Cantos de guerra para dictaduras militares en Paraguay
23/10/2006
- Opinión
¿Qué se proponen quienes promueven vientos de guerra contra Bolivia? Si se asume que la estructura de poder que hasta la fecha azota nuestro país tiene como pilar fundamental el ejército, bien se puede afirmar que los que levantan una paranoica actitud contra los bolivianos, estarían legitimando un aumento del rubro militar en el Presupuesto General de la Nación en detrimento de básicas coberturas sociales y con ello, ese pilar. Eso es así desde el momento en que a los cuatro vientos se nos quiere vender la idea de que el convenio militar entre el vecino país y Venezuela arriesgaría nuestra integridad territorial. Desde esa premisa, ante riesgos de guerra, para esa percepción, lo que cabría es que incrementemos nuestro potencial bélico priorizando nuestro ejército, porque por una cuestión elemental de dignidad, no podemos llamar a Superman a que nos defienda ante un peligro exterior. Si esto funcionara así, no tendría sentido tener ejército.
Lo que llama la atención es que ahora aparece esta paranoia y no cuando Bolivia estaba mucho más armada. El gobierno de Sánchez de Lozada, tenía nada menos que misiles que habían sido vendidos por EEUU y que poco antes de asumir Evo Morales, fueron devueltos por un poco decoroso militar boliviano. ¿Qué decían en aquel tiempo los actuales xenófobos regionales que hoy ven fantasmas en el altiplano? Yo no recuerdo que se haya dicho absolutamente nada. ¿O será que cuando las armas vienen de la América del Norte siempre serán bienvenidas cualquiera sea el calibre?
Nada impide a un estado soberano establecer convenios con otro como es el caso de Bolivia y Venezuela. O es que sólo los convenios militares entablados por los estados latinoamericanos con USA que tienen vigencia desde los años cuarenta del siglo pasado, son los únicos válidos. Además esta lógica de crecer militarmente en función al potencial bélico de los vecinos, aparte de dar prioridad presupuestaria a las Fuerzas Armadas, nos conduciría a un oscuro callejón sin salida. Que les parece pretender competir con Brasil (uno de los mayores productores de armamentos en el mundo) y Argentina.
Por otro lado, creo que a la hora del análisis, no estaría demás considerar los cuantiosos intereses que la secta Moon tiene en la región; puntualmente, para el caso, en Santa Cruz-Bolivia, en el Chaco paraguayo y en puertos chilenos y uruguayos. Si realizamos este enlace, habría que cuidar que a veces, hasta con buenas intenciones, no se esté acompañando una campaña mediática que podría estar pergeñada por una secta de gran poder económico y político.
La campaña de pánico contra el país hermano de Bolivia es sumamente peligrosa y contradictoria porque es una política militarista que promueve el refuerzo de un pilar de la estructura de poder a la que dicen oponerse quienes la desatan, satanizando gobiernos latinoamericanos que no se someten a los dictados del poder hegemónico norteamericano.
Lo que llama la atención es que ahora aparece esta paranoia y no cuando Bolivia estaba mucho más armada. El gobierno de Sánchez de Lozada, tenía nada menos que misiles que habían sido vendidos por EEUU y que poco antes de asumir Evo Morales, fueron devueltos por un poco decoroso militar boliviano. ¿Qué decían en aquel tiempo los actuales xenófobos regionales que hoy ven fantasmas en el altiplano? Yo no recuerdo que se haya dicho absolutamente nada. ¿O será que cuando las armas vienen de la América del Norte siempre serán bienvenidas cualquiera sea el calibre?
Nada impide a un estado soberano establecer convenios con otro como es el caso de Bolivia y Venezuela. O es que sólo los convenios militares entablados por los estados latinoamericanos con USA que tienen vigencia desde los años cuarenta del siglo pasado, son los únicos válidos. Además esta lógica de crecer militarmente en función al potencial bélico de los vecinos, aparte de dar prioridad presupuestaria a las Fuerzas Armadas, nos conduciría a un oscuro callejón sin salida. Que les parece pretender competir con Brasil (uno de los mayores productores de armamentos en el mundo) y Argentina.
Por otro lado, creo que a la hora del análisis, no estaría demás considerar los cuantiosos intereses que la secta Moon tiene en la región; puntualmente, para el caso, en Santa Cruz-Bolivia, en el Chaco paraguayo y en puertos chilenos y uruguayos. Si realizamos este enlace, habría que cuidar que a veces, hasta con buenas intenciones, no se esté acompañando una campaña mediática que podría estar pergeñada por una secta de gran poder económico y político.
La campaña de pánico contra el país hermano de Bolivia es sumamente peligrosa y contradictoria porque es una política militarista que promueve el refuerzo de un pilar de la estructura de poder a la que dicen oponerse quienes la desatan, satanizando gobiernos latinoamericanos que no se someten a los dictados del poder hegemónico norteamericano.
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