El Comando Sur en Perú

03/06/2012
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 La presencia militar de EE UU en Sudamérica genera inquietud y el rechazo de la mayoría de los miembros de la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR) que ven en ello una real amenaza por lo que requieren mayor información y transparencia e insisten en obtener datos precisos sobre el despliegue militar estadounidense en la región.
 
Ante ello,  EE UU asegura que no busca aumentar la presencia de tropas y que su único interés se limita a apoyar la guerra contra el terrorismo y las drogas. Pero la UNASUR no está convencida de ello y vincula la existencia de enclaves militares norteamericanos en la zona con la estrategia global de dominación del gobierno de Washington para asegurar sus objetivos geoestratégicos con un mayor control de los recursos naturales (petróleo, gas, agua, minerales y biodiversidad).
 
"No podemos permitir bases militares de EE UU en nuestros territorios",  sostuvo el Presidente de Bolivia, Evo Morales en diciembre último, durante la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) al expresar   que la Casa Blanca tiene la mira puesta en América Latina y el Caribe, especialmente en sus recursos naturales y en la desestabilización de   los gobiernos soberanos de la Región. La CELAC debe trabajar en conjunto "para construir nuevas doctrinas en las Fuerzas Armadas" agregó. Creemos que huelgan los comentarios.
 
Los procesos de integración que no incluyen a EE UU: MERCOSUR, UNASUR, Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) y CELAC, redundaron en la pérdida de la influencia política estadounidense en Latinoamérica en los últimos años; y al perder la iniciativa política y económica frente al empuje de China, Rusia y   de otros países emergentes   el gobierno norteamericano ha tenido una creciente necesidad de control militar territorial.
 
Como pruebas de la importancia que la región, y específicamente Sudamérica revisten hoy para Washington,   puede acotarse la asistencia de Barack Obama a la VI Cumbre de las Américas que se realizó en   Colombia y la visita de la Secretaria de Estado Hillary Clinton a Brasil, ambas en abril último. A finales del mismo mes el Secretario de Defensa estadounidense Leon Panetta realizó una cuestionada gira por el Subcontinente que lo llevó a Colombia, Brasil, Chile y Perú.
 
 La coordinación de esfuerzos para la cooperación en el tema de la seguridad y en la lucha contra el crimen trasnacional fueron los objetivos del recorrido de Panetta por el área. Durante el mismo   expresó claramente que para los EE UU esos esfuerzos se potenciarán con la presencia efectiva de sus bases militares en la Región.
 
De acuerdo con fuentes diversas, de las múltiples bases militares que tiene el gobierno estadounidense en el mundo, una buena parte de ellas se encuentra en América Latina y el Caribe disponiendo ya en Sudamérica de emplazamientos militares en Colombia, Paraguay y Chile, aunque se aprecia que hay otros asentamientos en construcción e, incluso, algunos operando en forma clandestina, como presuntos emplazamientos de ayuda a la población, ya que Washington ha dejado de llamar "bases militares" a muchas de esas instalaciones y, en un cambio de estrategia, las camufla con supuestas acciones humanitarias bajo los nombres de “Centro de Operaciones de Emergencias” u otros eufemismos para operar con el pretexto de la asistencia para catástrofes o eventuales necesidades. De esta manera el COMANDO SUR de EE UU   ingresa en los países sudamericanos sin necesidad del permiso que en otras circunstancias debería solicitar de sus Parlamentos.
 
La construcción de una de esas instalaciones en la provincia argentina del Chaco, con infraestructura donada por el Comando Sur, desató recientemente una intensa polémica tanto dentro como fuera del país (Ver nuestro artículo El Comando Sur en El Chaco). Esa instalación permitiría al Comando Sur monitorear el área de la Triple Frontera, compartida por Argentina, Brasil y Paraguay, y evaluar las perspectivas de explotación de las reservas de agua dulce del sistema Acuífero Guaraní, la cuarta reserva de agua subterránea del mundo en cuanto a volumen; pero la primera en cuanto a capacidad de recarga, y que compartimos argentinos, brasileños, paraguayos y uruguayos, así como cerrar el cerco sobre la Amazonia, región sobre la cual EE UU reclama soberanía, a través de diversas medidas, desde el año 1817.
 
La apertura de otra base del mencionado Comando en CONCON,   Chile, reactivó la alarma entre los gobiernos sudamericanos. (Ver nuestro artículo El Comando Sur en Chile).   Según la versión oficial, la base, con supuestos fines humanitarios,   "se especializará en el entrenamiento de soldados destinados a la formación de las Fuerzas de Paz de Naciones Unidas". Sin embargo   esa instalación, que generó protestas de amplios sectores populares y organizaciones sociales, gremiales y de derechos humanos, esconde la implementación de los planes estadounidenses para controlar los recursos naturales y estratégicos del Cono Sur.
 
Un llamativo silencio mediático rodea estos hechos máxime, teniendo en cuenta, que el Comando Sur, que depende   del Departamento de Defensa de EE UU, no es precisamente una organización solidaria y menos benéfica.
 
En el   año 2009 la Casa Blanca firmó secretamente con el gobierno de Colombia un Acuerdo que le garantizaba a sus tropas el libre acceso a bases militares enclavadas en territorio colombiano. La UNASUR manifestó entonces su preocupación por el pacto pues sus objetivos y potestades era   ambiguos al establecer que los dos países   ”enfrentarían cualquier tipo de provocación, siempre que la perciban como tal”. Venezuela y Ecuador denunciaron el Acuerdo como una potencial amenaza al balance estratégico de la Región y además el gobierno venezolano   lo consideró un peligro para su seguridad nacional. En agosto de 2010 la Suprema Corte de Justicia colombiana decretó que el Acuerdo debía pasar por el Congreso y tramitarse allí.   El nuevo Presidente Juan Manuel Santos decidió, en octubre del mismo año, no enviarlo y anunció que quedaba sin efecto.
 
Ahora el turno le ha llegado,   de manera manifiesta, al Perú. He aquí los hechos.
 
EL 7 noviembre de 2011 una delegación del Comando Sur,   autoridades de Defensa Civil y representantes del Gobierno Regional de Piura inspeccionaron el terreno donde se proponía construir un Centro de Operaciones de Emergencia Regional (COER), con la finalidad de ”monitorear desde allí todas las emergencias de la región norte”, cuya construcción sería financiada por el mismo   Comando Sur.
 
El Director Regional de Defensa Civil, Carlos Balarezo Mesones, informó que, de aprobarse la propuesta, durante el año 2012 se licitaría la primera etapa del proyecto que costaría cerca de 500.000 dólares, una vez que la Municipalidad de Piura culminara la transferencia de la propiedad al Gobierno Regional y se tuviera listo el saneamiento físico y legal del terreno, que cubre   dos hectáreas y está ubicado al lado derecho del trébol de la carretera Piura - Sullana.
 
El representante de la delegación del Comando Sur, Andrew Sonier, presente en el evento, descartó que se tratara de una base militar norteamericana y señaló que tenían otros proyectos similares en ciudades como Lambayeque, Chiclayo y Tumbes, que serán también financiados por el Comando Sur a su turno.
 
Por su parte la Alcaldesa de Piura, Ruby Rodríguez, señaló que el tema sería debatido en la próxima Sesión de Concejo, donde se decidiría si se otorgaba la propiedad bajo la modalidad de cesión en uso, previo acuerdo con el gobierno central.
 
 La gestación de ese acontecimiento se inició unos años antes, específicamente en el mes de febrero de 2007 con la visita a Lima del entonces jefe del Comando Sur Almirante James Stavridis quien sostuvo conversaciones de alto nivel con autoridades peruanas.  Stavridis habría solicitado la concesión de la base aérea de Piura, en el norteño Departamento del mismo nombre, donde operaban los Su-25 de la Fuerza Aérea del Perú (FAP). La idea era poner la base para uso exclusivo del Comando Sur, especialmente  para las tareas   de monitoreo sobre el Hemisferio Occidental,  término con el cual el gobierno norteamericano designa a Nuestra América. Desde el punto de vista del Comando Sur este pedido   respondía a la necesidad de encontrar un lugar adecuado para poder reemplazar las instalaciones   de la base aérea, naval y terrestre de Manta, en Ecuador, cuya concesión vencía en el año 2009 y no sería renovada por decisión del nuevo gobierno ecuatoriano.   Cabe recordar que en el año 2009 Manta regresó efectivamente bajo la soberanía ecuatoriana, tal como el Presidente Rafael Correa le había prometido a su pueblo.
 
Mientras se tramitaba el Acuerdo, integrantes de las fuerzas armadas   norteamericanas y peruanas llevaban a cabo el Ejercicio “Halcón Cóndor” en la ciudad norteña de Chiclayo, con participación de las aeronaves estadounidenses F-16 y B-1 y de aviones   de la Fuerza Aérea Peruana.
 
El objetivo aparente peruano para firmar este Acuerdo fue el de  recuperar el   control territorial y poner operativas a las Fuerzas Armadas dándoles capacidad de “respuesta esencial”. Fuentes del sector Defensa, informaron que con ese equipamiento militar, denominado Núcleo Básico Eficaz, se llegaría al incremento de: I) sistemas antitanques, II) de defensa aérea, III) de recuperación de aviones de combate, IV) de fuerzas especiales, V) crear el comando unificado, y VI) mejorar sistemas de comunicaciones. El objetivo estadounidense resulta obvio.
 
Como hecho complementario se negociaría un nuevo TLC (Tratado de Libre Comercio) llamado “Acuerdo de Cooperación Transpacífico”, que reviviría los objetivos del difunto ALCA, resucitado el 24 de septiembre de 2008 con el pomposo nombre de “Iniciativa de Caminos hacia la Prosperidad” y a la cual adhirieron los países que integran el NAFTA, el CAFTA (salvo Nicaragua), Colombia, Perú y Chile, y asisten como observadores Brasil y Trinidad Tobago.
 
 Finalmente viajó   a Washington el entonces Canciller Wagner, acompañado por oficiales del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, quien se reunió con el Secretario de Defensa Robert Gates y estableció el Acuerdo. Este hecho afianzó el objetivo real norteamericano.   Al parecer el gobierno peruano no había aprendido   las lecciones derivadas de la triste experiencia ecuatoriana de Manta la cual produjo pérdida de soberanía e   incidentes como el hundimiento de embarcaciones ecuatorianas, facilitó la intervención en el conflicto armado colombiano y   acrecentó el problema producido por las “fumigaciones” colombianas en la frontera.
 
Todos los hechos analizados convergen en mostrar el interés inusitado por parte del Departamento de Defensa y el gobierno de EE UU, a través del Grupo Consultivo de la Embajada en Lima, por estrechar las relaciones con las Fuerzas Armadas Peruanas a fin de asociarlas a sus proyectos continentales. A éstas les costará hacer el cambio porque no se encuentran preparadas para asumir nuevos roles. Tampoco sería bueno que mezclaran funciones y misiones con los nuevos objetivos estratégicos norteamericanos. Menos aún que se confunda la actual Guerra contra las Drogas que se libra en los Andes, con” la Guerra contra el Terrorismo” que EE UU libra en   Medio Oriente, mezclada con los verdaderos objetivos permanentes de establecer rígidos controles sobre la frontera amazónica, pródiga en recursos naturales estratégicos.   Pareciera que la triste experiencia colombiana no ha sido suficiente.
 Como resultado del Acuerdo establecido, la Comuna de   Piura entregó a los representantes del Comando Sur la documentación y el terreno de dos hectáreas para que realizaran los estudios de diseño y construcción sobre el mismo de   lo que será el nuevo ”Centro de Operaciones de Emergencia” (COER) para Piura. Éstos así lo hicieron    y precisaron que a mediados del año 2012 el diseño ya estaría listo y que los costos de construcción   ascenderían a 500.000 dólares. En una nueva visita,   realizada durante mayo de 2012, anunciaron   que a fines de junio o julio   el diseño estaría listo   y que el proceso de construcción adicional al mismo   se prolongaría durante un año dependiendo   de la disposición de las autoridades regionales y los servicios que se necesitaban.
 
Confirmando lo dicho una información recibida desde Piura el 16 mayo de 2012 expresa:
“La construcción del flamante local del Centro de Operaciones de Emergencia Regional – COER - se iniciará este año, confirmó el Presidente del Gobierno Regional Piura, luego de recibir una nueva visita de los representantes del Comando Sur de los Estados Unidos, interesados en financiar esta infraestructura. Este COER se construirá sobre un área de 10.000 metros cuadrados que ha sido cedida por la Municipalidad de Piura, independizada e inscrita en la SUNARP, es decir está debidamente saneada. Se considera que de no haber mayores problemas y de acuerdo con los plazos establecidos por los responsables del financiamiento, los trabajos deben iniciarse en el último trimestre del presente año. Para ello el Gobierno Regional tendrá que efectuar trabajos previos y básicos como la construcción del cerco perimétrico y la dotación de los servicios de saneamiento y electricidad.” 
 
Este emplazamiento aprobado en PIURA se instala en un lugar estratégico, pródigo en    recursos naturales especialmente (petróleo, minerales) donde las corporaciones transnacionales realizan estudios de exploración y explotación de los mismos y de fuerte  conflictividad social.
 
Todo esto complementa una operación previa encubierta de control territorial planificada y financiada por el COMANDO SUR   que se inició en el año 2009 cuando Lambayeque y otras ciudades del nororiente inauguraron un moderno Centro de Operaciones de Emergencia (COER), que funciona en Chiclayo.   A modo de anécdota, la Presidenta del Gobierno Regional de Lambayeque Nery Saldarriaga recordó que la construcción de la moderna infraestructura fue posible gracias a que se contaba con la voluntad política y las condiciones administrativas que no hubo inicialmente en Piura, donde el Comando Sur tenía previsto ejecutar el proyecto.
Por su parte el Ministro Consejero de la Embajada norteamericana destacó que tanto en Lambayeque como en las ciudades del nororiente peruano más propensas a ser afectadas por fenómenos naturales,   ahora se podrían   coordinar mejor las labores de prevención y atender con prontitud las emergencias naturales y las causadas por errores humanos. Anunció además que se construirían nuevos Centros de Operaciones de Emergencia en otros puntos críticos del país,   entre ellos San Martín, Junín, Ucayali, Tacna y Tumbes.   Casi un calco del actual despliegue del control territorial establecido   por EE UU en  Colombia a través de su sistema de bases militares.
 
Podemos concluir expresando que   el COMANDO SUR considera cumplido su rol de VIRREY DE LA REGION, reforzado   además con un ALCA (hoy TLC) revivido. Todos los objetivos del Sistema Interamericano de Defensa (SIAD) se han cumplido.    Un nuevo “triunfo” de la política militarista de EE UU en Sudamérica y una derrota parcial del sufrido pueblo hermano peruano que seguramente expresará en las calles su rechazo a esta afrenta a su soberanía, como lo hace actualmente el pueblo chileno ante intentos imperiales de la misma catadura y como lo sigue haciendo el pueblo argentino que ha logrado desbaratar la emboscada imperialista. Hoy más que nunca están vigentes las palabras   ¡América unida jamás será vencida!
 
 
La profesora  Elsa Bruzzone y el coronel ( r ) José Luis García pertenecen al Centro de Militares para la Democracia Argentina (CEMIDA).
 
https://www.alainet.org/pt/node/158445?language=en

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