Occidente arando en el mar

Hubo una tiempo en que cultura era mucho más que la cultura de la entretención, que termina siendo cultura de la distracción, de la cual participan no solo los medios y la farándula, también los deportes de masas administrados por empresarios hábiles, las cumbres y los sueños televisivos, las elecciones y la democracia representativa. Un vaso de agua contaminada quita la sed igual que un vaso de agua limpia. Los políticos mienten del mismo modo que los científicos, los religiosos, que los cientistas sociales.

Cuando las palabras se banalizan, se distorsiona el conocimiento y se confunde más a las mayorías que cada día entiende menos todo. Triunfa Mcluhan, el medio es mensaje.

No creo que se le escape a nadie darse cuenta que los medios tradicionales potencian las llamadas redes sociales donde caen como peces distraídos las masas juveniles mostrando en gran porcentaje su levedad conceptual, reaccionando muchas veces con insultos, enfrentándose a otros peces, en lugar de responder con base argumental y creando vínculos. Hoy todos los diarios centrales tienen enlace a las redes sociales y programas políticos leen opiniones de los tuiterianos (podría servir este neologismo) o de feisbuquianos (¿?).Pero en el modo fáctico su influencia se ve escasa. Importa el número de usuarios y no la dispersión categorial del vocablo comunicación. Total quien ha leído a Habermas si poseo el medio tecnológico. Allí se puede instalar cualquier tema aunque sea intrascendente, sin olvidar que la opinión de lectores sirve a los medios para magnificar las opiniones de los expertos que dan vueltas sobre lo mismo pero con respaldo editorial.

Hace poco Todorov, funcionalista en teoría de la comunicación, también espera que aparte de indignarse los indignados debieran construir el discurso emancipador y crear tendencias irreversibles. Como si debiéramos culpar a los trabajadores alemanes cuando su cultura y su política no logró darles un discurso concreto y no academicista para optar a la democracia y fueron seducidos por el nacionalsocialismo. El trabajo a cualquier precio, incluido el ético, el cultural social aparece como algo mejor que nada. Por supuesto después aparecen los expertos con estudios sesudos realizados sentados en sus escritorios sobre el criminal holocausto y vergonzoso período histórico alemán. El saber y no actuar transforma el saber en un saber cínico. El relato después siempre amarga.

Por eso, me resultaba grotesco ver en facebook grupos cerrados que manejan buena información y no la comparten. Cuando no se destaca adecuadamente el valor del movimiento estudiantil chileno no solo para Chile, porque en Brasil la depredación criminal de los bosques con el respaldo del parlamento debiera producir movimientos sociales fuertes porque la situación ecológica latinoamericana es caótica. Que el 30% de los latinoamericanos viva en viviendas precarias, que los jóvenes uruguayos no salgan a decir que Uruguay no es Montevideo solamente, que Argentina, su pueblo es mucho más que lo que hoy tiene dentro de una guerra sin tregua entre medios, periodistas, y discursos ausentes de diálogo social.

Insisto, en cada uno a lo suyo, sin vínculos concretos, sin concretar un discurso social cooperativo, Occidente ara en el mar y la inteligencia se diluye en ingeniosidad. Entonces, me voy a ver el partido de Djokovic y Nadal.

- Walter Dennis Muñoz es periodista

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