Los descartes del Papa Francisco

14/07/2015
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En Santa Cruz de la Sierra, Bolivia en su gira pastoral latinoamericana y tercera gran misa, el pasado 10 de julio, el Papa Francisco, pidió “Basta de Descartes”. Expresión que tiene varias dimensiones y connotaciones ideológicas y políticas.

           

Una primera, tiene que ver con la influencia del pensamiento racionalista. Derivado de la razón. Siendo su principal fundador y pensador Rene Descartes, de la corriente filosófica del racionalismo, en el siglo XVII. Esta escuela filosófica considera a la razón, frente a los sentidos, como única fuente de conocimiento verdadero, cierto y seguro sin ningún tipo de duda. De allí nació el discurso del método de Descartes, orientado para dirigir bien y buscar la verdad en las ciencias modernas y la divulgación de las nuevas directrices de la filosofía racionalista. 

           

Tal acontecer, sobre la base de la razón del pensamiento moderno, se impuso a lo largo del desarrollo de nuestras civilizaciones. Dominando las distintas formas de organización social y de intervención sobre la naturaleza. Más aún, se consagró una economía, que se ha instituido como un paradigma totalitario, que codifica todas las cosas, los objetos, mercancías, alimentos, bienes y los valores en términos del capital.

           

El pensamiento lineal impuesto por la lógica del mercado y la mercantilización, no ha querido tomar en cuenta las complejas relaciones con el mundo natural. El Papa Francisco en Bolivia, reclamó “un cambio real de estructuras”. “Este sistema ya no se aguanta, no lo aguantan los campesinos, no lo aguantan los trabajadores, no lo aguantan las comunidades, no lo aguantan los pueblos”...Y tampoco “lo aguanta la hermana Madre Tierra”. "Frente a tantas situaciones de hambre en el mundo no podemos decir: “No nos dan los números, no nos cierran las cuentas".  Agregó el Papa: “si la política se deja dominar por la especulación financiera o la económica se rige por el paradigma tecnocrático utilitarista de la máxima producción”, no podrá resolver” los grandes problemas que afectan a la humanidad”. “El futuro no está en manos de grandes dirigentes, las grandes potencias, las elites”. “Está en manos de los pueblos.”

 

Este pensamiento lineal de la lógica capitalista, también ha llevado a la Iglesia Católica de Roma, a diversos escándalos financieros y morales, conduciendo a la renuncia del Papa Benedicto XVI y en pocos días, tendremos el primer juicio al ex-nuncio Józef Wesolowski, condenado por abusar de menores y por poseer películas pornográficas infantiles.

 

Es evidente y no son hechos aislados, las permanentes y radicales posturas del Papa Francisco y su posición ante la corrupción social-especulativa, las diversas injusticias sociales, los refugiados ambientales y la importancia que le da al pueblo, en tomar iniciativas de liderazgo frente a estos y otros flagelos sociales. Como ocurrió en Bolivia, su sensibilidad al problema de la ecología y del futuro de la madre tierra, bien explicado en su carta encíclica “Laudato Si” “Alabato”, están buscando “descartar” a la Iglesia católica de todo ese mundo de andamiaje o estructura eclesiástica, jerárquica-burocrática y castradora de nuevas iniciativas y pensamientos. Se necesita otro tipo de Iglesia. Más actualizada y abierta al diálogo. Una Iglesia que no sólo hable de los pobres, sino que vaya detrás de ellos, los atienda, los vea, oiga y ayude a liberarse, de los distintos estados de opresión mental y social que ellos están viviendo.

           

Se da el caso de nuestra cúpula eclesiástica venezolana, la cual no toma una posición clara y definida frente a los innumerables intentos de desestabilización económico-social, que se están llevando a cabo en Venezuela. La Conferencia Episcopal Venezolana no ha generado una sola declaración o llamado para intervenir en el estado de distorsión y especulación de la economía financiera-bachaquera que aceleradamente deteriora los distintos niveles de la estabilidad social y económica del pueblo venezolano. Pero si critica y especula sobre la manera anticonstitucional de cómo la economía venezolana se ha manejado. Igualmente, expone sobre la violación de los derechos humanos e invisibiliza los avances obtenidos en materia de derechos sociales, educativos, de salud, e indígenas, de niños y adolescentes, de tercera edad y jubilados, de sexo-diversidad y otros.  Hablan de presos políticos, torturas y silencian las 44 víctimas de las guarimbas del 2014. Escuálidamente de la Carta Ecológica, Encíclica “Laudato Si” “Alabato”, sólo menciona lo “sugerente de la ecología integral” pero no exige a la sociedad venezolana el compromiso que tenemos por echar andar el 5to objetivo histórico del Plan Patria: “La preservación del Planeta Tierra y la Salvación de la Especie Humana”. Así mismo niega los avances en políticas sociales, educativas, viviendas, deportes, cultura y música, de lo que ellos llaman “necesidades básicas”. Contrario a varios organismos internacionales como Naciones Unidas y FAO, quienes si reconocen los sólidos avances,  como las tres comidas al día que consumen los venezolanos, la disminución de la pobreza (23% en 2013) y del índice de distribución de la riqueza (0.38-2010). En el llamado del 9 de julio de la Iglesia Católica Venezolana pareciera que sigue trascendiendo el pesado fatalismo y negativismo de un sector de la sociedad venezolana.

 

Lo afirmamos, la cúpula de la Iglesia Católica Venezolana y su buen grado de influencia social, desconoce de las realidades sociales que acontecen a nivel global y las especificas en nuestro caso, manteniéndose en una crisis cognoscitiva, la cual se traslada a una crisis del pensamiento y conocimiento. Ello se sigue inculcando, fijándose en muchas de nuestras mentes, conduciéndonos a importantes acontecimientos y a desconocer los avances,  como también las distintas oportunidades brindadas para seguir progresando.

 

Desde el siglo pasado se ha venido demostrando que la crisis de la humanidad planetaria es al mismo tiempo, la crisis en la forma de pensar y de reproducir el conocimiento. Por ello, muchas de las tantas causas de tal crisis, entre ellas las señaladas por Edgar Morín, en varios de sus textos, como por ejemplo: la sobreabundancia de la información, la fragmentación y compartimentación del conocimiento en las razones ideológicas, políticas, sociales y culturales, también las interpretamos como los otros “descartes” que el Papa Francisco, nos exige superar y reformar nuestras propias ideas y pensamientos. Debate que exige, honestamente,  encontrarnos, para trabajar y superar los distintos pensamientos lineales que nos dominan, por la nueva relación del pensamiento complejo y la exigida complejidad en que estamos inmersos en nuestras relaciones sociales y culturales.

 

Resumimos, otro reto revolucionario-civilizatorio es que debemos y tenemos que asumir: la paradoja del “pensamiento lineal” frente al “pensamiento complejo”.

 

Ni en su última exhortación del 9 de julio del 2015

https://www.alainet.org/pt/node/171109?language=en
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