El valor de Salta ante una nueva estrategia suramericana
09/03/2012
- Opinión
El marco político-ideológico
Si la quiebra o mejor aún, el fracaso de la modernidad, ha mostrado algo como evidente en el orden internacional es que la idea racionalista del mundo como universo ha dado paso a la evidente constatación de que el mundo debe ser entendido, mas bien, como un pluriverso.
Cosas que sabían de antaño los pensadores premodernos, y que fueron sepultadas por la lápida brillosa del iluminismo que pretendió homogeneizar el mundo bajo un solo modelo: el racional-progresista, han vuelto por sus fueros a tomar vigencia. El mundo no es uno, a pesar del proyecto Bush del one world. El mundo está constituido por plurales y variadas versiones del hombre y sus problemas. Es un pluri-verso y no un uni-verso y en esta variedad de versiones y visiones nosotros los argentinos junto con el resto de los suramericanos tenemos algo que decir, sea por lo específico de nuestra situación, sea por la índole de nuestra idiosincrasia.
En primer lugar rechazamos, por inverosímiles, no plausibles, las ideas de Occidente como un todo único y luego la de Latinoamérica semánticamente vacua e imprecisa, amén de espuria por su origen colonial francés, y pretendemos presentar, con la teoría del rombo, figura formada por la unión de las cuatro capitales suramericanas: Caracas, Brasilia, Buenos Aires y Lima, una respuesta verosímil, de posible realización, una nueva estrategia para la región. Recordamos al respecto el juicio del eminente sociólogo brasileño Helio Jaguaribe, quien en carta personal nos decía: “Estimaría, sobre el asunto, decirle, muy brevemente, que concuerdo integralmente con su tesis central, en el sentido de que la política externa argentina (y brasileña) no puede más ser un latinoamericanismo declarativo. Debe ser antes que nada una efectiva política suramericana”.
La posibilidad cierta de construcción de un espacio autocentrado con capacidad de satisfacerse a sí mismo en todos los órdenes y de carácter bioceánico, con salida a los dos océanos, nos obliga a pensar algo distinto a lo hasta ahora existente. No descartamos un Mercosur ampliado o en una unión de éste con el Pacto Andino, pues bien sabemos que se debe trabajar sobre lo que ya existe, la creación ex nihilo solo pertenece a Dios, pero tenemos la pretensión de plantear, de buscar, de intentar algo diferente a lo propuesto hasta el presente.
El marco de pertenencia de este trabajo sobre nueva estrategia suramericana, no ha sido, para sorpresa de muchos, ningún centro de altos estudios internacionales, sino las secretarías de cultura y prensa de la antigua CGT rebelde.
Cuesta creer que los voceros del pensamiento políticamente correcto que no son otros que los del progresismo decimonónico en su versión siglo XXI, rechacen y minusvaloren todo aquello que pueda salir del ámbito sindical o no-académico, pero las cosas son así. ¿Quién le pude hacer comprender al ex secretario de cultura Torcuato Di Tella que en el movimiento obrero organizado no sólo se lee Anatole France, como declaró en su visita a la CGT?. ¿Que existe producción cultural más allá del Centro San Martín, el Centro Recoleta o el Palais de Glace?. ¿Quién puede hacer comprender a Elisa Carrió, la dirigente progresista de la tercera fuerza política en Argentina que sostener que somos un pueblo adolescente es, mutatis mutandi, sostener la misma tesis que el conde de Buffon o de Pauw para quienes, tanto hombres como fieras sufren en nuestras tierras americanas una involución que los convierte en especies inferiores o degradadas de las originales, vgr. El puma es un león sin melena, los aborígenes son adolescentes pues no tiene barba?
Por supuesto que en este planteo de una nueva estrategia suramericana no ha sido tenido en cuenta el Cari (Centro argentino de relaciones internacionales), no sólo por liberal y masón, sino porque las neuronas de nuestros estrategas en política internacional están quemadas con la lectura de los libros de la intelligensia anglonorteamericana, que sostiene a raja tabla que no es posible una estrategia autónoma internacional para la América del Sur. Si hasta autores yanquis de indiscutible honestidad intelectual como Paul Piccone, el director de la revista neoyorkina de la new left comunitarista de ciencia política Telos nos llega afirmar en carta personal:
“The South American Grossraum is very undeveloped and does not deal in any way with socio-economic relations between North and South. ... It is also unclear how any kind of South American Grossraum will be able to thrive independently of favorable relations with the US.”(email, 22/7/03). “El llamado gran espacio suramericano está poco desarrollado y no encaja, de ningún modo, con las relaciones socioeconómicas entre el Norte y el Sur...Tampoco está claro como cualquier tipo de gran espacio suramericano puede ser apto para prosperar en forma independiente de las relaciones favorables con los Estados Unidos”.
A lo que le respondí: “Caro Piccone: tu opinión es la opinión de la conciencia norteamericana y está muy bien que no concuerde con la nuestra”.
La sola mención de la intención de construir un gran espacio suramericano levanta objeciones en la conciencia anglosajona. Dado que la construcción de un gran espacio autocentrado crea una instancia de poder no previsto por los que manejan esta gran maquinaria llamada “nuevo orden internacional”.
También podemos renunciar a nuestras inquietudes y vocaciones de cambio y dejar las cosas como están. Dejar que los periodistas nos sigan intimidando con su versión políticamente correcta acerca de lo que ocurre y debe ocurrir. Que los embajadores del orden oficial sigan haciendo su trabajo en pos de la consolidación del statu quo reinante. Que la conciencia crítica se reduzca a contar anécdotas sobre lo que ocurre. Que el mundo abogadil justifique el no cambio de las estructuras. Que el mundo financiero siga como centro de los intereses mundiales. Que el sálvese quien pueda sea la norma universal de convivencia.
Todo ello puede ser, pero no es el mundo al que el hombre está destinado. Y si ello prima el hombre terminará transformándose en un homúnculo.
Hace un tiempo nomás, al entonces jefe del Ejercito General Bendini se le ocurrió hablar del peligro de una Patagonia despoblada y desarmada y el periodismo en su conjunto lo acusó de reflotar el Plan Andinia de ocupación por parte de los judíos del sur argentino, en lugar de indagar si el Estado de Israel tiene o no planes de acción en tal sentido.
El Estado argentino al igual que la mayoría de los Estados suramericanos ha sido superado en poder y reflejos por las transnacionales del dinero y por los lobbies de decisión política, de modo tal que poco puede hacer solo o aislado. Está limitado en la actualidad a la mera administración de la cosa pública menuda. Carece de un cuerpo dirigente con convicciones políticas profundas que privilegien el interés nacional. Existen, eso sí, en algunos dominios, equipos gerenciales, vgr. El Banco Central, la Aduana, la Dirección Impositiva, pero sin convicciones políticas, sólo tomados como salidas laborales.
Se cuentan por miles ya los trabajos que muestran la inconveniencia de pertenecer al Alca y los beneficios que reportaría la profundización del Mercosur para nuestros países, sin embargo nunca falta un buey corneta que sostenga como beneficioso el subordinar nuestros intereses a los de Estados Unidos.
A propósito de la Teoría del Rombo
Desde hace más de tres años en el marco del Primer Encuentro de Pensamiento Estratégico de la Patria Grande (29-3-01 en Buenos Aires) y desde el marco de pertenencia de la CGT, venimos planteando la denominada Teoría del Rombo.
Vinieron luego, el Congreso de Trabajadores Bolivarianos en Caracas (2002); el Segundo Encuentro (2002); el Foro Social Mundial de Porto Alegre (2002); el Tercer Encuentro (2003) y múltiples congresos en el interior del país. Todos ellos con la participación de personalidades políticas, académicas y consulares de los países de América del Sur. Se realizaron además publicaciones de todo tipo para su difusión, incluso quedó plasmada en un libro Metapolítica y Filosofía (Buenos Aires, Theoría, 2002).
Todo esto para decir que cuando hablamos de la Teoría del Rombo lo estamos haciendo sobre algo medianamente conocido, estudiado y aceptado. Se denomina así porque es el pensamiento que busca expresar una Nueva Estrategia Suramericana y que en su formulación plantea la unión de cuatro vértices: Buenos Aires, Lima, Caracas y Brasilia, lo que forma un irregular rombo.
Esta teoría busca una complementación de Mercosur más Pacto Andino a través de la consolidación de un gran espacio en América del Sur, que reúne las características de bioceánico, económicamente autocentrado, tecnológicamente complementario, políticamente confederado e interconectado entre sí mediante el aprovechamiento de los 50.000 km. de ríos navegables en su corazón interior, en su heartland.
Corredores Bioceánicos
Existen potencialmente dos tipos de corredores bioceánicos en América del Sur; los fluviales combinados con los terrestres y los únicamente terrestres.
Nosotros creemos, y esta es nuestra tesis, que sólo los primeros son realmente viables y económicamente plausibles.
Las vinculaciones hidroviales que permiten una interconexión bioceánica son cuatro:
1.- El sistema Orinoco-Meta que vincula Puerto Buenaventura (Colombia) con Puerto Ordáz (Venezuela) con 1866 km. de vía fluvial y 779 km. de carretera.
2.- El sistema Amazonas- Putumayo que une el puerto de Belem do Pará (Brasil) con el de San Lorenzo (Ecuador) con 4535 km. de vía fluvial, 230 de carretera y 549 de ferrocarril.
3.- El sistema Amazonas-Marañón que une los puertos de Belem do Pará (Brasil) con el Chiclayo (Perú) con 4796 km. de vía fluvial y 700 Km. de carretera.
4.- La hidrovía Paraná- Paraguay que une los puertos de Sao Paulo (Brasil) con el puerto de Ilo en Perú con 3440 Km. de vía fluvial, vinculado al corredor vial de 570km. que une Puerto-Suarez (Bolivia)-Corumbá (Brasil) con Santa Cruz de la Sierra, que acaba de ser terminado con la cooperación de la Unión Europea en Bolivia.
Desde Santa Cruz a Cochabamba con la construcción del pequeño tramo ferroviario a Aiquile, quedan unidas La Paz y Santa Cruz por vía férrea. Luego La Paz-Arica (Chile) o La Paz –Ilo (Perú).
Consideraciones geopolíticas
Es este último el corredor bioceánico que nosotros, los argentinos, debemos privilegiar por varios motivos.
En primer lugar porque fortalece uno de los ejes interiores de la Teoría del Rombo, aquel que envuelve al heartland continetal por el lado sur. Permite una circulación rápida y económica de mercadería y gente, habida cuenta que los transportes fluviales y ferroviarios son los más baratos, al poder transportar grandes volúmenes. Son los menos contaminantes y los que tienen menor impacto ambiental.
La vinculación de los puertos de Santos (Brasil) e Ilo (Perú) o eventualmente Arica (Chile) evita y elimina de plano la teoría del arco, de la vieja estrategia brasileña, muy bien aprovechada por Chile, hasta ahora.
Esta teoría del arco fue denunciada por Perón en la Escuela Superior de Guerra en una conferencia de carácter reservado en noviembre de l953 cuando afirmó: tenemos que quebrar la estrategia del arco que va de Río a Santiago y crear una nueva para América del Sur” y proponía a renglón seguido un área de unión aduanera y libre comercio entre Argentina, Brasil y Chile denominada ABC.
Hoy como denuncia el brillante trabajo de Mario Meneghini: El eje Chile-China, se nos quiere imponer bajo ropajes nuevos la vieja teoría del arco, que se llevaría a cabo bajo la mascarada de un Proyecto de las Regiones Centro-Cuyo, que viene a cortar a la Argentina en dos para que puedan salir los productos brasileños por el puerto chileno de Coquimbo a través del paso de Aguas Negras en la provincia de San Juan. Todo ello bajo financiación china de 250 millones de dólares.
Hay que decirlo con todas la letras. Cualquier corte horizontal de la Argentina sólo se puede hacer por carretera vial y se haga por donde se haga, sólo beneficia exclusivamente a Chile y al comercio del sur de Brasil. Parte a la Argentina en dos dejando el Norte Grande librado a su suerte de ser siempre una gran región “del futuro”. Cuando en realidad, este Norte Grande cuenta con las mejores condiciones geoestratégicas para constituirse en un engranaje continental que alimente tanto a Brasil, Paraguay, Chile, Bolivia y Perú. Basta mirar el mapa y tomar nota detenida de distancias, accidentes geográficos y ventajas comparativos para darse cuenta que Puerto Suárez(Bolivia) y Corumbá(Brasil) dos ciudades separadas por el río Paraguay están a distancias equivalentes de La Paz, Brasilia, Sao Paulo, Asunción y Salta(Argentina), que forman entre ellas un rectángulo casi perfecto. Cada gran espacio tiene su centro geopolítico, así Puerto Suárez-Corumbá lo es para Suramérica como la isla de Malta lo es para el Mediterráneo.
Mapa del Sector
Nosotros defendemos y proponemos como el más beneficioso para América del Sur este corredor bioceánico mixto (marítimo, fluvial, ferro-vial) que tiene como gozne Corumbá-Puerto Suárez. En donde Argentina puede integrarse en forma expedita tanto desde Corrientes como de Salta.
El aporte de la Comunidad Económica Europea a Bolivia en la construcción del vínculo entre Puerto Suárez y Santa Cruz de la Sierra, nos está indicando una inteligencia sobre este asunto de vital importancia geoestratégica para nuestra región. Porque la ciudad importante en el corazón de América del Sur es ésta. Se ve claro el movimiento, los europeos, que no son tontos, están pivoteando sobre Santa Cruz, la ciudad fundada por Ñuflo de Chávez que tenía como lugarteniente a Juan de Garay, futuro fundador de Buenos Aires. Retoman una estrategia de 400 años, con la diferencia que ahora se puede salir, con cargas de gran peso, directamente a Europa desde Santa Cruz, por ferrocarril hasta Trinidad en el Beni y de allí derecho en barco.
Está en nosotros, los americanos del sur, captarlo y redimensionarlo con un sentido propio y para beneficio nuestro. La construcción de un gran espacio autocentrado como son los 18 millones de kilómetros cuadrados suramericanos no es un chiste ni una idea baladí, es la construcción de un poder, y eso siempre despierta los celos y resistencias de aquellos que hoy lo poseen.
No tenemos ningún reparo, y forma parte de las relaciones bilaterales entre dos Estados, en que nuestras provincias limítrofes con Chile saquen por allí todas sus mercaderías, pero que no se disfracen dichas salidas, con la bandera de la integración suramericana. Por favor, que no se amañen falsas razones para que Argentina a su costo tenga que mantener 1200 km. de rutas (Bs.As.-Mendoza) para que transiten alegremente los camiones de Brasil y Chile, que no aportan ningún beneficio ni al Estado nacional ni a la comunidad argentina, ni a la integración.
La Confederación Suramericana va más allá de las buenas relaciones bilaterales entre Estados, pasa, más bien, por la integración de los grandes vértices de poder continental como lo son Buenos Aires, Brasilia, Caracas, que hoy tienen líderes políticos afines, y en menor medida Lima. Si nos desviamos del fortalecimiento de los ejes marcados por este rombo imaginario, creando artificiales e interesados corredores bioceánicos lo que vamos a lograr es, más bien, la desintegración de Suramérica.
Pero además, la consolidación de tres de estos vértices nos potencia ante Brasil porque establece un hilo conductor hispano ante la monolítica presencia lusitana.
Salta ante la nueva estrategia suramericana
Como vimos la nueva estrategia suramericana consiste en la consolidación de un gran espacio autocentrado, esto es, que puede abastecerse a sí mismo, decarácter bioceánico cuyos vértices de tensión son Caracas, Brasilia, Buenos Aires y Lima, lo que forma un hipotético rombo, dentro del cual se destaca el espacio centro sur que en forma de rectángulo irregular forman los vértices de La Paz, Brasilia, Sao Paulo y Salta.
Y aquí es donde juega Salta un papel importantísimo por ser la representación de Argentina en este juego de tensiones estratégicas internacionales. Habida cuenta que “la estrategia de Brasil siempre fue cruzar o taponar, con una barrera Este-Oeste, el vector argentino Corrientes-Puerto Cáceres por el río Paraguay”(1). En una palabra el acceso de nuestro país al hartland suramericano es más viable, en tanto genera menores resistencias brasileñas como andino que como fluvial.
Además Salta se une directamente al uno de los centros estratégicos, representación de la que carece Puerto Cáceres, de este rectángulo irregular, que es Santa Cruz de la Sierra. Y esto lo vio su viejo gobernador Romero, cuando a sus instancias se creó el Banco de la Nación en pleno corazón de Santa Cruz, para poder jugar desde allí mismo no sólo en el manejo bancario de la región, sino sobre todo en la producción de sentido de las acciones económico-políticas de la oquedad amazónica.
La función estratégica de Salta no se agota en sacar mercadería por los pasos de Sico o Jama(Jujuy), función comercial que está bien que así lo haga, que es más cómodo y barato. Lo que queremos llamar la atención, luego de nuestra fructífera estada allá, es que Salta cumplirá una función estratégica sólo sí consolida y refuerza sus dos ejes de tensión geopolítica: Hacia Santa Cruz y hacia La Paz y convertirse así en polo que aspira y distribuye la actividad del Norte grande.
Bolivia, ha dicho en su tiempo Juan Bautista Alberdi “es un Estado imposible”, pero de facto a partir de 1825 lo es, existe. Y es de Salta, desde donde se debería “liberar a Bolivia”, no sólo de la penetración norteamericana (hay hoy 1600 miembros del cuerpo diplomático instalados allí) sino también de la penetración del Brasil, que depreda sus ríos y bosques como “pancho por su casa”, y de Chile, quien aprovechándose de una mala privatización de los ferrocarriles bolivianos, literalmente, los destruyó por falta de mantenimiento.
Salta, entonces, es la opción natural de Argentina para jugar su peso político en la geoestrategia de América del Sur, si esta opción no es asumida como propia por las autoridades provinciales se perderá una brillante oportunidad de restablecer algo de justicia en este desdichado y castigado espacio del cono sur de Nuestra América.
Está también en las autoridades nacionales, dejar de lado su inveterado “geocentrismo porteño” y volcar todo su peso político y económico para que sea Salta la gestora e instrumento de esta inserción estratégica suramericana.
Nota bene
En términos generales se puede definir a la geopolítica como la disciplina que estudio cómo influyen las determinaciones geográficas y naturales en la formación y destino de los pueblos. El primero que utilizó el término fue el sueco Rudolf Kjellen (1864-1922). El, sufrió la influencia del geógrafo alemán Friedrich Ratzel (1844-1904) quien en su Geografía política (1879) define al Estado con características biológicas.
La obra del sueco se proyecta en el inglés Mc Kinder (1861-1947), pero es en Alemania, a través de Karl Haushofer (1869-1946) donde la geopolítica llegó a su plenitud.
Terminada la segunda guerra mundial la disciplina fue demonizada y dejada de lado y lentamente se la reemplazó por la de geoestrategia o estudios estratégicos.
1.- Capitán de Navio Francisco Cachaza Iramont, carta personal 30/9/04.-
- Alberto Buela es filósofo- CEES (Centro de Estudios Estratégicos Suramericanos)
https://www.alainet.org/pt/node/156370?language=en
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