Más allá del pantano
05/05/2004
- Opinión
La invasión a Irak, no fue, ni es, un paseo y demasiadas mentiras
salieron a la luz. No hay democracia, ni libertad. Sí miles y
miles de civiles muertos y numerosas bajas en las filas de la
soldadesca yanki, cosa que preocupa sobre manera la memoria de los
que temen el "retorno" de Vietnam. Pero no es todo. Los asesinatos
cometidos por las tropas invasoras tienen respuesta en Irak y
donde sea, sin tregua, sin piedad. El mundo entero ha entrado en
la boca del lobo.
Irak, el pantano, se prolonga por fuera de su geografía y todos,
unos más otros menos, vivimos el terror a largo plazo. Tan largo,
quizá, como el ilimitado y diabólico afán de EE.UU. por devorarse
el planeta.
La premisa colonial, de hacer de este siglo un siglo
norteamericano, es el motor principal de un presente sangriento y
un futuro aún peor. Nadie discute al interior de las fuerzas de
dominación la continuidad, o no, del proyecto imperial. A lo sumo
la polémica refiere al "cómo" transitar el camino emprendido:
"poder duro", al estilo de Bush; "poder blando", como lo plantean
ex asesores de los Kennedy y Clinton. Dice Joseph S. Nye Jr.: "…es
tan importante tener la vista puesta en la política mundial y
atraer a terceros como obligar a otros a cambiar mediante amenazas
o el uso de armas militares o económicas. Este aspecto del poder -
lograr que otros ambicionen lo que uno ambiciona- es lo que yo
llamo poder blando. Más que coaccionar, absorbe a terceros".
Bush, parte activa del "poder duro", no apela a eufemismos y se
prodiga en promesas criminales. Su apuesta no admite resignar
ninguna posición alcanzada en Oriente Medio y Asia Central, así
como tampoco archiva o renuncia a nuevas conquistas, entre otras,
la Amazonia. Ahora o nunca, a todo o nada. Si hoy en EE.UU. el
"cómo" continuar con la dominación provoca algún escalofrío es
porque en Irak se hace imposible esconder los cadáveres "propios"
debajo del felpudo y además porque nada se parece a los días de
insuflada gloria, cuando la iniciación de la marcha triunfal a
Bagdad.
Joseph S. Nye Jr. -quien fuera Secretario Adjunto de Defensa en el
gobierno de Clinton- sabe que en todo proyecto de dominación
existen costos y en la invasión a Irak esos costos no se limitan a
la suma de los muertos "propios", sino al creciente sentimiento
antinorteamericano que recorre el mundo. Esto último a pesar,
incluso, de la penetración de la industria cultural y del
entretenimiento a través de las cuales EE.UU. establece relaciones
diarias con miles de millones de hogares y personas.
En la feroz contradicción que anida en la realidad de las
prácticas sociales de las víctimas, se sostiene una parte
importante de la ofensiva del agresor. Y al mismo tiempo, como
contracara, crece entre los agredidos la necesidad de deshacerse
de la mano que ahoga. Sin abandonar los espejitos de colores y los
misiles, EE.UU. tiene todavía mucho por invadir y no pocas
respuestas a recibir. El siglo recién empieza
* Juan Carlos Camaño, periodista argentino, es Presidente de la
Federación Latinoamericana de Periodistas (Felap).
https://www.alainet.org/de/node/109874
Del mismo autor
- Lula, culpable por “eso” 26/01/2018
- Alienación y crimen 29/04/2016
- Ni media palabra 08/09/2015
- FELAP, 39 años después 04/06/2015
- En Esmeraldas, un nuevo capítulo de la lucha contra el nazi-fascismo disfrazado de cordero 19/11/2014
- Yo soy Chávez, Patricia Janiot 14/01/2013
- La oposición a Chávez huele a azufre 26/09/2012
- Un hombre llamado Chávez 09/08/2012
- Ante el cinismo de EE.UU. 11/06/2012
- En Chile se terminó la paz de los sepulcros 31/10/2011