de vanguardia[15] frente a ese estatus –que la sola integración regional anticapitalista no resolvería por sí misma- para rebasar la mera subsistencia y avanzar hacia la sustentabilidad de la transición socialista.[16]

 

La ansiedad subjetiva local que esto provoca aún está insuficientemente analizada. La re-estratificación de la sociedad cubana en las última dos décadas, en medio de una crisis que el estatus de plaza sitiada agudiza, dificulta todavía más la indispensable praxis política radical socialista en la convocatoria al aumento socializado de la productividad y en el reajuste legal del mercado del trabajo.

 

El juicio se atrofia desde la conciencia pasiva del asistencializado estatal en un país pobre. Y favorece al desánimo agresivo que manifiesta el sometimiento a la reproducción abierta e indecente de modos tóxicos de relación social (mal tolerados por el control institucional) como la corrupción, la estafa, y el rentismo improductivo, abonados por los efectos del bloqueo: prohibición de la compra de rubros esenciales como los alimentos, las medicinas, las tecnologías necesarias al incremento de la productividad. La obsesión por el acopio improductivo de dinero duro deviene, entonces, en pandemia. Morales advierte que “quien apela a la corrupción para enriquecerse, es muy difícil que después conserve aún otros valores”[17] Cualquier relación social tóxica posee afinidad con el acopio improductivo de “dinero duro” a los efectos del secuestro del biotiempo ajeno y su convocatoria: Acudir (a ese culto) reconoce el motivo, se esté o no de acuerdo con lo que se comunica, en virtud del tiempo que (se le) entrega.

 

Cuba es un país pobre como proyecto socialista en estatus de plaza sitiada. La porción de ciudadanía e institucionalidad corruptas intercambia “cosas” que son, o pueden ser (a falta de suficiente efectivo disponible al lucro) capital. ¿Se intercambia solo para subsistir si la plusvalía improductiva está ausente? Morales caracteriza a una “forma […] sutil encubierta de corrupción”[18] a la que “no pocos le restan importancia, porque la practican sistemáticamente o porque no la ven con el grado de peligrosidad con que miran la de los altos funcionarios”[19]. Pero termina siendo una variable de acopio parasitario de capital, o de lo que puede equivaler a dinero duro.

 

Cuando el dinero mismo ya es una mercancía, se asume una relación social tóxica, se experimenta la esperanza más noble o el “cambio circunstancial” de color ideopolítico, del suyo por esa misma razón.

 

III. Cinco valores incinerados durante ese proceso.

 

1. La ética.

 

El comportamiento personal de las personas es el resultado de muy complejos procesos,  todos con marcada implicación cultural. Los compromisos se pueden firmar pero se refrendan solamente con el resultado que manifieste el comportamiento personal. La ética es un bien harto preciado en la sociedad, pero que responde a normativas diferentes en dependencia del tipo de sociedad y su organización política. Existe una ética capitalista que se reformula constantemente dentro de la autoproducción burguesa. Y existe una ética socialista que responde a la sociedad que mediante actos efectivos de justicia social aspira borrar para siempre toda manifestación de dominación de personas o grupos de personas sobre los demás en mayoría.

 

Se evidencia un marcado interés por parte de la plutocracia y los órganos de inteligencia imperialistas por penetrar a la sociedad cubana con el objetivo de desmantelar sus normativas éticas, facilitando así, el colapso de la sociedad socialista. El de la ética es un valor vapuleado ex profeso por los intereses del rentismo capitalista a través del llamado mercado o “economía informal”.

 

La empresa ETECSA está obligada a supervisar y controlar en su seno por el respeto y la conservación de las normas éticas, porque estas, en su caso específico, son garantes de la soberanía del país,  y  de su paz social.

 

2. La sensibilidad humana.

 

La hegemonía angloestadounidense ejerce una política subversiva contra el ejercicio de la sensibilidad humana y los actos de justicia social socialista en Cuba, porque están en contraposición total con la cotidianidad capitalista. Más de medio siglo de bloqueo contra la Isla, han confirmado que la cultura angloestadounidense en su manifestación política gubernamental, no cree en actos de justicia social alguno. No hablemos de genocidios provocados en guerra locales por el mundo. Su industria del entretenimiento y el diseño sobresaturado de información banal de sus redes confirma la inexistencia de compromiso alguno con el ser humano. Seguirle la saga a esa industria es confirmarse de una u otra forma con la insensibilidad humana, que en el ámbito de la empresa ETECSA, puede manifestarse en la mala atención al público.

 

3. El grado pertinente de cultura política.

 

La cultura política, en su grado socialista pertinente, es la consecuencia de acumulaciones históricas desde las que, mediante selectividad intersubjetiva, se diseña y adquiere sentido un sistema político para el cambio radical o la continuidad no-teleológica del pasado en su interacción con el presente hacia futuridad. Debido a la deshistorización en el ejercicio de su poder, el sistema político capitalista “reconfigura” sociedades mediante la dominación política indispensable.

 

El grado pertinente de cultura política se actualiza a través de esa interacción (por selectividad intersubjetiva) entre acumulación histórica y modelo de sociedad, y se comunica desde esa memoria histórica a través del saber mutuo.

 

Entre otras, implica a la garantía de ese grado de cultura política socialista pertinente que impida que alguna expresión de la diversidad cultural activa dentro de la sociedad, aprovechando trastornos en la cultura política, apele a ellos para someter a otra porción social de esa diversidad,  es decir, a modos de dominación. O contra la auto-banalización de expresiones de la diversidad cultural –como la que promueve que la cultura imperialista angloestadounidense es la única posible- hasta que sus portadores crean posible, o mejor, beneficioso existir en el campo de la cultura al margen de lo político, o trocándolo por su valor de cambio: rentismo improductivo. La despolitización de alguna expresión de dicha diversidad, apropiándose de lo social sin vínculo con los asuntos y problemas sociales es la política manifiesta en el analfabetismo funcional, divorciada del grado de cultura política socialista pertinente. La representatividad actual más avanzada en la democracia socialista aún es insuficiente para inmunizarse del peligro enunciado antes. De ahí el proceso actual de rectificación radical socialista en marcha.

 

Gómez Rodríguez[20] alerta de que es improbable que pueda concebirse al pueblo políticamente organizado y empoderado desde distribución amplia por democrática del poder socialista para evitar el sometimiento del proyecto de emancipación, sin el grado pertinente de cultura política socialista. Las inquietudes al respecto solo pueden ser solucionadas a partir de una subjetividad culta en democracia,  que los ciudadanos con independencia de su labor profesional, oficio u ocupación laboral disciernan de qué se habla cuando exista alguna referencia a tales asuntos. Nadie podría defender su libertad, respetar la libertad de los otros, conservar y defender valores, ni crear un espacio equitativo de interacción social, desde la insustentabilidad o la falta de actualización en el grado de cultura política socialista pertinente,  que equivale al de cultura general.

 

En medio del bloqueo angloestadounidense -herramienta de su guerra política, que existe a pesar de la apertura de embajadas entre los EE.UU. y Cuba-, es estólido que alguien acumule “capital” mediante rentismo parasitario, malverse, robe, coma, se vista y beba cerveza a costas de los otros; o se creen espacios del mercadeo de bienes materiales y los servicios que equivalgan a “centros bursátiles de bolsillo”,  por ejemplo en la comercialización de productos agropecuarios, o la venta de tarjetas para el servicio wifi, durante la puja especulativa de los precios dentro del llamado mercado “informal”. La economía es intrínseca de la política, no hay economía a secas.

 

Nuestra empresa ETECSA, desde su privilegiada posición de comercializadora y garante de los servicios de las telecomunicaciones, está obligada a defender la soberanía del país contra un abandono posible del proyecto emancipatorio socialista que se manifieste mediante alguna dispersión imprevista del grado de cultura política alterando la dirección en la que debe encauzarse el cúmulo de los problemas y asuntos sociales; muy bien aprovechado por las agencias imperialistas de espionaje en función de esa implosión imperialista de lo político.

 

4. El grado pertinente de cultura general.

 

La persona, sea profesional o no, está en el deber con la sociedad y consigo misma de superarse constantemente,  sobre todo si hablamos de un país socialista donde el acceso a la instrucción pública es gratuito en todos los niveles de enseñanza. No existe culto religioso ni credo en los modos de conciencia social que sustituya al necesario esfuerzo y constancia en la superación del grado de cultura general. Será improbable alcanzar el de cultura política pertinente. Sobre todo teniendo en cuenta que para el imperialismo es indispensable el cultivo y cosecha de cerebros dominados por el analfabetismo funcional. El sector de las comunicaciones, donde nuestra empresa ETECSA juega un rol esencial, está obligado a superar el control imperialista sobre las redes,  algo improbable con mentalidad banalizada.

 

Las personas se comunican entre sí acumulación cultural en contexto político históricamente definido. Las consecuencias de la interacción entre presente y pasado en pos de futuridad posible reajustan a la reproducción social a través del grado de cultura política socialista pertinente,  que equivale al de cultura general. Lo que implica a una aptitud intelectiva eficaz contra el “socotroquismo” político soportado por la banalidad cultural. En el apremio durante la rectificación radical socialista posible, se olvida de manera displicente que “el gran proceso de democratización de los consumos culturales que emprendió el capitalismo, [fue y aún es] un instrumento que ha tenido un valor grande y creciente en las reformulaciones de su hegemonía” [21] .

 

5. La decencia (honradez).

 

Estado y legalidad son relaciones necesarias en la transición socialista posible. Trabajo y productividad son sociorrelacionales. Sin ética (que no sacrificial), ni libertad individual en equidad a compartir habrá antagonismos tensando aún más la bisagra entre la cultura (el proyecto emancipatorio) y la política socialista necesaria.

 

Gómez Rodríguez explica que el derecho a la libertad ciudadana individual, a mofarse de las jerarquías serviles, dogmas y verticalismos, a escoger la ocupación laboral que más beneficie no puede estar por sobre el derecho, la dignidad y la libertad ciudadana individual de los otros en la autoproducción socialista posible a reproducir en democracia. La ciudadanía está en permanente rectificación socialista, su cultivo sociorrelacional nos mantiene en una búsqueda –ardua, accidentada- de la equidad efectiva en la diversidad.

 

Enfatiza el estudioso citado que la reproducción de la decencia como valor social y los trastornos que esta padece son insuficientemente analizados, aún, en la hegemonía efectiva socialista. Lo que trae a colación un entuerto imperialista que despolitiza a la sociedad,  manifestándose en el funcionariado que convierte la autoridad delegada en culturalmente oligofrénica, que le garantiza un salario, asignación material y legitimidad social al margen de un mandato popular empoderado por democrático, que durante los problemas entre personas naturales y/o jurídicas entraña algún modo tóxico de relación social y converge en la tragedia de una inercia resentida que degrada al compromiso político socialista,  una relación social contra la pacificación mental imperialista.

 

Todo está, al decir del investigador citado, en que los intereses individuales sean los que culturicen a la memoria común entre los individuos contra la socialización hasta lo posible de la libertad ciudadana en democracia socialista. Una rendición de cuenta donde primen la hipocresía, el disimulo, la «doble vida», la negación a reconocer los fallos propios e incoherencias. Y la amenaza de articularse superior a los demás -por legitimación académica, etnócrata, fenotípica, de género u opción sexual, o socioclasista. Aun si la transparencia absoluta es improbable debido al complejo tráfico de la información hacia su semantización, históricamente contextualizada, para devenir en conocimiento que materialice procesos comunicativos.

 

No existe neutralidad política, el llamado apoliticismo no es sino el colmo de la falta de decencia, de honradez,  banalizar a la praxis política para el cambio social radical en la transición socialista tiende a una prerrogativa de casta burguesa. Gómez Rodríguez advierte que el individuo se intersubjetiva en un contexto histórico determinado como sujeto político. No existe decencia posible sin honradez política. No se cultiva el modo sociorrelacional ciudadanía sin posicionamiento político.

 

- Yelina Gómez Martínez es Doctora en Ciencias de la Comunicación Social. La Habana, Cuba.



[1] Vicente Romano. La intoxicación lingüística. El uso perverso de la lengua. Libros Libres. Rebelión. http://www.rebelión.org/

[2] Ibídem.

[3]. Ibídem.

[4] Borón en su análisis sobre ¿Qué hacer? , de Lenin, abordó lo que aquel denominaba como: “el culto de la espontaneidad [...]. El supuesto de este culto es que las masas tienen un conocimiento especial de su propia situación y de la sociedad en la cual se hallan insertas, de su estructura y de los rasgos que definen su coyuntura, lo que confiere a sus iniciativas espontáneas una certera direccionalidad revolucionaria [...] [cuando, desde la tradición populista] una de cuyas cláusulas establecía la hegemonía de las masas sobre la élite y la superioridad de su saber “natural” sobre el conocimiento “artificial” y libresco de los dirigentes. [...] Lenin advertía que la celebración del espontaneísmo equivalía, “en absoluto independientemente de la voluntad de quien lo hace, a fortalecer la influencia de la ideología burguesa...” Atilio A. Borón. Estudio Introductorio Actualidad del ¿Qué hacer? de Lenin. Material de formación política de la «Cátedra Che Guevara – Colectivo Amauta» http://www.lahaine.org/

[5] Ver: Néstor Kohan. Nuestro Marx. Libros Libres. Rebelión. org. http://www.rebelion.org  Pág. 284.

[6] Ver: Víctor Andrés Gómez Rodríguez.  La dominación comunicativa: un desafío para el socialismo del siglo XXI en la guerra cultural. VIII Edición Internacional de Ensayos Pensar a Contracorriente 2011. Editorial Millenium. Ciencias Sociales. Cuba. Págs. 194-197.

[7] Ver: Ana Esther Ceceña “Sujetizando el objeto de estudio o de la subversión epistemológica como emancipación” En: Ceceña, Ana Esther (coord.) Los desafíos de las emancipaciones en un contexto militarizado (Buenos Aires: CLACSO),  2006.

[8] Hernández lo entiende como "concepto de una amplitud burguesa.  [...] masa es el correlato del ejercicio del poder del capitalismo. Una sociedad masificada es una sociedad adormecida, consensuada [...] ese lenguaje que la izquierda [...] mal utilizó sin entender lo que significaba." Mario Hernández. Chávez intentó lo que Gramsci llamó la "guerra de posición". La Haine.org 24/4/2013. http://www.lahaine.org/blog.php?disp=impr&blog=1&p=68775

[9] Chesnais advierte que: "El movimiento del capitalismo está ordenado por una potencia social particular, es decir, una gigantesca acumulación de dinero convertido en “capital” o que aspira a serlo. Esta potencia social tiene dos particularidades. Primero la de autonomizarse frente a la sociedad, alzarse frente a ella, a medida que se refuerza gracias a largas fases de acumulación ininterrumpidas (como la que se inició durante la Segunda guerra mundial). Y después, la de ser incapaz de concebir que su expansión pueda tener algún límite." François Chesnais. “Un año después del crack bancario y financiero”. Rebelión.org. 29/12/2009. http://www.rebelion.org/noticia.php?id=97811

[10] R. Levins, en Cuando la ciencia nos falla, citado por Gil de San Vicente, enuncia que: «La ignorancia no es la ausencia pasiva de información sino una mezcla formada por datos, datos incompletos, datos acerca de cosas irrelevantes, expectativas irrealistas, conocimiento fragmentado, categorías rígidas así como dicotomías erróneas.» Iñaki Gil de San Vicente. “Los peligros de los tópicos…Insurgente.org.

http://www.insurgente.org/index.php/component/k2/item/616-los-peligros-de-los-t%C3%B3picos-y-e...

[11] Morales reflexiona que: "Cuba ha cambiado mucho en los últimos veinticinco años. Ya no es una sociedad monolíticamente revolucionaria como lo fue antes. Aún no ha logrado salir completamente de la crisis económica de los años 90, lo que ha impactado negativamente en el tejido espiritual de la nación cubana. […] se está produciendo un paulatino proceso de complejización de la situación interna cubana, que no es posible desconocer y mucho menos soslayar […] Cuba se encuentra atravesando la más difícil encrucijada de su historia [...] dentro del proyecto de expansión imperial de Estados Unidos […]. Ese proyecto nunca ha sido abandonado […] yo diría, que el número de potenciales anexionistas en Cuba ha aumentado, como resultado de las dificultades de su anterior modelo económico y de la lucha que implica encontrar el que nos salvaría como nación [...]; después de cincuenta y cuatro años, son menos los que en Cuba están dispuestos a recorrer de nuevo ese camino. […], [si no] vamos a desarrollarnos económicamente. Aunque el resto, que son la mayoría, son fieles al proyecto de revolución." Esteban Morales. “¿Hay algo de nuevo en la política de Obama hacia Cuba?” Rebelión.org. 05/09/2013. http://www.rebelion.org

[12] Es la que forma lo que Gil de San Vicente denomina el ámbito social de una: "democracia pacificada [que] requiere de mentes pacificadas para su correcto funcionamiento […]; el poder [burgués] se ha introducido en nuestra personalidad pacificándonos desde dentro, castrando nuestra independencia de praxis, de crear cosas y pensamientos nuevos y críticos, inasimilables por el sistema." Iñaki Gil de San Vicente. “Los peligros de los tópicos y eufemismos”. Insurgente.org.

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[13] Jorge Luis Acanda. Capitalismo y racionalidad: una reflexión sobre la deuda externa desde el pensamiento crítico. Bajo el Volcán, Puebla, México. Puebla. 2001. No. 2 Pág.2. Biblioteca Virtual de Filosofía y Pensamiento Cubanos. http://biblioteca.filosofia.cu. Consultado 5/05/2008.

[14] Julio César Guanche: Todo lo que existe merece perecer (o una pregunta distinta sobre la democracia). En: Ruth. Cuadernos de Pensamiento Crítico No. 1/2008. Pág. 232. 

[15] "son dos cosas distintas un partido-vanguardia y un partido-poder. Si nos montamos en una estructura de poder ya estamos rebasando el papel de la vanguardia [...] si nuestro propósito es articular la garantía, la reproducción y el perfeccionamiento de la vanguardia dentro del proyecto, nuestra aspiración no puede traducirse en el ejercicio del poder, ya se refiera [...] [a] cualquier dispositivo que releve al pueblo de la responsabilidad de las decisiones [...] ejercer el poder crea intereses corporativos [...] quieres estar en el Partido para poder ejercer el poder. Es toda una dinámica de intereses y compromisos de acuerdo al papel que juegan las instituciones." Waldo Fernández Cuenca. Entrevista a Aurelio Alonso Tejada. La Ventana. El impredecible final del laberinto cubano. Enviado el lunes, 3 de noviembre de 2008.

[16] Aurelio precisa que: “Para superar esa mentalidad de plaza en estado de sitio debe dejar de existir el estado de sitio real […] [que] se crea porque somos una verdadera plaza sitiada. Los últimos 15 años son la prueba más clara de ello. […] los Estados Unido […] comienzan el hostigamiento hacia esos regímenes latinoamericanos que se aproximan o siguen proyecciones antimperialistas, afines a las de Cuba.” Waldo Fernández Cuenca. Ibídem.

[17] Esteban Morales. “Cuba: corrupción, ¿la verdadera contrarrevolución?” Progreso Semanal. www.kaosenlared.net/noticia/cuba-corrupcion-verdadera-contrarrevolucion.

[18] el "funcionario, que administra una cafetería y le consigue los dulces y la cerveza al amigo que va a celebrar los 15 de la hija, mientras que este último, administrador de una fábrica, le  suministra las lozas y el cemento que el primero necesita para levantar una habitación adicional. Un simple intercambio entre dos. Donde no media dinero sino bienes y en el que no pocos se hacen los de la “vista gorda”, esperando que le llegue su turno de practicarlo también." Esteban Morales. Ibídem.

[19] Esteban Morales. Ibídem.

[20] Víctor Andrés Gómez Rodríguez. “El laberinto vigilante de la dominación política”. SurAméricaPress. 28/11/2014.  http://suramericapress.com/?p=6976&print=1

[21] Fernando Martínez Heredia. Revolución, cultura y marxismo. La Jiribilla, No. 665, 8 al 14 de febrero de 2014. http://www.lajiribilla.cu/articulo/6906/revolucion-cultura-y-marxismo

 

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