Génesis de la Iniquidad

El 14 de julio, después de las 11:45 de la mañana, fue el día en el nuevo eslabón del espejismo. 594 "civiles" armados de la estrategia armada encubierta de tipo paramilitar iniciaron su proceso de institucionalización. El Bloque "Héroes de Montes de María", al mando de Eduardo Cobo Téllez, conocido como "Diego Vecino", entregaron sus armas, en San Pablo, corregimiento de Maria La Baja, Bolívar. El acto público jugó con las palabras de perdón. El mando expresó "perdón Colombia, por lo que hicimos" y agregó, "Perdón Colombia por lo que hicimos mal y pudimos hacer mejor".

La petición simula un acto de constricción, sin embargo, nunca expresaron porque se armaron, quién los armo, quién los financió. Nunca expresaron que iban a regresar las tierras a los campesinos desplazados. Los medios de información poco a poco han ido ambientando en la sociedad, el imaginario haciéndolos ver, ya no solo como víctimas sino como verdaderos pro hombres a imitar por las nuevas generaciones, las indulgencias están ahí, en el proyecto de ley de la mal llamada "justicia y paz" que el Presidente vende al mundo como signo de la Paz. Ya los desmovilizados, removilizados suman 5285, burla de burlas.

Las estructuras armadas, el proyecto parainstitucional se integra a una nueva fase que basado en el olvido y el terror instaurado en las almas, en el pensamiento pretende operar en lo social, en lo político y lo económico en Córdoba y Sucre. Las víctimas están condenadas al ostracismo, al silencio en donde aguardan el momento de la palabra, de la libertad, de la afirmación de la memoria, de la verdad, de la justicia. Muy pocos de los desmovilizados de los Montes de María van a Santafé de Ralito, a ellos ya se les definió la libertad "signo de la impunidad", ellos están ahí como vigías de la imposición, de la reconciliación sin palabras. Se les da la bienvenida a la "civilidad" a la institucionalidad, a la legalidad. Aquí nada pasó, nada ha pasado.

El Estado Colombiano pretende sepultar en el olvido los crímenes cometidos en esta región gracias a su estrategia. Se pretende olvidar y perdonar, hoy apelan a Dios, a los arrepentimientos "cristiana humildad... perdón Colombia por lo que hicimos mal y pudimos hacer mejor...", hoy se presentan como "Héroes", cuando hace poco tiempo administraron la muerte físicas, hicieron de las fosas de la finca "El Palmar" en San Onofre, el olvido de los nombres o las más de 70 fosas comunes en la finca donde "Diego Vecino" o la masacre de El Salado de 1.997 y siguen más negaciones de vidas humanas, exterminadas, aniquiladas y hoy excluidas de la memoria pública, de la justicia y de las políticas de seguridad .

Hoy los departamentos de Bolívar y de Sucre son escenario de la removilización paramilitar. Por lo menos sus nombres, algunos nombres, muchos que nunca fueron consignados en los medios, aunque ahora si los de algunos de sus victimarios. Sus nombres, por lo menos sus nombres, sus nombres, víctimas del terror de Estado disfrazado de "autodefensas". Por los menos sus nombres, testigos de la barbarie que hoy se quiere ocultar".

Hoy nombres de hombres y mujeres asesinados, desaparecidos y torturados. Por los menos sus nombres, los de Chengue, San Onofre, El Salado. Por los menos sus nombres para que en este escenario de la iniquidad que se erige tras el proceso de "desmovilización de los paramilitares" se puedan por lo menos mencionar, ellas y ellos existen, son memoria, son presente. Evocarlos, es llamarlos a la Verdad, convocar a la justicia, a la construcción permanente de una nueva sociedad. Traerlos al presente en medio de los Documentos de la persecución. Traerlos a la memoria, mientras es posible la justicia.