El futuro del cambio climático, durante la COP 21

21/12/2015
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 chimenea contaminacion
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Las causas del cambio climático se conocen muy bien: sabemos que las emisiones de gases de efecto  invernadero tienen que ver con un sistema industrial de producción basado en la sobreexplotación de combustibles fósiles, o sea petróleo, gas y carbón y en primer lugar con la agricultura industrial, el sistema alimentario agro industrial, es decir, las energías fósiles y sistemas de energía y de alimentación basados en eso. Solo 90 empresas han producido el 65 % de las emisiones de los gases de efecto invernadero. Además,  hay 10 países que son responsables de las emisiones de casi las ¾ partes. Todo esto se sabe, pero no se discutirá en la COP21 Francia en este mes de diciembre del 2015.

 

Es terrible pensar en esto, cuando leemos la prensa, todo el mundo habla de un acuerdo histórico en Paris, pero este acuerdo solo va a  ser una continuación empeorada del protocolo de Kioto, que ya sabíamos era insuficiente.  El protocolo de Kioto es un acuerdo que se firmó para comprometer a los países a reducir las emisiones. Cuando se firmó el Protocolo se emitían 38 gigas toneladas de gases de efecto invernadero por año en el mundo y hoy se emiten 50.

 

No hubo una reducción sino un aumento de las emisiones y la contaminación ambiental. Sin embargo,  este protocolo era obligatorio, los países de Norte, principales emisores históricos, debían comprometerse a reducir. Estados Unidos participó en las negociaciones de Kioto para debilitarlas, pero de todos modos nunca lo firmó.

 

El Acuerdo de París de la  COP 21 no es un acuerdo obligatorio en cuanto a reducciones, se definió desde antes que solo serán “contribuciones previstas y determinadas a nivel nacional” y  son voluntarias.  Cada país tiene que presentar sus planes sobre cómo van a  reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Cuando se suman todas las contribuciones voluntarias ya presentadas (de más de 180 países), da un aumento de 3 a 3,5 grados para el año 2100. Hasta ahora la temperatura aumentó cerca de un grado en promedio global, y ya los efectos son terribles. Se sabe que si la temperatura aumenta más que 2 grados, los efectos sobre el mar, la tierra y los bosques van a ser devastadores, a más de 3 grados incluso los científicos no pueden predecir qué sucederá.

 

Lo que está en debate de momento, es  la meta de que no se puede aumentar  la temperatura más que 2 grados.  Los países insulares y otros pequeños a nivel de mar, que ya están gravemente  afectados por el cambio climático, demandan que el aumento máximo de la temperatura son pase de 1.5 grados porque si la temperatura supera los 2 grados, ellos van a desaparecer.

 

En el texto, se propuso una meta de máximo 1,5 grados, y hay otra que dice “menos de 2 grados”. Podríamos pensar que es bueno, pero en realidad no importa porque solo es discurso.  No importa porque según las propuestas que hacen desde cada país, la temperatura va a aumentar a 3.5 grados. Es la primera trampa de este acuerdo, el acuerdo no es realmente un “acuerdo”, sino establecer que cada uno hace lo que quiere. Cada uno contribuye con “lo que puede”, aunque hay unos pocos países que son los que produjeron históricamente la gran mayoría de los gases y por tanto del cambio climático.

 

En Rio de Janeiro Brasil en  el 1992,  cuando se firmaron  los tratados de Naciones Unidas sobre  la biodiversidad, la desertificación, los  bosques y el clima,  se establecieron  algunos principios muy importantes como el principio de precaución o el principio de las responsabilidades comunes pero diferenciadas, ese principio, aunque se menciona oficialmente,  no existe ya en la práctica.  La razón de los países de Norte es que hoy en día, China y la India emiten una gran parte de los gases  de efecto invernadero y entonces ya todos deben estar en pie de igualdad ante el cambio climático, sin mirar lo que pasó antes o cuánto se emite por persona.

 

Es verdad que esos dos países emiten muchos gases ahora, porque asumieron un modelo de desarrollo industrial que está provocando grandes desigualdades internas. Pero aún así, China emite 85 toneladas de  emisiones de gases de efecto invernaderos por año y por persona, mientras que Estados Unidos emite 1133 toneladas por persona/años. Se repite nuevamente el problema de justicia global. Los que más han emitido históricamente son Estados Unidos y Europa, pero ahora quiere tabla rasa con todos. Por tanto, aunque lo sigan nombrando el principio de “responsabilidades comunes pero diferenciadas” desaparece de facto, diciendo que todos deben contribuir. Aquí, no se trata solo de los grandes países emergentes, al desaparecer de facto el principio, se llevan entre las patas a todos los demás países que ni provocaron el cambio climático ni tienen casi nada de emisiones, pero son los que más sufren sus impactos.

 

Según una investigación del Banco Credit Suisse, retomada por Oxfam, el 80%  de la población mundial solo tiene el 5,5 % de la riqueza mundial, entonces cuando se habla de hacer reducciones, nos quieren vender la imagen de que es un sufrimiento para todos, pero si el 80% de la gente tiene el 5%  de la riqueza y de los recursos  no creo que van a sufrir muchos esos, es el otro 20 % va a sufrir más porque tiene el 95 % de la riqueza y de los recursos.

 

El 1 por ciento de los más ricos, tienen la misma cantidad de riqueza que el 50 por ciento de la población más pobre en el mundo, y ese uno por ciento que no quiere cambiar nada y obligar a todos a sufrir las consecuencias de la devastación, para mantener sus privilegios, consumiendo el planeta, devastando el clima.

 

Otros temas de debate son la financiación y la tecnología, esto sí está en discusión. Los países del Sur, el G77 y China (que agrupan más de 130 países)  quieren que se asegure la  transferencia de tecnología y la financiación para enfrentar el cambio climático en los países del Sur. Y tienen razón porque no van a poder acceder a las tecnologías, ya que están todas patentadas y los países del Norte y sus empresas no quieren que haya ningún desarrollo tecnológico que compita con ellos. Pero el problema es que ni los países de Norte ni el G77 y China quieren que se diga de qué tipo de tecnología se está hablando. Porque hay muchos gobiernos que quieren financiación para  plantar cultivos transgénicos o instalar centrales nucleares y grandes represas, eso también se llama “tecnología”.  Tenemos un problema, porque incluso los países que muchas veces son aliados de los movimientos en algunos temas, no quieren poner ninguna calificación sobre las  tecnologías, porque quieren desarrollar tecnologías que los movimientos cuestionan, como nuclear, grandes represas, agricultura industrial.

 

En el tema de financiación, los países del Sur tienen razón, porque hay una deuda histórica y porque la responsabilidad es brutalmente desigual. Pero no hay ningún compromiso real salvo unas migajas del fondo verde para el clima, que  podría terminar financiando las tecnologías dañinas de las que hemos hablado, o financiar programas como REDD+ y pagos por servicios ambientales, que en realidad son para establecer más mercados de carbono que les sirven a sus propias empresas financieras.

 

El problema es que las  contribuciones voluntarias de los países, nos garantizan que van a subir la temperatura va a subir hasta 3 o 4 grados, lo cual para la ciencia es casi imposible de entender, porque más arriba de un aumento  de 2 grados, los efectos sinérgicos son tantos que ni siquiera se puede imaginarlos.

 

Y piensen que estas contribuciones son solo discursivas, porque podrían haber dicho que iban a reducir mucho más, pero no lo dijeron  porque no quieren que ni siquiera en el discurso se vean confrontados a algo. No hay ningún compromiso.

 

 Además,  la mayoría de las reducciones de las que hablan Europa y Estados Unidos son falsas soluciones: mercados de carbono, proliferación a gran escala del proyecto REDD+,[1] y en el caso de Europa se basa en gran parte en el desarrollo de la llamada bio-energía, que son más agrocombustibles industriales, y extensos monocultivos de árboles y cultivos… Entonces además que el aumento de temperatura que nos da, sumando todas las contribuciones nacionales es muy alta, las “soluciones” planteadas son falsas y no garantizan en absoluto ninguna  reducción de los gases de efecto invernadero.

 

Lo que de momento está en el paquete, es que hay un apoyo total a REDD+, que es el programa sobre bosques, hay una discusión muy fuerte sobre el tema del uso del suelo, y oculto bajos esos términos está toda la agricultura campesina.

 

En las más de 30 páginas del Acuerdo de París, no se nombra nunca la palabra agricultura, agricultor, o campesino. Sin embargo, dentro del capítulo de mitigación, se habla de integrar los suelos  en los marcados de carbono, y si no se integran a través de eso, se van a integrar a través de REDD+. En los dos casos está prevista la integración del uso del suelo, lo expresen así o no.

 

El concepto de “emisiones netas cero”,  es un concepto perverso, porque no se trata de emisiones cero, o sea, de terminar las emisiones de gases de efecto invernadero, sino de lo contrario:  se puede seguir aumentando, porque se van a “compensar”. Ya se habla de “compensación” en todos los aspectos: compensaciones de biodiversidad, compensaciones de carbono, compensaciones de naturaleza, todo se puede destruir porque supuestamente se puede compensar en otra parte.

 

Es el concepto más importante en este momento. Lo de compensar en lugar de reducir, se expresa a través del concepto “cero emisiones netas”, pero están cambiando el nombre todo el tiempo, para que la gente no se dé cuenta lo que está detrás. Esa idea no estaba en el primer borrador, pero lo volvieron a poner –es parte de la estrategia central de Estados Unidos para la COP21. Cada vez que se habla de reducciones, se hablan de reducciones  de emisiones “netas”.

 

La diferencia crucial es que reducir emisiones o emisiones cero, es que no habrá emisiones, mientras que “cero emisiones netas” es un problema de contabilidad. Se puede seguir aumentado, si se compensan. Entonces, a todo le ponen “neta”, cada vez que usan ese término, o el término “neutralidad climática” o “balance de emisiones”, sospechen porque esto está mal, nosotros necesitamos  reducciones reales no contabilidad y mercados de emisiones. Esa contabilidad en lugar de realidad, es lo que se va a poner en las declaraciones generales. Hay un análisis de las propuestas nacionales de los países hecho por un grupo de ONGs que comparan las emisiones históricas, actuales y su grado de desarrollo económico , y resulta que los países del Sur, India y China, se comprometen a reducir mucho más  de lo que emiten, Brasil hasta las dos terceras partes de lo que emite, mientras que Europa y Estados Unidos no llegan al 20% de lo que emiten.

 

Aún en el discurso se repite la desigualdad

 

Los países  que emiten muchos gases de efecto invernadero,  como saben que no van a hacer nada, integran un paquete de conceptos que introdujeron a través del  Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático, el IPCC (por sus siglas en inglés). Este panel hace escenarios sobre lo que va a pasar en el futuro y definió 4 escenarios básicos.

 

En uno, no hacemos nada y  la temperatura va a aumentar de 6 a 7 grados hasta 2100. Cuidado, es probable que sea eso lo que va a pasar en realidad. En el segundo, el tercero y el cuarto, dicen cómo se podría mantener a 3 o 4 grados y abajo de 2 grados. La receta del IPCC es un paquete de tecnologías nocivas: energía nuclear, almacenamiento y captura de carbono,  conocido por CCS por su sigla en inglés. Para que se incluyera energía nuclear en el resumen de escenarios del IPCC, el país que peleó por ello fue Japón. Lo hizo porque después del desastre nuclear de Fukushima, muchos países cerraron sus programas nucleares, entonces Japón necesitaba que el IPCC recordara, que la energía nuclear es una “energía limpia”, una energía que no emite dióxido de carbono. Omiten decir, por supuesto, que moriremos por la radioactividad.

 

Número dos, almacenamiento y captura de carbono es un nombre para una tecnología que ya existía. Es una tecnología de la industria petrolera, antes se llamaba recuperación mejorada de petróleo (Enhanced Oil Recovery). Es una tecnología que consiste en explotar  las reservas de petróleo más profundas, a las que es difícil acceder, que son más del 25% de las reservas calculadas, pero no es viable económicamente sacarlas. El CCS es una tecnología, de algún modo parecida al fracking: se inyectan gases, sobre todo, dióxido de carbono, en el fondo y el petróleo sale para fuera. Dicen que es una forma de secuestro del dióxido  de carbono. Esta tecnología cambió de nombre y le pusieron captura y almacenamiento de carbono para presentarla como solución al cambio climático. Ahora la presentan como la solución a todo, para la industria minera, industria carbonífera, cualquier actividad sucia, se puede “limpiar”, absorbiendo el carbono,  enterrándolo con CCS y además les sirve para sacar más petróleo.

 

Lo peor es que esta tecnología no existe, bueno, existía pero no la usaban, sólo hay 3 plantas en el mundo en operación,  2 en Noruega y una en Canadá. Los subsidios públicos de estas 3 plantas son enormes,  porque económicamente no se resuelven solas. Solo  diciendo que una tecnología es buena para el cambio climático, las empresas van a recibir los subsidios del gobierno. No sé si han visto, que las empresas petroleras están pidiendo que haya “precio al carbono”, y hasta parece que fueran impuestos. Es lo contrario: la industria petrolera es la industria más subsidiada de todo el planeta, mucho más que cualquier otra y ahora pide más.

 

La industria petrolera está diciendo: queremos  que le pongan precio al carbono, porque como secuestraremos el carbono con CCS queremos que nos paguen. Shell lo dijo en la COP 20 en Lima y lo repite ahora: nosotros las petroleras, somos la base de toda la civilización industrial y ahora también vamos a salvar a todos con CCS, pero nos tienen que pagar.

 

Ese es el segundo paquete y el tercero, es un poco peor porque esto, CCS, se supone que va a dar “emisiones netas cero”, o “neutralidad climática” como le llaman también. Pero si a esto de secuestrar carbono, le agregan plantaciones le  llaman “emisiones negativas”. El discurso que todos los que entren en ese mercado, con esas tecnologías, van estar  aplicando tecnologías que absorben más de lo que emiten y además van a hacer un favor al planeta, lo cual es todo mentira.

 

A BECCS le llaman, “emisiones netas negativas”, porque todo lo verde que crece absorbe carbono, y luego además pueden cobrar por enterrarlo, cobrar cuando está creciendo y como dijo la Shell necesitan más subsidios porque están salvando el planeta.

 

Esto es un idea general del paquete de propuestas, esto es la situación actual. La situación está peor que antes porque hay cada vez más trampas. Estos subsidios públicos  van a salir de nuestra bolsa, y va a incrementar la problemática del acaparamiento de la tierra porque no hay más, lo que queda es apropiarse de los terrenos campesinos y de los bosques y áreas naturales.

 

Todas estas medidas de captura de carbono que parecen algo abstracto, tienen como consecuencia directa el acaparamiento de tierras subterráneas porque existen ya Atlas donde se puede enterrar el carbono, hay uno para Europa, uno para Norte América, uno para México y otro para Brasil. No importa si finalmente lo entierren o no entierren, si funciona o no funciona, si el carbono sale otra vez, la primera cosa que van a hacer es apropiarse tierras, y eso tendrá una nueva ola de impactos sobre los campesinos.

 

El panorama es terrible, pero lo bueno de estar aquí compartiendo con ustedes, es que entre las verdaderas soluciones al cambio climático, a las injusticias climáticas y sociales,  están fundamentalmente las que plantea La Vía Campesina, las agriculturas ecológicas campesinas, las formas de lucha y de vida que nos reconcilian con la tierra y el futuro de todos. Gracias.

 

(Ponencia de Silvia Riveiro en la reunión de Vía Campesina en las oficinas de la Confederación Paysanne en Paris,  Francia,  el día 6 de diciembre del 2015 [2] ).

 

- Silvia Ribeiro es el Directora para América Latina del Grupo ETC. Vive en la ciudad de México, es periodista, ambientalista, activista, y acompaña movimientos sociales. El Grupo ETC tiene estatus consultivo antes Naciones Unidas, y como tal participa, desde la sociedad civil en las negociaciones de varios Convenios de ONU en temas ambientales y de agricultura y alimentación.

 

[1] REDD+, es un mecanismo de mitigacion del cambio climatico, desarrollado por la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, por sus siglas significa “Reducción de Emisiones de gases de efecto invernadero” causadas por la Deforestación y Degradación de los bosques, la conservación y el incremento de las capturas de CO2.

[2] Grabación de Boaventura Monjane, Transcripción de Eva Mutio y Fausto Torrez

https://www.alainet.org/pt/node/174386?language=en

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