Observaciones juveniles al Foro de Sao Paulo

09/07/2012
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Apenas de regreso al Ecuador, y retomando las actividades dentro de la Juventud Comunista, he recibido dos correos electrónicos desde la Agencia ALAI los cuales han permitido evidenciar las tensiones acontecidas dentro del FSP, y llama la atención que Atilio Boron por una parte y Valter Pomar,  por otra, emitan criterios opuestos frente a un evento de tanta importancia como el FSP.

En primer lugar es menester saludar la honestidad política de Boron y Pomar, para exponer sus posiciones de manera frontal, misma actitud que no logró evidenciarse al interior del Foro, ya que en las distintas ponencias que se realizaron como parte de la Sesión Plenaria del FSP no hubo ningún espacio para el establecimiento de críticas constructivas de ninguno de los procesos nacionales que se vienen desarrollando en Latinoamérica, llegó a tal punto este silencio que ni siquiera en el 4° Encuentro de jóvenes del FSP se logró incorporar la posibilidad de exponer los objetivos por ahora no logrados, parafraseando las históricas palabras del Comandante Chávez.

Por otra parte es importante saludar al FSP como uno de los espacios más amplios para la discusión de los avances, retrocesos y perspectivas de un movimiento que más allá de los chovinismos nacionales pretende ser regional.  Ahora bien, es necesario precisar que el FSP tal como lo dice Pomar no es una de esas Internacionales que agrupa a los que piensan igual para salir cantando victorias por coincidencias ideológicas, mas es preciso también expresar que, al menos a criterio personal, la amplitud del FSP tampoco es el argumento para justificar cualquier tipo de unidad programática, ya que si algo sorprendió del Foro,  cuyo lema fue: “los pueblos del mundo contra el neoliberalismo y por la paz”,  es la presencia del PSOE que de antineoliberal no le queda ni un pelo.

El FSP, según los comentarios de varios participantes,  tuvo y tiene un razón histórica, y esta XVIII edición no fue la excepción; lograr que los partidos políticos, movimientos sociales de las izquierdas coincidan al menos en el planteamiento de puntos de partida.  Y esta característica tan importante del FSP parece que algunos la malinterpretan para esperar que el Foro logre construir un programa de acción único de todas las agrupaciones.

Al parecer las opiniones post FSP son el resultado de un fenómeno que se evidencia cada vez más en nuestra América; la dificultad de la izquierda para discutir desde el poder y lograr criticarnos de manera colectiva.  Sin embargo, viendo el lado bueno, todas las organizaciones pudieron llevarse buenas radiografías de los procesos políticos de la región y el mundo mediante las famosas “reuniones bilaterales” entre partidos, allá queda si alguien no pudo entablar contacto con sus pares para ampliar la información, que por la misma dinámica del Foro era complejo poder recabarlas en las reuniones programadas.

Un elemento central que debemos observar del FSP y su edición en suelo venezolano, fue la dificultad para encontrar un punto de quiebre entre la acción institucional de los gobiernos y la acción militante de los movimientos que gobiernan.  Así, el PSUV habló del gobierno de Chávez, Alianza PAIS del gobierno de Correa y el largo etc., más no hubo el espacio para que los partidos hablen de sus perspectivas políticas.  Y esto es necesario decirlo, ya que si algo parece estar olvidándose es que los procesos de toma del poder no culminan con la victoria electoral, y que si algo permitirá radicalizar el resultado electoral hacia la configuración de un sociedad de poder popular como la cubana, radica justamente en el poder de su partido, o partidos bajo las dinámicas continentales del socialismo del Siglo XXI.

La clausura del Foro, vale la pena comentarla, y empezamos justamente con lo que dijo Chávez: “Yo soy un soldado, ustedes los intelectuales” frase que tiene un significado profundo, ya que es el mismo Chávez quien reconoce y delimita los roles, aunque no de manera privativa si establece prioridades.  Así pues, las casi tres horas y media de discurso del Comandante permitieron  establecer varios criterios, por supuesto que algunos más aplaudidos, otros no tanto, pero justamente eso es lo que debemos defender, que los líderes latinoamericanos no pueden venir cumpliendo la tarea de 7 oficios, teorizar, organizar, dirigir el Estado, y justamente por eso la vigencia del FSP: lograr que nuestras organizaciones nutran de contenido, o radicalicen el contenido de los gobiernos progresistas de Latinoamérica.

Para finalizar: tanto Boron como Pomar expresan que en este momento histórico "la moderación, lejos de ser una virtud, se convierte en un pecado mortal", claro está que si realmente creemos y queremos abandonar esa moderación pecaminosa, no debemos fijar nuestras fuerzas declarativas únicamente a detallar minuciosamente los males del capitalismo, sino asumir la responsabilidad de criticarnos tanto en lo orgánico, como en lo gubernamental –en los lugares que sea posible- y es esa actitud la que, desde la Juventud de izquierda latinoamericana, esperamos observar en la próxima edición del FSP.

- Diego Vintimilla Jarrín es Delegado del Consejo de Movimiento Sociales del ALBA, Capítulo Ecuador. Miembro del Comité Central de la JCE. Ex presidente de la FEUE Filian Cuenca.

https://www.alainet.org/de/node/159426?language=en
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