Beijing 2008: La antorcha olímpica de la muerte

09/04/2008
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El día viernes 11 llegará a la Argentina la antorcha de los Juegos Olímpicos 2008, que se realizarán en Beijing, China. En su recorrido muchas voces y manifestaciones de protesta se alzan en el mundo frente a la bárbara represión del gobierno chino contra el pueblo tibetano.

China viene cometiendo un genocidio y etnocidio contra el Tibet, ignorando los reclamos al derecho y libertad del pueblo y negándose al diálogo con el Dalai Lama para resolver el conflicto.

Fue designado sede de los Juegos Olímpicos 2008, a pesar de ser un país que viola los derechos humanos y en particular contra el pueblo tibetano, que sufre persecución, muerte, cárceles y exilio, invadiendo su territorio y destruyendo su cultura y vida religiosa.

Es realmente preocupante que no se tenga en cuenta y se haya tergiversado el verdadero espíritu de las Olimpiadas, destinada a la Unidad y la Paz entre los pueblos. Algo semejante se produjo en la Argentina durante la sangrienta dictadura militar. En el mes de junio se cumplirán 30 años del Mundial de Football. Durante su desarrollo las cárceles estaban llenas de prisioneros y prisioneras, sometidos a torturas, muerte y desaparición, víctimas de la violencia genocida que vivía el país.

La dictadura para celebrar el campeonato mundial montó el escenario de la propaganda y le sirvió para ocultar los crímenes contra el pueblo y proclamar: “Los argentinos, somos derechos y humanos”.

La falta de ética y responsabilidad les llevó a decir, igual que lo hacen ahora, que no hay que mezclar “el deporte, con la política” y hacen una abstracción hipócrita de lo que ocurre con la vida de los pueblos.

Los gobiernos por donde pasará la antorcha olímpica de la muerte están más preocupados por poner custodia para evitar las protestas y que no apaguen la llama. Pero no hacen nada para defender la vida y el derecho del pueblo tibetano y reclamar el cese de la represión. Los intereses económicos y políticos con China, son más fuertes que los valores éticos y la responsabilidad.

Los derechos humanos no tienen fronteras y hoy la conciencia de la humanidad va más allá de las ideologías e intereses económicos y políticos. Hay que denunciar y reclamar el derecho de los pueblos a su autodeterminación y soberanía, en cualquier lugar del mundo porque afecta a toda la humanidad.

Es necesario el inicio del diálogo para encontrar una solución justa, entre China y el Dalai Lama.. Pedimos el apoyo solidario de los pueblos con el Tibet, para encontrar caminos alternativos que ayuden a derribar el muro de la intolerancia. Y reclamar al gobierno chino que la llama Olímpica de Beijing 2008, debe ser de unidad y dignidad entre los pueblos, a través del deporte como acto de libertad y dignidad.

No van a poder ocultar los crímenes y la opresión contra otro pueblo.

Buenos Aires, 9 de abril del 2008

https://www.alainet.org/pt/node/126850?language=en
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