La virtual retención del presidente Evo Morales por 13 horas en Viena, luego de que Francia, Italia, Portugal y España impidieran que su avión sobrevolara por sus espacios aéreos sospechando que llevaba oculto al ex informático de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) Edward Snowden, es un episodio que, por su gravedad, ocupa la atención internacional.
Siendo importante este acontecimiento, sin precedentes en la historia reciente, no se debe olvidar que el problema de fondo a debatir es el espionaje masivo, global, indiscriminado y arbitrario que, según la denuncia de Snowden, están ejecutando los organismos de inteligencia de Estados Unidos en todo el mundo, lo que atenta a la privacidad de decenas de millones de ciudadanos, usuarios de las redes sociales de Internet. Por supuesto, esto es algo que los medios privados corporativos internacionales no lo profundizarán, estando más bien interesados en desviar la atención pública hacia temas secundarios o anecdóticos.
“El verdadero problema no es él (Snowden), sino lo que denunció” manifestó a Reuters el presidente ecuatoriano Rafael Correa, para quien se trata del caso de espionaje más grande la historia de la humanidad, y donde la primera víctima es precisamente el pueblo norteamericano y otros Estados soberanos.[1]
Una mancha más al tigre
Edward Snowden, quien trabajó para la CIA como analista y luego laboró para una de las empresas de seguridad que proporciona servicios a la Agencia de Seguridad Nacional (NSA por sus siglas en inglés), reveló que ésta y el FBI tienen acceso a los registros electrónicos tanto de la operadora telefónica estadounidense Verizon como también a los servidores de los gigantes de Internet (Google, Yahoo, Facebook, YouTube, Skpe, AOL, Apple, Microsoft) a través del proyecto PRISM (prisma).
Edward Snowden ha revelado la forma cómo operan los servicios de inteligencia estadounidenses para fisgonear y extraer los datos y metadatos[2] de las redes sociales no solo de los ciudadanos estadounidenses sino de todo el mundo, violando el elemental principio de la privacidad de las personas y de las instituciones.
“La NSA ha levantado una infraestructura que le permite interceptar prácticamente todo y capturar la inmensa mayoría de las comunicaciones humanas de manera automática y sin seleccionar los objetivos. Si, por ejemplo, yo quiero ver sus correos electrónicos o el teléfono de su mujer, lo único que necesito es usar métodos de interceptación, que me permiten obtener correos, contraseñas, historiales de teléfono, datos de tarjetas de crédito”, señaló Edward Snowden en una entrevista con el periódico británico The Guardian. [3]
Las revelaciones deEdward Snowden colocan a Estados Unidos en una situación sumamente embarazosa, sobre todo luego de que el semanario alemán Der Spiegel, basado en documentos del ex agente de la NSA, diera a conocer que los servicios secretos de Estados Unidos espían masivamente a Alemania, a la misión de la Unión Europea en Nueva York y Washington y a 38 embajadas, lo que ha provocado cuestionamientos y protestas en la Unión Europea.
Estos hechos marcan la caída en picada de la imagen de Estados Unidos, ya deteriorada por las filtraciones de Wikileaks que han permitido conocer los trapos sucios del servicio exterior de Estados Unidos y las actuaciones del ejército norteamericano en Irán y Afganistán, que han provocado miles de víctimas entre civiles y militares, a lo que se suma el mantenimiento del centro de detención y torturas de Guantánamo (y anteriormente el de Abu Ghraib en Irak), las ejecuciones extrajudiciales con sus drones (aviones no tripulados) en Pakistán y otros países.
Pero estos problemas parecen tener sin cuidado a las elites de Estados Unidos quienes justifican el espionaje en aras de la seguridad nacional. Es muy revelador y cobra actualidad lo que escribían Richard A. Clarke, ex coordinador del Consejo Nacional de Seguridad en los gobiernos de George Bush padre, Bill Clinton y George W. Bush hijo, y Robert K.Knake:
“Las formas en que obtenemos información, incluido el ciberespionaje, pueden ofender la sensibilidad de ciertas personas, y en ocasiones, suponer una violación de las leyes nacionales e internacionales, pero, con algunas excepciones notables, las actividades de espionaje de Estados Unidos por lo general resultan necesarias y beneficiosas para los intereses de la nación”. [4]
Lo contradictorio es que Estados Unidos se proclama a sí mismo como el campeón de la democracia, los derechos humanos y la libertad de expresión. El ex presidente George W. Bush creó un Grupo especial para la libertad de Internet, una de cuyas tareas era la de presentar informes anuales sobre los gobiernos que tratan de restringir las actividades en Internet. Barack Obama continuó con esta tarea, y su ex secretaria de Estado, Hillary Clinton, señalaba que el Departamento de Estado trabajaba en 40 países para “ayudar a personas silenciadas por gobiernos opresivos”.
Sin embargo, como se evidencia, Estados Unidos actúa con un doble rasero, pues mientras dice defender los derechos humanos y la libertad de expresión en Internet, no los cumple ni casa adentro ni para afuera.
Con Obama, más vigilancia
Las revelaciones de Snowden demuestran que en la administración Obama continúan e incluso se amplían los programas de vigilancia y control aplicados por George W. Bush luego de los atentados del 11 de septiembre de 2001. Recordemos que no ha sido derogada y sigue vigente la ley denominada US Patriot Act, aprobada por el Congreso a petición de Bush, que “autoriza al gobierno norteamericano a suspender el habeas corpus, interceptar comunicaciones efectuadas por medios electrónicos o telefónicos, modificar la designación de jueces, realizar espionaje en voice-mails, recabar información de inteligencia en el exterior, aplicar sanciones comerciales, realizar el espionaje financiero en cuentas bancarias privadas de cualquier individuo sospechoso, tanto en Estados como en el exterior, levantar el secreto bancario, establecer restricciones para viajar a Estados Unidos, etc.” [5]
El gobierno de Obama, amparado en órdenes judiciales dispuestas por la Ley de Vigilancia de Inteligencia Extranjera (FISA, por sus siglas en inglés), permitió a la Agencia de Seguridad Nacional recopilar durante dos años los registros electrónicos de millones de clientes de la compañía de comunicaciones Verizon, una de las más grandes del país, según informó el periódico The Guardian del 27 de junio de 2013, basado en los documentos filtrados por Snowden. [6]
Las informaciones de Snowden confirman lo que hace tres años diera a conocer China en un informe sobre derechos humanos en Estados Unidos, en el que advertía que la libertad de los estadounidenses de acceder a información o distribuirla está estrictamente controlada, mencionando que la Agencia de Seguridad Nacional empezó, desde 2001, a controlar las comunicaciones instalando equipos especializados de escucha e interceptando teléfonos, estableciendo 25 centros de escucha en ciudades como San Diego, Los Ángeles, Chicago, Seattle. [7] Las estrategias que en principio se empleaban para vigilar a ciudadanos de origen árabe, pronto se hicieron extensivas para millones de estadounidenses de otras procedencias. Cabe agregar que la NSA construye, a un costo de 1500 millones de dólares, dos enormes centros de almacenamiento de datos en Camp Willams (Utah) y en San Antonio destinados a la “vigilancia cibernética”, que entrarían a funcionar en septiembre de 2013, según el documento chino.
Militarización del ciberespacio
Durante el gobierno de Obama se ha avanzado en la militarización del ciberespacio que es concebido como uno de los ejes prioritarios en el marco de la estrategia militar estadounidense de control y dominación mundial. Para este efecto, en octubre de 2009 comenzó a operar el Comando Cibernético de Estados Unidos en el que participan las distintas fuerzas de tarea y que desplegará operaciones defensivas y ofensivas en el ciberespacio. Este último es concebido por los militares estadounidenses como un espacio en el que se desarrolla un combate y que tiene que ser dominado por Estados Unidos. [8] El objetivo de las fuerzas militares de este país es lograr la superioridad estratégica en el ciberespacio para lo cual Estados Unidos debe atacar, contando con “capacidades ofensivas en el ciberespacio para ganar y mantener la iniciativa”.[9]
El ciberespionaje constituye uno de los compontes esenciales de la ciberguerra en la medida en que proporciona conocimientos e inteligencia, aunque el riesgo es que puede ser confundido con la preparación de un campo de batalla real, además de que puede ser interpretado como una provocación y causar agudas tensiones internacionales como las que estamos observando.
Según Richard A. Clarke y Robert K.Knake el ciberespionaje es un actividad más fácil, más barata y más fructífera que el espionaje tradicional que se hacía con la infiltración de espías que muchas veces podían ser capturados o venderse al enemigo, el ciberspacio no solo es una nueva técnica, por “el contrario, la velocidad, el volumen, el alcance global de las actividades realizadas en el ciberespacio hacen que el ciberespionaje sea fundamental y cualitativamente diferente de lo que se hacía antes”. [10]
Creada en 1952, por el presidente Harry S. Truman, la NSA tiene decenas de años de experiencia en la vigilancia de señales de radio y llamadas telefónicas, al igual que la CIA y el Buró Federal de Investigación (FBI). Cuando apareció Internet y se extendió su utilización, la NSA también extendió sus acciones al nuevo medio electrónico. Esto escriben los norteamericanos Clarke y Knake: “Repleta de doctores e ingenieros eléctricos, la NSA se convirtió, sin hacer ruido, en el primer centro mundial en todo lo referente al conocimiento del ciberespacio. Sin alterar datos o causar daños o trastornos, operaciones para los que no estaba autorizada, la NSA infiltró por completo la infraestructura de Internet fuera de Estados Unidos para espiar entidades extranjeras”.[11]
Julián Assange, el creador de Wikileaks que ha difundido miles de documentos secretos de Estados Unidos y que se encuentra asilado en la embajada ecuatoriana en Londres desde hace un año, señala que Internet, que estaba llamada a constituirse en un espacio civil, ha devenido en un espacio militarizado. [12] “Actualmente hay una militarización del ciberespacio, en el sentido de una ocupación militar. Cuando uno se comunica en Internet, cuando uno se comunica por un teléfono móvil, que ahora está ligado a Internet, estas comunicaciones son interceptadas por los servicios de información militar”.
Cabe señalar, sin embargo, que todavía el ciberespacio es un campo en disputa, en el que actúan las fuerzas del imperio y de las élites empresariales, políticas y militares mundiales que tratan de controlarlo y moldearlo de acuerdo a sus intereses y visiones mercantiles y militaristas, pero también están presentes redes y proyectos que resisten al capitalismo depredador y proponen proyectos emancipatorios, promueven la paz y la transparencia democrática. Las actuaciones de gente como Assange, Snowden, Bradley Manning indican, así mismo, que los aparatos de seguridad de la potencia mundial son vulnerables y contribuyen a que salga a luz mucha información que pretende ser ocultada precisamente porque violan los derechos humanos de las personas y el derecho internacional.
Vigilancia global
Las autoridades de Estados Unidos tratan de minimizar las reacciones internacionales sobre el ciberespionaje, dicen que todos los países lo practican y que está justificado por la necesidad de proteger a la nación de las amenazas terroristas. Sin embargo varias evidencias indican que el espionaje no se dirige solo contra los potenciales terroristas sino contra activistas sociales , países amigos y enemigos, mandatarios y ciudadanos en general, embajadas, lo cual viola la Declaración Universal de los Derechos Humanos (Art 12) [13] , el derecho internacional y la propia Constitución de Estados Unidos.
Según Julián Assange nos
encontramos ante un nuevo patrón tecnológico de espionaje que permite interceptar y almacenar todas las llamadas telefónicas, correos electrónicos, mensajes de voz y texto, etc. de un determinado país. En esta actividad intervienen centenares de empresas privadas que ofrecen sus servicios a los estados, lo que también es motivo de preocupación por el indebido uso que pudieran hacer de los datos de las personas e instituciones, además de que, muchas veces, no están sujetas a ningún tipo de control democrático.
En entrevista concedida al periodista Santiago O`Donnell de Página 12 de Argentina (09-23.12), Assange señala que es mucho más barato tener archivos permanentes de poblaciones enteras que ubicar y seguir a determinados individuos. “Mejor que todos sean el blanco que tener que discriminar”. Más adelante, cuando se requiera los datos de una determinada persona se puede recurrir al archivo permanente, rastrear los datos de esa persona, encontrarlo fácilmente y seguir su rastro, de acuerdo a las apreciaciones de Assange.
Se acabó la privacidad
Otro elemento que se desprende de las denuncias de Snowden es la estrecha colaboración de las gigantes de Internet con los organismos de espionaje de Estados Unidos. Como ha mencionado Snowden, la NSA, a través del programa PRISM, tendría acceso a las bases de datos de Google, Facebook, YouTube, Skpe, AOL, Yahoo, Apple, Microsoft.
Esto tiene serias repercusiones para decenas de millones de personas de todo el mundo que han confiado sus datos personales a estas empresas globales de Internet a cambio del acceso gratuito a las distintas aplicaciones que éstas ofrecen como correo electrónico, chats, blogs, redes sociales, etc. Pero de hoy en adelante, tenemos la certeza (y ya no solo la sospecha) que ningún usuario de estas empresas y redes puede estar seguro y confiado, las informaciones, fotos, mensajes y metadatos (con excepción de las que se encuentran encriptadas) que circulan en Internet pueden ser interceptadas y controladas a través de las tecnologías de identificación, vigilancia e investigación.
En relación a Google, el motor de búsqueda más grande del planeta, Julian Assange, en entrevista con el periodista Jorge Gestoso, dijo que cuando uno hace una búsqueda en Google, éste lo registra permanentemente, agregando que “Google te conoce mejor de lo que te conoces a ti mismo. Google recuerda lo que estuviste buscando hace dos días, hace tres horas. Google sí lo recuerda, te conoce incluso mejor que tu mamá”.[14] Esa información es almacenada por Google, pero también es interceptada por la Agencia Nacional de Seguridad (NSA), al pasar por Estados Unidos, según Assange. [15]
En el caso de Facebook, que para octubre de 2012 contaba con 1000 millones de usuarios (quizá una de las bases de datos más grande del mundo), se habría convertido en una de las canteras más importantes para los espionajes de todo tipo. "Facebook es algo que uno jamás imaginó, incluso por las peores naciones espías, dada la riqueza y sofisticación en la expresión de sus relaciones", señala Julián Assange,[16] agregando que plataformas como Google y Facebook, "que se iniciaron, predominantemente, como un servicio al público, también han desarrollado proyectos para colaborar con la inteligencia de EE.UU.”[17]
Vale recordar que el 14 de enero de 2008, el investigador británico Tom Hodgkiston denunció en el periódico The Guardian los lazos de la CIA con Facebook, señalando como antecedente, que la comunidad de inteligencia de Estados Unidos creó en 1999 su propio fondo de capital de riesgo denominado In-Q-Tel que “identifica y acompaña a las compañías en el desarrollo de tecnologías de punta para distribuir esas soluciones a la CIA y al grueso de la comunidad de inteligencia de EE.UU. para sus próximas misiones”. [18] Inversionistas ligados a este fondo como Jim Breye y Howard Cox habrían puesto parte del capital semilla de 40 millones de dólares que permitió el desarrollo de Facebook, según el periodista británico. Tanto Google, como Facebook y Microsoft, para tratar de aplacar la desconfianza que se ha generado a raíz de las revelaciones de Snowden, han dado conocer un número parcial de solicitudes de vigilancia de sus usuarios que han recibido de los organismos de inteligencia de Estados Unidos. En el caso de Facebook, serían entre 9.000 y 10.000 solicitudes en el segundo semestre de 2012, relacionadas con entre 18.000 y 19.000 cuentas de sus usuarios. Y en el caso de Microsoft, de junio a diciembre de 2012, serían entre 6.000 y 7.000 solicitudes de vigilancia. [19]
Europa: Otra vez espiada…y sometida
A propósito del caso Snowden , algunos medios dan a entender que el espionaje global de Estados Unidos es reciente. Pero éste es un asunto de vieja data.
No está demás revisar algunos datos históricos. En la década del 60 del siglo pasado, en plena “guerra fría” y cuando todavía no se había inventado Internet, Estados Unidos y el Reino Unido lanzaron los primeros satélites para espiar al “enemigo comunista”, y de paso hacer un levantamiento de los recursos naturales del planeta.
Pero la intención de estas dos potencias no era solo vigilar a la URSS y los países socialistas de ese entonces, sino “dominar completamente las comunicaciones gubernamentales, diplomáticas, militares y civiles en todo el mundo”, según escribe el periodista español Nacho García Mostazo.[20]
Y con este último propósito, Estados Unidos y el Reino Unido impulsaron un programa ultrasecreto, denominado Echelon, consistente en una red de estaciones equipadas con gigantescas antenas parabólicas para interceptar las comunicaciones satelitales. La información recogida se almacenaba en computadores que automáticamente procesaban la misma mediante la utilización de palabras claves.
Echelon, en la década de los ochenta, se amplió con la incorporación de otros países como Canadá, Australia, Nueva Zelanda, permitiendo que el proyecto de espionaje contara con nuevas antenas y bases.
Cuando cae el muro de Berlín e implosiona la Unión Soviética en los primeros años 90 del siglo pasado, la red de espionaje no se desmantela sino que se reorienta en función del espionaje económico sobre todo en beneficio de Estados Unidos. [21]
El Parlamento Europeo, a mediados de 2001, hizo una exhaustiva investigación sobre la red Echelon, señalando que esta red global de espionaje suponía un verdadero peligro para la esfera privada de los ciudadanos y para la economía mundial. Sin embargo, ningún Estado de la Unión Europea tomó medidas para impedir el espionaje masivo de las telecomunicaciones, según el periodista García Mostazo. [22]
Luego vinieron los atentados del 11 de septiembre de 2011 y Estados Unidos arrastró a varios países de la Unión Europea a sus aventuras militares en Afganistán e Irak a pretexto de “la lucha contra el terrorismo” quedando olvidada y sepultada la denuncia del parlamento europeo.
Ahora, 12 años después, con las denuncias periodísticas, basadas en los documentos de Snowden, en el sentido de que la NSA ha lanzado operaciones de espionaje, masivas y sistemáticas, en Alemania, Francia y la Unión Europea, nuevamente han sonado las alarmas, y desde Berlín, París y otras capitales europeas se pide explicaciones a Washington señalando que resulta inaceptable que “nuestros amigos de Estados Unidos miren a los europeos como enemigos”.
Evo secuestrado en Europa
Cuando se pensaba que esta vez los gobiernos de la Unión Europea afectados por el espionaje estadounidense iban a tomar medidas en serio para frenar los atentados a la privacidad de sus ciudadanos y de sus empresas, sucede un hecho que evidencia que las “protestas europeas” son solo palabras y que no solo no se atreven a desafiar el poder norteamericano sino que están sometidos a éste y se prestan para sus maniobras, según varios analistas.
El 2 de julio, Francia, Portugal e Italia negaron el acceso a su espacio aéreo del avión en el que viajaba el presidente Evo Morales, quien regresaba de Moscú a Bolivia, sospechando que en la aeronave viajaba Snowden. Ante la imposibilidad de pasar por Francia, el avión de Morales tuvo que regresar y aterrizar de emergencia en Austria. En este momento, España se sumó a la posición de los tres países, y su embajador en Austria intentó revisar el avión, lo que fue firmemente rechazado por Morales. Solamente cuando se supo que Snowden no se encontraba en el avión, y, sobre todo por la presión internacional, estos países levantaron la prohibición ofreciendo explicaciones contradictorias.
Este hecho, sin precedentes en la diplomacia internacional, fue calificado por el canciller boliviano David Choquehuanca como un acto de discriminación y de chantaje a su gobierno, señalando que se ha puesto en riesgo la vida del presidente. Por su lado, el vicepresidente Álvaro García Linera denunció desde La Paz que Morales estaba secuestrado por el imperialismo en Europa porque no se le permite atravesar por el espacio europeo.
Linera señaló que detrás de estas actuaciones está Estados Unidos, y que algunos países de Europa, “cual colonias de un imperio decadente”, han caído en la actitud de seguir el paso y de obedecer instrucciones ajenas. [23] “Hoy los países coloniales ya no están en América Latina, hoy encontramos países colonizados en Europa, que acatan en contra de los preceptos democráticos y preceptos internacionales las imposiciones abusivas de una potencia extranjera”, agregó García Linera, mientras en América Latina se extiende una ola de condenas de gobiernos progresistas, parlamentos, movimientos sociales y organismos internacionales (UNASUR, ALBA, OEA) que permiten vislumbrar que las relaciones Europa – América Latina van a tener un serio tropiezo en el futuro.
Espionaje contra Ecuador
Tras filtrar en Hong Kong los primeros documentos secretos a The Guardian y al Washington Post, Edward Snowden, intentando escapar de la persecución del gobierno de Estados Unidos, viajó a Moscú con un salvoconducto entregado por el cónsul ecuatoriano en Londres, Fidel Narváez, [24] en cuyo aeropuerto se encuentra en una situación todavía incierta, luego de que Estados Unidos anulara su pasaporte e intensificara las presiones para que sea entregado a Estados Unidos, donde le esperaría largas condenas o incluso la pena de muerte.
Edward Snowden envió una carta al presidente Rafael Correa en la que pedía asilo a Ecuador, país que, en los últimos años, se ha convertido en lugar de refugio de miles de personas que huyen de los conflictos armados, mayoritariamente procedentes de Colombia. Posteriormente, Snowden pidió asilo a 21 países más, la mayoría de los cuales comunicaron que no tramitarán su solicitud, quedando desprotegido y en una situación sumamente difícil en el aeropuerto de Moscú.
A raíz del anuncio de Ecuador de que estaba considerando la petición de asilo de Snowden, este país está siendo sometido a enormes presiones, amenazas y chantajes por parte de las más altas autoridades norteamericanas, senadores republicanos, grandes medios corporativos y “servicios de espionaje” no identificados que han intensificado sus labores de interferencia de las comunicaciones electrónicas de organismos gubernamentales y de altos funcionarios, incluido el canciller Ricardo Patiño. Este último denunció que el 14 de junio se encontró un micrófono oculto en el despacho de la embajadora de Ecuador en Londres, Ana Albán, y señaló que hay fundadas sospechas de que pertenece a Surveillance Group Limited, una de las mayores empresas privadas de espionaje del Reino Unido, por lo que pedirá a las autoridades británicas investigar y determinar quiénes son los responsables del espionaje.
A. Latina: vulnerada y esperanzada
Se calcula que un 80 por ciento del tráfico internacional de datos de América Latina pasa por Estados Unidos, lo cual constituye el doble que Asia y cuatro veces el porcentaje de Europa, de acuerdo al periodista uruguayo Raúl Zibechi. [25]Las comunicaciones electrónicas entre los países latinoamericanos para concretarse deben atravesar primero por los servidores ubicados en Estados Unidos. Estas comunicaciones son interceptadas por la Agencia Nacional de Seguridad, según le reveló Julián Assange a Página 12 de Argentina.
La buena nueva, en este campo, es que los ministros de telecomunicaciones de la UNASUR, reunidos en mayo de este año en Brasil acordaron crear un mega-anillo de fibra óptica que posibilitará que en el futuro las comunicaciones ya no pasen más por territorio estadounidense. Este anillo que tendrá una extensión de 10.000 kilómetros abaratará costos y hará que las comunicaciones sean más seguras. Tras evidenciarse el espionaje masivo que ejecuta Estados Unidos en las redes, este proyecto cobra una importancia estratégica para los 12 países que conforman la UNASUR en función de alcanzar la independencia y la soberanía tecnológica. Entre tanto todo esto se concreta, se vuelve imperativo la encriptación de las comunicaciones y empezar a desarrollar y utilizar masivamente el software y las plataformas libres puesto que son las grandes transnacionales que monopolizan el software propietario las que dejan abiertas las “puertas traseras” para que algunos servicios de espionaje accedan a las informaciones de los ciudadanos de todo el mundo.
[2] Barack Obama señala que no se espía el contenido de la información sino que la NSA, a través del proyecto PRSM (prisma) solo colecciona metadatos . ¿Qué son éstos? Se los puede definir como los datos acerca de los datos. Cada vez que enviamos un archivo de texto, imágenes, audio y video, o hacemos una llamada telefónica o visitamos un sitio web, dejamos una huella, un rastro digital que queda registrado. Cuando hacemos una llamada telefónica, por ejemplo, quedan archivados el número al que se llamó, la duración de la misma, por cuáles centrales viajó la comunicación, etc. Estos vendrían a ser los metadatos de la conversación telefónica. A este tipo de metadatos pueden tener acceso la Agencia de Seguridad Nacional en forma oculta y sin nuestro conocimiento. Ver: Alberto Salazar, La metadata que la NSA de EEUU está espiando de todas sus comunicaciones, http://www.rebelion.org/noticia.php?id=170005, 21-06-2013
[4] Richard A. Clarke, Robert K.Knake, Guerra en la red, Ariel, Barcelona, 2011, p. 305-306
[5] Walter Graciano, Hitler ganó la guerra, DeBolsillo, Buenos Aires, 2005, p. 74
[7] Registro de los Derechos Humanos en Estados Unidos durante el año 2009
[8] Op cit. Richard A. Clarke, p. 71
[12] Julian Assange et al, Menace sur nos libertés, Robert Laffont, Paris, 2013, p. 47
[13] El art. 12 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos señala: “Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputación. Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra tales injerencias o ataques”.
[20] Nacho García Mostazo, Libertad vigilada, Ediciones B, Barcelona, 2003, p. 18
[24] El gobierno ecuatoriano negó haber “autorizado la expedición de ningún salvoconducto o documento de refugiado que permita a Snowden su traslado” a Ecuador, en tanto el presidente Rafael Correa dijo que Narváez entregó el documento a Snowden sobrepasando su autoridad.