Acorralados por el mundo, asesinan libertad de expresión
14/03/2010
- Opinión
El libre ejercicio del periodismo en Honduras sigue bajo el riesgo de la muerte. En una semana ya suman dos los periodistas asesinados sin que exista un responsable o una explicación de lo ocurrido.
Desde que asumió la nueva continuación del régimen de facto representado ahora en Porfirio Lobo, la represión hacia los que se oponen a vivir en una antidemocracia esta ascendiendo.
Esta vez, la ciudad de Tocoa en el departamento de Colon fue testigo del cruel asesinato del periodista Nahúm Palacios, quien ya había recibido amenazas a muerte junto a su familia, según los reportes de prensa internacional y algunos medios de comunicación de Honduras.
En el mes de julio de 2009, Palacios hizo una denuncia pública contra los militares que allanaron su casa y decomisaron su equipo de trabajo.
La víctima se opuso al golpe de Estado perpetrado el pasado 28 de junio, y ya había recibido advertencias de parte de miembros de las Fuerzas Armadas de no seguir publicando temas en relación al cuartelazo militar.
Siempre en la costa norte de la nación centroamericana, específicamente en la ciudad de la Ceiba, la semana anterior el periodista David Meza Montesinos murió abatido a balazos. Meza laboraba en un medio de comunicación, cuyo dueño es el diputado nacionalista, Rodolfo Irías Navas quien también avaló la asonada castrense contra el último gobierno democrático de Honduras presidido por Manuel Zelaya.
Los recientes acontecimientos confirman que Honduras vive una grave violencia contra la prensa que resiste en reconocer a un gobierno nacido de un proceso espurio, sin embargo estos hechos son utilizados en una aparente campaña de combatir sin tregua a la delincuencia y al crimen organizado, como ya lo han mencionado en gobiernos anteriores como la “cero tolerancia” de Ricardo Maduro Joest (2002-2006), en cuya administración la delincuencia común y el crimen organizado alcanzo niveles jamás registrados en Honduras.
De nuevo, la Secretaría de Seguridad al frente de Oscar Álvarez tienen a su disposición los medios de comunicación de Jorge Canahuati Larach, quien insiste en publicar que células guerrilleras se están conformando en Honduras, sin embargo el discurso de este empresario que apoyó el golpe militar no posee ninguna validación.
Según el Movimiento Campesino Unificado (MUCA), el comunicador Palacios recientemente proporcionó cobertura al conflicto agrario que se vive en el Aguán y publicó una entrevista con los campesinos.
El reporte confirmó que no existía ninguna intención de conformar una lucha armada, ya que el vídeo del periodista exhibió a personas con características propias del área rural sin ningún tipo de arma, pero si con sus rusticas herramientas que utilizan para trabajar la tierra.
La región del Aguan en el norte de Honduras se han intensificado los conflictos entre sus moradores y los empresarios Miguel Facussé, Rene Morales y Rafael Canales, quienes arguyen su potestad de extensas parcelas de tierra en donde han habitado históricamente sus pobladores, sin embargo los argumentos de los terratenientes aun no ha sido comprobado bajo términos legales fuera del alcance de sus influencias.
Desde el comienzo de 2009 la persecución que enfrentan los campesinos por el reclamo de tierras los ha sometido a una acentuada represión, cuya cobertura periodística solo era publicada por el asesinado periodista Nahúm Palacios de la televisora de canal 5 del Aguan.
La campaña terrorista contra los campesinos del Aguan que es publicada en los rotativos del ex asesor económico del ex presidente de Honduras, Carlos Flores Facussé (1998-2002), Jorge Canahuati Larach, amerita una investigación rigurosa de parte de los organismos internacionales de derechos humanos y defensores de la libre expresión que mantienen una alta credibilidad y ética ante los ojos del mundo.
Ante estos hechos, la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), cuya responsabilidad recae sobre Canahuati Larach y Flores Facussé por ser parte de esta institución, han enmudecido en cuanto a emitir un comentario sobre los dos últimos asesinatos contra los periodistas hondureños.
Según información difundida por el MUCA, el 24 de julio la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), otorgó medidas cautelares al periodista Palacios, pero nunca gozo de la protección del Estado.
Este ambiente de hostilidad creado por la herramienta de la información en contra de los desposeídos, es un arma mortal que publica informes sin ningún tipo de crédito, lo que hace recordar las arcaicas actuaciones del fascismo cuando en grandes hogueras incendiaban libros cuartando la libre emisión del pensamiento.
En la segunda década del siglo XXI no debe ser permisible que una burguesía retrograda e inculta retome estos actos inhumanos, solo por sentirse acorralada ante la opinión pública del mundo, quienes condenan y no reconocen el gobierno que han impuesto a punta de fusil y bajo una fuerte violación a los derechos humanos.
Es imprescindible que en Honduras se asienten los organismos mundiales que verdaderamente aman y respetan a la humanidad.
https://www.alainet.org/de/node/140044
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