El padre de los parques nacionales

07/10/2014
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Volcán Poás

Escribir acerca del sabio JOSÉ MARÍA OROZCO CASORLA, ha sido una de mis tareas más gratificantes. Honrado en 1976 como Benemérito de la Patria, fue distinguido a su vez por el Colegio de Biólogos como “Pionero de la Biología en Costa Rica”, y por la Universidad de Costa Rica como Profesor Honorario. El Jardín Botánico creado por él en la Ciudad Universitaria Rodrigo Facio lleva su nombre y la estela que dejara a su paso aún perdura. Pocos biólogos costarricenses han visto valorada su labor científica y cultural de igual manera. El que indujo a sus estudiantes del Liceo de Heredia a liberar los pájaros enjaulados como parte de sus enseñanzas de ciencias naturales; el mismo que logró, por vez primera, la participación de mujeres en dicho Liceo, enfrentando a curas, laicos y seglares que incluso atentaron contra su persona.
 
 Pero donde quizá se sintiera más satisfecho de sus logros, fue cuando, ante solicitud suya presentada EN 1939, bien fundamentada y convincente, se creó el PARQUE NACIONAL VOLCÁN POÁS, abriendo así la senda que conduciría hacia la creación posterior de un sistema nacional de parques nacionales y áreas de conservación, que hoy enorgullece a los costarricenses y prestigia a Costa Rica y que, con el tiempo, ha hecho brotar, como por generación espontánea, a los que pretenden arrebatarle dicho mérito.
 
Insigne educador, de esos que dejan huella profunda y productiva, fue guía y mentor de valiosas tesis de grado en botánica, limnología y agronomía. Su biógrafo Humberto Barquero nos dice que “Para el profesor Orozco, no había planta que careciera de interés, desde las muy pequeñas algas hasta nuestros grandes árboles del bosque.” Son muy significativos sus aportes sobre la flora de Costa Rica, que se evidencian en múltiples reconocimientos de parte de científicos e instituciones extranjeras.
 
Plantas con potencial agroindustrial y medicinal merecieron la atención del sabio; asimismo prestó especial atención a plantas tóxicas que podrían crear problemas de salud pública, habiendo hecho estudios rigurosos sobre la marihuana. También son conocidas sus recomendaciones sobre maderas, tanto desde el punto de vista forestal como económico, que lo llevó a proponer en 1939 una “Reglamentación de productos forestales”, que establece normas entonces inéditas para su extracción y exportación.
 
Como parte de su preocupación por la desaparición de los bosques, propuso la reforestación de las islas de San Lucas y Chira, con especies de árboles frutales, ornamentales, de palmeras, cactáceas...
 
Su inquieto espíritu naturalista no reconocía linderos. La colección y descripción de los peces de nuestros ríos, como los trabajos con los que aclaró aspectos de la historia natural del pez gaspar, se han considerado dignos herederos de las reconocidas investigaciones llevadas a cabo por el maestro Anastasio Alfaro.
 
Algo que quizá no se conoce como debiera y que sin embargo refleja su buen tino y profundo conocimiento botánico y popular, fue la selección que hiciera EN 1937 de LA GUARIA MORADA (Cattleya skinneri, Batem.) como la FLOR NACIONAL DE COSTA RICA. Decisión que ha superado la prueba del tiempo y dejado atrás las críticas que entonces recibiera de los que adversaron esa designación del “lucero” de los “pétalos suaves” que tanto ama el pueblo costarricense.
 
Estamos pues, ante el PADRE DE LOS PARQUES NACIONALES. El naturalista nacido en la ciudad de Alajuela en 1884, quien luego de estudiar en Chile se incorporase a la enseñanza de las ciencias en el Liceo de Heredia, el Liceo de Costa Rica, el Colegio Superior de Señoritas, el Instituto de Alajuela y la Escuela Normal de Heredia. Extraordinario compatriota, desconocido por las presentes generaciones, cuya vida ha de ser mejor valorada y rescatada del olvido.
 
 Hoy tiene el pueblo de Costa Rica la oportunidad de rendirle tributo imperecedero si se acogiera la iniciativa de DENOMINAR con el nombre de “Parque Nacional Volcán Poás - José María Orozco Casorla” al primer parque nacional, creado precisamente como producto de las inquietudes naturalistas del sabio.
 
De interpretar la Asamblea Legislativa el sentir costarricense y de querer reconocer sin mezquindades los méritos de este gran compatriota, vaticinamos, para honra del pueblo costarricense, una acogida amplia a dicha iniciativa.
 
Freddy Pacheco
Doctor en Biología.
 
 
 
https://www.alainet.org/de/node/104026
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