24 de marzo de 1976-2008

23/03/2008
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32 años atrás, un día como hoy, el País despertaba con una noticia horrenda: una junta militar había depuesto al gobierno constitucional de Isabel Perón, que debía, en octubre de ese mismo año de 1976, ceder lugar al gobierno constitucional elegido por el voto popular.

Diferentemente de los golpes militares anteriores que asolaron al país del Plata desde los años ’40, éste no se denominaba de “Revolución” (nacional, libertadora, argentina), sino de Proceso de reorganización nacional. El jefe, un egresado del hoy llamado Instituto de Seguridad Hemisférica de los Estados Unidos, Jorge Rafael Videla.

Sus compinches, Massera (Marina) y Agosti (Aeronáutica), inauguran un período inédito de la represión hoy llamada de “terrorismo de Estado”, oficialmente instaurada en Argentina por la propia ex - presidenta María Estela Martínez de Perón y su ministro de Bienestar Social, López Rega.

La desaparición de personas, que se constituyó en política de Estado, llegó a alcanzar la cifra de más de 30.000 casos, según fuentes insospechables como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA (CIDH-OEA). El más reciente, verificado dos años atrás, Julio López.

Hoy la Argentina vive un feriado que, según titulares en la Internet, seis de cada diez argentinos ignoran el motivo. Día nacional la memoria, la verdad y la justicia, el 24 de marzo es, en verdad, el día de la traición, la mentira y la deshumanidad. Los vendepatrias que lo consagraron, siguen impunes.

Videla sigue en su casa, en prisión domiciliaria. Apenas unos doscientos y más represores, están presos en cárceles comunes. Los demás, Galtieri inclusive, descansan en lugares públicos irreprensibles, como si fueran gente común. Como si fueran gente. Martínez de Hoz se prepara para un escrache público.

No hemos olvidado. No podríamos perdonar un genocidio. No tiene perdón. Si se fuera a perdonar al delincuente que roba y mata por interés personal, debería perdonarse también a quien mata por dinero o por poder o por ideología. En ese caso, el criminal y el hombre y la mujer comunes, estarían en pie de igualdad.

Pero no están. Quien se vendió por dinero, poder o ideología, es más delincuente que el mero asesino o ladrón comunes, pues ocupó posiciones de poder que la ciudadanía delega en sus representantes según los preceptos democráticos aprendidos en la escuela y en la casa.

Esos mercenarios merecen la cárcel de por vida. La condena moral de la humanidad de que se apartaron por interés mezquino y egoísta. Deben reparar el mal que hicieron, prestando servicios a la comunidad a la que traicionaron. Agradeciendo a la institucionalidad que violaron, los derechos que se les conceden.

Cuando las cabezas nacionales y extranjeras de la traición cumplan las penas que el Derecho internacional y nacional establecen para los crímenes de lesa humanidad y traición a la patria, los argentinos podrán celebrar el 24 de marzo, en verdad, como el día de la justicia y la memoria.

Rolando Lazarte
Licenciado en sociología por la Universidad Nacional de Cuyo (Mendoza, Argentina). Dr. en sociología por la Universidade de São Paulo. Autor de Max Weber, ciencia y valores (Buenos Aires: Homo Sapiens, 2005)
https://www.alainet.org/pt/node/126424?language=en
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