Queridos amigos y amigas

Un fraterno saludo de Paz y Bien.

Estamos al final del año 2007 y el inicio del 2008. Es tiempo de hacer memoria y el balance de luces y sombras de los caminos transitados; a la vez son momentos de reflexión y proyectos frente a los desafíos del nuevo año. Para los cristianos es renovar la fuerza del Espíritu en el anuncio de la Buena Nueva que nos convoca la Navidad, la llegada de Jesús a nuestras vidas y a los pueblos del mundo.

Juntos con otros hermanos y hermanas desde su comprensión, creencias religiosas y valores buscamos renovar la energía para continuar el camino y compartir el pan y la libertad, en particular con los más pobres y necesitados. El pan que alimenta el cuerpo y el pan que alimenta el espíritu. La libertad de la fuerza de Amar para compartir con nuestros semejantes.

Entre ellos está Dom Frei Luiz Cappio, Franciscano, Obispo Diocesano de Barra, Brasil, quien ha iniciado una acción de ayuno y oración, hasta que se superen las injusticias y falta de responsabilidad del gobierno de Brasil, que ha enviado al ejercito para transposición del río San Francisco. Sí… Es obra del compañero Lula, presidente del Brasil, que lamentablemente privilegia los intereses financieros por sobre los del pueblo.

El otro signo de esperanza son las acciones de los hermanos indígenas del Cauca, Colombia, que soportan la represión del gobierno de Uribe, del ejército, los grupos policiales, paramilitares y guerrillas. Son ejemplos de dignidad y resistencia en defensa de sus derechos, autodeterminación y valores.

Los pueblos de Bolivia, Ecuador, México, Venezuela, Cuba, entre otros, han asumido la resistencia social, cultural, política para defender sus derechos y por mejores condiciones de vida y con la esperanza de construir un nuevo amanecer para todos.

En la Argentina también la resistencia de los pueblos indígenas frente al saqueo y expulsión de sus tierras ancestrales por el gobierno y las empresas transnacionales. Situación que está provocando hambre, muertes, desocupación y aumento de la pobreza. Los pueblos originarios resisten y buscan hacer valer sus derechos, su identidad, memoria, valores y espiritualidad.

La América morena, mestiza, con profundos matices cobrizos, pueblos nacidos de profundas raíces en su inter-culturalidad y lingüística, forjada en el dolor, la resistencia y la esperanza, van construyendo caminos y nuevos paradigmas de vida. Y están los campesinos y comunidades urbanas que reclaman el derecho a la tierra, la vivienda y el trabajo.

En todo éste caminar el SERPAJ acompaña y contribuye con su trabajo y compromiso junto a los pueblos, compartiendo el pan y la libertad en el continente latinoamericano, desde México a la Argentina. Tarea que es posible por la solidaridad y apoyo de quienes, durante más de 30 años nos acompañan: las organizaciones, iglesias, y movimientos sociales.

No podemos dejar de mencionar, de sentir y ser solidarios con los pueblos frente en la situación actual internacional.

La guerra en Medio Oriente, Irak y Afganistán, los conflictos armados en África y Asia. La grave situación en Myanmar, ex Birmania, la resistencia y lucha de esa valerosa mujer Aun Saan Suu Kyi, y la revolución naranja de los monjes budistas, enfrentando a la dictadura militar.

Y el hambre, flagelo que afecta a muchos pueblos en el mundo y que hoy la humanidad está en condiciones de superar, pero no se logra por intereses políticos y económicos de las grandes potencias. Igualmente pasa con la destrucción del medio ambiente, los recursos naturales como el agua y la floresta, recursos cada vez más escasos y necesarios.

Vemos también la necesidad y urgencia de fortalecer los organismos internacionales a fin de que cumplan sus objetivos: la ONU y la OEA , entre otras. Deben estar al servicio de los pueblos.

Pero resistimos en la esperanza. Por eso a todos y todas nuestro agradecimiento y les deseamos mucha fuerza, deseándoles Feliz Navidad y Año Nuevo.