Nosotros los países pequeños, dignos y pobres tenemos que argumentar con las leyes y convenciones en la mano. Nosotros tenemos que demostrar que sí respetamos el derecho internacional. Nosotros tenemos que convocar a los organismos regionales y lograr consensos. Tenemos que convocar procesos electorales transparentes, supervisados, observados. Y a nosotros se nos acusa de dictatoriales, de autoritarios. (Con observadores electorales Bush jamás hubiera ganado en Florida, donde su hermano era Gobernador).

 

Una vez más y en este caso con el coraje del gobierno del Ecuador y del Presidente Correa se ha dado una lección de defensa del estado de derecho, del derecho de asilo, de los derechos humanos y de la soberanía. Es claro que el consenso conseguido en la Asamblea General de la OEA, es una muestra de la habilidad política de la Cancillería ecuatoriana y de inteligentes partícipes bajo la presidencia serena y firme del canciller Rafael Roncagliolo del Perú. Han sido los países pequeños que valentía en mano, dieron lecciones de democracia a quienes se irrogan, sin derecho, el papel de adalides.

 

Cómo pueden pretender que no haya claras sospechas de que el Señor Assange no sea extraditado a los Estados Unidos, país que comprobadamente ha secuestrado ciudadanos en esos oscuros vuelos de la CIA, que han sido torturados en cárceles propias y ajenas, que nos mostraron por video cómo el Presidente Obama y la Secretaria Clinton seguían por televisión el asalto, captura y asesinato de Bin Laden y que jamás se les ocurrió decir (aún a sabiendas de que era mentira) hubiéramos preferido un juicio. Por qué vamos a dar crédito a las palabras del Reino Unido sobre el respeto del estado de derecho cuando, no respetan ni las propias Resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, donde tienen voz y veto. Por qué no deberíamos dudar si ya periodistas han denunciado que en Virginia, un Gran Jurado (?) prepara la acusación contra Julian Assange, basada en Espionaje y publicación de documentos secretos. Por qué no podríamos pensar que se prepara el asesinato de Assange o que se ejecuten nuevamente todos los esfuerzos para derrocar al Presidente Rafael Correa o al Presidente Chávez. Tenemos todo el derecho de sospechar, pensar y creer que cualquiera de estas acciones pueden ser llevadas adelante por los “adalides de la libertad” y ninguna de ellas viene de fantasías de izquierdistas trasnochados, sino de hechos históricos recientes y continuamente perpetrados.

 

Hoy la historia pone nuevamente a los pueblos y países del mundo pobre a defender la democracia en contra del ejercicio dictatorial de los países ricos.

 

Democracia o dictadura: eso es lo que está en juego hoy en día en el mundo  y el Ecuador apostó y jugó fuerte por la democracia y los derechos. América Latina ha respondido. UNASUR respondió bien. El espacio de la Asamblea General de la OEA ha votado dando el triunfo a la propuesta ecuatoriana, que el canciller Patiño aceptó modificar para ganar el consenso. El CELAC se ha fortalecido.

 

En esta batalla ha ganado la soberanía en el concierto de las naciones, la unidad en la diversidad, el multilateralismo como política. El derecho de asilo convertido en una espada libertaria. Ecuador se ha comprado el pleito a nombre de los pobres. El desenlace puede darse de diversas maneras. Assange está en riesgo y lo sabe. Mujeres y hombres de bien votamos por la democracia, votamos por la libertad y no hay que bajar la guardia. La Banca no quiere el ejemplo suramericano. Los imperios no quieren a los defensores del estado de derecho. Los perros ladran Sancho…