Ecuador celebra su independencia
- Opinión
Ecuador conmemora los 194 años de la Batalla del Pichincha del 24 de mayo de 1822, cuando las tropas patriotas de Antonio José de Sucre derrotaron a las realistas comandadas por Melchor Aymerich, logrando con ello la definitiva independencia de la Real Audiencia de Quito.
El proceso independentista del actual Ecuador arrancó con la Revolución de Quito, que el 10 de agosto de 1809 instaló una Junta Soberana. Además, la independencia quiteña formó parte del proceso de lucha anticolonial de la Hispanoamérica de la época. Después de Pichincha se sucedieron las batallas de Junín y Ayacucho (1824), con las cuales quedó liberada toda la región.
Hay distintas versiones sobre la independencia de América Latina. Para algunos historiadores, dicho proceso fue consecuencia de la “crisis de la monarquía española”, provocada por la invasión de Napoleón a España y Portugal (1808). Otros consideran que la independencia latinoamericana fue parte de la era de las revoluciones burguesas con las que el capitalismo afirmaba su vigencia en el mundo. Se trató, según otros, de un movimiento criollo por la autonomía de su clase y, por tanto, sin contenido nacional ni popular.
E incluso hay quienes interpretan solo como “fidelistas” (fieles al rey) a las primeras juntas, negando que ellas formen parte del proceso emancipatorio, porque según su forzada interpretación, solo revoluciones como la del 9 de octubre de 1820 en Guayaquil, deben considerarse verdaderamente independentistas, ya que fue esta ciudad la que no solo dio la independencia al Ecuador sino incluso a Sudamérica.
Pero aun antes de que ocurriera la “crisis monárquica” en España, Haití hizo su independencia (1804), Miranda intentó liberar Venezuela (1806), en distintas regiones se produjeron movimientos precursores, e intelectuales como los agrupados en la Escuela de la Concordia–Sociedad de Amigos del País en Quito, discutían sobre la necesidad de la independencia.
Así pues, la causa última del proceso independentista fue la situación colonial, que encontró el motivo y la coyuntura para estallar en la invasión napoleónica.
Entre los criollos hispanoamericanos hubo distintas posiciones, desde quienes ansiaban su autonomía local, hasta quienes pensaron en radicales transformaciones sociales, que debían ir más lejos incluso que la misma independencia alcanzada. Por eso, el ideal emancipatorio también movilizó a sectores medios, populares, indígenas y hasta esclavos.
Pero los sectores auténticamente patriotas y revolucionarios sociales finalmente fueron desplazados por élites que pretendían la simple unión de su poder económico con el control político de los nuevos Estados. Eso explica que durante el siglo XIX se consolidaran en América Latina los sistemas oligárquicos.
La independencia Latinoamericana inauguró las luchas anticoloniales en el mundo, en los albores mismos del capitalismo. Asia y África se liberarán en la segunda mitad del siglo XX.
Por eso, la independencia tiene valor nacional, regional y social, que es motivo de orgullo histórico para los latinoamericanos.
Ecuador, lunes 23 de mayo de 2016
- Juan J. Paz y Miño Cepeda, historiador ecuatoriano, es coordinador del Taller de Historia Económica. http://puce.the.pazymino.com
Publicado en El Telégrafo 23/5/2016
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