Inmigración y muerte por todo el mundo

31/08/2015
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Los primeros inmigrantes ilegales fueron los europeos, que invadieron territorios por todo el mundo y se adueñaron inventándose leyes católicas para justificar sus tragedias: racistas, económicas y de eliminación física de millones de indígenas, en nombre de la superioridad blanca. Increíblemente muy poco se habla de eso, porque los blancos hicieron creer al mundo que esos temas son pasados, y enterrados por la historia. Y esos temas pues no son pasados, son tan actuales que esas invasiones tienen hoy encubrimientos sofisticados económicos, tecnológicos y científicos. Nada ha cambiado desde entonces, desde la llegada de Colón con sus piratas eclesiales como el padre Valverde y gansters analfabetos como Pizarro. Ignorantes que se adueñaron de imperios y territorios siendo inmigrantes absolutamente ilegales. De la misma manera por los territorios del norte de este continente, llegaron unos piratas ingleses expulsados de Inglaterra, junto a sus prostitutas, y se adueñaron de norte América: a sangre y fuego. Destruyendo y ensangrentando esos territorios ilegalmente. Hoy, esos blanquitos occidentales no recuerdan sus hazañas sangrientas, y dicen que eso ya es pasado y mejor no recordar porque las leyes modernas no hay que tocarlas.

 

 En Bolivia hasta hace muy poco nuestros pueblos y naciones originarias, es decir dueñas legítimas desde hace miles y miles de años de estos territorios, éramos considerados migrantes en nuestros propios territorios. Al grado impresionante que en el oriente boliviano, las colonias extranjeras se creían y todavía creen que son dueñas de esos territorios, en los mismos moldes mentales de hace 500 años. Ni siquiera podíamos entrar a sus calles más lujosas o plazas de ciudades, que son copias fieles y burdas de sus ciudades europeas. Eso ha cambiado al menos en los discursos. Hoy, el poder económico, social y territorial todavía está en manos de los blancos descendientes de España, y de las colonias extranjeras. No en manos de las naciones originarias.  El discurso y la politiquería occidental siguen encubriendo la colonización europea, justificando que somos atrasados, poco educados, poco civilizados y poco aptos para el manejo del poder. Discursos que no son novedades desde hace 500 años, y sólo cambian en las modas ideológicas y las modas de las religiosidades políticas.

 

Lo que vemos en el Mediterráneo y en las fronteras europeas, donde miles y miles de humanos mueren despreciados, llamados ilegales por quiénes son culpables del desastre mundial: guerras, bombardeos y destrucciones de países y regiones enteras. Los europeos que son los lame más exquisitos de los norteamericanos, son los culpables de la destrucción de Libia,  Siria, Yemen,  Afganistán e Irak. Junto a sus patrones yanquis, destruyeron esos países sólo porque a sus oligarquías no les gustaban los gobernantes de todos esos países. Y pues decidieron hacer negocios grandes: hacer la guerra. Vender armas, inventar mercenarios, y abrir más fábricas de armas sofisticadas en sus territorios, para levantar sus economías moribundas a costa de la sangre y la muerte. Como vemos nada ha cambiado desde hace 500 años. Esos miles y miles de muertos inmigrantes cotidianos, son la muestra más concreta que las dimensiones de las relaciones internacionales, siguen nomás ancladas en las épocas coloniales, donde los blanquitos y gringuitos siguen considerándose los meros de este mundo, desde sus mentalidades de superioridad occidental. Las excusas y teorías al respecto, son simples excusas. Nada, absolutamente nada justifica la muerte de niños, de mujeres y hombres que sólo son resultado frío de las políticas gringas y blancas, donde las decisiones que se toman en las oficinas lejanas de Europa o Estados Unidos, nunca contemplan a las realidades de los territorios del sur del mundo, desde hace 500 años.

 

 Mientras las reglas de juego mundiales sigan siendo las actuales, de asimetrías estúpidas y aceptadas por los gobernantes títeres del sur, sean de izquierda o derecha da exactamente lo mismo, seguiremos con los ritos de que nosotros somos los que entregamos los cadáveres y la muerte, y los blancos occidentales los que gozan de las riquezas mundiales. Así es como está diseñado la política internacional: económica y social. No necesito acudir a las realidades de África o Asia, sino basta ver nuestras realidades en Bolivia. Quiénes son los mendigos, quiénes son los que buscan territorios de migrantes por todo el país, quiénes son introducidos en corrupciones planificadas (Fondo Indígena) de los blancos y blancoides, quiénes son los que mueren en los conflictos sociales. Todos son indígenas o campesinos migrantes citadinos. Los blancoides y mestizoides que tienen los resortes del poder no derraman sangre, ni están cerca de la muerte. Como hace 500 años. Nada ha cambiado en esas relaciones asimétricas del poder, sólo el discurso: como siempre. De eso no se habla, o se habla con exquisiteces académicas que sólo encubren las verdaderas raíces de las realidades sangrientas y economicidas del mundo. Porque los mendigos y pobres, que son indígenas no son novedad para los ojos occidentaloides, izquerdosos y derechosos como hermanos gemelos, porque son la excusa de sus luchas ideológicas; pero no cambiarán esas realidades, porque esencialmente pertenecen a lógicas coloniales: de farra y tertulia medieval hispana.

 

 Tan claro como el agua: sólo nuestros pueblos y naciones milenarias tienen el destino en sus manos. Toda la política colonial (izquierda o derecha) ya ha fracasado. Parches y más parches de aparapita, de eso se trata lo que tenemos hasta hoy. Reformas y reformas cosméticas. Ya terminará esa fiesta colonial, y tenemos que enfrentar con rigor esa llegada de nuestros dioses y wacas. No podemos seguir esperando migajas y limosnas de occidente, de ese occidente boliviano burdo y títere. No podemos seguir siendo inmigrantes en nuestros propios territorios, en realidad deberíamos expulsar a los invasores, a los ilegales. Es nuestro derecho y legítimo derecho histórico.

 

La Paz, 30 de agosto de 2015.

https://www.alainet.org/pt/node/172086?language=en
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