La Comisión Nacional de los Derechos Humanos, que preside Luis Raúl González, estima que en México están en “riesgo permanente los derechos de los niños y adolescentes”, en un pronunciamiento emitido con motivo del Día Internacional contra el Trabajo Infantil, que se conmemoró el 12 de junio en la aldea global.

El muy educado juicio de la CNDH desaparece cuando asegura que la vigencia y efectividad de los derechos de la niñez y adolescencia no sólo “están muy lejos de ser realidad” en México, sino se encuentran “en riesgo permanente de vulneración”.

Por el momento dejemos de lado los juicios de valor y que las ilustrativas –y por supuesto impersonales– cifras del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática ilustren un poco más.

En 2015 había en México 2 millones 475 mil 989 niños, niñas y adolescentes de cinco a 17 años que realizaban alguna actividad económica, y 2 millones 217 mil 648 en “ocupaciones no permitidas”, consideradas de esa manera porque ponen en riesgo su salud, afectan su desarrollo o se llevan a cabo por debajo de la edad mínima permitida para trabajar, de acuerdo con la Ley Federal del Trabajo, una de las menos respetadas y más violadas por todo tipo de empresas, con la abulia de los funcionarios sino es que connivencia. Las micro y pequeñas empresas lo hacen porque supuestamente no tienen con que cubrir las obligaciones legales y las 500 empresas más grandes del país, porque dueños y socios son insaciables para las ganancias.

De la cifra global, 27 por ciento son niñas y 73 por ciento niños. Otro dato que revela la violación sistémica de los derechos de los menores de edad es que 915 mil 309 no asisten a la escuela por estar trabajando (36.9 por ciento). Las tres entidades con mayor población de niños, niñas y adolescentes que trabajan son el estado de México, con 286 mil 153 (11.55 por ciento); Jalisco, 220 mil 116 (8.89 por ciento), y Puebla, 208 mil 450 (8.41 por ciento). Recuerde, por favor, que el gobernador mexiquense Eruviel Ávila juraba que en el estado de México “Se piensa y trabaja en grande”, pero la campaña electoral derribó su costosísimo y perverso juego publicitario en el oligopolio mediático.

Trabajo infantil y adolescente que está directamente asociado a una inadecuada cobertura de sus necesidades de subsistencia ante los insuficientes ingresos que tienen sus padres y tutores, como consecuencia de la desigualdad y pobreza en que viven. Es decir, es un producto neto del capitalismo salvaje que en México depaupera los salarios y concentra acaso como nunca la riqueza.

El economista Jorge Faljo explica en Forum en Línea que el número de ocupados con ingresos de más de 12 mil pesos mensuales se ha reducido en 42 por ciento en los últimos ocho años y hoy son tan sólo el 5.2 por ciento del total de los asalariados. Ésta es una proporción inferior al 11.6 por ciento que tenía ese ingreso en el 2008: http://forumenlinea.com/nuevo/index.php/96-revistas/forum-en-linea-347/3... (.)

Las reducciones salariales más fuertes –abunda Jorge– no se dieron entre los estratos más pobres, donde hay estancamiento o incluso una insignificante mejoría. En cambio, el 10 por ciento de los empleados de mayor salario redujo su ingreso promedio de 18 mil 760 pesos en 2007 a 14 mil 900 pesos mensuales en el primer trimestre de este año.

Como trabajador infantil desde los 11 años, conozco empíricamente muy bien los enormes riesgos de laborar a edades tempranas, así como las muy localizadas ventajas, que las tiene.

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