¿Bye, bye Brexit, bye, bye Theresa May?

13/03/2019
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 Por sólo cuatro votos, el Parlamento británico rechazó este miércoles un brexit para salir de la Unión Europea sin acuerdo, no el 29 de marzo (la fecha pactada) sino en cualquier otro momento, en una votación más que ajustada que la del martes (312 votos por 308).

 

Al haber rechazado el martes el acuerdo de salida alcanzado entre Theresa May y la Unión Europea, este miércoles tocaba votar si rechazaban la posibilidad de un brexit duro, un brexit ‘a las bravas’, un brexit abrupto, sin acuerdo, de un portazo… Y, efectivamente, así lo han hecho. Entre los contrarios al brexit duro está la propia Theresa May, quien horas antes de la votación ha reconocido que ella votaría en contra de abandonar la UE sin un acuerdo.

 

El ministro de Economía, Philip Hammond señaló que un brexit duro “significaría una economía más pequeña y menos próspera. Mayor desempleo, salarios más bajos y precios más altos en las tiendas”. Y concluía: “Eso no es lo que votó la gente”.

 

El líder laborista Jeremy Corbyn le preguntó cuál era su plan al frente de lo que ha denominado un gobierno “sin timón” y aprovechó también para volver a pedir la celebración de elecciones generales. Mañana jueves, los miembros del Parlamento británico deberán decidir si le piden a Bruselas que les deje retrasar la fecha de salida. Todo apunta a que esa votación la ganará el ‘sí’.

 

En ese caso, Londres tendría que decidir cuánto tiempo extra pide. El Gobierno británico es partidario de que sea un periodo corto, de no más de tres meses. Entre otras cosas porque el próximo 26 de mayo se celebran elecciones al Parlamento Europeo y si para entonces Reino Unido sigue siendo miembro, habría que definir qué papel juega en los comicios.

 

Bruselas puede decir que no concede esa prórroga. En primer lugar, los 27 miembros tienen que estar de acuerdo en los términos de esa extensión. Y además, ya le han dejado claro a Londres que para otorgársela, tendría que explicarles qué pretende hacer en ese tiempo extra. Estos meses, señalan algunos analistas, podrían servir para establecer las medidas y los acuerdos necesarios para una salida posterior, para convocar elecciones generales, celebrar un segundo referéndum o decir adiós a cualquier opción de brexit.

 

Esto el Reino Unido lo puede hacer unilateralmente sin tener que preguntar a Bruselas, revocando el artículo 50 del Tratado de Lisboa.

 

Desconcierto

 

En Londres y Bruselas (la capital de la UE) el desconcierto es total y una sensación de desastre va sumándose a la frustración de los dos últimos años dedicados casi de manera exclusiva al acuerdo de divorcio de Gran Bretaña con la Unión Europea, el llamado Brexit,

 

El Parlamento británico rechazó el martes el "acuerdo mejorado" del Brexit, este miércoles rechazará la salida sin acuerdo y el jueves votará que hay que pedir una prórroga a Bruselas. Pero, ¿para qué?, se preguntan en la capital comunitaria.

 

A casi tres años de votar a favor de la salida de la Unión Europea (UE), a dos años de comenzar las negociaciones, y a 17 días de la salida oficial del bloque, el parlamento volvió a rechazar el acuerdo alcanzado por Theresa May con la UE para la salida británica este 29 de marzo.  La votación fue otra vez contundente. Trescientos noventa y un diputados rechazaron el acuerdo. Solo 242 votaron a favor.

 

Este fue un nuevo revés al tratado que debía poner fin a 46 años de integración británica en el bloque europeo, aunque fue menos humillante que la derrota que sufrió May en enero, cuando 432 diputados votaron en su contra. "Lamento profundamente la decisión que ha tomado esta cámara (de los comunes)", afirmó la primera ministra, que estaba casi afónica. "Su pacto está claramente muerto", respondió Jeremy Corbyn, líder del Partido Laborista.

 

El dictamen del Fiscal General Geoffrey Cox sobre los documentos negociados con la UE resultó lapidario, al señalar que no había garantías de que el Reino Unido pudiera salir de UE bajo el esquema negociado para evitar una frontera física entre Irlanda del Norte (parte del Reino Unido) y la República de Irlanda (parte de la UE).

 

El mandato de la primera ministra conservadora Theresa May se cumple en 2022, pero nadie puede asegurar que llegará hasta mediados de este año. Muerto el acuerdo, el parlamento seguirá en este ejercicio autista de búsqueda de un consenso en torno a una propuesta que le permita llegar a un acuerdo con la UE que no sea luego bochado por la Cámara de los Comunes.

 

El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, reprochó a Reino Unido "jugar irresponsablemente con el bienestar" de los ciudadanos y de la economía. Antes de la votación, los líderes europeos advirtieron que no habrá más cambios o negociaciones.

 

El referendo de 2016 se presentó como una salida, pero resultó un camino más del laberinto. Probabilidades: que la primera ministra británica, Theresa May, retire la petición del Brexit ante el bloqueo evidente o que dimita y deje la decisión al que venga detrás, lo cual llevaría consigo indefectiblemente una prórroga larga del Brexit, con convocatoria de elecciones europeas de por medio; y que el nuevo gobierno decida entre la retirada del Brexit, un segundo referéndum o intentar renegociar el acuerdo, algo a lo que se opone la UE. 

 

 "Miren a Londres para buscar respuestas, no a Bruselas repitió este miércoles el portavoz de la Comisión Europea, Margaritis Schinas: "Ellos son los que tienen que decidir qué quieren: hay un acuerdo, mejorado el lunes por la noche que ha sido rechazado. Si quieren una prórroga, la tienen que pedir, y según dice el tratado tienen que razonar esa petición".

 

Lo previsible es que los 27 jefes de Gobierno, reunidos en Bruselas el 20 y 21 de marzo, aprueben por unanimidad esa prórroga, pero necesitan un motivo, y May no tiene mayoría en el Parlamento británico para ninguna iniciativa propositiva. 

 

"Cada vez estamos más cerca del riesgo de un Brexit sin acuerdo (…) El Reino Unido debe decirnos lo que quiere para nuestra futura relación, cuál es su elección. Esa es la pregunta que se plantea ahora, a la que esperamos una respuesta, y esa pregunta se plantea incluso antes de una decisión sobre una eventual extensión".

 

Para los dirigentes de la UE, la prórroga no puede ser para renegociar nada. Michael Bernier, el negociador europeo, lo dejó claro: "¿Prolongar esta negociación para hacer qué?; la negociación sobre el artículo 50 [el Brexit] está terminada". Europa entera está en un impasse, agregó.

 

Los líderes de los dos principales grupos parlamentarios de la Eurocámara, el Partido Popular Europeo (PPE) y los Socialdemócratas (S&D), Manfred Weber y Udo Bullmann, insisten en un segundo referéndum, preguntarles nuevamente a los ciudadanos británicos, ante el bloqueo del Parlamento británico. "Lo lógico sería volver a preguntarles a los ciudadanos

 

Mirko C. Trudeau

Economista-jefe del Observatorio de Estudios Macroeconómicos (Nueva York), analista de temas de EEUU y Europa, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la)

 

 

 

 

 

 

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