Desde que el periodista David Romero Ellener, director de noticieros de Radio y TV  Globo, trasladó la información del más grande acto de corrupción en la historia de Honduras, el robo al Instituto Hondureño del Seguro Social IHSS, de  7,000 millones de lempiras, se fue desarrollando un movimiento ciudadano de indignados e indignadas contra la corrupción. Un nuevo oleaje en la historia del pueblo hondureño. Una ruptura ciudadana con el gobierno de la república dirigido por el señor Juan Orlando Hernández. Una ruptura ciudadana con el Ministerio Público. Una ruptura ciudadana con la Corte Suprema de Justicia. Una ruptura ciudadana con una institucionalidad podrida y condenada a muerte por colusión con el crimen, contra un pueblo cansado de tanto abuso.

La ruptura es también con la partidocracia, acostumbrada a negociar en diferentes escenarios para el bienestar de sus mezquinos intereses. La ruptura también es contra organizaciones tradicionales del movimiento popular que no han luchado por los intereses generales del pueblo hondureño, no han sido coherentes en sus prácticas o que decidieron su suerte, en función de cuotas de poder apoyando partidos políticos.

Esta nueva coyuntura ha rebasado a los medios de comunicación tradicionales acostumbrados a poner la agenda y ha demostrado que las redes sociales permiten romper el cerco de la desinformación, permitiendo que la gente se autoconvoque, promueva sus movilizaciones y su lucha anti corrupción.

El movimiento ciudadano de los indignados y las indignadas ha desarrollado las marchas de las antorchas y las mismas tienen la característica de ser marchas despartidizadas pero muy politizadas, muy politizadas porque es el soberano que se empodera en un tema de interés general como ser la lucha contra la corrupción, muy politizadas porque la gente demuestra que tiene poder al movilizarse en las calles.

El movimiento ciudadano de indignados e indignadas contra la corrupción es de la gente que se autoconvoca, nadie moviliza a nadie, nadie dirige a nadie, nadie es dueño de este movimiento, no valen los liderazgos personales. Valen los liderazgos horizontales y en red. Nadie excluye a nadie y todo mundo que quiera luchar contra la corrupción puede participar.    

El movimiento ciudadano de los indignados y las indignadas es rico en liderazgos jóvenes, no solo por la edad sino por su energía y por su frescura en la forma de impulsar las actividades.

El movimiento ciudadano de los indignados e indignadas es inspirado en una filosofía de la no violencia activa y esto lo hace más fuerte.

Hay, en esta nueva coyuntura que parte del quiebre ciudadano con el Estado corrupto, hay dos agendas. A nuestro juicio estas son las siguientes:

La del movimiento de ciudadano de los indignados e indignadas que es:

-Juicio Político a JOH.

-Fuera JOH. Razón sobra. Todos los caminos de la corrupción conducen a JOH.

-Instalación de una comisión internacional contra la impunidad que permita terminar con la corrupción y la impunidad.

-Instalación de una asamblea nacional constituyente que permita un nuevo pacto político y social, con normas jurídicas generales en función de una sociedad justa.

-En tanto se aprueba la nueva Constitución de la República, instalar un gobierno provisional con personas honradas y con capacidad.

La otra agenda, la de la partidocracia, algunas ONGs, (ASJ, APJ.), la rectora de la Universidad Autónoma de Honduras, Olban Valladares y otra gente, es la siguiente:

-Un diálogo con JOH a fin de garantizar que no siga la fragilización de su gobierno.

- Lograr cuotas de poder en la nueva corte, repartiéndose, en primer lugar la junta nominadora y después la integración de la misma.

-Fortalecer con cambios cosméticos la institucionalidad, más para hacer remiendos de fachada.

El movimiento ciudadano de los indignados e indignadas ya ha tenido muchos éxitos. Se puede ver a un Juan Orlando Hernández arrinconado que cambió su agenda reeleccionista para desesperadamente asumir un papel de emperador y ordenar que procesen a aquel o al otro. Esto es sin lugar a dudas un circo de los que mucho ha visto la población hondureña, si no recordemos el resultado de otros escándalos en los que después se reparten por docenas las cartas de libertad (Callejas un ejemplo).

El imperio y su papel

El imperio gringo siempre juega un papel intervencionista y esta coyuntura no es la excepción.

Tienen cuerpos de policía manejados por ellos, tienen fiscalías que ellos las manejan y saben que la situación de corrupción en Honduras es grave. Han soltado alguna información, seguirán soltando. Ellos se la jugarán con todo porque se dan cuenta que un pueblo movilizado con sus antorchas en alto es imbatible.

El movimiento ciudadano de los y las indignadas no es de tontos, saben que en circos no hay que participar y el diálogo es bueno pero no con los responsables del robo más grande en la historia del país.

La Esperanza Intibucá, 21 de junio del 2,015.

- Salvador Zúniga es Miembro de la Coordinadora Indígena del Poder Popular de Honduras CInPH