La lucha por la hegemonía en Internet

30/03/2011
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Artículo publicado en la Revista América Latina en Movimiento No. 463: Redes sociales: ni tanto ni tampoco 06/02/2014
El ciberespacio es un territorio en disputa en el que están presentes tanto actores estatales y transnacionales que tratan de controlarlo y moldearlo de acuerdo a sus visiones e intereses como actores que apuntan a proyectos emancipadores y democratizadores.
 
Este territorio, sin embargo, está abierto a “todas las intervenciones, su composición interna reproduce, con mínimas variaciones, la relación de fuerzas existente en el mundo exterior, donde sin duda no es favorable a los medios alternativos”.[1]
 
La tentación de controlar y moldear el ciberespacio para hacer prevalecer la hegemonía y los objetivos imperiales forman parte de las visiones estratégicas de Washington. No olvidemos que los recursos estratégicos de la red global están monopolizados por Estados Unidos. Este país tiene en sus manos la Corporación para la Asignación de Nombres y Números de Internet (ICCAN, por sus siglas en inglés), un organismo de derecho privado dependiente del Departamento de Comercio de Estados Unidos, mismo que es responsable de la gerencia de los nombres de dominio de Internet (DNS) y de las direcciones de protocolos de Internet (IP). Además, de los 13 gigantes servidores raíz que soportan la red, 10 se encuentran en Estados Unidos: cuatro en California y seis cerca de Washington. Estados Unidos tendría la posibilidad de bloquear todos los envíos de mensajes electrónicos del planeta, lo que causa inquietud en más de un país.
 
Pero las amenazas a Internet no solo provienen de este ente estatal poderoso sino de las grandes transnacionales de la informática, de las telecomunicaciones, de los productores de software propietario, motores de búsqueda y operadores de redes sociales (Microsoft, Yahoo, Google, Facebook, Twitter, etc.) cuya actividad abarca todo el planeta pero están asentadas en Estados Unidos. Estas empresas no solo tienen enormes ganancias extraídas de los negocios globales digitales sino que colaboran estrechamente con el gobierno de Estados Unidos tanto en tareas de vigilancia y espionaje como en la consecución de los objetivos geopolíticos y económicos de la dominación imperial.
 
Libertad de expresión
 
La tentación hegemónica estadounidense es engañosa pues viene disfrazada de “libertad de expresión en Internet”. El gobierno de Obama se declara defensor de las libertades de expresión, asociación e interconexión en Internet. La secretaria de Estado Hillary Clinton en los dos últimos años ha pronunciando varios discursos en este sentido.
 
El 15 de febrero de 2011 en la Universidad George Washington, Clinton dijo que “Internet se ha convertido en el espacio público del siglo XXI: La plaza del pueblo del mundo, el aula, el mercado, la cafetería, la discoteca”, a la vez que destacó algunos desafíos:
 
Estados Unidos continuará promoviendo una red Internet donde se protejan los derechos de los pueblos y que esté abierta a la innovación, que sea interoperable en todo el mundo, lo suficientemente segura para que la gente confíe en ella, y lo suficientemente confiable para apoyar su labor.[2]
 
El discurso de la “libertad de expresión en Internet” no es nuevo. Obama lo que ha hecho es continuar la política de su antecesor George W. Bush en cuyo mandato se creó el Grupo especial para la libertad en Internet con el objetivo de vigilar y elaborar informes de los gobiernos que restringen esta libertad. Estados Unidos ha colocado en esta lista a China, Irán, Vietnam, Cuba, etc., es decir a todos los países que no se alinean o se oponen a sus designios.
 
Estados Unidos, sin que nadie lo haya nombrado, se erige en juez universal que vigila el cumplimiento de los derechos humanos, incluida la libertad en Internet. Pero ¿qué pasa casa adentro? La República Popular China elaboró un informe sobre violaciones de derechos humanos en Estados Unidos en el que incluyó un capítulo relacionado con Internet.
 
A pesar de su defensa de la “libertad de expresión”, la “libertad de prensa” y la “libertad en Internet”, el gobierno estadounidense controla y restringe el derecho de sus ciudadanos a la libertad cuando se trata de proteger sus propios intereses y necesidades. La libertad de los ciudadanos estadounidenses de acceder a información o distribuirla está estrictamente controlada. Según lo publicado por los medios de comunicación, la Agencia de Seguridad Nacional (ASN) empezó a controlar las comunicaciones instalando equipos especializados de escucha e interceptando teléfonos, faxes y cuentas de correo electrónico en 2001. Este tipo de estrategias se utilizaban en un principio para vigilar a ciudadanos de origen árabe, pero pronto empezaron a emplearse para controlar a millones de estadounidenses de otras procedencias. La ASN estableció más de 25 centros de escucha en San José, San Diego, Seattle, Los Angeles y Chicago, entre otras muchas ciudades. La agencia también anunció recientemente que está construyendo un almacén de datos con una superficie de un millón de pies cuadrados y con un coste de 1.500 millones de dólares en Camp Williams (Utah) y otro en San Antonio para poder llevar a cabo una nueva misión de “vigilancia cibernética”.[3]
 
Otros organismos no estatales y académicos aportan nuevos elementos que demuestran que Estados Unidos no practica aquello que exige para los otros en la escena internacional. Luego de los atentados a las Torres Gemelas, durante el gobierno de George W. Bush, se expidió la Patriot Act que instauró un complejo sistema de vigilancia dentro y fuera de Estados Unidos que atentaba fuertemente contra la libertad y privacidad de las personas. En el gobierno del demócrata Barak Obama continúa vigente la Patriot Act y el aparato de control se ha perfeccionado y fortalecido.
 
Defensa de la propiedad intelectual
 
El pensador francés Dominique Wolton escribió que “para los norteamericanos el futuro de la red no se encuentra principalmente en las funciones de expresión y comunicación, sino en la información abastecedora en el comercio electrónico a escala mundial. Y, desde esa perspectiva, es la realidad técnica la que domina. Es el ideal de un mundo convertido en un gigantesco mercado. Es un poco como si la red tuviera como prioridad absoluta la función de comunicación para proponer, en realidad, un sistema de información proveedora”.[4]
 
“Un mundo convertido en un gran mercado”. Eso es lo que defiende Estados Unidos al reafirmar la política de defensa de los derechos de propiedad intelectual que es una de las formas de defender a las grandes corporaciones de Internet y de la informática. En el discurso pronunciado en el Museo de la Información en Washington, Hillary Clinton dijo: “Creemos firmemente que principios como la libertad de información no son meramente políticas buenas que de algún modo están conectadas a nuestros valores nacionales, sino que son universales y que también son buenos para los negocios”.[5]
 
Bajo el discurso de la “libertad de Internet” están los buenos negocios de sus corporaciones trasnacionales punto.com tales como Yahoo, Google, Microsoft. Facebook. Estas transnacionales para extender sus buenos negocios a todo el planeta requieren remover todas las barreras que se les opongan, necesitan libertad de mercado absoluta. Ello explica la presencia de estas corporaciones en los foros que organiza el Departamento de Estado para tratar la “censura en Internet”. En el evento que se desarrolló en Washington en enero de 2007 participaron 120 representantes de corporaciones, compañías de inversión, ONGs y delegados del Congreso.
 
Las innovaciones tecnológicas de las grandes corporaciones de la Internet y la informática se traducen en marcas y patentes, cuya explotación a nivel mundial les permite amasar inmensas fortunas. En el caso del gigante motor de búsqueda Google, además de tener una posición dominante en esta área, tiene a su haber 2000 patentes que permiten rastrear, analizar y clasificar a los internautas[6], e incluyen paneles publicitarios digitales, software para vigilancia, tablones de anuncios, etc.
 
Hace algún tiempo que Google ha dejado de ser solamente un buscador y se ha convertido en una de las empresas más ricas del planeta. Sus propietarios poseen una de las mayores fortunas del mundo gracias a un ingenioso diseño de comunicación y a la enorme masa de entusiastas que utilizan Internet. Y en detrimento de la privacidad.[7]
 
Un elemento interesante de destacar es que las violaciones relativas al derecho de propiedad intelectual han sido incluidas por EE.UU. entre las ciberamenazas más significativas en la actualidad. William J. Lynn III, Secretario Adjunto de Defensa de EE.UU, señala “en vista de que la fortaleza militar depende de la vitalidad económica, pérdidas constantes de la propiedad intelectual podrían desgastar tanto la eficacia de la milicia estadounidense como su competitividad en la economía global”.[8]
 
Ciberguerra
 
La política de Estados tiene un doble estándar. Por un lado, presenta un discurso atractivo de defensa de las libertades en Internet, pero por otro la concibe como un teatro de guerra, como un espacio de confrontación.
 
William J. Lynn III, escribe:
 
Como una cuestión de doctrina, el Pentágono ha reconocido oficialmente el ciberespacio como el nuevo ámbito de la guerra. Aunque el ciberespacio es un ámbito hecho por el hombre, se ha tornado igual de crítico para las operaciones militares como lo son la tierra, el mar, el aire y el espacio. Como tal, la milicia debe poder defender y operar dentro de él.[9]
 
Según el funcionario, más de cien organizaciones extranjeras de inteligencia estarían tratando de lograr el acceso a las 15.000 redes digitales que permiten las operaciones militares de Estados Unidos en todo el mundo. En el mantenimiento de estas redes trabajan 90.000 personas a tiempo completo.
 
Para integrar las operaciones defensivas y ofensivas en el ciberespacio, el Secretario de Defensa “Robert Gates ordenó la consolidación de las fuerzas de tarea en un solo comando con un general de cuatro estrellas al frente, el Comando Cibernético de Estados Unidos, el cual comenzó las operaciones en mayo de 2010 como parte del Comando Estratégico de Estados Unidos”.[10]
 
Según el catedrático Francisco Sierra Caballero la ciberguerra se podría definir “como la aplicación militar de la informática y las nuevas tecnologías de la información con fines bélicos, además de recursos de prevención y control de sistemas de seguridad pública”.[11] La noción de la ciberguerra comprendería, según Sierra Caballero, el bloqueo tecnológico de equipos de transmisión y almacenamiento de información; la destrucción interna de los sistemas de información y efectivos de las fuerzas enemigas; la manipulación de datos; el ataque electrónico a enlaces y sensores de las redes de seguridad; los bombardeos de información y la intoxicación informativa y la penetración de los sistemas confidenciales de información.[12]
 
Generalmente se ha concebido a la ciberguerra como un enfrentamiento virtual aséptico, libre de los horrores de la violencia, de los muertos, de los heridos, de la destrucción que provocan los conflictos bélicos reales. La aplicación que está haciendo Estados Unidos de las TIC con fines bélicos indica que han cambiado los métodos pero que estos horrores se mantienen y se incrementan.
 
Una primera experiencia de ciberguerra se produjo en la primera guerra del Golfo en 1991 cuando la fuerza aérea de Estados Unidos, días antes de que los reactores F-117 bombardearan Bagdad, destruyeron las redes de telecomunicaciones de Irak dejando incomunicado y sin capacidad de respuesta al ejército de Sadam Hussein. A continuación, los aviones estadounidenses, utilizando “armas inteligentes” pulverizaron los tanques iraquíes, con una precisión de 9 de cada 10. Sin embargo, “algunas de esas armas fallaron de forma estrepitosa causando miles de víctimas civiles”.[13]
 
Desde el 2001, se ha perfeccionado las tecnologías militares relativas al uso de robots y aviones de control remoto. Estos últimos utiliza Estados Unidos en la guerra que lleva adelante contra los talibanes en Afganistán y en el norte de Pakistán. Entre principios de 2008 a noviembre de 2010 se estima que los aviones no tripulados han causado 1109 y 1734 muertos. A mediados de marzo se confirmó que aviones no tripulados de Estados Unidos habían penetrado en México para colaborar en la guerra “contra el narco”.[14] Los aviones sin piloto que actúan en Pakistán, Afganistán o México son operados desde bases en Estados Unidos por jóvenes informáticos que programan estos aviones repletos de misiles para que golpeen casas, autos, motocicletas, de quienes Estados Unidos consideran sus enemigos, sin que, por supuesto, las armas distingan entre los supuestos sospechosos y los civiles que puedan estar cerca del “blanco”.
 
Intervención en las redes
 
El gobierno de Estados Unidos emplea de forma activa las redes de Facebook y Twitter tanto en su política interna como internacional. Alienta y apoya la utilización de estas y otras redes por parte de opositores en Cuba, Irán, China, Venezuela. En este último país, Estados Unidos a través de la USAID, financia a los grupos estudiantiles y juveniles vinculados con la oposición con la finalidad de “promover el debate político entre estudiantes para aumentar el nivel del discurso sobre algunos de los asuntos más importantes para los venezolanos”[15] y para “reforzar el uso de las nuevas tecnologías mediáticas (como Twitter y Facebook) para mejorar el acceso a la información y permitir el debate abierto y productivo en Internet”.[16]
 
En el 2009, la USAID entregó 7.45 millones de dólares a grupos y proyectos políticos, la mayoría de los cuales fueron destinados a los grupos estudiantiles opositores.[17] Sin embargo, el gobierno de Chávez y sus partidarios contrarrestan la ofensiva cibernética utilizando las mismas redes. El 27 de abril de 2010 apareció en Twitter la cuenta @chavezcandanga, del Presidente Chávez que tuvo una gran acogida: en los cinco primeros días Chávez contaba con 175 990 seguidores, y el 21 de marzo de 2011 los seguidores alcanzaron los 1’.318.190[18] La iniciativa de Chávez de abrir una cuenta en Twitter nació luego de que el cantante colombiano Juanes utilizó esta red para insultar al mandatario venezolano.
 
Posteriormente el gobierno lanzó la operación Trueno Comunicacional para “incentivar la utilización de las redes sociales como medio para fortalecer la imagen del gobierno y responder de forma inmediata a los comentarios en contra del gobierno realizados por medios de comunicación privados”[19]. En esta operación participaban 75 estudiantes de educación media de entre 13 y 17 años y tiene como principal objetivo contrarrestar la "andanada de ataques contra la revolución bolivariana que vienen haciendo los medios de comunicación privados, así como fomentar una nueva manera de ver el mundo a través del socialismo”[20], según la Ministra de información y comunicación, Tania Díaz. En la operación se emplean celulares, Internet y redes sociales como Facebook, Twitter, blogs, volantes y también murales callejeros.
 
La incursión en la telaraña virtual deviene de:
 
… la elevada comprensión que tiene el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela sobre el uso de Internet para librar la guerra ideológica. No se puede pensar en estos tiempos en desnudar mentiras, tergiversaciones y manipulaciones sin utilizar y tener una presencia activa en ese mundo de Internet y de las nuevas tecnologías de la comunicación. Y también para estrechar vínculos entre gobernantes y gobernados, si se usan para actuar en provecho de los últimos.[21]
 
Sería un error pensar que Estados Unidos, pese a contar con enormes recursos y diseñar estrategias y políticas para tratar de establecer su hegemonía en las redes, ya tiene la pelea ganada. Sucesos como las filtraciones de una enorme masa de información relevante militar y del servicio exterior de Estados Unidos a través de la organización WikiLeaks revelan la enorme vulnerabilidad que tiene el imperio en este campo, a la vez que evidencia el poder que han adquirido los ciudadanos comunes -con pocos recursos pero con ciertos conocimientos y destrezas técnicas- para transparentar aspectos vitales (relacionados, por ejemplo con las guerras de Irak y Afganistán) que en la época pre-Internet habrían permanecido ocultos. Internet es un espacio a disputar.
 
 
Publicado en América Latina en Movimiento No 463, marzo 2011


[1] Santiago Alba, La red, nuevo modelo y el medio mismo (ecológico) en el que luchamos, http://www.nodo50.org/tortuga/La-red-nuevo-medio-de-lucha-y-el, 2011-02-28
[2]Discurso de la secretaria de Estado Clinton sobre la libertad en Internet,http://www.america.gov/st/democracyhr-spanish/2011/February/20110216161310x0.7232739.html?CP.rss=true (15-02.2011)
[3] Consejo de Estado de la República Popular China, Registro de los Derechos Humanos en Estados Unidos durante el año 2009, http://alainet.org/active/36794, 2010-03-17
[4] Dominique Wolton, Internet, ¿y después?, Barcelona, GEDISA Editorial, p.111
[5]Discurso de la secretaria Clinton sobre la libertad en Internet, http://www.america.gov/st/democracyhr-spanish/2010/January/2010012115501..., 21-01-2010
[6] Gerald Reischl, El engaño de Google, una potencia mundial sin control en Internet, Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 2008, p. 13- 28-35-97.
[7] Ibid, p.13.
[8] William J. Lynn III, Defendiendo el Nuevo Ámbito, La Ciberestrategia del Pentágono, http://www.airpower.au.af.mil/apjinternational/apj-s/2010/2010-4/2010_4_02_lynn_s.pdf, consultado 2011-03-20
[9] Ibid
[10] Ibid
[11] Francisco Sierra Caballero, Guerra informacional y sociedad-red. La potencia inmaterial de los ejércitos, Signo y Pensamiento, Vol XXI, Num 40, sin mes, 2002, pp 32-41
[12] Ibid
[13] Fernando Cohnen, Las ciberguerras del siglo XXI, http://www.coitt.es/res/revistas/04b_Ciberguerras_PU1.pdf, consultado 2011-03-20
[15]Eva Golinger, USAID detrás de los “Manos Blancas”, en http://alainet.org/active/36104, 11-02-2010.
[16] Ibid.
[17] Ibid
[18] El ingeniero ecuatoriano Hugo Carrión aclara que, por ejemplo, que “si Chávez tiene 200.000 seguidores no significa que 200.000 lo apoyan muchos lo siguen para poder ‘insultarlo’”. (Entrevista realizada por correo electrónico, 30-06-2010)

[19] Jhonnatan Gamboa, La utilización de redes sociales y sus herramientas para campañas electorales, http://alainet.org/active/39263, 2010-07-02. 

[20] Ibid.
[21] Juan Marrero, Batalla mediática de Chávez en todos los espacios, http://www.cubadebate.cu/opinion/2010/05/25/batalla-mediatica-chavez-tod... , 25-05-2010.
https://www.alainet.org/pt/node/149449?language=es
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